viernes, 27 de marzo de 2009

Cuentos de primavera - El contrato.


Este sería el último. No había vuelta atrás. La próxima vez que se jugara el derby, él estaría del otro lado, portando la otra camiseta, la que siempre quiso ver derrotada, a la que gritó tantos y tantos goles....envuelto en otros colores, en otra bandera....colores y bandera que hasta ahora solo le habían provocado una mezcla de rechazo y burla.

Sus estadisticas, hasta ahora, hablaban bien claro. Ocho derbys jugados, ocho ganados. Veinticinco goles a favor, de los que doce fueron suyos y solo nueve en contra. Brutal, enorme, ¿cómo no iba a ser el ídolo de aquella afición?. Afición sabia, entregada, joven y divertida.

Pero la Historia, juguetona ella, le había preparado una emboscada, una trampa para sus sentimientos, una herida en sus convicciones más profundas. Aquel maldito contrato. Pero tenía que ser así, no había otra,"el normal desarrollo de los acontecimientos", "tienes que pensar en tu futuro y el de los tuyos", que le decían todos sus íntimos.

Total, que el próximo año estaría en el otro lado, en el otro vestuario, con todos los que hoy serán sus compañeros por última vez convertidos en sus enemigos, en el contrario a batir. Y , todavía, el único que lo sabia de toda la plantilla era él. ¿Cómo y cúando sincerarse?.

Durante las última semanas se preguntaba, se reprochaba, cómo había decidido firmar....por qué no había sabido superar la presión de los representantes....de su familia....por qué puso fecha y hora a la firma....cómo se dejó convencer tan fácil. Tal vez fue la insistencia de todos, empezando por Marisa, su novia desde ya hace cinco años, o por sus padres que querían lo mejor para él y para su carrera. Aquel cambio de aires para ellos significaba mucho....tranquilidad y un futuro asegurado....la seguridad...la maldita seguridad le obligaría a cambiar de bando.

Al principio cuando le llegó la propuesta y la contó en casa, viendo la reacción de todos él también se sintió embalado, los términos del contrato sonaban de fábula y dio orden de seguir adelante.....pero hace ya unas semanas que el arrepentimiento ronda su cabeza. Está desorientado, perdido y su juego empieza a resentirse.

El día del partido, su último derby con el equipo de toda su vida, le costó vestirse en el vestuario. Tardó un montón en colocarse cada prenda....enrollarse las vendas.....ajustarse las botas. Se imaginaba vistiendo la otra.......colocándose los otros colores y rápidamente tuvo que sacudir la cabeza para volver en sí. No dejaba de pensar que sería el último derby en el que tirar una pared con Pepelu....en el que recibir un pase al hueco de Guille....ese genio del mediocampo....que nunca más en un derby recibiría, de Edu, ese centro perfectamente tocado que convierte el remate de cabeza en una pura delicia. Recordó que la próxima vez los tendría enfrente y se le hizo un nudo en la garganta.

Embocaba ya la salida del vestuario, aparentemente concentrado, pero , en realidad, serio y triste cuando le vino a la cabeza, la pregunta que Marisa le envió vía SMS.......pregunta que cortaba como una daga...."·¿se lo dirás hoy a los muchachos?"....y su respuesta...."sí, hoy....cuando el partido haya terminado".

Empezó a calentar, sus compañeros, camaradas de años, lo notaron distante, frío. Él miraba a los que serían el próximo año sus compañeros y no podía entender su propia decisión. "Con esos desgraciados no gano un partido más" se dijo.Durante el encuentro no le salió una, ni un pase, ni una pared, ni un regate, ni un remate entre los tres palos, nada. Hasta el aliento, los cánticos y los gritos de la afición le hacían daño. Se pasó el partido pensando cómo tirar atrás aquel pre-contrato .....y la posible reacción de su hermano, representante y abogado, cuando se lo sugiriera...El clásico terminó 1 a 0 gracias a una genialidad de Edu, pero no hubo nada más.

Se duchó, se cambió rápido y se fue, incapaz de contarles nada, ni siquiera se quedó a comer los habituales pintxos con los muchachos.

Los días siguientes estuvo raro, pensante y desaparecido. El primer viernes de Enero, a las 11, debía firmar el contrato definitivo. Todos querían estar presentes, los padres, sus hermanos, Marisa, su familia....todos.

Llegó el día. Pero él no fue, no apareció. Lo buscaron por todos lados y nada, ni en el club, ni en casa, ni en el bar de siempre sabían nada de él. Se lo había tragado la tierra. Un hermano de Marisa fue a ver a un conocido en la policía, el teniente Larramendi, pero les dijo que tenían que pasar 48 horas para darle por desaparecido.El Sábado a la mañana le mandó un mensaje a su madre “estoy bien, no te preocupes, me he venido a la costa, cuando me calme te llamo, no digas nada, besos”.

Se rajó, no soportó la presión de cambiar de bando, de equipo. Intimamente sabía que , por culpa de aquel contrato, no volvería, que ya no vería a los chicos, que aquel había sido su último partido, su último clásico. Su último “solteros contra casados".

9 comentarios:

  1. Cuando quieres hacerme reír, mis carcajadas redoblan; cuando quieres hacerme llorar, las lágrimas fluyen fáciles; cuando quieres sorprenderme, mis ojos se abren como platos... con razón todos estamos enamorados de ti, preciosa.

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  2. Y lo más dramático de todo es que sabe, perfectamente, que al año siguiente le será imposible quedarse a los pinchos de después del partido...Que nada más acabar el partido tendrá que salir escopeteado para, quien sabe, si su casa o la de su suegra, según y donde sea ese día la comida familiar...

    Y le dice a su amatxu que está bien...

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  3. ¿? , no pillo la situación señores :(

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  4. jajajajaja... eres única, princesa.
    Acababan de irse a la cama los de casa y has conseguido que suelte una carcajada tal que se me ha acercado la pequeñaja con los ojos entrecerrados preguntando: ¿qué pasa...?

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  5. Que jodido, Mariosila... estaba leyendolo y me preguntaba, ¿será Díaz de Cerio? ¿quién será?

    Jajaja... Sin duda alguna, el contrato del que hablas es, como mínimo, "leonino" y no precisamente por firmar con los "leones" de San Mamés...

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  6. enternecedor...

    de esas cosas que uno lee y se le eriza todo el cuerpo al llegar al final...

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  7. Mariosila,..plas-plas-plas.
    Sin comentarios.
    Ya los plamará Anónimo.

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  8. Es un placer ser lector habitual de este blog por cosas como esta: por fin en este mes, en un escrito de más de cuatro líneas, no aparece la palabra "entradas", sino fuera por las que imagino acrecentarán en la testa del desdichado protagonista, no ya a la firma de este contrato sino a la de su verdadero entierro en vida: la paternidad... si se sirve de sugerencia para próximos cuentos soy todo oídos (ojos en este caso).

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