Tiempo de fugas.

Ya casi es verano en Kolimá. Bueno, para ser más precisos, tenemos ya aquí , en el Extremo Norte, esos tres o cuatro días de infierno en el que los termómetros, desatados , se ponen por encima de los 0 grados. Tiempo de “calor” y tiempo, también, de estúpidos intentos de fuga.


Y es que así son los presos condenados por el artículo 51. Unos desagradecidos. Te ocupas de ellos todo el invierno, les mantienes “calientes” a base de interrogatorios y palizas. No les falta el trabajo en las minas en esta época de crisis mundial. Aquí no se ha propuesto ERE alguno, al contrario, reclamamos más mano de obra. Se les concede sus cuatro horas de sueño. La escudilla llena de agua y grumos para cenar. A veces, si vomitan pueden incluso tomarse dos cuencos….si es que saben dirigir el vómito. Y, a pesar de eso, de tantos cuidados y atenciones, en cuanto la nieve deja de azotar los rostros y el cielo parece prometer la aparición de un tibio sol….ya están pensando en fugarse, en abandonarnos.

Por supuesto, en el Extremo Norte el sentido de cualquier palabra cambia. Si hablamos de “fuga” conviene no pensar en Kropotkin escapando de la fortaleza de Pedro y Pablo……una fuga clásica……aquí debe hablarse más de un “abandono no autorizado del lugar de residencia”…sin disfraces ni persecuciones…sin tener que calcular los pasos hasta la garita…sin escapar bajo la lluvia de balas del centinela….

Lo cierto es que escapar de uno de nuestro campos “educativos” no es complicado……ni los cercamos ni nos preocupa establecer una vigilancia férrea…..no se entiende una “universidad” entre rejas…….eso sí, huir de Kolimá, y pretender seguir vivo, es imposible. En el vacío de la taiga las distancias entre lugares habitados se cuentan en miles de kilómetros de bosque infranqueable.

En mis primeros años de destino, solicitado por mi, en el Extremo Norte, participé en la confección de un informe que demostraba que al Estado le salía más barato mantener un ejército de “cazadores de cabezas” que redoblar una vigilancia integral que intente evitar que se produzcan las fugas. A demás a las tropas aquí acantonadas les divierte más actuar de cazadores que de carceleros.

Pero, de todos modos, el poder de la ilusión es tan grande aquí como en todas las partes….como siempre. Sucede aquí lo que ya observaba Stendhal en la Cartuja de Parma….”el carcelero piensa menos en sus llaves que el preso en las rejas”….. En todo caso, las tropas de Interior con sus miles de perros acaban con las ilusiones….atrapan al cien por cien de los fugados….en un dia….en dos….en una semana….y a los más preparados en diez días.

Y ya no solo es escaparse……está el tema de saber bien y de antemano para qué y adonde quieres ir. El preso político sabe que no puede fugarse….¿donde iría?....¿a refugiarse en su familia?....¿en casa de algún conocido?....poner el peligro la vida de allegados y familiares es un alto precio….incluso el alto precio que significa descubrir que ni tu familia quiere verte más…

Sé de casos en los que cumplida la sentencia el preso vuelve a casa…y la esposa se encarga de comprobar la autenticidad y legalidad de los documentos del marido liberado del campo. Sé de casos de esposas que corrían al primer cuartel o comisaria al fin de informar a las autoridades de la llegada de su marido….intentando adelantarse al inquilino responsable del apartamento que lo haría en cuanto se enterase….

Por eso comprendía perfectamente al preso Gusev…”¿volver?...¿a dónde?....solo quiero morir aquí….prefiero eso que morirme de pena y tristeza a mi vuelta a Moscú”…..esperar pacientemente la muerte, con esa paciencia tan rusa…..elogiada por Tiutchev en sus poemas.

¿Y qué hay del preso no político, del criminal?....no suelen fugarse porque no confían en el éxito de la fuga, no creen poder llegar al continente. Y aciertan. Saben además que las tropas de Interior, gente con mucha experiencia, tiene un sexto sentido para reconocer a los hampones….como si estuvieran marcados por el estigma de Caín.

Recuerdo aquella vez que un reconocido atracador y asesino se fugó de Kolimá….las tropas de Interior estuvieron un mes intentándole dar caza….el oficial Madiarenko dio el alto a un desconocido embutido en un abrigo de piel de oveja que estaba en una de las gasolineras de la carretera, cuando el hombre se volvió, MAdiarenko le pegó un tiro en la frente. Nunca había visto la cara del atracador, era invierno y el fugitivo llevaba ropa de invierno, los datos proporcionados sobre él eran de lo más general….pero a Madiarenko no le engañó el olfato….”¿y si hubiera matado a un inocente?” , les oigo preguntar.....¿pero es que hay alguien inocente en Kolimá?..

Les dejo con un corto diálogo entre el camarada Urrutiev, comandante del campo zurigorri y Llorentov, preso “cazado” mientras intentaba la huida….

-“A ver, a ver….acércate más….asi que te han dado ganas de dar un paseo eh!...”...dijo el comandante mientras cruzaba la cara del preso con una filtración.....

-“Perdón, camarada presidente….le pido perdón…”

-“Y yo te perdono….lo que es yo te perdono….pero el Estado….el Estado no puede perdonarte….”… sonaba su voz benévola y bonachona….

Los ojos del camarada Artetxenko, comisario político del campo, se volvían turbios y se inyectaban de hilillos rojos de sangre mientras el fugitivo cazado era llevado, tras él, hacia el barracón de interrogatorios…