jueves, 27 de agosto de 2015

Agosto: sprint final


Ha sido un verano atípico y muy cargado para el Athletic. La disputa de dos rondas eliminatorias previas de la UEFA Europa League, de la Supercopa y el inicio de la Liga han supuesto que las páginas correspondientes a los meses de julio y agosto en la agenda rojiblanca hayan estado repletas de fechas señaladas. Desde el 30 de julio, día en el que jugó el primer partido oficial de la temporada hasta el próximo domingo, con el que se cerrará el primer tramo de la temporada para dar paso a un par de jornadas FIFA para selecciones nacionales, los leones habrán hecho frente en apenas treinta días a, nada menos, ocho encuentros oficiales, a varios viajes y, afortunadamente, a sonadas celebraciones. Tras esta vorágine llegarán dos semanas que vendrán muy bien para que la plantilla descanse, para tratar de recuperar a alguno de los muchos lesionados y para afianzar algunos conceptos y corregir otros. Pero antes del descanso quedan aún cuatro días en los que el equipo bilbaino deberá hacer frente, a modo de sprint, a dos importantes compromisos: uno, europeo, en el que está obligado a ganar y el otro, liguero, en el que debe buscar empezar a sumar puntos tras el tropiezo de la primera jornada. Vayamos por partes.

Jueves 27 de agosto. Europa League, playoff (vuelta): Athletic Club – MŠK Žilina

Este partido, desde la perspectiva rojiblanca, puede resumirse en una palabra: ganar. O si se quiere, recordando al inefable Luis Aragonés, de esta forma: ganar, ganar, ganar y ganar... y volver a ganar, ganar, ganar y ganar. No hay otra opción para que el Athletic esté presente en Mónaco, en el sorteo de la fase de grupos de la competición continental. Del partido en tierras eslovacas se extrajeron algunas conclusiones negativas. El resultado fue una de ellas, aunque quizás fueran más significativas y dolorosas la autocomplacencia y el déficit de tensión competitiva durante la segunda parte. En la parte positiva, algo en lo que el universo zurigorri asienta su confianza de que hoy no habrá muchos problemas para sacar adelante la eliminatoria: durante los primeros cuarenta y cinco minutos en el partido de ida, un Athletic con muchos suplentes y algunos titulares, en general poco descansados tras las celebraciones por el título supercopero, dominaron de cabo a rabo al MŠK Žilina, hasta el punto de que el 0-2 que señalaba el marcador, de haber seguido igual tras el descanso, podría haber dejado definitivamente cerrado este playoff.

La diferencia entre uno y otro es grande en lo futbolístico y seguramente el equipo, con algún que otro día más de margen para el descanso y con menos ajetreo que la semana pasada, llegue más afinado en lo físico y, especialmente, en lo mental que como viajó a Eslovaquia. También se supone que esta noche (20:45 horas, San Mamés), Valverde no se dejará ningún activo importante en la recámara, aunque la plaga de lesiones hace que en algún puesto deberá tirar de plan B o, incluso, de plan C. El Athletic parte como favorito para remontar la eliminatoria y, a pesar de lo ilógico que suele ser el futbol, lo normal es que haga bueno dicho favoritismo.

Domingo 30 de agosto. Liga, 2ª jornada: SD Eibar – Athletic Club

Quién iba a decir a finales del pasado mayo que el Eibar, por entonces recién descendido a la Segunda División, iba a comenzar la segunda jornada de la presente temporada liguera como líder de Primera. El descenso administrativo del Elche dio al equipo armero la posibilidad de reengancharse a la máxima categoría y durante el verano ha tratado de recomponer un equipo para competir en ella. Dicen quienes siguen el día a día de los eibarreses que, tras superar muchas dificultades y, sobre todo, la incertidumbre de no saber en que división acabaría jugando esta temporada, ha logrado reunir una cuadrilla algo mejor que la de la temporada pasada. No obstante, también hay quien dice que con el cambio de entrenador, el paso de Gaizka Garitano a José Luis Mendilibar, con gran currículo en Segunda y una abundante lista de fracasos en Primera, es su talón de Aquiles. En cualquier caso, los resultados de la primera jornada, con muchos empates y victorias por la mínima, han hecho que el 1-3 que el Eibar cosechó en Granada, le hayan situado como primer líder de la Liga.

Ese es el panorama que encontrará el Athletic el domingo (18:30 horas) en su visita a Ipurua. Si del Eibar ya se espera de antemano mucho espíritu combativo,, se supone que su condición de primero del lote liguero le hará poner, si cabe, más dedicación y empeño en la tarea de batir a los bilbainos. Es decir, que si algo se puede esperar a cuatro días vista es que el partido será una batalla por cada centímetro cuadrado de césped. A priori, los leones están plenamente capacitados para aceptar el envite e, incluso, a salir airosos del mismo. Las nuevas incorporaciones en la plantilla rojiblanca han hecho que el equipo de Valverde, a falta de argumentos de mayor calidad técnica, sea hoy por hoy capaz de mantener un pulso de tú a tú en el futbol de trinchera con cualquiera que se le ponga delante. Las dudas proceden de condicionantes externos: habrá que ver si, en el mejor de los casos, puede recuperar a algunos de los lesionados (en el peor, tras el partido europeo, esa lista podría, incluso, ampliarse) y habrá que tener presente, también, la frescura con la que la mermada plantilla bilbaina llega al choque liguero.

Dos partidos con los que acaba agosto y será posible hacer un primer balance de situación del inicio de la temporada. Dos encuentros ante rivales, sobre el papel, inferiores (uno, el eslovaco, mucho más que el otro), lo cual no quiere decir que sean dos rivales sencillos. Utilizando esa expresión tan de moda últimamente, el Athletic deberá remar mucho en los próximos cuatro días. A cambio, un gran esfuerzo y el acierto a la hora de llevarlo a cabo pueden dar como resultado un principio de curso más que notable.

domingo, 23 de agosto de 2015

Comienza la liga: Athletic - Barcelona


Algunas civilizaciones antiguas legaron a la historia de la humanidad su particular forma de medir el tiempo. Generalmente, el hombre se ha dedicado a mirar al sol o a la luna y, a partir de esa observación, ha ideado maneras diversas de organizar el paso del tiempo. Dentro de la civilización contemporánea hace décadas surgió una nueva forma de medición del tiempo que nada tenía que ver con el cielo o las estrellas, sino con un extraño juego surgido a finales del siglo XIX, desarrollado en el XX y que aún perdura en nuestros días: el futbol. Los seguidores de esta curiosa práctica, rayana en lo religioso, dividen el tiempo en temporadas y, a partir de esta unidad general, se manejan en diversas subdivisiones complejas y prácticamente imposibles de entender para el profano: competiciones, jornadas, eliminatorias... Podemos decir, sin ningún género de duda antropológica, que la civilización futbolera ha sido capaz de organizar el transcurso del tiempo como antes lo hicieron, cada una a su manera, las civilizaciones maya, egipcia o romana, por citar algunos ejemplos. Esta es la razón por la que cualquiera de los habituales clientes de este elegante Ambigú lee que esta tarde, frente al Barcelona, empieza la temporada liguera para el Athletic en San Mamés sabe interpretar perfectamente el significado de estas palabras..

Efectivamente, hablamos de una fecha señalada, tanto por ser el inicio de la competición de Liga como por la entidad del primer rival. Si empezar con buen pie, ganando el primer partido, siempre es gratificante y alimenta la autoestima para las citas venideras, hacerlo ante el Barcelona, enemigo secular, vigente campeón y firme candidato a volver a serlo, lo es mucho más. En este caso, además, llega este estreno liguero tras la disputa de los dos partidos de la Supercopa española, competición en la que, saltando todos los pronósticos, los leones superaron a los culés por un resultado global de cinco a uno, así como una cierta superioridad sobre el césped, mucho mayor en el partido de ida en la Catedral. No obstante, la sensación para este primer trámite liguero es que el partido puede discurrir por derroteros algo diferentes a los de los encuentros precedentes. 

Llega a la cita el Athletic con numerosas e importantes bajas, especialmente en el entramado defensivo (Etxeita, San José, Iturraspe), y lo hace, además, con una mezcla de emociones que van desde la euforia desatada por la consecución del título supercopero hacia la medianoche del lunes hasta la decepción del jueves por el tropiezo en Zilina en la ida del playoff de la Europa League. Las claves, desde el bando rojiblanco, se centran en ver cómo es capaz el equipo de superar las bajas, cómo logra recomponerse en el centro de la defensa y en el vértice inferior del centro del campo y, especialmente, si va a ser capaz de ofrecer el gran rendimiento físico, la enorme concentración y la pegada que mostró en la Supercopa. Enfrente se espera un equipo resabiado, escocido por haber perdido un trofeo de forma tan contundente, con una semana más de rodaje tanto físico como táctico y también con alguna baja significativa. A partir de las 18:30 horas, arbitrado por el Sr. Del Cerro Grande, veremos cómo discurre un duelo de pronóstico mucho más incierto que otras temporadas debido a los antecedentes tan cercanos (será el tercer partido entre ambos equipos en diez días) y a las bajas y debilidades diversas con las que llegan los contendientes.

miércoles, 19 de agosto de 2015

UEFA Europa League, play-off: MŠK Žilina - Athletic Club



Parafraseando a la madre de Forrest Gump, los sorteos de la UEFA son como una caja de bombones, nunca sabes lo que te va a tocar. En esta ocasión el destino ha llevado al Athletic hasta Žilina, una pequeña ciudad del norte de Eslovaquia, cuna del famoso ciclista Peter Sagan, para enfrentarse al equipo local en el primer acto del play-off de la Europa League, último jalón del camino hacia la fase de grupos.


Si nos fijamos en las competiciones domésticas, el MŠK Žilina es el segundo mejor equipo del país. Teniendo en cuenta que las competiciones de futbol eslovaco empezaron a disputarse en los años noventa y, por lo tanto, no llevan aún demasiadas ediciones, las seis ligas y cuatro copas que tiene en su palmarés no están nada mal. La pasada temporada fue subcampeón de liga, juega sus partidos en el Štadión pod Dubňom, con capacidad para algo más de once mil espectadores, y su entrenador es Adrián Guľa, quien comienza su tercera temporada en el club.

El MŠK Žilina llega al play-off de la presente edición de la Europa League tras haber superado tres rondas previas, eliminando en ellas, sucesivamente, al Glentoran norirlandés, al Dacia Chisinau moldavo y al Vorskla Poltava ucraniano. En estas eliminatorias ha marcado dieciséis goles (ha recibido siete), siendo Matej Jelić su máximo anotador con siete. El delantero croata, que con diecinueve tantos fue el máximo goleador de la pasada edición de la liga eslovaca, junto al centrocampista Viktor Pecovsky, internacional eslovaco, son los jugadores más destacados de un plantel bastante joven y sin futbolistas muy destacados.

No debería tener mayores dificultades el Athletic para eliminar al equipo eslovaco, pero, como se ha demostrado recientemente en la Supercopa, las superioridades se demuestran en el campo.  La receta, por tanto, debe ser similar a la que se administró a nuestro anterior rival, el débil Inter Baku. A saber: mucha seriedad, evitar el exceso de confianza y enorme sentido práctico del futbol. De lo que se trata es de estar el día 28 en Mónaco en el sorteo de la fase de grupos y la agenda sobrecargada de citas, a cual más dura, condiciona mucho el rendimiento que puede tener el equipo en Žilina. Parece obvio que si los leones, como consecuencia del enorme desgaste físico sufrido en la doble cita supercopera y de la acumulación de bajas de jugadores importantes, no son capaces de finiquitar la eliminatoria en tierras eslovacas, que, al menos, no se la compliquen tanto como para que el partido de vuelta obligue a un enorme sofocón. Ni la fecha ni el estado un tanto precario en el que está actualmente la plantilla aconsejarían que la vuelta en la Catedral tuviera que ser un partido épico.

Con todos estos ingredientes, no es previsible que Ernesto Valverde tire la casa por la ventana y alinee un equipo plagado de reservas, experiencia esta que en otras ocasiones no ha dado buenos resultados, ni siquiera en eliminatorias coperas contra equipos de escasísima categoría. No obstante, sí parece claro que en el once inicial entrarán varios jugadores de refresco. Entre otras cosas, es seguro que habrá cambios respecto al bloque de trece o catorce jugadores que han disputado y ganado (brillantemente) la Supercopa porque varios de ellos no han viajado, bien por lesión, como Iturraspe, Etxeita o San José, bien por disfrutar esta vez de un merecido descanso, como Balenziaga o Susaeta. Las principales novedades en la convocatoria son la presencia del cachorro Yerai, central al que se le augura un estupendo porvenir y el regreso de Williams tras superar la lesión muscular que sufrió en el amistoso de Boise, hace varias semanas. Con la casi segura presencia de Herrerín en la portería, la incógnita es saber cómo se cubren algunas posiciones cuyos titulares no han viajado: Lekue o De Marcos, si es que Bóveda repite en la derecha, parecen los candidatos al lateral izquierdo, Elustondo, con Gurpegui de central, seguramente sea el medio centro posicional titular y la baja de Susaeta puede darle a Williams los primeros minutos de la temporada en competición oficial. Habrá que ver cómo confecciona Txingurri el resto del equipo, aunque es bastante probable que no difiera demasiado del que ha jugado en los dos partidos anteriores.

viernes, 14 de agosto de 2015

Supercopa: Athletic - Barcelona


Athletic y Barcelona disputan esta noche en San Mamés, a partir de las 22:00 horas, el primer asalto de la Supercopa de España. Los rojiblancos comparecen en calidad de subcampeones de la Copa y los azulgranas como vencedores de dicha competición y de la Liga. Sin apenas tiempo para el reposo, el próximo lunes, con idéntico horario y esta vez en el Camp Nou, se jugará el partido de vuelta y se proclamará el vencedor final de esta edición.

La Supercopa se creó en el verano de 1982 como respuesta a un viejo anhelo del futbol español por establecer un torneo que midiese a los campeones de la Liga y de la Copa de la temporada inmediatamente anterior. El antecedente más remoto data de 1940, año en el que el Atlético Aviación, como campeón liguero, y Español, campeón copero, se enfrentaron a dos partidos en pos de la llamada Copa de los Campeones, resultando vencedor el equipo madrileño. Un año después se organizó la Copa del Presidente de la Federación Española de Futbol, en la que, además del Atlético Aviación (campeón de la Liga) y el Valencia (campeón de la Copa), también participaron el Athletic (subcampeón de la Liga) y el Barcelona (como club invitado). Se disputó una liguilla entre los cuatro y repitió triunfo el equipo del foro.

En 1945, organizada por la Federación Catalana de Futbol, se disputa la Copa de Oro Argentina, volviendo otra vez a la fórmula inicial de enfrentar a los campeones del torneo de la regularidad y del K.O. En esta ocasión se jugó un sólo partido en el campo de Les Corts, resultando ganador el Barcelona (campeón de la Liga) al imponerse por 5-4 al Athletic (campeón de la Copa).

Durante unos años, la RFEF consiguió dar algo de continuidad a la competición de los campeones. Se jugó ininterrumpidamente entre 1947 y 1953 con el nombre de Copa Eva Duarte y, a pesar del nombre, que parece designar un torneo amistoso de verano, se trató de una competición con la etiqueta de oficial. La Copa Eva Duarte de 1950 se disputó en Chamartín y enfrentó al Athletic (campeón de la Copa) y al Atlético de Madrid (campeón de la Liga). Aunque estaba previsto jugarse el trofeo a un sólo partido, acabó disputándose a dos.  La razón fue el empate a cinco goles con el que se finalizó, prórroga incluída, el primer choque, lo que hizo necesario un partido de desempate. Dos goles de Zarra en este encuentro final hicieron que el trofeo se fuera para Bilbao. Fue, con una denominación diferente a la actual, la primera Supercopa de España que el Athletic llevó a sus vitrinas.

Hasta 1982 no volvió a disputarse una competición que midiera a los ganadores de la Liga y de la Copa. Aunque se gestó ese verano, la primera edición de la Supercopa no se disputó hasta el otoño de dicho año, siendo la Real Sociedad su primer ganador. Durante varias ediciones más siguió disputándose comenzada la temporada, pero los problemas para encajar dos partidos en medio del calendario cada vez eran mayores. De hecho, en 1986 y en 1987 no llegó a celebrarse por la imposibilidad de encontrar fechas idóneas para su disputa. Así las cosas, se decidió que a partir de 1994 se jugara a finales del verano, días antes de comenzar la temporada liguera.

Otra circunstancia que también ha cambiado durante estos años es la de los equipos que tienen derecho a disputar el título. Hasta 1996, cuando un equipo lograba ganar en la misma temporada la Liga y la Copa, recibía automáticamente el trofeo de campeón de la Supercopa. En esta circunstancia ganaron el trofeo el Athletic en 1984 y el Real Madrid en 1989. Este crietrio se cambió en 1996 y, desde ese año, en caso de que un equipo consiga el doblete, deberá disputar el titulo de supercampeón con el finalista de la Copa. Esta es la razón por la que participa el Athletic en el torneo este año, como lo hizo también en 2009. Repasando la lista de campeones de la Supercopa, observamos que hay dos precedentes de equipos que llegaron a disputar el título como finalistas de la Copa ante ganadores del doblete y que acabaron alzándose con el trofeo: el Barcelona en 1996 y el Mallorca en 1998. ¿Serán los leones, este 2015, los terceros que lo consigan así?

Por lo tanto, en su actual denominación o en la de su antecedente, el Athletic ha ganado en dos ocasiones el trofeo de los campeones: en 1950 y en 1984. Además de la ya citada ocasión en la que no pudo lograr la Copa de Oro Argentina, han sido dos veces más las
que los rojiblancos han disputado la Supercopa y no han podido ganarla.

En 1983, tras ganar la Liga en la temporada anterior, el Athletic se enfrenta al Barcelona. Apenas había pasado un mes desde que se produjo aquella aparatosa entrada de Goikoetxea que dio con los huesos de Maradona en el quirófano, con todo lo que aquello supuso en el medio ambiente futbolístico de la época. El partido, por lo tanto, se presentaba muy caldeado. En el encuentro de ida, jugado en San Mamés, los culés se impusieron por tres goles a uno. El partido de vuelta lo afrontó el Barcelona con idéntico once que en el primer acto de la final, mientras que Clemente optó por alinear en el Camp Nou un equipo con varios suplentes y jóvenes meritorios. A los tres minutos marcó Endika (una especie de anticipo de lo que sucedería unos meses más tarde en la final de la Copa entre los mismos equipos), pero no fue suficiente para que los rojiblancos pudieran dar la vuelta a la final. La duda, a toro pasado, es si ese día, con un equipo más reconociblemente titular, se pudo haber cambiado el curso de la historia y lo que esa temporada terminó en doblete pudo haber acabado en triplete. Nunca llegaremos a saberlo.

La última vez que el Athletic ha jugado la final de la Supercopa data de 2009, se acudió como finalista de la Copa y, como no, una vez más, el rival fue el Barcelona. Un equipo, el culé, que venía de ganar la Liga y la Copa y que acabó el año sumando un total de seis títulos. Tras un ajustado 1-2 en la Catedral, los barcelonistas pasaron por encima de los bilbainos en el Camp Nou con un rotundo 3-0.

El hecho de que el martes pasado, hace tres días, el Barcelona haya jugado la final de la Supercopa de Europa frente al Sevilla, a cara de perro, con prórroga incluída, hace albergar alguna esperanza a parte de la cátedra zurigorri... aunque tampoco muchas, la verdad sea dicha. Suponiendo que en el primer partido el Barcelona acuse algo el cansancio o las posibles rotaciones a que puede verse abocado su entrenador no debe esconder que en tres días se juega la vuelta en su campo y, se supone, con la artillería culé en mejor estado de revista que el que, a priori, pueda tener hoy. Y todos sabemos que dicha artillería, a pleno o casi pleno rendimiento, tiene una potencia de fuego enorme. Por su parte, el Athletic está obligado a no quitar el ojo de otro compromiso importante que deberá afrontar la semana próxima: el primer partido de la eliminatoria previa de la Europa League. Algo que, quizás esta noche no se note en la alineación titular, pero que presumiblemente en la vuelta, en el Camp Nou, sí se dejara sentir. Bajas, acumulación de partidos, agosto... Muchas variables a tener en cuenta en una doble cita que, en condiciones normales, presentaría un carácter terriblemente asimétrico. Esta noche y la del próximo lunes saldremos de dudas.