El lunes 24 tenemos la Asamblea General Ordinaria. De nuevo, como viene siendo habitual en los últimos años de la era Urrutia, se espera una jornada de guante blanco. Las bonanzas deportiva y económica han traído como consecuencia una paz social que sin duda tendrá reflejo en el clima, sin duda sosegado, que se respirará en el Euskalduna.
Aún así, es una tradición ambigusera colgar un ladrillo con tal motivo. Y aunque Jaburu parece que se ha pasado al estilo twitter, yo quiero mantener las tradiciones...
¿Es bueno tanto superávit?
A falta de penurias que comentar, es precisamente la abundancia de dinero la que me suscita una reflexión basada en lo que podríamos llamar la paradoja del éxito económico en las entidades sin ánimo de lucro.
Si una entidad tiene tal calificación es porque su objetivo principal no es ganar dinero, sino otro. Hay toda una tradición de los teóricos de la gestión que interpretan que cuando una organización de estas características tiene beneficios continuados en el tiempo, es que algo va mal: o los gestores han perdido de vista sus objetivos primigenios, o carecen de proyectos viables para conseguirlos (de ahí el exceso de fondos no invertidos)
Incluso en las sociedades mercantiles hay un debate que a mí me parece parecido sobre si tener un alto "pay-out" (proporción del beneficio que se destina a dividendos), lejos de ser un indicador positivo no es un mal síntoma, una declaración de "quédese el socio con el dinero, que seguro que le saca más partido que el que podemos sacarle la gerencia". De hecho, muchas de las grandes empresas tecnológicas emergentes tienen a gala no pagar dividendos: su retribución al accionista consiste en aumentar el valor de la acción mediante la reinversión del beneficio en proyectos muchos más rentables que lo que los accionistas podrían hacer con sus dividendos.
Veamos nuestra situación: si a los fondos propios del cierre de Junio 2015 (92.197.000 según mis datos) le sumamos el beneficio de 2016 (19.698.000), tenemos que al arranque del ejercicio actual estamos en los 111.895.000 €. Si añadimos el superávit presupuestado (13.077.000) nos vamos a unos fondos propios acumulados de 124.972.000 €.
La primera tentación de cualquier ciudadano al ver esa cifra es considerarla enorme, desproporcionada. Pero estamos hablando de un club de fútbol de una de las ligas profesionales más ricas del mundo, no de un presupuesto familiar. Así que estudiemos la cifra en su contexto.
En primer lugar, vayamos al análisis que podríamos llamar "dinámico".
La actual directiva cogió este equipo en 2011 con unos fondos propios negativos de 4.347.000. En quiebra técnica, vamos. Por lo tanto, el crecimiento, incluyendo el superávit presupuestado para 2016-2017, es de 129.319.000 €
En ese periodo, el club ha reportado los siguientes ingresos extraordinarios:
- Por la plusvalía aflorada por la permuta de terrenos para construir el nuevo campo: 10.000.000
- Por traspasos en 2013: 38.102.000
- Por traspasos en 2014: 31.798.000
- Cuotas de entrada Barria: 12.118.000
Total "extraordinarios": 92.018.000
O sea: que el crecimiento de fondos propios se ha debido en una gran proporción a ingresos extraordinarios. Realmente, si no sumamos el superávit presupuestado, la conclusión es que en la gestión "corriente" hasta junio de 2016 ha habido un superávit acumulado de 24.224.000 € generado a lo largo de los años de presidencia de Josu Urrutia.
Desde el punto de vista "estático", es "de manual" que para la salud financiera de una empresa es bueno que el inmovilizado esté financiado por fondos propios. Nuestro inmovilizado es de 64.400.000 €, luego habría que hablar de un "excedente" de unos 47.495.000 € para "gastar" en junio de 2016, que se pueden convertir en 60.572.000 € en junio de 2017.
Otra forma de verlo puede ser el dinero ingresado por traspasos: se podría tomar como referencia para lo que podemos gastar en fichajes lo que hemos ingresado por ese capítulo. ¿Nos hemos empobrecido en "X" por traspasos no deseados? Pues gastemos "X" en fichar y así mantendremos un nivel deportivo similar. El principio de "las gallinas que salen por las que entran" aplicado al fútbol. Desde ese punto de vista, tendríamos casi 70 millones para invertir.
Por otra parte hay que tener en cuenta que los excedentes tienen además una doble función: tener "músculo" acumulado para aprovechar una ocasión de verdad cuando está surja, y tener un colchón para cuando vengan malas rachas.
Pero incluso así, aunque hemos reducido a entre 60 y 70 millones la a priori la mareante cifra de 168.364.000 € con la que empezábamos, sí que parece legitimo preguntarnos si las excelentes cifras económicas no esconden o una gestión timorata o un mercado limitado sin oportunidades reales de inversión (tampoco hay que fichar por fichar solo por tener dinero)
Tiene la palabra Forever, que sabemos que tiene este asunto entre sus preocupaciones.
Otras cuestiones potenciales
Hay también otros temas que, pese a la balsa de aceite que aparenta ser el Athletic, pueden dar algo de juego polémico en la Asamblea.
"Detalles" con los socios.
Si tenemos tanto dinero, y se prevé seguir generando superávits... ¿No habría que tener detalles con los socios? ¿Bajada de cuotas? ¿Quitar días del club? ¿Liguillas europeas gratis?
Me parece legítimo preguntárselo, pero mi respuesta es "no". Las tornas pueden cambiar rápido: el maná televisivo ha llegado a todos y es cuestión de tiempo que la bonanza se traspase a las fichas de los jugadores; además, el porcentaje que aportamos los socios es cada vez menor, y puede ser lo que marque la diferencia con respeto a otros equipos. Yo no haría más de lo que ya se está haciendo: congelación de cuotas, bonos UEFA y algún partido teórico de pago que esporádicamente se convierte en gratuito por circunstancias especiales.
Las zonas de animación
Con la reciente ampliación de la zona norte, parece que este tema se ha solucionado. Yo al menos detecto una cierta calma en un asunto que llegó a enquistarse. Pero no hay que descartar que salga a colación, sobre todo si lo conectamos con el siguiente.
El anillo VIP.
Los palcos están a tope, pero las butacas (que son más del 50% del anillo) no arrancan. Se prevé un aumento de venta de estas últimas, pero seguimos hablando de una ocupación inferior al 50%, creo (no tengo aquí los datos) Si a eso se añade que los palcos, vendidos, no siempre llenan y que algunos de sus visitantes prefieren ver los partidos tras los cristales, me temo que seguiremos viendo la zona ocupada a medias (en principal y este) y semivacía (sur y norte) en la mayoría de los partidos. La polémica está servida y tal vez el asunto merezca un giro radical.
A mí la idea de la zona VIP en sí no me parece mala: creo que es un servicio que un campo moderno debe ofrecer. La duda es si no se ha sobredimensionado: esto no es Madrid. Nuestra mentalidad, nuestra cultura empresarial, y sobre todo nuestra masa crítica socioeconómica, no son las mismas que las de una gran capital.
Por otra parte, la penetración social del Athletic es altísima. Quiero decir con esto que la gente con pasta interesada en el Athletic ya era socia en su inmensa mayoría. Esa gente está acostumbrada a su zona del campo, sus amigos o conocidos de alrededor... ¿De verdad va a pagar una pasta gansa para cambiar de sitio? Improbable, a no ser que sirviera para agruparse con otros socios, pero incluso así, acabamos de tener una oportunidad para ese agrupamiento, y para llevarla a cabo haría falta que un número importante de los integrantes de cada grupo potencial compartieran interés y posibles. Difícil, muy difícil...
¿A alguien se le ocurre algo más?