Faltaban algo menos de cinco minutos para el final del encuentro....
El marcador de la Creu Alta reflejaba que el Athletic ganaba en ese momento por 1-2 al Sabadell en partido oficial de Liga. Era aquella una gran temporada con Ronnie Allen, el inglés que vino a Bilbao, en el banquillo, que había reemplazado a Rafa Iriondo ese año.
El rival de aquel día, el Sabadell, pese a ser un equipo catalán, no era un equipo temible como lo podían ser el Espanyol o el todopoderoso Barça. Sus jugadores mas destacados en aquella época de los 60 eran Pini, Montesinos, Pereda, Garzón, etc. No obstante, justo la temporada anterior los arlequinados se habían clasificado 4º en Liga y jugaban por ello la Copa de Ferias.
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Marañón es el segundo de arriba de la derecha
Por el otro lado, el inicio de temporada de aquella escuadra rojiblanca de la Liga 69-70, comandada por Ronnie Allen, se asemejaba mas a aquellos míticos equipos campeones de los años 50... San Mamés olía a una nueva época gloriosa, tras ganar unos meses antes la Copa al Elche, tras 11 años de sequía de títulos...
Recuerdo que íbamos líderes cuando rendimos visita a los arlequinados y, dentro de esa aguerrida formación, Javier Clemente Lázaro, a sus 19 años, se había hecho ya un hueco en la alineación titular. Su zurda prometía.
Clemente había debutado en el Athletic un año antes, a los 18 tacos, el 1 de diciembre de 1968. Javi empezó jugando al fútbol en aquel patio del Colegio de Los Hermanos de La Salle, justo enfrente de su casa de Barakaldo. Allí le conocí yo por primera vez.
La enorme clase y desparpajo de aquel chaval rubio y menudo no pasaron desapercibidos a los ojeadores y en seguida fue al juvenil del Baracaldo. Seguido recaló a los 16 años en el juvenil del Athletic, fichado por Gaínza e Ipiña.
En su primera temporada como rojiblanco ya despertó pasiones en los graderíos, y le apodaron como el nuevo "Bobby Charlton", por su estilo similar elegante e inteligente de juego,... aunque no faltaba, con razón, quién argüía que andaba escasito de fuerza el delicado jugador fabril...
Fue tan impactante su irrupción en aquel equipo que muchos coches de Bilbao comenzaron a lucir en su luna trasera la pegatina que rezaba:
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«Clemente, el 10 del Athletic».
Y todas las madres de Bizkaia suspiraban por llegar a criar un chico tan majo como ese tal Clemente...
Pero volvamos a la Creu Alta,... a aquella tarde fatídica...
Poco antes de que acabara el encuentro, una jugada típica de contraataque por banda izquierda,... probablemente una galopada de Txetxu,... centro pasado raso al área blaaquiazul que nadie remata en primera instancia y la bola pasa al segundo palo...
Allí llega de atrás el rubio rojiblanco, como cuan welsungo, para enchufar la zurda y certificar el 1-3, en una posición similar a la de la fotografía...
Pero a la par en la zona entra en escena un barbudo arlequinado que se tira algo lateral a Javi en segada metiendo la pierna en plan plancha a media altura de la tibia,...
Entre el murmullo del público, antes de rematar, un grito sonó en el campo :
- Salta Javi!... Salta!......
Era la voz en grito de su amigo Fidel Uriarte, el sestaoarra a quién ese mocoso le había robado el 10 dejándole echo un 8...
Pero Javi no le oyó. Su destino estaba escrito aquel día de anetmano sobre el verde césped... y el fino interior de Barakaldo, como en un acto reflejo irremediable, en vez de dar un brinco, metió el interior del pié con fuerza al balón, con esa nobleza que siempre le caracterizaba... a la par que los tacos de la bota del "malencarado" Marañón (véase cromo) impactaban con algo mas duro que un cuero,....
Y de repente aquel rubiales con cara de crío un poco chulillo, y que como dirían ahora iba para "crack", sintió la onomatopeya pero de otro "crack"... Ahora era su tibia la que "hablaba"...
Seguro que Javi, como buen discípulo de La Salle, se diría asímismo, al verse en el césped inmóvil y dolorido como nunca antes...
Vamos Lázaro!... que no ha sido para tanto... Levántate y anda!...
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Pero en la Creu Alta no había lugar para los milagros, amigos zurigorris...
Las crónicas de aquel día resaltaron que, en principio, la lesión no parecía de mucha entidad, aunque Clemente tuviese que abandonar el campo en camilla.
Luego, lo que en principio iba a ser un accidente para quince días, se convirtió en un problema muy muy serio.
Después de cinco operaciones, - !aquel famoso Dr. Trillat!- todas ellas infructuosas para devolverlo al césped, nuestro menudo jugador tuvo que abandonar el fútbol quedándose en una incógnita las verdaderas posibilidades de ese chico "10" para la familia zurigorri...
Meses después, su compañero de media, Igartua, sufría una lesión similar en Balaídos, ahora a pies del tosco Pedrito del Celta.
El 19 de agosto de 1975 se le realizó un emotivo homenaje a Javier Clemente en San Mamés frente al Borussia de Moenchengladbag de Heynckes Bonhoff, etc, siendo sostenido por las muletas y arropado por sus compañeros y afición en ese amargo "agur" a su trayectoria como jugador a los 25 años de edad.
Clemente sólo tuvo tiempo de ganar una Copa como jugador y fue con aquel mítico equipo del 69 que entrenaba Iriondo, y del que todos los chavales nos sabíamos de carrerilla la alineación titular: Iribar, Saéz, Echeberría, Aranguren, Igartua, Larrauri, Argoitia, Uriarte, Arieta, Clemente y Rojo.
Respecto a su vida como jugador, en comparación con su posterior etapa como entrenador, Clemente comentó: "Es totalmente distinto ganar un título como jugador que como entrenador. Como entrenador te toca siempre una pequeña parte del triunfo, lo demás pertenece a los jugadores. La verdad es que disfruté mucho más como jugador, no hay comparación."
Tal vez el dramatismo de su prematura retirada haya contribuido en gran medida a acrecentar la épica de su juego, y a engrandecer, de forma nostálgica, aquellas virtudes suyas, pero acaso no tan extraordinarias, para convertirse el simple jugador en un mito irrepetible en donde siempre la leyenda traspasará la realidad...
Nunca lo sabremos!...
Pero lo que si sé, es que nunca jamás he sentido tanto la pérdida de un jugador rojiblanco como la de un tal Javier Clemente Lázaro,... guapo, rubio, chulo....
Y de Barakaldo, jolín!...
El Bobby Charlton rojiblanco
No he entendido muy bien la lesión. Pero hoy en día... ¿también le habría costado su carrera futbolística?
ResponderEliminarQuiero decir, como jugador. Carrera futbolística, tiene.
Nunca te lo perdonaré, Marañón.
ResponderEliminarSolo añadir que como tan bien relatas, Almirante, en poco tiempo nos arrebataron dos jugadores llamados a metas altas.
ResponderEliminarPorque aunque Igartua volvio a jugar, me temo que no fue ya lo mismo.
Creo que sufrió doble fractura de tibia y peroné, con afectación de los ligamentos del tobillo...
ResponderEliminarUna lesión grave, por tanto...
También creo recordar que en alguna de las operaciones de las 5 que tuvo se produjo una infección post-quirúrgica que complicó mucho el proceso porterior de curación...
Desconozco königin si, con los medios y técnicas de hoy en día, habría podido recuperarse y haber seguido jugando sin ningún problema...
Durante años, en mi casa, no se pùdo pronunciar el nombre de Marañón: mi aita se ponía como loco. Si algún pobre diablo tenía ese apellido en otro equipo, sin ser el interfecto, a mi padre se le nublaba la vista y había que convencerle de que no era "él" para tranquilizarle.
ResponderEliminarDe las operaciones de Clemente, de su lucha contra el infortunio como un moderno Sísifo, recuerdo que mi aita me lo ponía como ejemplo de luchador. Él no lo sabía entonces, pero ya estaba condicionado mi futuro como clementista. Que lo soy, y a mucha honra.
Sobre los méritos de Clemente, decirte, Piston, que no son atribuibles a su beatificación (la canonización llegó en el 83) por la lesión. La prensa deportiva le eligió mejor jugador joven de europa. Y el apodo de "Boby Charlton español" no vino de la grada de San Mamés, sino de tierras más lejanas e imparciales. No hay más que fijarse en el adjetivo.
La crónica de la jugada la hubiera firmado el mismísimo Matias Prats .... una lástima, siempre he oido que apuntaba muy alto pero mira, eso es el futbol ....
ResponderEliminarBastante tiempo despues, un lateral, llamado el primer producto lezama, también sufrió una durisima entrada de un tal Julio Alberto, afortunadamente con mejor fortuna.