Hace unos días, uno de los entrañables amigos agnósticos que frecuentan este ambigú, llevado por la desesperación propia de esta triste época que nos ha tocado vivir como zurigorris y tal vez influido por el ambiente cristiano de la Navidad, llegó a decir que el Athletic necesita Fe, Esperanza y Caridad.
Yo le contesté que tal vez necesitábamos más de las virtudes cardinales (Prudencia, Justicia, Fortaleza y Templanza) que de las teologales, idea que contando con vuestra paciencia, voy a desarrollar ahora.
Prudencia
Al igual que pasa con las otras tres virtudes, su significado desde el punto de vista de la moral no tiene mucho que ver con el sentido coloquial de nuestras conversaciones habituales.
La prudencia, por tanto, no debe confundirse con una actitud timorata. En su lugar la podemos definir como la virtud mediante la cual conocemos la verdad.
Por eso se considera que es la primera de las virtudes cardinales. Efectivamente, la moral no es un conjunto de restricciones a nuestra libertad, sino doctrina sobre la naturaleza humana: trata de lo que debe hacer el hombre para vivir de acuerdo con su verdadera condición. En este sentido, la virtud es, como dice Santo Tomás, ultimum potentiae, lo máximo a que puede aspirar el hombre, o sea, la realización de las posibilidades humanas en el aspecto natural y sobrenatural.
Por lo tanto, cualquier virtud ha de basarse en el conocimiento de la condición humana y de esas posibilidades. Eso hace que la prudencia sea la primera de las virtudes morales y de alguna manera las demás la “necesiten”.
En el caso del Athletic, la virtud de la prudencia consistiría en que todos los estamentos del club, especialmente ahora técnicos y jugadores, supieran lo que es el Athletic, cuales son sus potencialidades, y a qué pueden (y deben aspirar)
Como aficionado zurigorri de más de 40 años en ejercicio, y perteneciendo a una segunda generación, creo que tengo una idea más o menos clara al respecto:
El Athletic, más que ningún otro club, es un reflejo de su sociedad, una representación de un pueblo, y un abanderado de una peculiar ética del deporte, lo que no garantiza resultados pero sí le hace depositario de una tradición de esfuerzo, entrega, deportividad y ambición. No veo nada de esto en el campo. Tan solo atisbo algunos indicios en la grada.
En otras palabras: el Athletic siempre ha tenido crisis de juego, pero la extrema duración de esta me hace pensar que no es sino un síntoma de algo más serio y preocupante: una crisis de identidad, o una falta de conocimiento de lo que es la camiseta zurigorri y de lo que implica vestirla. Crisis que se está extendiendo a la afición.
Justicia
La siguiente virtud es la justicia, muy ligada a la prudencia, ya que se puede definir como aquella virtud por la que el hombre, informado de la verdad a través de la prudencia, obra de forma consecuente con esa verdad, en todas sus relaciones.
La tradición cristiana nos habla de tres formas de justicia según la naturaleza de esas relaciones:
1.- Las relaciones de los miembros entre sí, cuya equidad se apoya en la justicia conmutativa.
2.- Segundo, la relación del todo a los miembros, cuya equidad se apoya en la justicia distributiva.
3.- Tercero, las relaciones de los miembros aislados al todo, cuya equidad va regida por la justicia legal.
¿Situación actual?
En cuanto a la justicia conmutativa, las relaciones entre los diversos estamentos del club son caóticas. Los socios desconfían de los jugadores y la directiva, la directiva ningunea a los socios y no ejerce autoridad con el vestuario, el técnico no acaba de entender lo que debe ser el Athletic, sobre todo en San Mamés, los jugadores no dan a los seguidores lo que estos esperan de ellos, etc.
¿El todo con los miembros? El club da demasiado a los jugadores y demasiado poco a los seguidores. La justicia distributiva brilla por su ausencia. Seguro que se os pueden ocurrir infinidad de ejemplos. Uno acaeció hace poco con una niña de 7 años en un campo de Valencia ...
Y en cuanto a la justicia legal, los socios estamos indefensos frente a los abusos. El corporativismo entre directivos evita que a estos se les pueda pedir responsabilidades y ese “todo” se convierte en un txoko de amigos que se reparten prevendas, favores, contratos, etc. Y no hay posibilidad de ejercer esa justicia legal, en parte porque los propios socios y compromisarios hemos estado dormidos. Y los jugadores por su parte no dan al “todo” lo que deberían darle siendo consecuentes con lo que representa la camiseta que visten. Y no funcionan los mecanismos para implantar una mayor exigencia.
Fortaleza
Además de conocer la verdad (prudencia) y vivir conforme a ella hay que perseverar, frente a las dificultades y las presiones; frente al miedo en suma (fortaleza) y también frente a la tentación de caminos aparentemente más fáciles y placenteros pero que nos apartan del verdadero objetivo (templanza)
Los continuos fracasos nos están debilitando, y cada vez son más las voces que nos quieren apartar de la perseverancia en la “filosofía” que forma parte esencial de nuestra identidad.
El miedo nos hace perder también el norte. Muchas actuaciones quirúrgicas que necesitamos se aplazan una y otra vez por el miedo a bajar.
En nuestro contexto, para mí la fortaleza consiste en dejar de tener miedo al descenso y hacer lo que la prudencia y la justicia nos dicen que hay que hacer: mantener la filosofía y tomar las medidas que haya que tomar para que el equipo tenga, sino la aptitud, al menos la actitud que debe. Caiga quien caiga.
Templanza
La disposición natural al gozo puede hacer que las potencias inferiores se rebelen contra las superiores. En nuestro caso, la tentación, facilitada por el entorno, de la comodidad y el mínimo esfuerzo que involuntariamente acrecentamos con nuestra filosofía, aparta a nuestros jugadores del “deber ser” athletizale. El problema no es de fácil solución y pasa por una refundación de Lezama, un cambio de la forma de llevar la política de cantera, y un sistema de remuneración por objetivos.
Creo que estamos lejos de todo ello, porque aunque se habla mucho de estas cosas en las campañas electorales, al final no se hace nada.
Este es mi diagnóstico, amigos del ambigú. Carecemos de esas cuatro virtudes cuando solo su ejercicio nos puede devolver a ser lo que éramos. Y no hablo de títulos.
Yo le contesté que tal vez necesitábamos más de las virtudes cardinales (Prudencia, Justicia, Fortaleza y Templanza) que de las teologales, idea que contando con vuestra paciencia, voy a desarrollar ahora.
Prudencia
Al igual que pasa con las otras tres virtudes, su significado desde el punto de vista de la moral no tiene mucho que ver con el sentido coloquial de nuestras conversaciones habituales.
La prudencia, por tanto, no debe confundirse con una actitud timorata. En su lugar la podemos definir como la virtud mediante la cual conocemos la verdad.
Por eso se considera que es la primera de las virtudes cardinales. Efectivamente, la moral no es un conjunto de restricciones a nuestra libertad, sino doctrina sobre la naturaleza humana: trata de lo que debe hacer el hombre para vivir de acuerdo con su verdadera condición. En este sentido, la virtud es, como dice Santo Tomás, ultimum potentiae, lo máximo a que puede aspirar el hombre, o sea, la realización de las posibilidades humanas en el aspecto natural y sobrenatural.
Por lo tanto, cualquier virtud ha de basarse en el conocimiento de la condición humana y de esas posibilidades. Eso hace que la prudencia sea la primera de las virtudes morales y de alguna manera las demás la “necesiten”.
En el caso del Athletic, la virtud de la prudencia consistiría en que todos los estamentos del club, especialmente ahora técnicos y jugadores, supieran lo que es el Athletic, cuales son sus potencialidades, y a qué pueden (y deben aspirar)
Como aficionado zurigorri de más de 40 años en ejercicio, y perteneciendo a una segunda generación, creo que tengo una idea más o menos clara al respecto:
El Athletic, más que ningún otro club, es un reflejo de su sociedad, una representación de un pueblo, y un abanderado de una peculiar ética del deporte, lo que no garantiza resultados pero sí le hace depositario de una tradición de esfuerzo, entrega, deportividad y ambición. No veo nada de esto en el campo. Tan solo atisbo algunos indicios en la grada.
En otras palabras: el Athletic siempre ha tenido crisis de juego, pero la extrema duración de esta me hace pensar que no es sino un síntoma de algo más serio y preocupante: una crisis de identidad, o una falta de conocimiento de lo que es la camiseta zurigorri y de lo que implica vestirla. Crisis que se está extendiendo a la afición.
Justicia
La siguiente virtud es la justicia, muy ligada a la prudencia, ya que se puede definir como aquella virtud por la que el hombre, informado de la verdad a través de la prudencia, obra de forma consecuente con esa verdad, en todas sus relaciones.
La tradición cristiana nos habla de tres formas de justicia según la naturaleza de esas relaciones:
1.- Las relaciones de los miembros entre sí, cuya equidad se apoya en la justicia conmutativa.
2.- Segundo, la relación del todo a los miembros, cuya equidad se apoya en la justicia distributiva.
3.- Tercero, las relaciones de los miembros aislados al todo, cuya equidad va regida por la justicia legal.
¿Situación actual?
En cuanto a la justicia conmutativa, las relaciones entre los diversos estamentos del club son caóticas. Los socios desconfían de los jugadores y la directiva, la directiva ningunea a los socios y no ejerce autoridad con el vestuario, el técnico no acaba de entender lo que debe ser el Athletic, sobre todo en San Mamés, los jugadores no dan a los seguidores lo que estos esperan de ellos, etc.
¿El todo con los miembros? El club da demasiado a los jugadores y demasiado poco a los seguidores. La justicia distributiva brilla por su ausencia. Seguro que se os pueden ocurrir infinidad de ejemplos. Uno acaeció hace poco con una niña de 7 años en un campo de Valencia ...
Y en cuanto a la justicia legal, los socios estamos indefensos frente a los abusos. El corporativismo entre directivos evita que a estos se les pueda pedir responsabilidades y ese “todo” se convierte en un txoko de amigos que se reparten prevendas, favores, contratos, etc. Y no hay posibilidad de ejercer esa justicia legal, en parte porque los propios socios y compromisarios hemos estado dormidos. Y los jugadores por su parte no dan al “todo” lo que deberían darle siendo consecuentes con lo que representa la camiseta que visten. Y no funcionan los mecanismos para implantar una mayor exigencia.
Fortaleza
Además de conocer la verdad (prudencia) y vivir conforme a ella hay que perseverar, frente a las dificultades y las presiones; frente al miedo en suma (fortaleza) y también frente a la tentación de caminos aparentemente más fáciles y placenteros pero que nos apartan del verdadero objetivo (templanza)
Los continuos fracasos nos están debilitando, y cada vez son más las voces que nos quieren apartar de la perseverancia en la “filosofía” que forma parte esencial de nuestra identidad.
El miedo nos hace perder también el norte. Muchas actuaciones quirúrgicas que necesitamos se aplazan una y otra vez por el miedo a bajar.
En nuestro contexto, para mí la fortaleza consiste en dejar de tener miedo al descenso y hacer lo que la prudencia y la justicia nos dicen que hay que hacer: mantener la filosofía y tomar las medidas que haya que tomar para que el equipo tenga, sino la aptitud, al menos la actitud que debe. Caiga quien caiga.
Templanza
La disposición natural al gozo puede hacer que las potencias inferiores se rebelen contra las superiores. En nuestro caso, la tentación, facilitada por el entorno, de la comodidad y el mínimo esfuerzo que involuntariamente acrecentamos con nuestra filosofía, aparta a nuestros jugadores del “deber ser” athletizale. El problema no es de fácil solución y pasa por una refundación de Lezama, un cambio de la forma de llevar la política de cantera, y un sistema de remuneración por objetivos.
Creo que estamos lejos de todo ello, porque aunque se habla mucho de estas cosas en las campañas electorales, al final no se hace nada.
Este es mi diagnóstico, amigos del ambigú. Carecemos de esas cuatro virtudes cuando solo su ejercicio nos puede devolver a ser lo que éramos. Y no hablo de títulos.
¿Lo conseguiremos algún día? No es un mal regalo para pedírselo a los Reyes Magos.
Gracias a la aportación de Wikipedia y apropiándome de las virtudes y cualidades valoradas por la República Romana, osaré escribir mi carta a los reyes magos con este dictado de deseos:
ResponderEliminar- Para la Institución, que la supuesta ABUNDANTIA Arratiana, se vea eclipsada definitivamente pon la FRUGALITAS (simplicidad en lo económico) y VERITAS (honestidad en la gestión) de la era Macuacianse.
- Para la Junta Directiva, que busque con ahínco recuperar la FIDES (confianza) en dirección a recobrar la DIGNITAS (dignidad en este caso) que nos haga sentirnos orgullosos de pertenecer a la órbita rojiblanca.
- Para el aficionado, socio, aficionado, que no se descargue su PATIENTIA, apelando a la CONCORDIA sabiendo administrar la PRUDENTIA en este tiempo de crisis, sin abandonar la FIRMITAS (tenacidad) en defender que este Club tiene solución.
- Para el mandatario de Palcio, que utilice sabiamente su AUCTORIAS (sentido de su función social) con INDUSTRIA (trabajo duro), PRUDENTIA (sabiduría y prudencia) y SEVERITAS (autocontrol).
- Para las starlettes…BONUS EVENTUS (buena suerte), FORTUNA (más suerte), PUDICITA (modestia), NOBILITAS (nobleza) y VIRTUS (coraje) para sacar adelante con PROVIDENTIA (habilidad para sobrevivir a los desafíos) un proyecto deportivo con dudoso porvenir.
- Y por último, para los que nos reunimos por este blog, FELICITAS (prosperidad), SALUBRITAS (salud)…y alguna corbata, perfume, par de calcetines…, que tanto nos "ilusionan" descubrir un seis de enero tras otro bajo el árbol de Navidad.
El Athletic lo que necesita es sentimiento, sentimiento de los que estan en el club y estan ahí como si estuvieran en sebastopol, en el Iliturgi o en la presidencia de la comunidad de vecinos ....
ResponderEliminarPara estar en el Athletic hace falta ese plus de sentimiento que los aficionados tienen y que desde el club se quieren cepillar ...
A nosotros,los aficionados, nos aparecen las otras "virtudes" (sin entrar a hablar del famoso duo cómico ....) en la misma proporción que los de corto y los de corbata actúan, zemos azí
FELICES FIESTAS A TODOS Y QUE EL 2008 SEA BUENO PARA TODOS ... UN ABRAZO
Yo no soy agnostico, me lo impide mi religión.Aclaracion necesaria para Cincinato.
ResponderEliminarAunque la lectura del Tratado de Ateologia de Onfray me tiene navegando en la duda.
El peligro de todo esto amigo Cincinato es que los de la Peña Zalla, se lo toman al pie de la letra y les da por los "Via Crucis Penitenciales", y yo de esos, uno cada dos domingos en San Mames.
Ahora que si Juancar se pone las sandalias del pescador , yo puedo pasarme una semana mas sin txangurro, todo sea por nuestro Club.
Gracias por la necesaria aclaración.
ResponderEliminarCreía que eras tan escéptico que ni siquiera creías en el ateismo.
¿Escéptico? No tanto. Sigues yendo a San Mamés.
Me gustaría saber si de tu constancia en ver al Athletic (a eso que dicen que es el Athletic) no puedes inferir alguna conclusión sobre una tendencia interior en tí hacia la fe que hasta ahora has encauzado a través del fútbol.
Mas que de las virtudes cardinales en el Athletic , siguiendo con la sección de teología , creo en este club se debiera de hablar de los 7 pecados capitales existentes , para erradicarlos y dar vuelta a la situación .
ResponderEliminarPereza, lujuria, gula, avaricia,soberbia... incluso la vanagloria , 8º pecado capital erradicado de la lista por Santo Tomás de Aquino, todos ellos presentes en los componentes de la plantilla y que se ha llegado a ellos por la excesiva permisibilidad y condescendencia de los progenitores , en este caso los rectores del club.
No obstante , los actuales jugadores del Athletic , no son si no un mero reflejo de la sociedad en la que vivimos, consumismo, mercantilismo, materialismo...y una falta alarmante de valores , en todos los sentidos.
Sin duda Cincinato que Asocio el "Don" de la fe al Athletic, y mi inmensa fe, me hace creer en goles de Argoitia y de Uriarte, cuando Piston, el quinto evangelista, los detalla con tanta precisión.
ResponderEliminarTiene parte de razon Elwood, pero lo que menos soporto de esta plantilla es la Mediocridad, y la autocomplacencia, sabedores de que no podemos ir a Jerico en busca de Mesias nuevos.
Al de Rekalde recordarle que la Mediocridad es un feroz enano que suele imponerse a Talento ese gigante que deambula encadenado.
ResponderEliminarY en general, yo apostaría por los "cardenales" más que por los "cardinales"...."cardenales" de moratón no de mitra.
Por cierto, no sé si me interesa un mundo en el que, por un lado, el Athletic juegue como el Domingo y por otro, el tal Badiola, cabeza visible de los giputxinos, salga a los medios para decir que ha fichado a Zigic del Valencia y va a jugar hasta fin de temporada en la Real...gratis.
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