“Si fuera un pibe…..si tuviera tiempo para el papel y la pluma…..si fuera creyente….en definitiva, si fuera el que fui…..¿sabés?...pediría a los Reyes Magos que me trajeran como regalo eterno otro “Bocha”……otro Bochini capaz de llenarme los ojos de lágrimas felices cada Domingo”.
Su voz, veterana, en aquel tren que cruzaba La Mancha a velocidad de vértigo, sonaba melodiosa y nostálgica, lánguida como un tango, producto, quizás, de la distancia, de aquellos miles de kilómetros que le separaban de su amado Buenos Aires, de su Avellaneda y de su Independiente, que casi diría, tras conocerle, era la razón, la explicación sencilla y tierna, de su existencia.
Allí estaba, flaco de piernas largas, mirándome desde aquel traje gastado, de color impredecible, y su larga cabellera blanca. Manos y dientes de fumador empedernido. Ojos de brillo triste, evocadores de una vida de éxitos efímeros y largos fracasos, de esos que dejan huella. Sentado frente a mí en aquel tren que nos conducía a los dos a lugares, quizá, no deseados. El, yo y el fútbol como hilo conductor, como bisturí que nos permitiría, poco a poco, y sin casi pretenderlo, “conocernos”, asomarnos tímidamente a la vida y a los sentimientos del otro. Siempre agradeceré a “Marca” que fuera la excusa para dar inicio a aquella conversación.
“El Madrid…..un grande, sin duda….¿madridista, supongo?.... o quizás me equivoco y sos colchonero”…inició la refriega apoyándose en la portada del diario y en esa “superioridad” que dan los años , el saberse “mayor” y, me temo también, el carácter porteño…
“Sos del Athletic!.....por favor, maravilloso…..Bilbao huele a fútbol….y ese campo bajo la lluvia….se ve fantástico….el Rey de Copas….¿sabés que en Argentina así se le llama también a Independiente, el amor de mi vida?.....el Rey de Copas…..soná maravilloso ¿verdad?”….sentenció alargando las vocales…y en pocos minutos hizo una demostración de conocimientos, respeto y, por qué no decirlo, cariño por nuestro club….
La conversación pronto se instaló en las nostalgias mutuas…..según me iba contando podía verle, de pibe, con la radio pegada a la oreja, escuchando el partido de su Independiente, mirando a través de la ventanilla del suburbano, llorando. Lágrimas que caen en silencio, sin gestos, inexpresivas. Lágrimas que ruedan por las mejillas hasta mojar su camiseta.
“¡Qué grande Bocha!.....Bochini fue lo máximo sobre un campo de fútbol!....siempre me hacía llorar….”
Suspira. Tira de recuerdos, emocionado. Me habla de tardes escapándose del trabajo para ver aquel partido contra la Juventus, en Roma. Rozando la Intercontinental….”¿vos comprendés lo que eso supone?....los rojos íbamos a ser campeones del mundo!”….”28 de Noviembre de 1973”…repite la fecha como un mantra….como una letanía…..con los ojos mirando al infinito…y de nuevo, los recuerdos…..”faltaban 15 minutos…o menos que eso quizás….y salió el Bocha…18 añitos…qué grande el Bocha….lo más grande en un campo de fútbol….la que armó en un ratito….¿sabés?.... agarró la pelota.....y no lo paró nadie!....pero quién le iba a parar al más grande??....venga a tirar paredes con Bertoni….menudas dos “Bes”….Bocha y Bertoni….y eran dos nenes!!”…se levantó y se sacudió brazos y piernas con fuerza….”es que cada vez que hablo de Independiente me dan escalofríos…¿vos me entendés?”….que si le entiendo….la misma enfermedad, el mismo virus, los mismos síntomas….solo que con camisetas y nombres diferentes.
“Bochini no era goleador…..tenélo claro….lo suyo era….lo suyo era la fantasía….el toque mágico, sutil, para que el compañero golee….dejando al delantero en la soledad del área, mano a mano con el arquero….burlando, de un solo toque, a toda la defensa…..jugando el Bocha, el área contraria era como un desierto con grandes espacios abiertos que solo él veía…..y de un toque…ah!, amigo…de un toque te metía, directito, en el oasis….”…me surgió el nombre de otro 10 actual del que dicen que tiene zurda de “seda”….pero me quedé callado...”y esa emoción oyendo a todo el estadio gritar Bo-chi-ni…Bo-chi-ni….Bo-chi-ni”…..
“Todavía hoy, en Argentina, cuando ves un toque de esos mágicos hay quien dice…”¿viste que “bochina”?”….Ruiz Moreno, Alzamendi, Astegiano, Alfaro Moreno…jugadores de no más de a cien pesos la docena….todos ellos salieron máximos artilleros gracias a él….gracias al Bocha.”
“Le amaba tanto…..nunca, pero nunca le fui infiel al Bocha, con nadie, jamás le perdí un partido…..ya, ya, ya sé que dicen que Diego fue mucho mejor….pero Bochini fue un adelantado….la primera camiseta con el número 10 que se puso Dios no fue la de Diego , fue la del Bocha.”…dicho así….con la cabeza alta y el orgullo por bandera….”el gol de Diego a Inglaterra en el 86….el bueno, no el mentiroso de la mano….ése lo había logrado ya el Bocha diez años antes en la final de la Libertadores contra Peñarol….por algo fue Diego el que le dijo al Bocha, cuando coincidieron en la albiceleste….”dibuje, maestro!””….
“Ah…y aquel día ante Talleres…..con los generales queriendo que Talleres saliese campeón…Bocanelli, el " canchero" de Talleres, que golea, con el puño, sin sutileza ninguna….fijéseee….!!!con el puño!!!.....el pelotudo la dió con el puño...y el árbitro que concede el gol….nuestro capitán, Galván, que se va a por el árbitro…..”Sinvergüenza…. pero qué carajo te chupaste!!!!.......echáme si tenés huevos….tengo dos hijos y esto me da asco”…y Barreiro, el patán del árbitro, cobarde, que lo expulsa….a él y a Larrosa….y a Trossero, el “vikingo”, nuestro defensa más fiero, rústico y mariscal al mismo tiempo…vos me entendés? (que si le entiendo…y me da que Barreiro lo entendía también…) …eso sí , a Trossero lo expulsa antes de que llegue siquiera a acercársele…..un cobarde aquel Barreiro…..si no llegan a parar a Trossero a tiempo le digo que Dios no hubiera tenido que hacer justicia…..”ladrones, ladrones, así salís campeones”….bramábamos en la grada roja….!a tres, nos expulsó a tres el cabrón!..…!nos dejó con ocho el amigo!…..!ja!...cómo si eso le importara al Bocha…. de pronto, cuando ya todo parecía perdido….cuando ya estábamos resignados….apareció el Bocha y su genio….aquella doble pared con Bertoni….”la dinámica de lo impensable” lo titularon algunos…y “campeonamos”…con tres jugadores menos….ganamos a todos….a Talleres, al árbitro, al poder político….y lloré….lloré como no lo había hecho antes….”….cuenta emocionado mientras se enjuaga las lágrimas con un pañuelo….
“Asi de grande era el Bocha. Por encima de todo lo que se pueda decir de él, de sus más de 600 partidos con Independiente, de sus más de cien goles, está el genio, el talento inmenso de un jugador que fue único, distinto a todos. El del toque magistral, la gambeta hacia adelante, la pared perfecta, el pase de gol, el conductor inteligente, el crack que jamás tuvo miedo en una cancha por difícil que fuera el partido, el hombre que siempre creyó que todas las jugadas podían terminar en gol y que todos los partidos se podían ganar….y lo mejor de todo….el gran jugador que solo tuvo un amor…Independiente...”
-“Recuerdo como si fuera hoy la final contra River en el 79….que dos golazos!!!....dos!!!....y otra vez que lloré como nunca antes…….o aquel día en el Monumental, de nuevo contra River….perdíamos 1-0….y Bochini que agarra el balón en nuestra área….y que se la lleva hasta el arco de River….él solo….uno a uno…como sin querer… los fue “despellejando”….al poquito ya le habíamos volteado a River….¿y sabés lo que hice?”….
-”Me lo imagino….llorar”…
-“Como nunca antes....y tantos que no lo entendían…..por qué llorás si ha ganado Independiente?.....si hasta mi primera novia me dejó por no entender mis obligaciones de cada Domingo con Independiente y mis lágrimas…y es que …¿cómo hacés para explicar algunas cosas?...gente a la que no le dice nada que mi apellido tenga trece letras ……justo las mismas que tiene el nombre de mi club…de mi vida….o que Bochini, el mismo Dios, haya nacido el mismo mes que yo…”
“Se lo quisieron llevar tantas veces…clubes mexicanos, brasileños, europeos….pero él nunca quiso marchar…nunca quiso dejar Independiente…nunca se puso otra camiseta….Bocha es nuestro, ¿sabés?….es nuestro”…y ahora son los míos los ojos que se humedecen….
Nadie lo olvidará jamás. Por eso la nostálgica noche de su partido homenaje, el Estadio de la Doble Visera de Cemento entero acompañó su llanto entonando el tema de un eterno hincha de Independiente, Leon Gieco y su "!Sólo le pido a Dios, que Bochini juegue para siempre... “.
Y es que su relación con el hincha fue absolutamente indestructible, cimentada en amor incondicional por un lado, y en entrega sin reservas por el otro. Porque pocas veces un jugador fue tan decisivo en los triunfos de su club, en dos largas décadas de alegrías.
Y llega el momento de la confesión final, íntima…..“Fue mi viejo el que me dio a probar el veneno….siendo un pibito recuerdo la emoción de ir al campo en Avellaneda…mi viejo y yo….todavía recuerdo estando ya muy enfermo en el Hospital…pobre viejo…no reconocía a nadie….le cogí de la mano sentado junto a él en la cama….y le susurré al oído…”ayer le ganamos a Newell´s….estamos a un punto del primero y el Domingo jugamos con Boca”….silencio…..me levanté para irme y según cruzaba la habitación sonó la voz gastada del viejo….”¿jugamos en Avellaneda o en la Bombonera?”….pobre viejo….fue lo último que salió de su boca...
Se hizo un respetuoso silencio. Se rebulle en el asiento y fija sus ojos, su mirada triste, en las nubes blancas, quietas, allí sobre el horizonte, mientras el tren avanza sin descanso. Y noto que el flaco del traje gastado y el largo pelo cano se está yendo, se va, me abandona, se fue….con él se va el fútbol y el tango, cogidos de la mano….¿a dónde?.... supongo que a Avellaneda, junto al Bocha, con su viejo.
Y según se me aleja oigo tocar, lejano, un acordeón de arrabal y una voz suave y sensual cantar un pensamiento triste que se baila….
“Mamita querida,
ganaré dinero,
seré un Baldonedo,
un Martino, un Boyé;
Dicen los muchachos
de Oeste Argentino
que tengo más tiro
que el gran Bernabé.
Vas a ver que lindo
cuando allá en la cancha
mis goles aplaudan;
seré un triunfador.
Jugaré en la quinta
después en primera,
yo sé que me espera
la consagración.”
Desde el 17 de julio de 2007, Bochini tiene calle en Avellaneda, justo donde reside el estadio del club para el que jugó casi 20 años.
