jueves, 27 de julio de 2017

Antes de correr, caminar


Cinco años, dos meses y 23 días. Es el tiempo que ha transcurrido desde la última visita del Athletic al National Arena de Bucarest. La noche del 9 de mayo de 2012 fue muy triste y frustrante para la familia rojiblanca, que tras una temporada europea de ensueño, estaba convencida de que aquel partido significaría el definitivo salto adelante en el concierto continental de un club más que centenario. Pero no pudo ser y tan altas expectativas derivaron en una durísima caída sobre el suelo de la realidad. El sueño se hizo añicos y a punto estuvo de convertirse en pesadilla durante los siguientes meses por innumerables problemas extradeportivos y un significativo bajón en el nivel futbolístico. Tras el fracaso de Bucarest todos los caminos parecían conducir a un punto de colisión entre el Athletic y el desastre. Sin embargo, la inauguración del nuevo estadio, la llegada de un nuevo entrenador y algunos buenos resultados en la etapa recien iniciada contribuyeron a una especie de sosiego para afrontar nuevos retos. Un ciclo de cuatro temporadas en el que se ha conseguido una regularidad que apenas los más viejos del lugar recordaban: presencia regular en competiciones europeas, alguna final copera y un título, menor, pero título al fin y al cabo. Acabada esa etapa empieza hoy otra y es precisamente en el lugar en que tantos sueños se frustraron donde debe empezar a tomar cuerpo de nuevo el sueño europeo del Athletic. Pero antes de poder correr hay que caminar y para caminar hay que saber que primero se avanza con una pierna y luego con la otra.


El partido de esta tarde -19:30 horas, en horario metropolitano bilbaino- es la primera zancada de la carrera que se espera conduzca a la cuadrilla de Ziganda hasta la final de Lyon. A las órdenes del noruego Tore Hansen, Athletic y Dinamo de Bucarest protagonizarán un partido que si en cualquier otro momento del año podría apostarse totalmente decantado al lado rojiblanco, la premura de la fecha y el escaso periodo de preparación de los leones, en contraste con el mayor rodaje de los rumanos, hacen que, por más improbable que parezca, hay cierto margen a algún tipo de sorpresa. Las palabras de Ziganda y de algunos jugadores que han hablado esta semana han sido tan claras como previsibles: el equipo no quiere líos, saben que en esto del futbol el más torpe hace relojes y no es cuestión de confiarse, así que afrontarán el partido con la máxima seriedad. Y lo harán porque, según explican los protagonistas, ambicionan llegar lejos en la competición europea. La prudencia, que es una virtud muy apreciable no sólo entre los débiles, sino también entre los fuertes, nunca está de más y es muy plausible en un Athletic cuyo nueva etapa aún está en fase de cocción, pero la realidad es que, por más handicaps que tenga el equipo a estas alturas, los leones son los claros favoritos en este partido y, por supuesto, en la eliminatoria. El entrenador del Dinamo, Cosmin Contra, así lo ha admitido al referirse al Athletic como el peor equipo que podía tocarles en el sorteo.


El Athletic llega hasta este partido tras varios partidos amistosos ante rivales, en general, de similar o superior nivel al del Dinamo de Bucarest y las sensaciones no han sido malas. Remitiéndonos al partido del pasado viernes en Brujas ante el equipo local -que disputará la previa de la Champions-, el once tipo de Ziganda parece bastante perfilado y, a falta de una finura física dificil de tener a estas alturas, la impresión es que hoy podría competir bien. Ese teórico once titular estuvo formado por Herrerín, De Marcos, Etxeita, Laporte, Balenziaga, Vesga, Beñat, Raúl García, Susaeta, Aduriz y Muniain. El propio Kuko ha señalado que es probable que ante el Dinamo haya un par de variaciones en ese equipo. Etxeita y Susaeta parecen los elementos más inestables de esa alineación y San José, Sabin, quizás Córdoba, incluso Lekue o Aketxe en diferentes combinaciones, parecen los candidatos con más posibilidades para formar hoy como titulares. A tenor de lo visto y lo que cuentan los jugadores, la etapa Ziganda está dando sus primeros pasos manteniendo buena parte de la estructura montada por Valverde e introduciendo algunas ideas de cosecha propia. En esa suerte de ensayo general que fue el amistoso de Brujas se pudieron disfrutar de unos 45 primeros minutos, hasta donde les dieron las piernas probablemente, con un estilo muy reconocible en cuanto a la presión adelantada. Si el Athletic, casi una semana más tarde, se supone que con las piernas menos pesadas y algo más frescas, es capaz de mantener 65 o 70 minutos esa presión, ese ritmo e intensidad de juego que tuvo ante el equipo belga durante medio tiempo, es más que posible que esta primera eliminatoria previa de la Europa League quede prácticamente vista para sentencia hoy. Si no,tocará sufrir.

martes, 4 de julio de 2017

Hora a hora


El Athletic comenzó ayer la pretemporada en Lezama con veintisiete jugadores, a la espera de las incorporaciones de Arrizabalaga, Williams y Yeray, a las órdenes de José Ángel Ziganda, por ahora, junto al resto del staff técnico, la única novedad en el plantel. Tras los estiramientos y los ejercicios físicos y con balón del entrenamiento matinal, por la tarde llegó la hora de la primera comparecencia en rueda de prensa del nuevo míster en traje de faena. En respuesta a la batería de preguntas que los periodistas fueron formulando, el Kuko dejó varias ideas que nos aproximan a lo que pretende que sea el equipo en esta nueva etapa.

"Es cierto que partidos de preparación de aquí al 27 hay los que hay, los que se pueden dar por las fechas en las que nos vamos a mover, pero sí que vamos a tener entrenamientos buenos y de calidad y luego es verdad también que el día tiene muchas horas y las horas son para aprovecharlas. [...] Ha habido algún dicho o lema de 'partido a partido', el nuestro va a ser el de 'hora a hora' [...] y lo que tenemos que hacer es ocupar y aprovechar el tiempo".
Kuko Ziganda ha respondido así a la cuestión de si es un problema el poco tiempo de puesta a punto que la plantilla va a tener antes de afrontar el partido de ida de la primera ronda clasificatoria para la Europa League, que se disputará el día 27 de este mes. Cualquiera que lleve más de un cuarto de hora viendo futbol sabe que la expresión 'partido a partido' es más vieja que la orilla de la mar. Junto a otras, tan típicas como tópicas, del estilo de 'no hay enemigo pequeño' o 'nada está dicho hasta que pita el final el árbitro', han sido muletillas habituales que la mayor parte de los entrenadores, salvo algunos suramericanos, ciertos rapsodas y Lillo, han utilizado habitualmente para comentar algo sin decir nada. Una costumbre que se remonta a decenios pasados, pero que el crepuscular periodismo deportivo actual ha atribuido, otorgándole la patente y los subsiguientes derechos de explotación, al Cholo Simeone. En los tiempos líquidos en los que nos movemos, en esta sociedad postmoderna, piltrafa posthistórica, ruina postindustrial y todo los demás post que se quieran añadir, decir 'partido a partido' es nombrar el punto uno de la 'filosofía cholista'. Atendiendo a esta lógica, el nuevo entrenador del Athletic pudiera haber formulado el principio básico por el que se regirá el 'kukismo': ¿cómo se plantea la apretada pretemporada? hora a hora; ¿qué horizonte se contempla en la liga? hora a hora; ¿y en la copa? hora a hora...

La pregunta es, ¿qué esconde esa declaración de intenciones del entrenador navarro? ¿Qué puede hacer un equipo de futbol para mejorar, para rendir cada vez mejor y lograr el éxito 'hora a hora', más allá de los entrenamientos? A botepronto, hay varias rutinas que los profesionales, desde jugadores al resto del staff, pueden hacer fuera del césped de los campos de entrenamiento: el descanso, la recuperación, las charlas técnicas, lo que ahora se llama el 'scouting' de los rivales, etc. ¿Se refiere Kuko a esto cuando habla de 'ocupar y aprovechar el tiempo'? Es probable, aunque se percibe algo más y quizás tenga que ver con su principal activo como entrenador durante las temporadas que ha estado en el banquillo del filial: conseguir una implicación total de los jugadores con el equipo y un crecimiento personal destacable a lo largo del curso. Cabe suponer que en entre 'hora y hora' el entrenador rojiblanco hablará con los jugadores, les reforzará en el acierto, intentará corregir el error y, sobre todo, tratará de que todos y cada uno se identifiquen con el equipo y se lo crean. 'Identificarse y creérselo' es algo que para él está en la base del equipo competitivo que hemos visto los últimos años.



Trabajar, física y mentalmente, 'hora a hora' exige mucha voluntad, compromiso y ambición, algo que Ziganda, que ha dicho conocer bien a muchos y muy bien al resto de sus jugadores, sabe que no va a faltar en su plantilla. Por ahora no es más que una declaración de intenciones, un anticipo del capítulo uno del 'kukismo' que deberá ser contrastado con su versión empírica sobre el césped. La letra parece buena, en las próximas semanas empezaremos a ver qué tal suena la música.