
Creo que ya es hora de decirlo.
A pesar de que lo mucho que me gusta el Rugby, al combinarse con lo poco que veo de este deporte, hace que sienta un gran placer cada vez que me siento a ver un partido del Seis Naciones, hay que ser claro: el juego de esta edición del legendario torneo (cada vez menos legendario, por cierto) está dejando mucho que desear.
A la espera de ver esta tarde el Francia-Italia que tengo grabado, veamos lo que deparó la cuarta jornada en dos partidos que, en cierto modo, se conviertieron en dos reválidas para otros tantos aperturas jóvenes llamados a relevar a dos jugadores consagrados.
Irlanda 27 - Gales 12Gales me recordó al Madrid. Un ejemplo de como un equipo puede ser inferior a la suma de sus jugadores. Cuesta trabajo entender como el talento que atesora un Gales que no hace tanto que ganó el Gran Slam, les lleva a hacer un torneo tan absolutamente mediocre. Los Hook, Halfpeny, Byrne, Williams ... acompañados por una rocosa delantera como la galesa, deberían estar ofreciendo otro juego más acorde a su potencial, que solo hemos olido a ráfagas en las segundas partes contra Inglaterra y Escocia. Unas Inglaterra y Escocia que están lejos de ser rivales de entidad, por cierto.
El partido fue dominado ampliamente por los del trébol. Pese a que los dragones se adelantaron con un golpe, ese comienzo fue un espejismo que pronto se diluyó. El juego irlandés fue mucho más consistente, y si por un lado se benefició -con dos ensayos- del
sin bin del zaguero Lee Byrne (increíble su pueril acción de alejar el balón para demorar un saque de lateral en un jugador de su categoría) también pudo haber sentenciado antes si el joven apertura irlandés, Sexton, hubiera andado más fino en los lanzamientos a palos.
Sexton es la apuesta del seleccionador de Irlanda para sustituir al mítico O'Gara, máximo anotador en la historia del torneo, que tuvo que ver todo el partido desde el banquillo.
El relevo es conveniente. Visto lo visto, aunque O'Gara pueda todavía garantizar más acierto en los tiros a palos, creo que el joven Sexton es hoy por hoy un jugador más completo: movió muy bien al equipo, y entra mejor al placaje. Ya mejorará en los lanzamientos cuando se asiente.

Destaco en Irlanda al ala Earls, que consiguió dos de los tres ensayos irlandeses, y al medio melé O'Leary. No solo consiguió el otro ensayo, sino que firmó un partido completísimo en todos lo sentidos.
A Irlanda le queda un importante partido en Croke Park frente a Escocia. Una ocasión de oro para anotarse la Triple Corona, algo que para mí -perro viejo- todavía tiene más sentido que la mediática clasificación por puntos que puede hacer campeones con el average, posibilidad esta que todavía está al alcance de Irlanda si Inglaterra da la campanada en París.
Escocia 15 - Inglaterra 15Escocia está en horas bajas. E Inglaterra venía decepcionado en este torneo. No tanto por su derrota frente a Irlanda, sino sobre todo por su pírrica victoria contra Italia.
No obstante, siempre que se citan el cardo y la rosa, la historia se hace presente y las más de 100 ediciones de la legendaria Copa Calcutta proyectan su sombra sobre el cesped. Más todavía si se juega en Murrayfield; no en vano la letra del "Flor de Escocia" cobra todo su sentido cuando es Inglaterra la visitante.
Así que pese a que los antecedentes recientes no auguraban un gran rugby, al menos uno esperaba que se rindiera un tributo a la épica.
¿La hubo? ¿Qué vimos, al fin y la postre?
Es curioso, pero mientras el oval estaba en juego, casi parecía que el partido era bueno. La incertidumbre en el resultado consiguió ese efecto. Pero cuando los escoceses robaron el balón en el descuento y lo tiraron fuera, desperté de mi ensoñación. Fue un mal partido. Mucha entrega, eso sí, pero juego poco. Muy poco.
Los pocos retazos de buen juego creo que los protagonizó Escocia, coincidiendo con alguna oleada racial, pero el toma y daca de golpes en el que degeneró el partido, en el fondo fue un pestiño al que solo salvó la incertidumbre en el resultado.
Wilko carga contra la línea escocesa
La lesión de Wilkinson dió entrada a Tony Flood. El joven apertura apunta maneras, pero tendrá que tomar mucho cordero hervido en salsa de menta para poder suceder a "Wilko". Aquí el relevo de "10" legendario está más verde que en el caso irlandés. O eso me parece a mí.
Balance provisonal
A falta del Francia-Italia y de la 5ª jornada, me atrevo a hacer un balance.
Italia sigue su lenta pero continua progresión. Su victoria sobre Escocia y los aprietos en los que puso a Inglaterra, pese a que hay que atribuirlos en parte al mal momento de ambos quinces, así lo demuestran.
Escocia ha sido irregular, dentro de un tono bajo. Tuvo sus mejores momentos ante Gales, en un partido que debió ganar. Pero su crisis es profunda. Compiten para evitar la cuchara de madera (por cierto: ¿la evitaron ayer? Yo creía que sí, pero he visto que hay quien interpreta que el empate no vale para ello) y para que suene la flauta en la Calcutta Cup, especialmente si se juega en Edimburgo.
Gales ha sido un fiasco absoluto. Ya lo he comentado ampliamente.
Lo mismo cabe decir que Inglaterra, que está dando una imagen muy pobre para mi gusto.
Irlanda es, hoy por hoy, la selección que más me divierte. Es una pena que se estrellaran contra Francia. Dentro de la mediocridad general, creo que están haciendo un buen rugby.
Pero el gato al agua se lo está llevando Francia. Mediocres en el debut en un mal partido contra una pésima Escocia, han ido de menos a más. Son un equipo muy rocoso. No basan su éxito, como en otras épocas, en un rugby vistoso, sino en la solidez de todas sus líneas. Defienden extraordinariamente bien, no cometen errores, y saben aprovechar los del contrario. Sin ninguna concesión a la galeria (repito: aún o he visto el partido de ayer) Y con eso están a un paso de ganar el Gran Slam.
Pues me parece que el mal momento de Gales e Inglaterra ha puesto el Gran Slam muy barato este año.
Solo queda una oportunidad de que no sea así y que me tenga que inclinar ante los del gallo: que en la última jornada Inglaterra dé por fin la cara y se lo ponga difícil a los franceses.
Y termino con unas palabras para Lievremont. Después del shock que supuso para Francia el mal papel del último Mundial (que jugó en casa), con la doble y traumática derrota ante los pumas, el seleccionador francés tenía la misión de rehacer el equipo.
Para eso ha liderado una transición en la que ha usado a un sin fin de jugadores. Creo que ha hecho muchas rotaciones, incluso en los puestos clave en los que se suele pedir estabilidad. Pero finalmente ha conseguido, tal vez precisamente porque su sistema estimula la competitividad, llegar a donde han llegado.
Hasta que punto eso es fruto de que ha construído una Gran Francia o se ha aprovechado de lo que para mí es un nivel mediocre de esta edición, el tiempo lo dirá. El tiempo, o los países del hemisferio sur. Eso países, aunque hace tiempo que no les veo, creo que, hoy por hoy y visto lo visto, sacarían los colores a cualquiera de las seis naciones del norte.