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Escuchando la asamblea |
Este blog nació con una entrada sobre la asamblea de 2007 y el dedicar varios ladrillos a cada una de las que han tenido lugar desde entonces es tan clásico como las salvajes gastroenteritis que aquejan a los pocos valientes que se atreven con los pintxos de tortilla verde de este local.
Primero empezamos a dedicarle solo una entrada en vez de varias pero el colmo ha sido ayer, que no me acordé de que había asamblea hasta que lo leí en El Correo.
Podría echar la culpa a mis ocupaciones pero la razón principal de esta degeneración es otra: nuestro presidente Josu Urrutia. Desde que llegó, las asambleas han ido perdiendo el dramatismo que las caracterizaron durante los mandatos de los dos Fernandos. Y claro: se pierde interés.
Ayer no me conecté hasta las ocho y pico y me encontré con que el contador estaba empezando su intervención. Así que corté y volví casi una hora después. A partir de ahí mi atención fue intermitente, hasta terminar cayendo en brazos de Morfeo (los últimos tramos los escuché a través del pinganillo de la radio, ya en la cama)
Aún así, basándome en lo que oí despierto, lo que pude entender medio dormido, y la huella que haya podido dejar en mi subconsciente lo que salía del pinganillo mientras dormía (que es lo que más me preocupa) me dispongo a mantener la tradición y decir algo, lo que sea. Lejos de nosotros la nefasta manía de callar.
Para ello me apoyaré también en el testimonio sucinto del valiente reportero que Ambigú Press mandó al Euskalduna, infringiendo palmariamente toda la legislación de seguridad laboral. Realmente no es mucho lo que hemos podido sacar de sus balbuceos, pero mientras babeaba con la mirada perdida después de salir del palacio pasadas la 2,20 de la madrugada, hemos creído entender alguna palabra casi coherente justo antes de que le indujeran un coma como único medio de tratar de parar el daño cerebral que estaba sufriendo.
Le deseamos una pronta recuperación. Tal vez si en la media hora de visitas a la UVI nos dejan meterle una Tablet sea capaz de aportar algo en los comentarios que espero que sigan a esta exposición de emergencia, que no penséis que por las limitaciones mencionadas vaya a ser breve: es metafísicamente imposible que nada relacionado con las asambleas del Athletic lo sea.
Asunto estrella: somos gordos
Lo que más me ha quedado claro de la información fragmentaria de la que dispongo es de que la masa social zurigorri tiene un serio problema de sobrepeso. El asunto fue tratado reiteradamente por varios compromisarios, y creo que fue el único en el que la mesa, por medio de Uribe-Echevarría, se mostró de acuerdo sin matizaciones.
Creíamos que necesitábamos a Merino y no: lo que urge es contratar dietistas. Muchos dietistas, que somos más de 40.000 socios. En eso espero que nos gastemos los fondos acumulados.
¿Exagero? No lo creo. Cada vez que despertaba de mi sopor lo que escuchaba era que:
- Los tallajes de la ropa que se vende en las tiendas no sirven para el seguidor medio del Athletic. Urge comprar tallas más grandes, porque nunca se encuentra nada que uno se pueda poner. Uribe-Echevarría asintió asegurando que él incluso llega a tener que romper las camisetas para ponérselas.
- El diseño de la equipación que consiste en una camiseta azul y una línea blanca ¡horizontal! nos hace parecer más gordos si cabe. ¿Es que nuestros diseñadores no saben que las rayas horizontales engordan? Esto hace que me replantee la leyenda según la cual cambiamos en su día de las camisetas en dos franjas del Blackburn Rovers a las de rayas verticales del Southampton. Juan Elorduy no fue un inconsciente improvisador como la maledicencia nos ha hecho creer durante decenios, sino un visionario que supo prever que en el futuro nos convertiríamos en un club orondo. Mi gratitud hacia él crece. ¿Tiene ya calle en el callejero de la villa? Urge dársela, como urge cambiar de marca de ropa, que además impone a la propia directiva los precios de las camisetas en nuestras propias tiendas, como creí entender.
- Una nueva y prometedora compromisaria advirtió que en la memoria figura que el peso de una jugadora del femenino es de 26 kg. Lejos de creérselo, atribuyendo tal escualidez al stress de nuestras leonas que tienen que compaginar sus carreras deportivas con estudios o trabajos, o incluso a lo depauperado del presupuesto del equipo femenino, detectó sin lugar a dudas que tal cosa era imposible, y que tal vez fuera un baile de números ¿qué menos que 62 kg siendo parte de la familia athleticzale?
¿Qué aportan las carreras universitarias?
En época de nuestros padres (abuelos, para muchos de los que nos leen) una carrera universitaria era sinónimo de prestigio. Si uno se dedicaba a otra cosa es porque no podía o no servía. ¡Cuántas infelicidades, cuántos malos profesionales andan sueltos por esa titulitis mal entendida que forzaba vocaciones y arruinaba futuros que hubieran sido prometedores en oficios o titulaciones de FP tan dignas como bien retribuidas y necesarias para la sociedad!
Uno creía que ese debate estaba ya superado pero ayer esa caja de resonancias de la sociedad vizcaína que la asamblea de compromisarios lo volvió a poner sobre la mesa.
Un conocido compromisario, que lleva una pila de años saliendo al estrado en las asambleas, pese a ser tan conocido (o precisamente por serlo) se creyó obligado a declarar que ni él ni sus compañeros de grupo son unos "mindundis" (retomo mi latín: excusatio non petita, accusatio manifiesta) sino que son gente con títulos universitarios.
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En edad de formación |
Algo debería haber aportado Josu al debate. Creo que su concepto de lo que podríamos llamar "formación continua" además de justificar lo injustificable en el asunto de la filosofía (urge saber si Pogba está ya formado o no), alguna luz hubiera podido arrojar sobre este asunto.
También la compromisaria de los 26 kg podría haber dicho algo. Debe ser duro tener vocación de correctora de erratas y que el corrector del Word y los recortes en las redacciones te dejen sin trabajo. Pero ha andado lista encontrando un nicho en el que poder ejercer su vocación: el atril del Euskalduna.
Deseo una cosa pero trabajo para lo contrario
Es curioso, pero después de las largas y tediosas intervenciones de la Junta varios compromisarios dedicaron una parte de las suyas, que fueron tediosas y largas, a criticar la norma que permite decir: "vine, voté y me marché" a los poco comprometidos compromisarios que llevan el voto pensado de casa y votan y se largan antes de las ocho; y que de hecho también podrían decir "y me dio tiempo de llegar a mi dacha de Crimea antes de que terminará la asamblea"
No tenéis más que mirar el archivo del blog para saber que a mí nunca me ha gustado esa norma. Siempre me ha parecido bananera. Pues bien: después de lo de ayer estoy en tránsito de cambiar de opinión. Lo que era un ejercicio de irresponsabilidad va camino de convertirse en una puro acto de supervivencia. La evolución de las asambleas lleva camino de conseguir que la Asociación Estadounidense de Psiquiatría incluya en su famoso manual de enfermedades mentales el hecho de ser capaz de asistir íntegramente a las asambleas de compromisarios del Athletic. Qué se lo pregunten a nuestro reportero. Aún no sé qué les voy a decir a su mujer e hijos cuando le den el alta (si se la dan) y me pregunten como Mafalda en una de sus tiras: "¿Les mandamos a un padre para que nos devuelvan esto?
Pues bien, para mi desconcierto, los que durante el tiempo que aguanté de vigilia incidieron más en lo de votar después de escuchar, fueron los que más contribuyeron (alguno de forma reincidente) a semejante maratón. Hay que hacer autocrítica, chicos.
Una duda: ¿alguien conoce la profesión del presidente?
A pesar de que dejó claro que está orgulloso de su política de comunicación (aunque no estoy seguro de que eso no formara parte de un sueño mientras estaba dormido: el surrealismo de esa afirmación suena más a onírico que a real) un manto de silencio cubre su pasado profesional. No hay manera de sacarle una frase que ofrezca una pista sobre a qué profesión debe el patrimonio que debe tener para poder dedicarse al Athletic ocho años de forma exclusiva y sin remuneración.
Agradeceré que alguien me informe, porque si he de esperar a qué el diga algo al respecto, ya puedo ir poniéndome cómodo.
Batiburrillo y conclusión final
La propuesta de sustituir para algunas cosas la firma manuscrita fue rechazada. No es que no alcanzara la mayoría de 2/3, sino que fue derrotada. Supongo que la amenaza de la directiva de que eso forzaría un cambio de estatutos, con lo que eso implica en cuanto a asambleas extraordinarias, produjo pánico en la mayoría de compromisarios. Fue inhumano amenazar con eso.
Las cuentas fueron aprobadas, de nuevo, por amplísima mayoría. Ciertos rumores de que la nueva composición de la asamblea llevarían a una aprobación tal vez más justa, resultaron algo exagerados.
Hay futuro. La marcha de compromisarios legendarios había causado ciertos temores, pero la cantera de compromisarios parece inagotable, lo que unido a la longevidad que alcanzan algunos veteranos, hace que nuestra asamblea de compromisarios ayer ofreciera una imagen temible y demoledora. En más de un sentido.
P.S. Lo mejor de la asamblea es que pude escuchar la voz de un viejo conocido de la web amiga al que conocí personalmente en la estación de Abando... Un abrazo, si es que nos lees.