domingo, 25 de octubre de 2015

Futbol rico, futbol pobre


Rústicos en Dinerolandia
Durante los días de vino y rosas algún avispado vendedor de crecepelo bautizó al campeonato español de primera división como la liga de las estrellas. La combinación de una apertura prácticamente total de las fronteras en el mercado de jugadores y el dinero contante y sonante procedente de las televisiones contribuyó decisivamente a inflar hasta límites insospechados la burbuja futbolística. Cualquier equipo de medio pelo tenía la posibilidad de fichar jugadores de cierto caché internacional. Clubes tradicionalmente subidos al ascensor liguero, que les llevaba una y otra vez de segunda a primera y de primera a segunda, se permitieron confeccionar plantillas con jugadores de un nivel desconocido hasta entonces. Paralelamente, empezó a crecer también la picaresca de muchos directivos que encontraron en el enorme trasiego de dinero del futbol una buena oportunidad para dudosos negocios privados. En esa caldo de cultivo  aparecieron muchos intermediarios raros que ofrecían fichajes de jugadores aún más extraños. El negocio tomó unas dimensiones enormes y fuera cual fuera la finalidad última, casi siempre poco edificante, de lo que se trataba era de comprar y vender caro. Si después estos jugadores resultaban buenos o malos solía ser indiferente por lo que, además de los fichajes de futbolistas importantes, la riada de contrataciones empezó a arrastrar también a muchos desconocidos procedentes de los sitios más insospechados. Para los clubes ya no era interesante dedicar recursos a formar jugadores propios: había dinero y había interés en gastarlo, así que mientras duró el boom futbolístico fueron muchos los clubes que olvidaron casi por completo a los jugadores de la cantera. Pero la marabunta como viene se va y lo peor es que el panorama que deja tras su paso siempre es desolador. Llegó el momento en el que los ingresos de todos esos clubes que habían ejercido de nuevos ricos ya no eran capaces de soportar sus gigantescas estructuras de gasto, las deudas se acumulaban y su solvencia se resquebrajaba. Más dura fue la caída, podría pensar un observador neutral y sensato. Sin embargo,  la proverbial complacencia que el futbol genera ha dejado para la historia una reflexión mucho más peliaguda entre la gran masa acrítica que la sustenta y que suele valorar así la época del derroche: vale, ahora estamos pagando los excesos, pero ¿y lo bien que lo 'pasemos'...?

El Sporting de los años dorados
El Sporting es uno de esos clubes que durante el boom vivió por encima de sus posibilidades. No se comprende muy bien qué hizo exactamente durante esos años para acumular una deuda que ha llegado a comprometer muy seriamente su supervivencia. En realidad, a diferencia de otros, como el Deportivo o el Valencia, que llegaron a ganar títulos gracias a aquel derroche, el Sporting durante ese tiempo nunca ha estado siquiera cerca de conseguir algún éxito. El club gijonés desde hace décadas se ha caracterizado por producir muchos y buenos futbolistas, traspasó a varios de ellos y, en medio de la vorágine, se olvidó de sus señas de identidad y se dedicó a ser como los demás, una máquina de gastar dinero. Vista la escasez de éxitos deportivos y la magnitud de su agujero financiero, parece que su caso, como el de tantos otros, es el de un equipo que se dedicó a fichar sin el más mínimo control, ni de calidad ni económico, por vaya usted a saber qué oscuras razones. El caso es que el Sporting en el pecado ha encontrado la penitencia. Una durísima penitencia, por cierto: ha vagado durante muchos años por la segunda división, ha sufrido enormes convulsiones societarias que le han situado cerca de la desaparición y, en última instancia, se ha visto abocado a competir con una plantilla barata y procedente, fundamentalmente, de su cantera. En estas circunstancias, el ascenso a primera logrado la pasada temporada fue toda una hazaña. Por si fuera poco castigo el ya sufrido, este verano la Comisión de Control Económico de la Liga de Futbol Profesional le complicó aún más la vida al imponer unas durísimas restricciones para la inscripción de nuevos jugadores en su plantilla. El equipo asturiano sólo ha podido incorporar a jugadores que cumplan alguna de estas características: proceder del filial, cobrar el salario mínimo (129.000€) o tener unos emolumentos que no superen el 25% de la masa salarial que el club haya podido liberar en forma de bajas. Así, el Sporting afronta su regreso a la primera división con una plantilla muy similar a la que consiguió el ascenso, más algunos fichajes caracterizados por una doble condición: todos ellos son muy jóvenes y muy baratos. Dos volantes, Halilovic y Mascarell, cedidos respectivamente por Barcelona y Real Madrid, son sus principales apuestas externas. Un equipo pobre que regresa a sus orígenes, a los que le dieron más esplendor... hace ya muchos años.

Un Athletic sólido en casa
Este lunes el Sporting  regresa a Bilbao para disputar ante el Athletic un partido que se presupone muy competido. Tras ocho jornadas el equipo local acumula una decepcionante cifra de ocho puntos, a todas luces insuficientes para el objetivo de ocupar puestos europeos. Los visitantes, sin embargo, con nueve puntos se mantienen, más o menos, en el promedio necesario para conseguir la permanencia al final del campeonato. Un punto de diferencia, un balance casi idéntico de goles a favor y en contra, pero sensaciones bien distintas: mientras en el Athletic hay una sensación de mal comienzo y de que es preciso arrancar cuanto antes, en el Sporting la impresión es de que el inicio de la temporada ha sido bastante satisfactorio, especialmente fuera de casa. Su balance como equipo visitante está siendo realmente bueno: un partido perdido (Rayo Vallecano), un empate (Real Sociedad) y dos victorias (Deportivo y Espanyol). Enfrente, el Athletic se encuentra mucho más a gusto en San Mamés que lejos del Botxo. Como local ha firmado dos victorias (Getafe y Valencia) y dos derrotas (Barcelona y Real Madrid). Si tenemos en cuenta que las dos victorias fueron bastante claras y que las derrotas, además de ser ante los dos clubes más potentes de la categoría, fueron muy ajustadas y competidas, parece claro que, a priori, un buen visitante como el Sporting se va a encontrar a un buen local como es el Athletic. El partido, por tanto, promete. Ernesto Valverde reconocía ayer en sala de prensa la necesidad que tiene el equipo de sumar los tres puntos en este partido y alertaba del peligro del rival: Me gusta el Sporting, le veo similitudes con nosotros, son un equipo de cantera, tienen una identidad propia... Como conjunto les veo muchas de nuestras virtudes, empuje, solidaridad... Son ambiciosos, tenemos que tener cuidado. Cualquier aficionado sabe que el Athletic es un equipo temible, sobre todo en La Catedral, cuando juega a todo trapo y un equipo vulnerable cuando se dedica sestear. No sería la primera vez que recibe la visita de un equipo humilde, por qué no decirlo, pobre, y se lleva un susto por no afrontar el partido con la actitud necesaria. Si, además, el rival es corajudo, peleón y tiene las ideas claras, las probabilidades de que ocurra un accidente se multiplican. Los jugadores bilbaínos están avisados y la reciente experiencia de Riazor, dejándose empatar un partido que estaba ganado, debe ponerles aún más alerta, si cabe. Es el momento de sentar las bases de la escalada clasificatoria y un tropiezo en este partido sería un enorme revés. En el universo de ricos y pobres que es la liga de las estrellas son tantas las diferencias que lo normal es que los primeros ganen a los segundos... pero el futuro no está escrito.


viernes, 23 de octubre de 2015

Mundial de Rugby (III): ¿Semifinales o Championship por eliminatorias?


El resultado de los cuartos de final, tratados a lo largo de los comentarios de la entrada anterior dedicada a este evento, ha producido los siguientes emparejamientos:

Sábado 24 a las 17:00 Sudáfrica - Nueva Zelanda.
Domingo 25 a las 17:00 Argentina - Australia.

Paradojas del cambio horario que tendrá lugar durante la madrugada del sábado al domingo: los dos partidos se juegan a distinta hora local (GMT), pero a la misma a nuestros efectos.

Es curioso que 40 años después de los 40 años, salvo unas pocas voces aisladas que lo han empezado a hacer recientemente, no se haya puesto en serio sobre la mesa lo de abandonar el horario actual -adoptado por Franco para hacer la pelota a Hitler- y volver al que nos corresponde según nuestra longitud en el globo. Pero me salgo del tema...

El que las semifinales vayan a ser protagonizadas por los cuatro equipos que juegan el Rugby Championship, unido al hecho de que de los siete mundiales anteriores solo uno ganado por Inglaterra haya escapado del predominio del sur, parece sugerir que parafraseando a Lineker adoptemos la definición: "El rugby es un juego simple: treinta hombres corren tras un balón durante ochenta minutos y al final siempre ganan los del sur".

La adopción del profesionalismo, con las ingentes cantidades de dinero que llegan a los seis intregrantes del Six Nations y los cuatro del Championship, reforzado por la innovación que supuso el inicio de los mundiales, deberían, en mi opinión, estar igualando el nivel de preparación y de entrenamiento. Sin embargo, no ha sido así. Mirando a este año, se podría decir incluso que el asunto ha ido a más.

¿Qué razón hay? ¿Son realmente tan superiores?

En el deporte, el resultado manda. Pero aunque los marcadores de cuartos están ahí, tampoco creo que sea justo interpretarlos como algo definitivo: la cuchara de madera del Seis Naciones no ganó al campeón del Championship perdiendo ¡por un solo punto de diferencia! lo que cuestiona esa diferencia abismal entre hemisferios, incluso sin hablar del arbitraje. El partido entre Gales y Sudáfrica fue muy igualado, y se resolvió, en mi opinión, por detalles.

Más clara fue la victoria de Argentina sobre Irlanda, pero no estoy seguro de que lo sucedido refleje el nivel real de ambos, sobre todo de Irlanda.

La victoria de Nueva Zelanda sobre Francia si que fue absolutamente apabullante.

Pero vamos: que podríamos estar viendo unas semifinales Gales-Nueva Zelanda y Argentina-Escocia sin que los partidos hubieran sido muy diferentes y considerando el paso de los argentinos como una sorpresa. O eso creo.

Dicho esto, admito que me muevo en el terreno de "Y si..." La realidad es la que es: han pasado los que han pasado. Así que, aunque mantenga ciertas reservas, admitamos esa superioridad ¿Por qué se produce?

En la web amiga, el forero Wild Rover mencionaba un artículo que apuntaba varias razones para el predominio sureño. Él mismo las resumía así:

1) Diferencias técnicas: Los jugadores del sur parecen mas rápidos, mas creativos e incisivos en ataque, parecen tener mejor técnica a un ritmo alto y mas precisos en la ejecución.

2) El Súper Rugby y el Rugby Championship son mejores escenarios: se pone de ejemplo la entrada de los Pumas en el Rugby Championship (el VI Naciones del Sur) y su espectacular evolución en el mundo del rugby desde entonces.

3) El clima en el Norte es una desventaja: hace difícil aprender aspectos técnicos y llevar a cabo un rugby de ritmo alto, veloz.

4) Demasiados extranjeros en el rugby europeo: usan el ejemplo de la selección inglesa de futbol que, a pesar de tener una de las ligas mas fuertes del mundo (llena de foráneos, eso si), su selección lleva ya tiempo coleccionando ridículo tras ridículo.


A esto yo contestaba:

1) Eso no parece una causa, sino una consecuencia.
2) Ídem.
3) No sé hasta que punto es diferente el clima ni su posible influencia, pero me suena raro.
4) Sí que puede ser una razón.

Añado que en todos los países del norte, salvo tal vez en Gales, el rugby es un deporte secundario respecto al fútbol. Mientras que el sur, salvo en el caso de Argentina, es al revés.

Yo creo que esa puede ser la principal razón. De hecho, no tengo datos, pero ¿es posible que esos extranjeros vengan precisamente de países donde el rugby prima sobre el fútbol?

Aprovecho ahora para decir algo más: aunque con la edad ando mal de memoria, creo mantener algunos recuerdos del primer mundial. Entonces lo que se decía era que los equipos del sur eran más potentes porque eran mucho más fuertes físicamente. Con la profesionalización, ahora vemos también en el norte a alas con el físico que antes tenían los delanteros, y se ha pasado a decir que la ventaja es de técnica (en lo que por ejemplo la Francia de entonces se consideraba superior)

Tiempos distintos, nuevas explicaciones. Una cosa sigue: el campeón será del sur.

Pronóstico: cualquiera se atreve. Se están viendo muchos cambios en el rendimiento de los equipos: ahí está el Escocia-Australia para demostrarlo. O Sudáfrica, que pasa de perder contra Japón a ganar a un Gales excelente hasta entonces durante todo el campeonato.

Pero aún así habrá que decir algo, ¿no?

Nueva Zelanda debería ganar a Sudáfrica. Pero un duelo entre esos dos, nunca será fácil.

Fijándonos en los cuartos, los pumas deberían ganar a los Wallabies. Pero si nos abstraemos de esos partidos, el pronóstico sería el contrario: Australia debería ganar. La cabeza se contradice, el corazón lo tiene claro: me gustaría que ganara la albiceleste.

Lo que sí tengo claro es que ambos partidos van a ser apasionantes. En la línea de lo visto hasta ahora. Porque no sé si está siendo el mejor mundial, pero creo que sí es el que más estoy disfrutando.





jueves, 22 de octubre de 2015

UEFA Europa League: FK Partizan - Athletic Club

Tercera jornada y segunda salida consecutiva de la liguilla de la UEL.

La tranquilidad que nos produjo la trabajada (y tal vez inmerecida) victoria casera de la primera jornada se dilapidó en parte con la derrota que la llamada "segunda unidad" sufrió en Altmark.

Hoy se afirma que jugará un equipo de gala; puede que no el mismo de las dos últimas jornadas, pero sí un equipo homologable a un equipo titular.

Sin embargo, ya sea con la primera unidad o con la segunda, lo cierto es que el Athletic lleva meses sin ganar fuera de casa y no hacerlo en esta salida no nos descartaría del todo pero nos pondría las cosas difíciles en el sentido de dejarnos sin margen de error para los tres partidos restantes, que se convertirían en otras tantas finales; y ya sabemos cómo afectan esas urgencias a nuestra ciclotimia.

Por lo tanto el partido es importante, muy importante. Así lo ha entendido Valverde cuando parece que ha aparcado la idea de las rotaciones, más allá de un par de relevos puntuales (se habla de la titularidad de Gurpegui y Sabin para dar descanso a Laporte y Williams)

Enfrente un Partizan que acaba de cambiar de entrenador. La buena marcha en el grupo UEL no ha enmascarado la mala trayectoria en la liga doméstica: el cese se produjo siendo cuartos y muy lejos de su eterno rival el Estrella Roja. Esa situación ha provocado la caída de Milinkovic y su relevo por Drulovic, que se estrenó con victoria ante el Javor por 3-2, remontando el partido.

El Partizan afronta el partido con una baja por sanción (un lateral; o sea: nada de importancia según el Tao Te King) y dos dudas por lesión de otros tantos centrocampistas.

Las bajas no afectan a la estrella del equipo: el media punta Andrija Zivkovic. No sé vosotros, pero yo cada vez que oigo que el mejor jugador del equipo contrario es un media punta, me llevo la mano al revolver: creo que a nuestra defensa le faltan habilidades para frenar a ese tipo de jugadores.

Lo verá, el que pueda, a partir de las 19:00 de esta tarde.

Arbitra el polaco Pawel Raczkowski.

Os dejo con un video del tal Zivkovic. No os asustéis... Al menos, no demasiado; esto de los videos tiene truco, y hasta haciendo uno de Ibai se puede impresionar al personal: se hacen para eso.


 
 


sábado, 17 de octubre de 2015

UEFA posible (Howard Kendall in memoriam)


Ernesto Valverde compareció ayer ante la prensa y con estas palabras dejó sentadas las bases de lo que debe ser el próximo tramo de la competición para el Athletic: Es el momento de dar un paso adelante.

De unos años a esta parte la competición futbolística, al menos en sus primeros meses, viene dividida en varios tramos, delimitados por las fechas que la FIFA fija en el calendario para disputar partidos, oficiales u amistosos, de las diferentes selecciones nacionales. Así, desde que comenzó a rodar el balón de manera oficial, allá por el 30 de julio para el Athletic, hasta la fecha se han disputado dos de esos tramos de competición con sendos parones en septiembre y octubre. Este fin de semana empieza el tercer tramo del curso futbolístico, periodo que terminará a mediados de noviembre con una nueva pausa para que jueguen las selecciones. En este intervalo el Athletic tendrá que afrontar cuatro partidos de la Liga y dos de la Europa League. En la competición doméstica, los bilbaínos visitarán Riazor, recibirán al Sporting, viajarán al Benito Villamarín y cerrarán el ciclo en San Mamés frente al Espanyol. Entremezclado con los partidos ligueros, doble enfrentamiento ante el Partizan, primero en Belgrado y después en Bilbao.

Si el primer tramo del curso resultó especialmente complicado por la acumulación de partidos, hasta en tres competiciones diferentes, en pleno verano y con el equipo aún muy poco rodado, el segundo lo fue, sobre todo, por la dureza de los rivales que, especialmente en la Liga, dificultaron aún más el fuerte inicio con el que ha tenido que apechugar el Athletic. Si ya cuesta que en los primeros compases el equipo esté lo suficientemente afinado como para sacar adelante tantos y tan complicados retos, la plaga de lesiones que lo ha asolado prácticamente desde el primer minuto de la pretemporada ha añadido más dificultades a la tarea. Con todos estos ingredientes, después del histórico triunfo en la Supercopa y de haber cumplido el expediente más o menos correctamente en la competición continental, salvo el tropiezo de la última jornada en Alkmaar, la Liga ha sido el torneo que más dudas ha planteado. Sin practicar un juego muy lucido, aunque también es cierto que con algunas trazas de mayor solidez que el del desastroso inicio del curso anterior, los resultados han sido más bien flojos. La acumulación de partidos, la escasez de efectivos en alguna ocasión y media docena de errores de bulto sobre el césped se unieron a un calendario que concentraba en las primeras siete jornadas a varios de los huesos más duros de roer del campeonato. La llegada de Raúl García como fichaje de ultimísima hora, la paulatina recuperación del grueso de los lesionados y la cosecha de un punto en Anoeta y la brillante victoria de la última jornada ante el Valencia han sido factores que han permitido acabar el segundo tramo de la temporada con brios renovados, mayor optimismo y mejores perspectivas. En realidad, el equipo sólo lleva tres puntos más que en las mismas jornadas de la temporada precedente, pero las sensaciones comienzan a ser mucho mejores.


Este domingo (Riazor, 20:30 horas), el Athletic tratará de continuar con su trayectoria ascendente ante el Deportivo. Como ha dicho Txingurri, es el momento de dar un paso adelante. El equipo tiene por delante un calendario, a priori (esto no es una ciencia exacta), mucho más liviano, la plantilla ha recuperado efectivos y los engranajes del equipo en el campo parece que poco a poco empiezan a funcionar. Una buena oportunidad para cosechar muchos puntos y escalar puestos en la clasificación liguera, aunque sin perder de vista que la empresa, aunque pueda parecer sencilla, no carecerá de dificultades. El Deportivo, por ejemplo, es un equipo que ha comenzado la Liga con muy buen pie. Se encuentra en una cómoda sexta plaza y sólo ha perdido un partido. El Athletic tendrá que plantear su mejor puesta en escena si quiere conseguir los tres puntos. El mensaje del entrenador ha señalado el camino, es hora de hacer realidad los buenos deseos.

Editado: Con motivo del fallecimiento de Howard Kendall, el autor ha decidido cambiar el título original de la entrada (Un paso adelante) por el recuerdo a la frase que popularizó el buen entrenador inglés. So long, Howie.

martes, 13 de octubre de 2015

Mundial de Rugby 2015 (II)

Este pasado fin de semana ha finalizado la fase de grupos, quedando los cuartos de final definidos de la siguiente forma.

Sábado 17 a las 17:00 Gales - Sudáfrica
Sábado 17 a las 21:00 Nueva Zelanda - Francia
Domingo 18 a las 14:00 Irlanda - Argentina
Domingo 18 a las 17:00 Australia - Escocia

He comentado brevemente los dos partidos que vi en un comentario a la anterior entrada dedicada a este mundial.

Después de haber visto al menos un partido a todos los cuartofinalistas, en mi opinión puede pasar casi de todo.

Fue imposible pasar
Solo un partido tiene un favorito claro: el Australia - Escocia. Coinciden el equipo que mejores sensaciones ha dejado en la primera fase con el que se ha clasificado más de rondón. No creo que Escocia sea rival para los australianos. Estos han demostrado su enorme solvencia ganado el grupo de la muerte, destacando su aplastante victoria frente a la anfitriona Inglaterra y la impresionante solidez defensiva que demostraron ante los galeses cunado se quedaron con trece jugadores. Un hueso demasiado duro de roer para los de el cardo.

Luego yo diría que hay dos partidos que también tienen un favorito pero con suficiente margen para la sorpresa como para que no se pueda dar el bacalao por vendido: el choque de los irlandeses contra los Pumas y el de los de el gallo contra los All Blacks. Tanto irlandeses como neozelandeses parten como favoritos, pero espero mucha más resistencia que el Australia-Escocia.

A Irlanda le pueden pesar las posibles bajas de dos jugadores importantes: el apertura Sexton y el segunda línea (y capitán) O'Connell. Sexton podría volver pero lo de O'Connell parece muy serio; se habla incluso del final de su carrera como internacional. A eso habría que añadir la posible suspensión del tercera línea O'Brian, por un puñetazo a Papé con el que parece que pretendía zanjar cuestiones pendientes del pasado Seis Naciones: era la primera vez que Papé se enfrentaba a Irlanda desde el brutal rodillazo que dio por la espalda al irlandés Jamie Heaslip, que provocó la fractura de varias vértebras del jugador irlandés.

A Argentina le vimos plantando cara con mucha solvencia a los All Blacks durante una primera parte muy disputada. A pesar del favoritismo irlandés, no sería raro que los Pumas dieran una sorpresa, que solo sería relativa.

Francia no pudo parar a Irlanda
Nueva Zelanda también parte como favorita ante "les blue" pero el juego francés suele atragantarse a los All Blacks, y a estos no les he visto tan fuertes como dicen. Hasta ahora solo han tenido un rival de verdadera entidad -Argentina- y aunque a  probaron el examen, para mí no lo hicieron con nota. Como Francia no está para tirar cohetes, son favoritos, sí; pero que no se confíen.

Finalmente el partido más abierto es el que enfrentará a Gales con los sudafricanos. Los Springboks empezaron perdiendo con Japón, pero luego han ido remontando hasta el punto que la derrota no les ha impedido ser primeros de grupo: han avasallado a los demás rivales. También es cierto que el más potente era Escocia, que es el más flojo de los cuartofinalistas.

Por su parte los dragones han dado sensación de buen equipo en todos sus partidos, ganado a Inglaterra -con algo de suerte, debemos admitir- y dando la cara ante Australia, aunque las bajas que tiene le pueden acabar pasando factura.

Los ganadores de los partidos de cada día se enfrentarán entre sí en semifinales: los de el sábado por un lado y los de el domingo por otro.

P.S. Acabo de ver que inicialmente he puesto mal el enlace al puñetazo de O'Brian. Ya lo he arreglado.

viernes, 2 de octubre de 2015

Urgencias


La paciencia no es una de las virtudes que caracterizan al futbolero, especialmente de un tiempo a esta parte. Todo, lo bueno y lo malo, transcurre a una velocidad vertiginosa y en cuanto se encadenan una serie de resultados, positivos o negativos, ya se están haciendo proyecciones de lo que deparará el futuro. Así, es común ver que con apenas media docena de jornadas disputadas ya se hable de que tal equipo es la revelación del campeonato o que a tal otro le están empezando a poner los clavos en la tapa de su ataúd. Si la paciencia, futbolísticamente hablando, es un término pasado de moda, la urgencia es un concepto de la más rabiosa actualidad. Si uno tiene el poco acierto o la mala fortuna de haber tropezado en los dos primeros partidos, es seguro que para el tercero ya tenga colocado el sambenito de la urgencia. Este fin de semana se disputa la séptima jornada de Liga y, como no podía ser menos, con el otoño, ya han llegado las urgencias.


No fue en otoño, sino muy avanzada la primavera de 2007, el 17 de junio, cuando el Athletic sufrió un terrible momento de urgencias. De haber tropezado aquel día ante el Levante, el equipo bilbaíno hubiera dado con sus huesos en la segunda división, algo que hubiera supuesto una especie de apocalipsis zurigorri. No era la primera vez que el Athletic tonteaba con el descenso, aunque posiblemente sí que fuera la vez en la que, dado el ínfimo rendimiento del equipo, más posibilidades había de que el desastre finalmente se consumara. Afortunadamente, aquel episodio pasó y en las sucesivas temporadas, hasta esta misma, se han ido produciendo otros acontecimientos mucho más agradables: clasificaciones europeas, varias finales, un título y algunos partidos de los quedan marcados en la memoria para siempre. Sin embargo, parece que el fantasma de aquel terrorífico domingo de 2007 permanece presente en el inconsciente colectivo de la afición rojiblanca y las rachas negativas de resultados siempre hacen surgir la idea de que el Athletic,  si no suma, más pronto que tarde, los cuarenta y cinco puntos de rigor, vive en inminente peligro de descenso.

Este domingo, 4 de octubre, San Mamés acogerá el Athletic – Valencia correspondiente a la séptima jornada liguera. Los rojiblancos comenzaron a competir el 30 de julio y antes de esta próxima cita ya habrán sumado, nada menos, catorce partidos oficiales. El balance, algo irregular: cinco ganados, tres empatados y seis perdidos. El grueso de los partidos ganados y empatados ha servido, básicamente, para conseguir el título de la Supercopa y para superar dos eliminatorias previas en la Europa League. Por su parte, el grueso de las derrotas se ha producido en la Liga. Con seis partidos jugados, una victoria, un empate y cuatro derrotas, el Athletic presenta un balance idéntico al de las mismas jornadas de la temporada anterior. Si hace exactamente un año se hablaba de urgencias, ahora nos encontrarámos exactamente en el mismo punto. Aunque el nivel de los rivales a los que se han enfrentado los bilbaínos en lo que va de curso es sensiblemente superior al de los rivales en el mismo tramo del año pasado, la sensación de que las cosas no están yendo bien y de que hay que sumar cuanto antes se ha hecho presente en el ambiente. Nadie quiere sustos y por eso se ve como necesaria la victoria ante el Valencia, llegar a la semana de descanso liguero con siete puntos y afrontar el siguiente tramo de la Liga, ante rivales más asequibles, sin tanta presión clasificatoria.

Si hay un equipo que podría protagonizar un exhaustivo estudio científico sobre las urgencias, su origen y consecuencias, ese el Valencia. El valencianismo, como modo de vida futbolístico, es vocinglero, tiende a la eterna reprobación de los suyos y posee una veta autodestructiva que hace de los éxitos el preludio de los líos, los follones y los fracasos. La llegada de una nueva propiedad, un entrenador de refresco e interesantes refuerzos para la plantilla convirtió a un club agonizante, social, financiera y deportivamente, en un club triunfador. Estuvo peleando hasta ultimísima hora por el tercer puesto de la Liga y logró una brillante clasificación para la Champions League. Deportivamente, el Valencia volvió a ser un equipo potente, con mucho brío futbolístico y unos cuantos jugadores de muy alto nivel. El verano ha sido muy movido en los despachos del club ché. Dimisiones, declaraciones subidas de tono, jugadores que querían salir de allí, etc. El aficionado valencianista ni siquiera necesita que comience la competición y pierdan dos partidos para empezar a protestar. Durante la disputa del Trofeo Naranja, que la Roma ganó por tres a uno al equipo local, la grada dedicó a su entrenador un sonoro Nuno vete ya, soniquete que han reproducido en el resto de partidos que han jugado en su estadio desde entonces. Al igual que cada vez es más frecuente que muchos establecimientos comerciales adelanten los periodos de rebajas, en Valencia las urgencias llegaron sin rodar aún el balón de manera oficial. La irregular marcha del equipo en el arranque liguero, que con nueve puntos, sin ser desastroso, se aleja de su objetivo de ocupar la zona noble de la clasificación, ha hecho que lleguen a estas alturas del campeonato en medio de una importante marejada interna y con gran necesidad de sumar puntos para reconducir su trayectoria.

Se trata, por tanto, de un partido en el que ambos equipos llegan necesitados de puntos, lo cual suele ser un arma de doble filo: motivación extra, sí, pero también el peligro de que aparezcan otros efectos perversos asociados a dicha necesidad. Deberá cuidarse mucho el Athletic, que clasificatoriamente se presenta más apurado, de caer en la precipitación, en la desesperación o, especialmente, en esa falta de concentración que tantos errores ha propiciado, con la subsiguiente sangría en forma de puntos. Ante rivales tanto o más difíciles que el Valencia, los rojiblancos han demostrado que, mientras han permanecido ordenados y no han hecho regalos absurdos, son capaces de competir de tú a tú con cualquiera. El domingo veremos si los próximos quince días los pasan en planta o si la situación se complica hasta el punto de requerir cuidados intensivos.