Aunque parezca increíble, es relativamente frecuente que los caprichos de los sorteos de copa deparen casualidades como la que vamos a afrontar a partir de hoy: tres partidos seguidos contra el mismo equipo en una semana.
El primer asalto es la ida de los octavos de la copa, que comenzará hoy en San Mamés a partir de las 19:30.
Siempre que estamos en una situación delicada en la liga surge la tentación de poner la copa en un segundo plano. No necesariamente porque estemos flirteando con el descenso: si andamos asaltando los puestos UEFA o los de Champions, tampoco faltan los que piden priorizar lo que "nos da de comer".
A mí ese punto de vista no me gustaría si fuera sevillista por parecerme propio de equipo pequeño y de mentalidad pusilánime. Si encima soy del Athletic, con lo que la copa evoca en nuestra memoria histórica, mi resistencia a aceptar ese planteamiento es aún mayor. No os digo nada si encima acabamos de conseguir tres puntos de oro que nos sacan del descenso.
Mi punto de vista ante la eliminatoria es que hay que ir a superarla con determinación. A medio plazo la clasificación mejorará, pero con el déficit de puntos que tenemos dudo que lleguemos a luchar por los puestos europeos. Por lo tanto, mi previsión es que en uno o dos meses estaremos en la parte media de la tabla sin objetivos claros. Si no mantenemos viva la ilusión de la copa, temo que tengamos una temporada sin sustancia.
¿Riesgo? También me parece un riesgo trasladar a la plantilla un mensaje de miedo y desconfianza. Mantener la ambición y la tensión competitiva, también en la copa, se me antoja como la mejor manera de afrontar la liga.
Eso no quiere decir que no admita que hoy se introduzcan algunos cambios que refresquen al equipo, pero con cuidado. Ya sabemos que cuando las famosas rotaciones van más allá de un par de retoques, el equipo se vuelve irreconocible y naufragamos.
Me gusta que se convoque a un cachorro, aunque las noticias que me llegan de la personalidad de Iñigo Vicente están llenas de claroscuros: poco sacrificado, pagado de sí mismo... No basta con ser bueno técnicamente para ser futbolista de primera. Pero igual entre los mayores cambia de actitud así que no juzguemos prematuramente y veamos que da de sí.
Por otro lado, aunque lo prioritario es el partido de hoy, la actualidad manda y hay que referirse a los movimientos que anuncia la prensa:
-Ganea cedido al Numancia.
-Remiro cedido al Huesca.
-Fichaje de Ibai.
No me gusta ninguno de estos movimientos.
Aunque me gustaría verle más a Ganea, su cesión me parece la menos mala de estas noticias, a pesar de que la lesión de Yuri hace temer que podríamos arrepentirnos. Pero con dos jugadores por delante, una cesión, si es que juega, puede ser la forma de ver si nos puede servir o no. Puedo aceptar esto.
Me cuesta más digerir lo de Remiro: refuerzas a un rival, premias a un jugador que parece (con los pocos datos que trascienden) que no está jugando limpio...
Y lo que me parece infumable es gastar ese dineral (se haba de tres millones y medio) en un jugador mediocre que se queda libre a finales de temporada. Sobre todo teniendo en cuenta el problema económico que se supone que tenemos con la elección de Elizegi.
En todo caso, reconozco algo positivo en el fichaje de Ibai: nos da otra opción en el balón parado. Con el potencial que tienen varios jugadores de la plantilla en ese campo, es insufrible ver como nuestro "especialista" centra en esas jugadas. Si Ibai puede mejorar algo en ese campo, bienvenido sea.
Pero aún así lamento decir que la sensación general que dan estos movimientos en que la cabeza pensante que está detrás de esto se mueve un poco a tontas y a locas. No veo una línea que me guste.
Espero que el tiempo, que quita y da razones, demuestre que todo es para bien, pero de momento la preocupación que me causó la elección del nuevo presidente no se disipa con estas noticias. Más bien al contrario.