Athletic y Barcelona disputan esta noche en San Mamés, a partir de las 22:00 horas, el primer asalto de la Supercopa de España. Los rojiblancos comparecen en calidad de subcampeones de la Copa y los azulgranas como vencedores de dicha competición y de la Liga. Sin apenas tiempo para el reposo, el próximo lunes, con idéntico horario y esta vez en el Camp Nou, se jugará el partido de vuelta y se proclamará el vencedor final de esta edición.
La Supercopa se creó en el verano de 1982 como respuesta a un viejo anhelo del futbol español por establecer un torneo que midiese a los campeones de la Liga y de la Copa de la temporada inmediatamente anterior. El antecedente más remoto data de 1940, año en el que el Atlético Aviación, como campeón liguero, y Español, campeón copero, se enfrentaron a dos partidos en pos de la llamada Copa de los Campeones, resultando vencedor el equipo madrileño. Un año después se organizó la Copa del Presidente de la Federación Española de Futbol, en la que, además del Atlético Aviación (campeón de la Liga) y el Valencia (campeón de la Copa), también participaron el Athletic (subcampeón de la Liga) y el Barcelona (como club invitado). Se disputó una liguilla entre los cuatro y repitió triunfo el equipo del foro.
En 1945, organizada por la Federación Catalana de Futbol, se disputa la Copa de Oro Argentina, volviendo otra vez a la fórmula inicial de enfrentar a los campeones del torneo de la regularidad y del K.O. En esta ocasión se jugó un sólo partido en el campo de Les Corts, resultando ganador el Barcelona (campeón de la Liga) al imponerse por 5-4 al Athletic (campeón de la Copa).
Durante unos años, la RFEF consiguió dar algo de continuidad a la competición de los campeones. Se jugó ininterrumpidamente entre 1947 y 1953 con el nombre de Copa Eva Duarte y, a pesar del nombre, que parece designar un torneo amistoso de verano, se trató de una competición con la etiqueta de oficial. La Copa Eva Duarte de 1950 se disputó en Chamartín y enfrentó al Athletic (campeón de la Copa) y al Atlético de Madrid (campeón de la Liga). Aunque estaba previsto jugarse el trofeo a un sólo partido, acabó disputándose a dos. La razón fue el empate a cinco goles con el que se finalizó, prórroga incluída, el primer choque, lo que hizo necesario un partido de desempate. Dos goles de Zarra en este encuentro final hicieron que el trofeo se fuera para Bilbao. Fue, con una denominación diferente a la actual, la primera Supercopa de España que el Athletic llevó a sus vitrinas.
Hasta 1982 no volvió a disputarse una competición que midiera a los ganadores de la Liga y de la Copa. Aunque se gestó ese verano, la primera edición de la Supercopa no se disputó hasta el otoño de dicho año, siendo la Real Sociedad su primer ganador. Durante varias ediciones más siguió disputándose comenzada la temporada, pero los problemas para encajar dos partidos en medio del calendario cada vez eran mayores. De hecho, en 1986 y en 1987 no llegó a celebrarse por la imposibilidad de encontrar fechas idóneas para su disputa. Así las cosas, se decidió que a partir de 1994 se jugara a finales del verano, días antes de comenzar la temporada liguera.
Otra circunstancia que también ha cambiado durante estos años es la de los equipos que tienen derecho a disputar el título. Hasta 1996, cuando un equipo lograba ganar en la misma temporada la Liga y la Copa, recibía automáticamente el trofeo de campeón de la Supercopa. En esta circunstancia ganaron el trofeo el Athletic en 1984 y el Real Madrid en 1989. Este crietrio se cambió en 1996 y, desde ese año, en caso de que un equipo consiga el doblete, deberá disputar el titulo de supercampeón con el finalista de la Copa. Esta es la razón por la que participa el Athletic en el torneo este año, como lo hizo también en 2009. Repasando la lista de campeones de la Supercopa, observamos que hay dos precedentes de equipos que llegaron a disputar el título como finalistas de la Copa ante ganadores del doblete y que acabaron alzándose con el trofeo: el Barcelona en 1996 y el Mallorca en 1998. ¿Serán los leones, este 2015, los terceros que lo consigan así?
Por lo tanto, en su actual denominación o en la de su antecedente, el Athletic ha ganado en dos ocasiones el trofeo de los campeones: en 1950 y en 1984. Además de la ya citada ocasión en la que no pudo lograr la Copa de Oro Argentina, han sido dos veces más las
que los rojiblancos han disputado la Supercopa y no han podido ganarla.
En 1983, tras ganar la Liga en la temporada anterior, el Athletic se enfrenta al Barcelona. Apenas había pasado un mes desde que se produjo aquella aparatosa entrada de Goikoetxea que dio con los huesos de Maradona en el quirófano, con todo lo que aquello supuso en el medio ambiente futbolístico de la época. El partido, por lo tanto, se presentaba muy caldeado. En el encuentro de ida, jugado en San Mamés, los culés se impusieron por tres goles a uno. El partido de vuelta lo afrontó el Barcelona con idéntico once que en el primer acto de la final, mientras que Clemente optó por alinear en el Camp Nou un equipo con varios suplentes y jóvenes meritorios. A los tres minutos marcó Endika (una especie de anticipo de lo que sucedería unos meses más tarde en la final de la Copa entre los mismos equipos), pero no fue suficiente para que los rojiblancos pudieran dar la vuelta a la final. La duda, a toro pasado, es si ese día, con un equipo más reconociblemente titular, se pudo haber cambiado el curso de la historia y lo que esa temporada terminó en doblete pudo haber acabado en triplete. Nunca llegaremos a saberlo.
La última vez que el Athletic ha jugado la final de la Supercopa data de 2009, se acudió como finalista de la Copa y, como no, una vez más, el rival fue el Barcelona. Un equipo, el culé, que venía de ganar la Liga y la Copa y que acabó el año sumando un total de seis títulos. Tras un ajustado 1-2 en la Catedral, los barcelonistas pasaron por encima de los bilbainos en el Camp Nou con un rotundo 3-0.
El hecho de que el martes pasado, hace tres días, el Barcelona haya jugado la final de la Supercopa de Europa frente al Sevilla, a cara de perro, con prórroga incluída, hace albergar alguna esperanza a parte de la cátedra zurigorri... aunque tampoco muchas, la verdad sea dicha. Suponiendo que en el primer partido el Barcelona acuse algo el cansancio o las posibles rotaciones a que puede verse abocado su entrenador no debe esconder que en tres días se juega la vuelta en su campo y, se supone, con la artillería culé en mejor estado de revista que el que, a priori, pueda tener hoy. Y todos sabemos que dicha artillería, a pleno o casi pleno rendimiento, tiene una potencia de fuego enorme. Por su parte, el Athletic está obligado a no quitar el ojo de otro compromiso importante que deberá afrontar la semana próxima: el primer partido de la eliminatoria previa de la Europa League. Algo que, quizás esta noche no se note en la alineación titular, pero que presumiblemente en la vuelta, en el Camp Nou, sí se dejara sentir. Bajas, acumulación de partidos, agosto... Muchas variables a tener en cuenta en una doble cita que, en condiciones normales, presentaría un carácter terriblemente asimétrico. Esta noche y la del próximo lunes saldremos de dudas.