Una señora al salir de Bélgica le dijo al guía 'Oiga que quiero ir al baño a hacer pis' y el guía le dijo 'En Holanda señora, espérese hasta Holanda'.
Así explicaba
Miguel Gila cómo son esos viajes organizados en los que todo se hace a la carrera con el fin de poder visitar un montón de sitios en un periodo de tiempo muy reducido. De forma análoga se podría describir el calendario de partidos del
Athletic. Desde el 18 de agosto hasta ayer se han jugado cuarenta y cinco partidos. El próximo domingo, a las 18:00 horas, en
San Mamés, el equipo rojiblanco jugara su cuadragésimo sexto encuentro oficial de la presente temporada frente al
Valencia.
Se inicia ante el equipo ché un pequeño ciclo de tres partidos de liga seguidos (
domingo – miércoles – domingo) antes del partido de ida de cuartos de la
Europa League. En apenas ocho días el
Athletic se medirá al
Valencia (tercer clasificado), al emergente
Atlético de Madrid y al correoso
Sporting de
Javi Clemente. Dada la tremenda igualdad que hay en la
zona europea de la liga, la disputa de estos próximos nueve puntos, seis de ellos ante equipos que están pugnando por los mismos objetivos en el campeonato, parecen tener una importancia destacable. Saldar positivamente esta próxima semana va a suponer seguir peleando por las posiciones de
Champions League y no sólo se podría soñar con el cuarto puesto, sino que incluso se podría aspirar al tercero, primero de los terrícolas tras los galácticos. Pinchar supondría, por el contrario, sumergirse en una zona media, quizás también mediocre, de la clasificación que afearía bastante, al menos en lo que a la competición liguera se refiere, la buena temporada que está haciendo el equipo. Conseguido el billete para la final copera, con una trayectoria impecable en
Europa (y todas las ilusiones puestas ahora en el trayecto hasta la final de
Bucarest), podríamos preguntarnos si no es demasiado pedir a este equipo que también en la liga se coloque en los puestos nobles de la clasificación. Pero no deja de ser una pregunta retórica, ya que, si algo define a este nuevo
Athletic es una ambición y una competitividad a prueba de cualquier obstáculo y, por tanto, es inimaginable que el equipo afloje de forma voluntaria en alguna de las competiciones para centrar sus esfuerzos en las otras. Puede darse el caso de que al final de la temporada todo acabe en una colección de imágenes y recuerdos inolvidables y ningún logro concreto,
de valientes están llenos los cementerios, pero también es factible que esta bendita locura de partidos acabe con algo sonado. Desde luego, el
Athletic está, a falta de un par de meses para acabar la temporada,
vivo y coleando en los tres frentes.
Pero, vayamos por partes. El domingo toca recibir a un rival incómodo y muy peligroso. A diferencia del partido del pasado fin de semana en
Pamplona, se enfrentan en
San Mamés dos equipos que vienen de disputar una eliminatoria apenas tres días antes, así que cualquier apelación a la resaca europea pierde todo su valor de inicio. Bien es cierto que, como dijo
Bielsa hace unas semanas, a veces lo que se nota no es tanto el derroche físico que vienes de hacer como el
desbordamiento emotivo que ese tipo de partidos lleva aparejado, algo que frente a
Osasuna sí dio la impresión de notarse en el equipo bilbaino. En este sentido, el
Athletic quizás se encuentre algo más
desgastado que el
Valencia y tendrá que ser el
mister rosarino quien se emplee a fondo para que el equipo salga fresco el domingo a
La Catedral.
Mucho se ha hablado sobre la condición física del
Athletic y si la acumulación de partidos pasa o no factura a esta. A este respecto es preferible quedarse con la opinión de los profesionales que con la de los diletantes. De los miembros del equipo de trabajo de
Marcelo Bielsa hay tres que tienen formación en el ámbito de la preparación física. Esta circunstancia y el hecho de observar exhibiciones como la de la segunda parte en
Old Trafford o el segundo tiempo ayer en
San Mamés, nos permiten pensar que, sea como sea que lo están consiguiendo, el
tono físico del equipo no se resiente (al menos, no se resiente tanto como podríamos pensar que lo iba a hacer) a pesar de la vorágine de partidos y de que se lleven siete meses jugando a un ritmo altísimo en cada uno de ellos, sin apenas cambios en el equipo titular. En estos momentos, el asunto de la preparación física del
Athletic se ha convertido en una auténtica
cuestión de fe en los profesionales que se encargan de ella, más allá del temor o de las dudas que podamos albergar basados en lo que normalmente hemos visto en otras temporadas o en otros equipos.

Por otra parte, el
Athletic puede encontrarse con algún problema en forma de escasez de efectivos. La baja de
Amorebieta por sanción será cubierta sin mayores problemas por
San José, con
Ekiza al quite por si las cosas se ponen feas. Sin problemas en la retaguardia. Lo
peliagudo puede venir en la vanguardia, si persisten los problemas físicos de
Llorente y con la baja de
Toquero, también por sanción. Es cierto que el equipo sin el riojano es otro y que al vitoriano le cuesta más rendir en ese puesto que en la banda, pero no lo es menos que gracias a los minutos que el
lehendakari está dando de descanso al
nueve, se está permitiendo mantener entre algodones a este. La prueba más clara fue la
sustitución express, sin acabar siquiera el primer tiempo, de
Llorente el jueves frente al
United. La cuestión es como va a gestionar esta circunstancia
Bielsa el próximo domingo: ¿convocará a algún delantero de las categorías inferiores o preparará alguna modificación táctica para que, eventualmente, en caso de que
Llorente no pueda jugar o que sea aconsejable sustituirle durante el partido, otro jugador (
Muniain,
Susaeta,
Ibai, ...) actúe en punta?
Para acabar, una pequeña mención al rival. El
Valencia no parece estar pasando su mejor momento de juego en la competición liguera.
Emery, casi al contrario que
Bielsa, es bastante partidario de hacer cambios cuando juegan partidos entre semana y, quizás debido a esto, o a que están notando algunas bajas importantes, lo cierto es que el equipo
ché no acaba de funcionar como lo ha hecho en otros tramos del curso. En
Mestalla el
Athletic fue muy superior y sólo ese defecto de no saber cerrar los partidos, que tantos puntos le ha costado, impidió que los rojiblancos se hicieran con el triunfo.