martes, 9 de febrero de 2010
Comenzó el Seis Naciones
Compromisos familiares me impidieron seguir la primera jornada del Seis Naciones en directo.
Ayer pude ver en diferido, pero sin saber el resultado, el Escocia-Francia.
Escocia 9 - Francia 18
Escocia sigue empeñada en que su horizonte vital sea evitar la cuchara de madera contra Italia. La gesta de hace un par de años, cuando consiguieron ganar a Inglaterra en Murrayfield, no ha sido sino un espejismo. Este equipo está atascado en un viaje a ninguna parte del que no hay manera de salir.
¿Explicaciones? No lo sé.
Pero Gales e Irlanda vivieron momentos parecidos y supieron salir de ellos. Esperemos que pase lo mismo con los escoceses, pero se les espera desde hace ya muuuuucho tiempo y ... nada.
Me gusta el rugby. A no ser que juegue el Athletic, suelo soportar mejor un mal partido de Rugby que un mal partido de fútbol. Más si, como ayer, tengo un cierto mono por hacer mucho que no veía un partido internacional.
Y sin embargo ¡qué horror! Seguramente los verdaderos rugbymen que visitan a veces este tugurio apreciarían detalles técnicos que les mantuvieron entretenidos, pero a mí hacia tiempo que un partido de rugby no se me hacia tan largo. ¡Qué eterna segunda parte!
Y encima, me tuve que enterar por los locutores de que mi Gales perdió con Inglaterra, con lo que me ha bajado mucho la motivación para ver el partido en diferido.
Por acabar con el bodrio de Edimburgo, decir que los franceses, sin hacer nada del otro jueves, ganaron a una planísima Escocia, pese a que ésta se adelantó con un golpe de castigo.
Los dos ensayos franceses del "loco" Bastareaud en la primera parte remataron a una Escocia a la que creo que la superioridad francesa en la melé ya tenía anímicamente muy tocada.
Bastareaud volvía a la selección tras una polémica. El verano pasado volvió borracho a las tantas de la noche al hotel de la concentración en Nueva Zelanda, donde los "bleus" estaban de gira. Su embriaguez fue tal, que se pegó un castañazo él solo al entrar en la habitación, castañazo que dejó huellas visibles en el pómulo. Para disimular no se le ocurrió otra cosa que inventarse una agresión que habría sufrido en la calle a manos de un grupo de malos malosos neozelandeses. La superchería se descubrió por las cámaras de seguridad del hotel y ha estado unos meses apartado de la selección.
Con la ventaja lograda merced a eso dos ensayos, la segunda parte no tuvo historia.
Sí la ha tenido el tercer tiempo. Pero no por la habitual confraternización entre jugadores, sino por la pataleta francesa. Un enfadado Lievremont (seleccionador francés) anunció que se va a presentar un dossier contra el árbitro del partido, el galés Nigel Owens, al que acusó de impedir un triunfo más amplio de su equipo.
A falta de que los citados rugbymen que espero que comparezcan por aquí sienten cátedra al respecto, opino que no. Que Lievremont se equivoca, y que si los franceses se quedaron cortos de cara al average que puede decidir el torneo en caso de empate a puntos, fue por su falta de ambición en la segunda parte. Vieron el partido ganado y levantaron el pie. Y eso no es culpa del árbitro, que además es tío de una de nuestras galesas (la del centro)
Me quedé sin ver a Francia. La poca chicha que ví en Escocia me impide sacar conclusiones sobre las posibilidades galas ante las otras tres selecciones británicas.
Y una duda, ¿cómo demonios pudo Escocia ganar a Australia en un test-match hace poco? Viendo lo de ayer, resulta difícil de creer.
Los otros partidos
Irlanda derrotó en Croke Park a Italia (29-11) Lo más destacable del partido debió ser que O'Gara se covirtió en el primer jugador que pasa de 500 puntos en el Seis Naciones.
Y en el centenario de Twickenham, una Inglaterra vestida a lo retro derrotó a mi Gales (snif!) por un 30-17 que por lo visto no hace justicia a los apuros que los de la rosa llegaron a pasar en la segunda parte cuando los galeses se acercaron 20-17 y les metieron el miedo en el cuerpo. Destacable la reaparición de Wilkinson.
Si me animo a ver ese partido igual añado algo.
Próxima jornada
Visto lo visto, creo que voy a pasar de ver más partidos en los que jueguen Italia y Escocia (más que nada porque no tengo tanto tiempo y debo seleccionar)
Así que la jornada próxima, los Gales-Escocia (Sábado 13 a las 14,00) e Italia-Inglaterra (Domingo 14 a las 15:30) los tendrá que contar otro.
Yo me centraré en el partido de la jornada: Sábado a las 17:30, un interesantísimo Francia-Irlanda. Los gallos reciben al vigente campeón. Un partido de imprescindible visión.
Oh Flower of Scotland dónde estás?
ResponderEliminarExcelente entrada cónsul.
Yo soy escocés y lo poco que se de la problemática del rugby allí os lo expongo a continuación, aunque puede que no esté del todo bien informado.
Existe una liga en Escocia pero los mejores jugadores escoceses juegan la Guiness Premiership (Inglaterra) o el Top 14 (Francia).
Es decir, las promesas se van por "pasta" a jugar fuera y los equipos escoceses pierden competitividad, y en consecuencia, la liga pierde nivel. Si no quieres que se vayan esos jugadores tienes que meter "pasta" y no la hay.
En su momento la Scottish Rugby Union decidió que jugarían en el quince del cardo solo aquellos jugadores que estubieran en equipos escoceses para "premiar" a los que se quedaban y de manera indirecta "castigar" a los que se marchaban. Resultó un fracaso.
Luego recularon, y han vuelto a convocar a los mejores, pero el nivel de la liga escocesa sigue estando muy por debajo de las ligas inglesa o francesa, tanto en calidad como en dineros.
De todas formas confio en el orgullo escocés y que demos alguna sorpresa.
Te animo a que algún día vengas a ver en directo al único club que hay en Bilbao, si no es al senior, pues los juveniles, cadetes, infantiles o la escuela (pre-benjamines, benjamines y alevines).
E invitado por supuesto al tercer tiempo.
Y Lievremont, un gili. Eso no es fair play. Me parece absurdo y una conducta totalmente futbolera en el sentido despectivo de la palabra.
Escocés de adopción.
ResponderEliminarQue buen whisky????
Os recomiendo el "ISLE OF JURA" de 8 años, pure malt. Excelente calidad-precio.
Muy oportuna la calificación de "futbolera" a la conducta de Lievremont.
ResponderEliminarTeniendo en cuenta que el dossier contra el árbitro galés cita como antencendente un Irlanda-Francia en el que según los del gallo, Owens les machacó, esto me huele a una campaña para influir en el árbitro del importante partido del sábado, precisamente contra los irlandeses.
Al más puro estilo de la canallesca florentinera.
Impropio del rugby, me parece a mí.
Si eres escocés igual le conoces a cierto pilier filo-escocés que antes solía aparecer por aquí.
ResponderEliminarSi le ves, dile que sus comentarios a estos posts sobre rugby serían bien recibidos, ya que, como es sabido, el fútbol y el Athletic no le interesan ...
Desde que veo el Torneo Tres Naciones y el fútbol americano partidos de rugby con Escocia presente trato de evitarlos.
ResponderEliminarGrabé el Inglaterra-Gales....pero como un hijo de su madre tuvo la osadía de soltarme el resultado antes de tiempo....pues como que ya no lo ví...no tengo el cuerpo para ver a una Inglaterra triunfante.
Del Irlanda-Italia, sencillamente pasé....había un Liverpool-Everton...
había un Liverpool-Everton...
ResponderEliminarEn este partido hubo juego a la mano, meles, tiros a palos.
Que manera de repartir, que violencia, que mal me cae Benitez.
Y cómo te gusta Kuyt....
ResponderEliminarEspectacular,gran cinci! Pocos comentaristas de rugby profesionales lo hubieran hecho tan bien! Y si, estoy vivo, desaparecido pero vivo!
ResponderEliminarMe alegra de ver que sigues vivo, Peibolin.
ResponderEliminarY supongo que buscando la flor de Escocia con Bogart.
¡Ojalá tengáis suerte!
Pero no el sábado ...
Go Scotland the brave!!!!!!!
ResponderEliminarSigo apostando por Escocia.
Pese a todo.
Me pasa con Escocia lo mismo que con el Athletic. Quiero que gane siempre, aunque juegue mal.
Eso sí, no me pasa lo mismo con el futbol que con el rugby.
Desde hace ya muchos año, el futbol que no sea el athletic me da bastante lo mismo.
Sin embargo, el rugby me gusta, sin importarme quien juegue.