miércoles, 24 de enero de 2018

Como adelantó este periódico...

¿Cuántas veces se ha ido Laporte del Athletic?

Si repasamos la hemeroteca, se ha marchado casi tantas veces como Arrizabalaga. Quien por cierto, sigue en el Athletic.

La prensa lleva camino de ser como los relojes parados: hasta ellos dan bien la hora dos veces al día. Y los periodistas dan pábulo a tantos rumores que de vez en cuando pueden sacar pecho con lo de "como adelantó este periódico" tanto si pasa una cosa como la contraria: genial.

Pero eso es hasta risible. Peor me parece que además en cierto medio local en la mesa de al lado un columnista de cámara (o de camarilla) tenga en el cajón dos artículos contra la directiva listos para la imprenta si sale cara, si sale cruz... y puede que hasta si sale de canto, por si las moscas.

Pero vamos: lo que ha pasado con Arrizabalaga y Laporte se puede resumir en que cuando hay ríos y ríos de tinta y horas y horas de tertulia hablando de que se van, se quedan; y cuando nadie se lo espera, se van.

Eso sí: todo ello "cómo adelantó este periódico". Y de todo ello Urrutia es culpable.

Por mi parte, ya que no he querido entrar a valorar rumores, voy a decir lo que pienso de los dos sucesos.

Me alegro de que se quede Arrizabalaga. Lamento que se vaya Laporte. Pero ni una cosa ni otra me parecen críticas. Teníamos bien cubierto el puesto de portero, y aunque a corto plazo la baja del aquitano puede parecer más sensible, tampoco le idealicemos: un magnífico proyecto de jugador que se ha estancado y que entre despistes y actitudes de "sobrado" su rendimiento era irregular con lo que tampoco es que fuera un central estrella: apañado y gracias. A nosotros nos venía muy bien, pero por mucho que algunos camaradas destaquen que "salía muy bien con el balón" yo a esa frase le quitaría el "muy" o le añadiría un "a veces".

El problema para mí es a ver qué hacemos con el dinero. Engordar las cuentas corrientes no, por favor.

A ver si la Junta comprende de una vez que una cosa es el valor y otra el precio, que esté último lo dicta el mercado, y que si el mercado nos quita jugadores pagando más de lo que valen, para no empobrecernos futbolísticamente tendremos que aceptar que los precios son los que son y hacer nosotros lo mismo, en nuestro ámbito, a no ser que nos resignemos a ser irrelevantes mientras rompemos records de liquidez.

martes, 9 de enero de 2018

Y si...

Y si…

Reconozco que esto de los “y si”… no  vale para nada, lo sé, pero me he permitido hacer un ejercicio de ciencia ficción e imaginarme por un momento qué hubiera pasado si tal y como pedía muchísima gente del entorno del Athletic (me atrevo a pensar que incluso dentro del buró del club) se hubiera cesado a Ziganda tras el estropicio copero, y que después el equipo hubiera realizado EXACTAMENTE el mismo papel que lleva desde entonces. El mismo recorrido, en cuanto a resultados, juego, planteamientos,etc. Lo primero es una hipótesis que no se ha dado. Lo segundo una realidad, así que tampoco hay que imaginar tanto…
Es decir, imaginemos que el supuesto Athletic post-Ziganda - que andaba coqueteando peligrosamente con los puestos de descenso, daba bastante grima en Europa, y había sido eliminado por un segunda B de la zona baja - llegara al siguiente partido en SM con un nuevo míster, pongamos por ejemplo, Peter Bosz… (hala, a lo grande!), y en la siguiente jornada se hubiera desarrollado el mismo partido que jugamos contra el Real Madrid, exactamente con los mismos jugadores que empleó Kuko en ese encuentro (Rico e Itu, Lekue al banquillo, al igualque córdoba, etc), con el mismo planteamiento… vamos, que se hubiera repetido el partido y, obviamente el resultado.
Y que cuatro días después pasáramos en EL como primeros de grupo tras ganar en Ucrania… jugando también el mismo partido. Exactamente el mismo!: alineación, planteamiento, etc.
Y que ahora lleváramos los mismos puntos en liga, los mismos goles a favor y uno en contra, etc. Insisto, jugando los mismos 6 encuentros disputados desde entonces, las mismas alineaciones, idénticos partidos… salvo en el banquillo, claro está.

Os digo lo que se comentaría: estaríamos hablando de que efectivamente era necesario un cambio de timón, y es que las evidencias serían abrumadoras.
Todos los periodistas, “entendidos”, pseudo-entrenadores, etc, se escandalizarían con rotundidad: ¡cómo Urrutia ha tardado tanto en tomar la decisión!, y por supuesto se acusaría al presi de ser el principal responsable de la deriva del equipo desde que decidió poner al Kuko al mando del equipo.
Se hablaría de su cabezonería, de colocar a su amiguete al mando de un equipo que le venía enorme, de estar a punto de convertirse en el primer presidente que nos habría llevado al abismo, que habría tirado la historia del club a la basura, etc.
Me imagino a los Velasco, JOL y demás despachándose a gusto desde sus atalayas.
Se harían sesudos análisis que corroborarían lo que todo el mundo “ya sabía”: que el sistema de Ziganda estaba condenado al fracaso.
Se afirmaría asimismo que el cambio producido con el nuevo entrenador es evidente: nuevos jugadores en la alineación (Itu y Rico), nuevos planteamientos, recuperación de la autoestima, solidez defensiva, “ahora ya sabemos a lo que jugamos”… etc.
Se hablaría de que habíamos recuperado a Aduriz y Rulo. Y a  Williams. De la defensa impecable. Y que Susa había vuelto a ser jugador… que a todos se les veía con otro talante; incluso transcenderían discrepancias internas con el defenestrado míster.
Me imagino los típicos estudios en las tv, analizando con vídeos los cambios tácticos, los diferentes posicionamientos, se hablaría del desastroso sistema Ziganda y del nuevo comparándolos, con datos elocuentes que concluirían en el éxito actual.
Se haría un histórico de imágenes con el Kuko desesperado en el banquillo, declaraciones sacadas de contexto, los desplantes al entrenador de Las Palmas! etc… vamos, que se mostraría un Ziganda desbordado, impotente… fracasado en una palabra. Estaríamos probablemte hablando de un nuevo caso Sarriugarte.
Ay, si hubiéramos contado con un entrenador de garantías desde el principio!

Incluso los más acérrimos defensores del Kuko  (yo misma, tan enamorada que estoy de su tierna mirada, de su estilizada figura, y de su dulce verbo) asumiríamos la cruda realidad y tendríamos que admitir que ciertamente los demás tenían razón: los datos serían tan elocuentes…!
En definitiva, que el “nuevo Athletic” habría hecho renacer la ilusión en la afición y todo se vería de dolor de rosa...
Pero no: Kuko sigue ahí y todavía una gran parte de la afición sigue pensando que hemos mejorado (muy poquito, por supuesto, nada que ver con si hubiera venido Bosz u otro), y sólo ganamos a equipos que son una banda, no jugamos a nada, etc, o sea, hemos mejorado un poquito y “a pesar” de Kuko.

(Me he levantado un poco rara hoy…)





viernes, 5 de enero de 2018

Vuelve la liga. ¡Menos mal!


Hastiado como estoy de lo que para mí es un excesivo protagonismo del fútbol en los medios de comunicación, normalmente llevo bastante bien los periodos de descanso. Es más: me vienen de maravilla para desintoxicarme.

No así esta vez. Estoy deseando que la pelotita vuelva a rodar para que hablemos de fútbol y no de estas serpientes de verano invernales (si se me permite el oxímoron) que la ausencia de competiciones y la apertura del mercado de invierno propician.

La decepcionante temporada que está realizando el Athletic consiguió deslizarse fuera del territorio de lo trágico gracias a los puntos cosechados en las últimas jornadas anteriores al parón. Sobre todo las dos recientes victorias fuera de casa nos han permitido respirar con un cierto alivio. Alivio relativo, ya que aunque el juego ha mejorado algo (no era fácil empeorarlo) esos triunfos se han cimentado sobre todo en algo de suerte y los errores de los rivales.

No hay lugar pues para la relajación y la visita del Alavés pasado mañana domingo a las 18:30 nos servirá de prueba para saber si realmente tiramos para arriba, no creo que tanto como para firmar una buena temporada, pero si al menos para tratar de vivirla sin angustia; o por el contrario volveremos a mirar con pavor a los puestos de descenso. No es un partido decisivo, no; pero sí creo que debe servir para empezar a despejar dudas y alejar fantasmas. Que así sea.

Sobre el tema que acapara portadas, sobrecarga grupos de WhatsApp y monopoliza conversaciones en peluquerías, ascensores y barras de bar, el que esto escribe tomó la decisión, no recuerdo si la segunda o la tercera vez que Laporte se fue del Athletic, de no volver a escribir de estos temas basándose en rumores o filtraciones, sino solo sobre hechos consumados.

Quiero mantener esa determinación, pero no creo vulnerarla si comento un aspecto del asunto: no entiendo lo que dicen algunos en el sentido de que si Arrizabalaga se pirara, sería el fin de la "filosofía", de Lezama, del Athletic... El apocalipsis zurigorri, en una palabra. Por muy vizcaíno y de la cantera que sea, Arrizabalaga decidirá por él, y en virtud de sus circunstancias y las de la negociación. No entiendo que por eso tenga que haber un antes y un después en la renovación de posibles futuros talentos zurigorris. Cada uno es como es, como lo serán las circunstancias de cada caso.

Lo único que habría que hacer, si el asunto se confirmara (cosa que yo no doy por hecha hasta que la vea firmada y rubricada) es un análisis de posibles errores en la negociación para no volver a repetirlos. Y ya está.

Prefiero que el de Ondárroa se quede, pero estoy durmiendo a pierna suelta con este tema. Más si cabe sabiendo que tenemos a Herrerín, Simón, Remiro... Es más: me atrevo a preguntar ¿Dónde hay que firmar para que todos los puestos del equipo estén tan bien cubiertos como lo estaría este, incluso si Arrizabalaga se pirase?

Lo único que me tiene algo preocupado es ver si nosotros aprovechamos o no el mercado de invierno. Creo que saldremos adelante con lo que tenemos, pero me haría mucha ilusión que fuéramos capaces de hacer algún movimiento audaz e inesperado. Considero que, aparte de lo que eso pudiera reforzar el equipo, sería psicológicamente muy bueno y lamentaría que una vez más la apertura del mercado pasara de largo. Aunque tampoco haría un drama de ello.