Y la Txapela se fue para Iparralde

Sí.

Por primera vez una importante txapela individual cruza la muga. Y lo hace para ceñir la cabeza de Sebastien Gonzalez.

La crítica daba como favorito a Martínez de Irujo. La cátedra refendaba ese pronóstico con un 100 a 40 a favor del de Ibero, que además reinaba en el ambiente previo del Atano gracias a una afición ruidosa, mucho más visible y audible que los labortanos que habían venido a apoyar a Sebastien.

Con esos antecedentes, cuando con el primer saque a favor el favorito comenzó a sumar puntos con una facilidad insultante, parecía que la siempre anhelada final del "Cuatro y Medio" iba a tener poca historia.

De hecho, al llegar al 10-2 llegué a pensar que mi apuesta personal de organizar el día para poder ver la final iba a resultar improductiva. Y es que para mí es imprescindible la emoción. Sin ella, no puedo disfrutar de un acontecimiento deportivo en el que no participe un equipo o persona al que me sienta fuertemente ligado, ligazón inexistente en este caso.

Pero de repente, algo cambió. El de Askaine hizo una primera racha que le acercó al favorito. Éste recuperó el saque e hizo otros puntos, pero le duró poco. Las alternativas, en forma de rachas de puntos, se sucedían, pero con González sumando más que Irujo en cada una de ellas, de manera que la distancia se reducía de manera inexorable.

Y no era solo el marcador. Sebastien, que había empezado tal vez algo frío, iba demostrando cada vez más solidez en su juego, consiguiendo algunos tantos espectaculares a dos paredes.

Fruto de ello llegó el empate a 16. Todavía creo recordar que Irujo volvió a cobrar ventaja 17-16. Pero los sucesivos empates a 17 y 18 (este último creo que después de que González se pusiera por primera vez en franquía 17-18) fueron el prólogo al definitivo despegue del labortano que ya no cedería ningún punto hasta el 18-22 final.

Lo que parecía que iba a ser un paseo, terminó siendo un partido espectacular. No solo por la belleza de algunos tantos, sino sobre todo por la meritoria remontada de Sebastien. Hace falta tener mucha fortaleza mental, además de ser un gran pelotari, para hacer lo que hizo ayer en el Atano III.

Fortaleza mental que creo que no tuvo Martínez de Irujo, que me pareció que estuvo algo desquiciado en la recta final, pese a que firmara todavía tantos como ese en el que respondió in extremis y tirándose al suelo a un dos paredes de González, colocando la pelota donde el ganador de ayer no fue capaz de llegar.

Un gran partido del que disfruté. La apuesta mereció la pena.

Y una pregunta para pelotazales: ¿qué tiene la jaula que la hace tan atractiva? Hace años, recuerdan los entendidos, este campeonato era una especie de hermano pobre en el mundo de la pelota. Y ahora creo que no ando desencaminado si digo que ha desbancado a otras especialidades en cuanto a expectación en el mundillo pelotazale e incluso en la sociedad en general. Curiosa evolución.