martes, 6 de noviembre de 2007

UEFA: ¿Un debate sobre el futuro del fútbol?

Aunque está pendiente hablar más de la próxima asamblea, después del cruce de opiniones de ayer entre Sir Piston y un servidor, creo oportuno refrescar el ambiente con en tema que se sale de lo estrictamente rojiblanco, pero que pese a ser atemporal no deja de parecerme muy interesante, incluso desde una óptica meramente Athletic.

De vez en cuando, para no perder del todo mi oxidado inglés, leo alguna revista extranjera.

Este verano cayó en mis manos un “The Economist” en el que venía un interesantísimo artículo sobre fútbol. No lo comenté entonces porque estaba atravesando una de esas fases de “Esta vez va en serio: dejo de escribir en la web”.

Pero lo he rescatado y paso a resumirlo y comentarlo.

“The Economist” es un defensor del liberalismo económico y es contrario en principio a ponerle limitaciones al mercado. Sin embargo admite excepciones por interés general y se pregunta si esas excepciones son aplicables al mundo del fútbol. Y todo ello a raíz de un debate abierto dentro de la UEFA, del que no me han llegado noticias desde otros medios, acerca de si se deben implantar limitaciones al fútbol europeo, al estilo NBA, para aumentar la competitividad.

El deporte es diferente

El tratado de Niza incluye una mención en el sentido de que el deporte, aparte de ser un negocio, tiene unas especificidades sociales y culturales que le pueden hacer merecer un tratamiento diferente al de un negocio normal y corriente.

¿Se merece el fútbol un tratamiento específico que limite la competencia, a pesar de ser un negocio, basándose en ese artículo?

En principio podría parecer que sí: en el mundo del deporte es necesaria una competencia equilibrada para poder ofrecer un producto vendible. En otros negocios, la competencia te limita y es un estorbo, pero un equipo de fútbol necesita que sus rivales sean viables para sobrevivir: nadie iría a ver a un equipo a jugar contra sí mismo. Esto puede justificar excepciones a las leyes antitrust en temas como por ejemplo la venta colectiva de los derechos de TV, en el sentido de que aunque el público pague por el R. Madrid, el evento ofrecido necesita de la existencia del Almería, por poner el ejemplo de un rival modesto (el ejemplo es mío)

Se trata de evitar círculos viciosos: los mejores equipos conseguirían más ingresos, eso les permitiría fichar mejores jugadores, la diferencia deportiva, y con ella la económica, se haría cada vez más grande, y un gran número de equipos dejarían de ser viables económica y deportivamente, lo que destruiría la competitividad de las ligas nacionales, desanimando a lo espectadores y dañando a todos los equipos, incluso a los grandes.

Sin una cierta colectivización de los ingresos, que garanticen un cierto nivel incluso a los modestos, esto acabaría con las competiciones como se entienden hoy en día.

En esta línea, prosigue “The Economist” el año pasado un grupo de ministros de deportes de la Unión Europea emitieron un informe (Independent European Sport Review) Uno de sus puntos declara: “El fútbol no debería ser una competición entre Leviatanes corporativos con el resultado dictado por quien tenga el bolsillo más profundo”. El informe defiende que se repartan con más igualdad los ingresos televisivos, se implanten techos salariales y límites a los importes que se puedan invertir en fichajes.

A este respecto “The Economist” opina que este tipo de limitaciones al libre mercado solo pueden admitirse en el caso de que provean ventajas a los consumidores que las justifiquen. Y en este caso, el prestigioso semanario británico, no tiene claro que sea así. Para ello se basan en un tal Stefan Syzmanski, profesor del Colegio Imperial de Londres, y autor de numerosos libros sobre la economía del fútbol, que opina que la defensa de la paridad de ingresos tiene una base débil. El fútbol profesional europeo, opina el profesor, siempre ha estado desequilibrado sin que eso haya dañado su popularidad. Según él, la estructura piramidal de las ligas (abiertas y no cerradas al estilo americano), con ascensos y descensos, garantiza que el interés por la competición se mantenga vivo incluso en aquellos equipos que no luchan por el título. Habrá equipos que luchen por la champions, otros por la UEFA, otros por no descender... Además también están las numerosas rivalidades locales.

Finalmente añade que los partidos entre equipos de alto nivel, con los mejores jugadores, no garantizan el espectáculo. Los partidos entre estos equipos suelen jugarse de forma muy prudente, con planteamientos muy tácticos.

Lo que viene a decir el tipo este es que la desigualdad está bien para que haya espectáculo, que consistiría en ver como un “grande” se hincha a meter goles a costa de un “pequeño” que mantendría vivo el interés de sus socios, garantizando su supervivencia y con ello que el “grande” pueda seguir teniendo sparrings, gracias a partidos con otros pequeños con los que haya piques vecinales o se jueguen evitar el descenso.

Yo no estoy de acuerdo. Y creo que las limitaciones que sugiere ese informe serían buenas para el fútbol, y especialmente para el Athletic.

Pienso además que las razones que esgrime ese profesor han podido valer para compensar las desigualdades que ha habido hasta la fecha, pero que estas son cada vez mayores y pueden, efectivamente, ser una amenaza para la competitividad y la emoción de la competición en la línea de lo que se argumentaba inicialmente.

Lo que no sé es en que han quedado esas recomendaciones, que según parece están siendo objeto de un debate casi secreto en el seno de la UEFA, y tampoco sé si otros medios más próximos se han hecho eco de esta noticia.

6 comentarios:

  1. Interesante artículo que supongo lo habrás leído, como no podía ser de otra manera, en el ambigú de la Bilbaina, mientras veías como Vicente Larrea iba esculpiendo una alegoría onírica en hierro del frondoso árbol de Gernika...

    Como yo de Economía y balances sé menos que un niño de Primaria, mi réplica se ceñirá a lo que este liberalismo salvaje repercute en lo estrictamente deportivo y, especialmente, haré mas hincapié en lo que afecta a nuestro Club...

    El mayor problema que atisbo yo a este liberalismo del mercado, creado fundamentalmente a partir de la Ley Bossman, y obligadas la federaciones europeas a no poner trabas a los Clubs a la llegada masiva de comunitarios por mor del Tratado de Niza, es que los equipos poderosos económicamente aún pueden marcar mayores diferencias deportivas con los que tienen un presupuesto mas limitado que antaño,... y ya no digamos con los Clubs que se autoabastecen primordialmente de la cantera, como el Athletic...

    La verdad es que como sigamos así los clubs de cantera como el nuestro, que buscan formar jugadores que luego apenas pueden retener, están condenados a largo plazo a ser una especie de "convidados de piedra" en las Ligas" Ad Maioren Real Madrid o Barça Gloriam,... sin esperanza apenas de alcanzar competiciones europeas...

    Pero quizás los mas perjudicados sean la propias Selecciones Nacionales de los países con Ligas mas fuertes... Hasta Putin ha visto las orejas al lobo y quiere limitar el nº de jugadores extranjeros en la Liga rusa....

    Blatter, el Presidente de la FIFA, quiere limitar el número de jugadores foráneos por equipo allá para el año 2011-12. Sin embargo, Platini, el presidente de la UEFA, se opone aduciendo que no hay resquicio legal para ello en Europa...

    Ya sé que alguno me dirá... Si tan perjudicial resulta para las escuadras nacionales el asunto... ¿Como es que Alemania e Italia están siempre en semifinales o en la Final del Campeonato del mundo?...

    Es más, y volviendo al Athletic Club, no sé hasta qué punto esto de que luchamos ahora contra equipos de mercenarios, que son verdaderas selecciones cuasi mundiales, no es una forma de "autoengañarnos" para justificar así nuestra actual falta de competitividad alarmante y mediocridad...

    ¿O es que nadie se acuerda que en el Barça del 1977 al que eliminamos en cuartos de final de la UEFA jugaban los "mediocres" Cruyff, Neskeens, Sotil, Asensi,etc?...

    ¿O acaso en el Madrid del año 84 al que le "ligamos" el Campeonato con 11 "aldeanos" militaban "cojos" como Stielike, Santillana, Juanito, Michel, Butragueño, Valdano, Maceda?...

    Eso por poner como ejemplo casos que yo he vivido... Pero podemos remontarnos a aquella Copa del Generalísmo del 50 y tantos que se ganó a los Di Stefano, Gento, Puskas, Kopa, etc...

    ¿Sentíamos algún complejo entonces o albergábamos algún sentimiento de competir en inferioridad?...

    ¿No será que si ocupamos ahora los puestos de la cola es debido mas bién a nuestra indolencia en el campo, mas la falta de carácter y de orgullo, la negligente gestión de los recursos económicos del Club por los corruptos gestores, los vaivenes con la cantera, la falta de autocrítica y el adocenamiento del socio y aficionado que, juntos todos ellos, metidos en una cocktelera, agitados convenientemente, y servidos en el momento oportuno puede convertirse en la pócima suicida?

    Recordad el lema:

    Amat victoria curam... (la victoria favorece a los que se preparan)...

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  2. Disculpad la osadía de incorporar mis dudas a vuestros, y sostengo vuestros pese al último ataque de los clones en los que anda enzarzado el foro en el que os llevo leyendo un buen tiempo, ilustrados comentarios. De hecho, el primer comentario ya incorpora en forma de preguntas retóricas algunas de las cuestiones que se me plantean, una vez leído el post original, y que se podrían resumir en el rotundo fracaso del presunto axioma que versa “a mayor capital monetario invertido, mejor resultado obtenido”… ligas abiertas de fútbol de todo el mundo y cerradas, estilo NBA, se encargan tozudamente de demostrárnoslo año tras año.

    Sin embargo, mi pequeña aportación está relacionada con un intangible de mucho más valor y que me temo desprecia el artículo de tan insigne publicación; por supuesto, siendo, a mi modesto entender, de radical importancia para nuestro querido Athletic. Así que, al grano Sr. Syzmanski: “¿qué lugar ocupa en su sesudo análisis “la pertenecia”?”. Se me ocurre tildar como tal a esa fuerza de origen desconocido que a ciertas personas, en momentos puntuales de absoluta irracionalidad, nos hace creer por un instante que compartimos fines, medios, glorias y fracasos con otros seres humanos con los que muy probablemente, en condiciones normales, apenas intercambiaríamos un saludo de cortesía. Podría aceptar que la reiteración en el éxito facilita el proselitismo, sin embargo creo que este artículo olvida que los “clientes” obtenidos al calor de la victoria son los más perecederos y los que menos “carne” (€) ponen en el asador. Se me hace harto complicado pensar que no se ponga en valor esa capacidad que tienen determinados clubs, y sólo unos cuantos escogidos entre los que veo (no sé si más con el deseo que con la razón) a mi querido Athletic, para que sus fieles seguidores sean incapaces de ser reconducidos a otras alternativas de la competencia, por más oropel que luzcan en sus despertadores de la pechera. Y eso, desde mis profundos desconocimientos económicos, es un seguro de vida. Con Bosman o sin él hay equipos que caerán más pronto o más tarde (y como esto es, creo, un espacio de libre opinión me permito poner en el saco al Depor, al Villareal, al Parma, Chelsea, etc.) porque no hay nada debajo de una inversión económica coyuntural. Sin embargo, esa misma ignorancia de la que hago gala, me hace creer que mi Athletic, equipos que me resultan simpáticos como el Celtic, o incluso tremendamente antipáticos como el Atletico, serán eternos en el tiempo, mal que les pese a Adam Smith o al sacrosanto libremercado, mientras cuiden la manera que tienen de que supuestos seres racionales, como el que suscribe (poned en negrita lo de "supuesto"), mantengamos esta bendita enfermedad en nuestra capacidad cognitiva.

    E hilando de soslayo con lo anterior, no me resisto a mostrar mi más desconsolada sorpresa por esa especie de purgas que se destilan en algunas intervenciones del foro al que me referí anteriormente con las que podría estar de acuerdo casi al 90% pero que, creo, ponen en peligro ese gran valor al que me refería que tiene nuestro querido Athletic, y que no es otro que gente tan variopinta podamos sentirnos, cuando menos una pizca, pertenecientes a su destino.

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  3. Después de negarme por enésima vez a realizar el camino minado de darse de alta en este asunto, obteniendo a cambio un éxito similar al de nuestras directivas cada vez que se plantean la contención de los gastos, tiro por la calle de en medio. Ale.

    En este panorama del pecunio siempre he pensado que poderoso caballero ha sido don dinero. Bosman nos pudo 'tocar', pero las leyes de SAD nos han dejado con la línea de flotación al pairo.

    Podemos recordar las huestes y mesnadas que superamos allende los 70 y 80. Pero entonces solo un puñadito de grandes equipos contaban con posibles. El resto de contricantes navegaba en un mar de inferioridad manifiesta en líneas generales, que nos permitía guardar las fuerzas para las batallas 'de verdad' tras numerosos 'paseos' sobre todo en San Mamés que todos hemos visto con estos ojitos.

    Ahora cualquiera hace relojes. No solo porque tiene mercado para comprarlos, sino sobre todo, porque tiene posibles. Posibles es cambiar una plantilla de arriba a abajo en un año o en medio con el mercado de invierno.
    Los Neeskens, Asensis, Stielikes, Juanitos y cia. se tiraban lustros en un equipo.
    Ahora un jugador que lleva más de 5 años en un mismo plantel es un jugador esquilmado, abrasado, 'milking the cow' que dicen los británicos en términos económicos.
    Se cambia por otro y se gasta en este otro hasta que funcione y ya está.

    En nuestro Athletic es triste reconocer primero, que no queda mucho más remedio que tirar de esta política -y hasta el chaval con el 24 llegó para fundir la maquinaria porque sí en cuanto se torció el arbolito- y así, segundo, un jugador con más de 5 años en la primera plantilla es un jugador a la baja. Lastrado por el desgaste y las lesiones (sin contar con otros factores que también influyen si no se lleva una vida cuasi monacal o si no se es fuerte, muy fuerte y competitivo en el capítulo competitivo)

    Le pasó a Julen en cuanto tuvo los primeros problemas físicos, lo medio salvó Urzaiz gracias a una cualidad muy particular, lo intenta llevar lo mejor posible Etxebe... pero es que está Prieto, Del Horno, Tiko... diría que incluso Aranzubia viéndole entrenarse los últimos años, Orbaiz suficiente hace con pelear por intentar dar el máximo de lo que puede llegar a dar estando con dos rodillas rotas, (el 50, el 60%?)cuando, como Valerón, está más cerca de sufrir hasta secuelas que le influyan en la vida diaria con una lesión así a cuestas... vamos a ver cómo sale Yeste y si su calidad con el balón le sirve para tapar las carencias normales que te dejan 3 operaciones...

    No sé si me explico. Pero el resto puede echar mano de gente fresca que ayude a tapar problemas de este tipo en compañeros de vestuario. Nosotros porque no hay más, tenemos que seguir confiando en nuestros lisiados. Y en los que enseguida seguirán engrosando las listas.
    El ritmo es infernal, insostenible. Por lo menos, creo, hasta que se acabe la gallina de los huevos de oro. Que ojalá sea cuanto antes porque el sufrimiento se antoja interminable y encima, lento.

    Olarvi.

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  4. Después de negarme por enésima vez a realizar el camino minado de darse de alta en este asunto, obteniendo a cambio un éxito similar al de nuestras directivas cada vez que se plantean la contención de los gastos, tiro por la calle de en medio. Ale.

    En este panorama del pecunio siempre he pensado que poderoso caballero ha sido don dinero. Bosman nos pudo 'tocar', pero las leyes de SAD nos han dejado con la línea de flotación al pairo.

    Podemos recordar las huestes y mesnadas que superamos allende los 70 y 80. Pero entonces solo un puñadito de grandes equipos contaban con posibles. El resto de contricantes navegaba en un mar de inferioridad manifiesta en líneas generales, que nos permitía guardar las fuerzas para las batallas 'de verdad' tras numerosos 'paseos' sobre todo en San Mamés que todos hemos visto con estos ojitos.

    Ahora cualquiera hace relojes. No solo porque tiene mercado para comprarlos, sino sobre todo, porque tiene posibles. Posibles es cambiar una plantilla de arriba a abajo en un año o en medio con el mercado de invierno.
    Los Neeskens, Asensis, Stielikes, Juanitos y cia. se tiraban lustros en un equipo.
    Ahora un jugador que lleva más de 5 años en un mismo plantel es un jugador esquilmado, abrasado, 'milking the cow' que dicen los británicos en términos económicos.
    Se cambia por otro y se gasta en este otro hasta que funcione y ya está.

    En nuestro Athletic es triste reconocer primero, que no queda mucho más remedio que tirar de esta política -y hasta el chaval con el 24 llegó para fundir la maquinaria porque sí en cuanto se torció el arbolito- y así, segundo, un jugador con más de 5 años en la primera plantilla es un jugador a la baja. Lastrado por el desgaste y las lesiones (sin contar con otros factores que también influyen si no se lleva una vida cuasi monacal o si no se es fuerte, muy fuerte y competitivo en el capítulo competitivo)

    Le pasó a Julen en cuanto tuvo los primeros problemas físicos, lo medio salvó Urzaiz gracias a una cualidad muy particular, lo intenta llevar lo mejor posible Etxebe... pero es que está Prieto, Del Horno, Tiko... diría que incluso Aranzubia viéndole entrenarse los últimos años, Orbaiz suficiente hace con pelear por intentar dar el máximo de lo que puede llegar a dar estando con dos rodillas rotas, (el 50, el 60%?)cuando, como Valerón, está más cerca de sufrir hasta secuelas que le influyan en la vida diaria con una lesión así a cuestas... vamos a ver cómo sale Yeste y si su calidad con el balón le sirve para tapar las carencias normales que te dejan 3 operaciones...

    No sé si me explico. Pero el resto puede echar mano de gente fresca que ayude a tapar problemas de este tipo en compañeros de vestuario. Nosotros porque no hay más, tenemos que seguir confiando en nuestros lisiados. Y en los que enseguida seguirán engrosando las listas.
    El ritmo es infernal, insostenible. Por lo menos, creo, hasta que se acabe la gallina de los huevos de oro. Que ojalá sea cuanto antes porque el sufrimiento se antoja interminable y encima, lento.

    Olarvi.

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  5. Buen artículo , pero simplemente bajo un prisma academicista.
    Cualquier buen proyecto se puede ver truncado por una decisión arbitral de alguien que como mucho es amateur.
    Se intenta que los clubes sean empresa , pero es imposible , excepto en Japón.
    Dinero llama a dinero , pero el mas al menos y creo que nos encaminamos hacia una liga europea , con los clubes mas poderosos y una liga nacional de segunda categoría que se jugar´´a en miercoles , por eso de las audiencias.
    Elwood

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  6. Sin estar en desacuerdo con la mayoría de las cosas que habéis dicho, quiero matizar algo.

    Para mí el mensaje del artículo es perverso: no introduzcamos limitaciones, que los pequeños, con sus rivalidades locales, las migajas de las TV, y sus patéticos esfuerzos por recompensas menores, ya tienen bastante para no desaparecer y hacer con nostros como aquel equipo blanco que jugaba contra los Harlem Globetrotters.

    Frente a esa idea, yo opino que las limitaciones que se sugieren en el estudio citado serían buenas para el fútbol en general y el Athletic en particular.

    Sobre otras cosas que decís, especialemente sobre que ponemos muchas excusas para explicar nuestra decadencia sin poner en cuestión lo mal que gestionamos nuestra irrenunciable filosofía, habrá que abrir un comentario otro día.

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