Os cuelgo aquí una de las gestas mas heroicas habidas en la II Guerra Mundial y casualmente protagonizada por un Regimiento de Esquiadores españoles, en este caso de la División Azul.

La verdad es que había oido hablar de ella, pero ha sido ahora, estos días, al intentar contrareplicar con cierta épica a la entrada del martes de mi admirado General Mariosilovich y titulada
"En el nombre del camarada Sergei" cuando he profundizado en la gesta del Regimiento del Capitán Ordas (foto de al lado) y la verdad es que leyendola le ha hecho emocionarse al viejo Sargento Von Piston -así es como me llamaban en el Hospital de Burgos mis compañeros de IMEC cuando me enfundaba aquel traje de gala que me hicieron en una sastrería del Casco Viejo hará ya 26 años-...
La realidad es que me hubiera emocionado lo mismo si los protagonistas habrían sido miembros de las Brigadas Internacionales en Paracuellos o una gesta de los voluntarios españoles que combatieron junto a los rusos contra el Ejército alemán en Stalingrado e incluso entraron en Paris con las priemras compañías del Ejército ruso...
Como ya sabeis, y a raíz de la invasión de la Unión Soviética el 22 de Junio de 1941 por parte del ejercito alemán y al grito de ¡Rusia es culpable! una multitud de jóvenes españoles pertenecientes a Falange Española (FE-JONS) se presentó voluntaria para formar una división española que combatiría en Rusia durante la Segunda Guerra Mundial al lado del ejército alemán: La División Azul. El General Franco eligió al General Muñoz Grandes, vinculado a Falange como general al mando de la División.
Enero de 1942. Frente Norte.
Alrededor de medio millar de hombres de la 290 División alemana han quedado cercados por el 71 Batallón de Esquiadores soviéticos en la aldea de Wswad, al sur del lago Ilmen. El mando alemán solicita al General Muñoz Grandes el envio de una unidad divisionaria para que acudan en ayuda de la guarnición sitiada. Muñoz Grandes encomienda la misión a la Compañía de Esquiadores del Capitán Ordás.
Día 9 de enero 1942, a las 21 h 15. Conversación radiofónica:
"El General alemán de C. de E. dice por teléfono que la guarnición alemán de Wswad al Sur del Lago Ilmen está sitiada, y no pudiendo ayudarla las tropas de aquel sector, pregunta si podemos nosotros los españoles hacer algo; a 30 kms. de nuestras posiciones y teniendo que atravesar el lago, parece imposible, pero preguntados: «¿Cómo se porta la guarnición de WSWAD?» «Muy valientemente» — se contesta — y entonces decimos: Se hará lo que se pueda y mas de lo que se pueda."
En total, 206 hombres en la noche del 10 de enero salen de Spaspiskopez, en la costa norte del lago Ilmen, para ayudar a sus camaradas alemanes. Llevan 30 trineos tirados por caballos.
Solamente 30 kilómetros separan Spaspiskopez de Wswad. El problema reside en que para llegar a la aldea hay que atravesar todo el lago; un terreno helado que esta repleto de desniveles, grietas y muros de hielo infranqueables. Asimismo, las temperaturas son bajísimas, fuera del lago los termómetros marcan 33º bajo cero. Pero dentro del lago, de madrugada y bajo un viento gélido la Compañía tendrán que soportar temperaturas de hasta 50º bajo cero.
Ordenando a sus oficiales que se reunieran con él inmediatamente, Ordás empezó a extender grandes mapas. Cuando entraron los cinco tenientes -Otero, Castañer, Porta, García y Santiago-, estaba muy atareado planeando la ruta hacia Wswad.
"El General había depositado su confiaza en la compañía de esquiadores", les dijo.
Debía disponerse a partir a la mañana siguiente, diagonalmente a través del lago Ilnem, lo más rapidamente que el tiempo permitiera. Aunque Ordas calculababa que llevaría ocho horas alcanzar Wswad, las provisiones serían para tres días. Nueve fusiles automáticos proporcionarían una potencia de fuego extra. Los jovenes oficiales comprendieron: se trataba de una gesta heroica.
El temómetro se mantenía en los -32 grados el sábado 10 de enero, cuando 205 hombres de la compañía formaron con sus blancos ropajes invernales ante su Capitán. El viento, interminable e incesante, les arrojaba nieve a la cara. Eran las diez de la mañana y no daba el calor del sol.
Muñoz Grandes había enviado a su ayudante, Capitán de corbeta Mora Figueroa, a desearles buen viaje desde su punto de partida en Spasopiskopets.
"Váis a liberar a un batallón de camaradas alemanes", les dijo "
Cruzaréis el lago. La marcha será corta, pero dura. Os enfrentaréis a fuerzas soviéticas superiores en número. Si alguno de vosotros está enfermo, que lo diga ahora".
Adelante!,... rugió Ordás, con toda la fuerza que su pequeño pecho podía reunir, y echó a andar. Junto a él caminaba una corpulenta figura, de mediana edad, cuya sombra casi absorbía la del diminuto capitán. Ordás lanzo una mirada de confianza a su compañero, el sargento Willi Klein, intérprete alemán agregado por el destacamento de enlace a la compañía de esquiadores. No habían tenido tiempo de hacer amistad, pero Klein había vivido en España, como comerciante en Bilbao, antes de la Guerra Civil, y fué prisionero de los rojos hasta que le liberaron los nacionales.
Klein tenía mucho respeto por Ordás, cuyo porte le había conquistado el apodo del "Prusiano". No sólo era la limpia eficacia lo que impresionaba a Klein, sino que también que el pequeño oficial de ojos brillantes y vivos era un héroe. Antiguo "africanista", había mandado marroquies en la Guerra Civil, mereciendo por ello la Medalla Militar.
La compañía emprendió pesadamente la marcha. Los trineos llevaban las provisiones y el equipo. Los españoles habían querido requisar los trineos y los caballos, pero los campesinos rusos habían temido que no se los devolvieran, así que se ofrecieron como conductores. En total setenta mujiks acompañaron a la fuerza de socorro española. A las pocas horas, Ordás llamó a Varela para que por radio diera cuenta del avance al cuartel general. Pero el generador se había helado. Sin titubear, Ordás ordenó a Varela que volviera por otro.
"Sabes el camino", le dijo con toda calma.
"Alcánzanos tan pronto como puedas".
Por una vez en su vida, el locuaz radiotelegrafista se quedó sin habla. Se volvió y emprendió la marcha. Hombre al que le encantaba maldecir. Varela tuvo la oportunidad de repasar todo su repertorio en el largo trayecto. Ordás también hizo volver en trineo a los primeros casos de congelación. El frio resultaba increible, agudizado por un cruel viento del Este que les cortaba la cara. El sol se elevó, pero siguió sin dar carlor. Pronto quedó atrás, mientras la columna de Ordás seguía el rumbo de la brújula rodeando hondas grietas y grandes barreras de hielo, elevadas por el oleaje de la superficie del lago.

Varela y su equipo respiraban afanosa y dolorosamente tratando de cumplir su misión de volver a la compañía con un nuevo generador.
Día 10 de enero. A las 11 horas. Nueva conversación radiofónica entre Muñoz Grandes y el puesto de salida del Regimiento en Spaspiskopez:
"Llegan en un trineo 3 congelados, dicen que la marcha es durisima y que en el Lago hay muros de hielo infranqueables y grietas enormes. A las 11,35 regresa el Sargento de Radio: el generador se ha roto, no funciona la radio, pero pueden recibir; la marcha es muy penosa y el espíritu admirable."
Los hombres de Varela con el nuevo generador de radio a la espalda volvieron en busca del Capitán Ordas. Hacía 53 grados bajo cero. El invierno más frio en un siglo. En medio del camino, en el horizonte nevado, había un punto delante. No se movía. Se acercaron y vieron una figura tendida boca abajo en la nieve. El congelado cuerpo ya estaba cubierto por una fina capa de hielo claro como el cristal. Le dieron la vuelta
"Es Felipe", dijo uno.
"Ahora María y su chico están solos en Bilbao....Lástima!.... En Posad ganó la Cruz de Hierro y ahora se hiela aquí solo, lejos de la patria. Toda la guerra es una pura mierda.
Varela finalmente, al día siguiente, contactó con la compañía y se presentó a Ordás reglamentariamente, como les gustaba al "Prusiano". "
Te abrazaría Varela, pero no me atrevo, o nos congelariamos mutuamente.... Qué bueno que estés aquí. Ponme con la divisón" .
Día 11 de enero. A las 2 horas. Radio: General Muñoz Grandes a Capitán Ordás:
«Con el Sargento va el generador . Sé que sufrís mucho. No importan. España entera sabe de vuestra hazaña. Alemania os admira. Sois el orgullo de nuestra raza. Tengo fe en vosotros porque tengo fe en España. Confiad en Dios y atacad como Españoles.
El día 11 de enero, por la mañana, tras 22 horas de marcha ininterrumpidamente, los hombres de Ordás alcanzan la ribera meridional del lago Ilmen. La operación había sido diseñada para que lleguasen a Wswad después de haber atravesado el lago en línea recta. Sin embargo, los obstáculos del camino les han obligado a desviarse de la ruta prevista. Están muy cerca de Ustrika, a unos 15 Kilómetros al Oeste de Wswad.
Son las 10,10 horas. Conversación radiofónica: Capitán Ordás a Muñoz Grandes:
Después de salvar seis grandes barreras de hielo y cruzar grietas, con agua hasta la cintura, hemos llegado a Ustrika.

10,30 horas. General Muñoz Grandes a Ordás:
Sé de vuestros esfuerzos durante la ardua marcha... La guarnición de Vsvad resiste aún. Debéis socorrerla cueste lo que cueste, incluso si todos vosotros os heláis en el lago. Debéis seguir, solos, si es necesario, hasta la muerte. Tenéis que alcanzar Vsvad y morir con ellos. En nombre de la patria, gracias. No perdáis el ánimo. Confio en vosotros.
Mas tarde, a las 21,30. General Muñoz Grandes a Capitán Ordás:
«La guarnición Wswad resiste valientemente, es preciso salvarla, lo exige el honor de España y el espíritu de fraternidad entre nuestros dos pueblos, todos estamos pendientes de los heroicos soltados de Ordás. Animo, tenéis la gloria mayor en vuestras manos; atacad resueltamente.»
En un telegrama enviado el 12 de enero al General Muñoz Grandes, Ordaz daba cuenta de tener ya 102 congelados, de ellos 18 gravísimos, y de haberse inutilizado varios aparatos de transmisiones y casi todas las brújulas y trineos. La contestación del General fue una expresiva felicitación de tonos muy elevados, advirtiéndoles que la guarnición de Wsawad no solo se seguía defendiendo sino que, en una reacción ofensiva, había logrado alguna ventaja”
Día 17. A las 22 horas. Capitán Ordás a General Muñoz Grandes:
A las 8 horas empezamos avance, apoyados por 40 letones, ocupado Maloye... y Bolsoye..... Al ocupar Shishimorovo.... se rompe resistencia enemiga entrando en vanguardia en ducho pueblo. Reacciona el enemigo contraatacando con dos batallones con piezas antitanques y seis carros semipesados que envolvieron rápidamente vanguardia Española. a el destacamento envuelto por carros se defiende heroicamente; otros carros se dirigen contra el resto de la compañía fijándola en Bolsoye. De los 36 Españoles que formaban la vanguardia, mueren 14; el resto logra abrirse paso y llega a nosotros. Nos hacemos fuertes en Bolsoye. Donde resistimos a pesar del fuerte ataque enemigo. Alas 21 horas recibo orden de establecer avanzada en Maloye. A donde parten 20 Españoles y 14 alemanes que envío de la sección que recibo de refuerzo. Además de las bajas citadas hemos tenido dos muertos y trece heridos.

A las 8 del día 17, una columna compuesta por 36 españoles y 40 letones inicia el avance hacia los objetivos señalados. Al frente de la columna va el teniente Otero (el de la foto de al lado). Las dos primeras aldeas son ocupadas sin excesiva dificultad. Sin embargo, antes de entrar en la tercera, los hombres de Otero tienen que vencer una tenaz resistencia del enemigo. Los letones ocupan la parte sur de poblado; los españoles, la parte norte.
Pero el esfuerzo por conquistar Schilej no sirve para nada. Poco después de que las tropas hispano-letonas entren en la aldea, los soviéticos inician un contraataque que obliga al teniente Otero a ordenar la retirada:
“Los letones huyen al producirse al contraataque y el enemigo, aprovechando esta circunstancia envuelve con sus carros por el Oeste, atacando a nuestra vanguardia y cortándola la retirada. Se combate duramente sin que sea posible rechazar al enemigo, por no disponer de armas anticarro, pero la vanguardia se abre camino hacia Bolsloye uniéndose al resto de la Compañía que acudía en su socorro. Los 36 hombres de la vanguardia han tenido 16 muertos y 13 heridos. El enemigo continuo su ataque hasta Bolsloye, fijando a nuestras fuerzas con los cañones de sus carros mientras que la Infantería trata de envolver por el Oeste. La compañía mantienen las posiciones y logran detener al enemigo, retrocediendo los carros a ver que no son seguidos por las fuerzas de ataque. El ataque por el fuego continuo hasta el anochecer en que se rompe contacto, cumpliendo una orden del Mando del sector que dispone la retirada a Ushino”

Después de que la Compañía retroceda hasta Ushino, el capitán Ordás recibe la orden de volver ocupar el poblado de Maloye. Hasta allí se desplazan en la noche del 17 un destacamento de esquiadores. Esta compuesto por 23 españoles y 16 alemanes que en la mañana del 19 sufren un ataque del enemigo. La lucha es breve. El destacamento tiene que dejar sus posiciones. Solo un oficial y cuatro soldados todos ellos heridos, regresan a Ushino.
Día 19. A las 13,30 horas. Capitán Ordás a General Muñoz Grandes:
A las 7 horas hoy, enemigo entró en grandes masas en Maloye, asaltando la guarnición compuesta de 23 españoles y 19 alemanes. Ataque que fue apoyado por 6 tanques. —Despliego resto Compañía recogiendo 5 heridos españoles y dos alemanes. —Enorme superioridad enemiga y apoyo de tanques nos impiden reconquistar posición. La guarnición no ha capitulado; ha muerto con las armas en la mano. Vemos gran concentración enemiga en Maloye y Bolsoye y Utshino... Esperamos ataque. Sabremos morir como españoles. Arriba España. Viva Franco.»
Mismo día 19 a las 23 horas. General Muñoz Grandes a Capitán Ordás:
Como habláis vosotros, solo hablan los héroes. Así y solo así se hace un Imperio. Animo. Vuestra conducta es el orgullo de esta brava División. Pese a todo venceréis. Hay Dios, y el os dará la Victoria porque sois los hijos más valientes de España. — Un abrazo que no será el último, lo aseguro.»
Dia 20 a las 14,30 horas. Capitán Ordás a General Muñoz Grandes:
« En la noche de ayer hemos sido bombardeados 3 veces por aviación rusa. Al anochecer grades masas enemigas se dirigieron contra nuestra posición y para facilitar la defensa varios voluntarios han salido a quemar carros. El ataque ya en marcha de los rusos no llegó a efectuarse y se retiraron. — !Dios existe!.»
A las 16 horas del día 20. Capitán Ordás a General Muñoz Grandes:
General alemán nos felicito y anuncio recompensas.
Un día después, el 21 de enero por la mañana, un sargento y cinco soldados al mando del teniente Otero abandonan Ushino para dirigirse a Wsawad. A medio camino aproximadamente a 7 kilómetros del punto de partida, se encuentran con la guarnición alemana de Wsawad, la cual, tras conseguir romper el cerco enemigo, se dirige hacia el Oeste al encuentro de los españoles. A las 05:00 h, sobre la superficie helada del lago, se dispara la bengala convenida que es contestada por la señal alemana...

El Capitan Próhl, jefe alemán del reducto que aguantaba en Wsvad, y el Tte. Otero de Arce se saludan militarmente y se abrazan efusivamente sobre el hielo (véase foto):
"¡Kameraden, kameraden!".
Día 21. A las 9,45 horas. Capitán Ordás a General Muñoz Grandes:
En la madrugada de hoy guarnición alemana de Wswad... Se abrazaron a 7 Km al E. de Ushino....Los deseos de V. E. se han cumplido totalmente.
A las 10,45 horas. General Muñoz Grandes a Capitán Ordás:
«Orgulloso de vosotros con mucha alegría os abrazo.
A las 11 horas. Capitán Ordás a General Muñoz Grandes:
«Regresó nuestra fuerza, la mayoría están congelados.
A las 11,40 horas. General Muñoz Grandes a Capitán Ordás
«Manda por correo relación nominal de los que salisteis, bajas habidas y los que quedan, y por radio relación numérica.»
A las 16 horas. Capitán Ordas a General Muñoz Grandes:
«Salimos en total 206 hombres y quedamos 34.
Al final de enero, la Compañía de esquiadores, o mejor dicho, lo que queda de ella, vuelve a Spaspiskopez. De los 206 hombres que la integraban, solo 12 han regresado ilesos.
Día 24. A las 22 horas. Capitán Ordás a General Muñoz Grandes::
«A Las 7 horas hoy iniciamos ataque — La Compañía en vanguardia sigue a los tanques alemanes y penetra en Mal. y Bol..... después de vencer fuerte resistencia — Nuestras bajas son: Un oficial, Un sargento y 7 soldados. A pesar de quedar tan solo 12 hombres útiles para el combate, la confianza en nosotros de los que nos rodean es siempre la misma; con nuestro supremo esfuerzo y pese al frío intensísimo, hacemos que esa confianza vaya en aumento, derramando prácticamente nuestra sangre por España y nuestro Caudillo. Así nos lo exigen los cuerpos sagrados de los que valientemente cayeron. !Arriba España! ¡ Viva Franco!»
Telegrama del General Muñoz Grandes al Capitán Ordás:
Sobre Las heladas aguas del Lago y gracias a la bravura y espíritu de sacrificio con que lo atravesasteis para liberar a los héroes de W.. ha rugido el león español. En nombre del Caudillo os concedo, a ti Capitán Ordás la Medalla Militar y a todos los valientes que te acompañaron, la Medalla Militar colectiva. Por la Patria agradecida os abraza.
Por su valerosa actuación la Compañía de Esquiadores recibió la Medalla Militar colectiva y su jefe, capitán Ordás, la individual. Los alemanes reconocieronn el valor de los esquiadores españoles con 32 cruces de hierro (en la foto se pueden ver las numerosas condecoraciones ganadas por el Capitán Ordas y expuestas en el Museo del tercio de Regulares).
Carta del General en Jefe de la División Alemana desplegada en esa zona al General Muñoz Grandes
Mi muy respetado General:
En el momento en que cesan de estar a mis ordenes los valientes Soldados de su Compañía de Esquiadores, es para mi un deber ineludible expresar a Vd. mi agradecimiento y mi admiración por él arrojo temerario y heroico de sus soldados. Ha sido para mi un honor poder tener bajo mi mando a estas excelentes tropas y motivo de especial satisfacción que con la concesión de 32 Cruces de Hierro a la Compañía haya cristalizado en forma palpable el reconocimiento de los Mandos Superiores. Con la expresión de mi estima y con el deseo de poder volver, a saludarle personalmente, quedo de Vd., Muy respetuosamente.
General Schopper