miércoles, 28 de mayo de 2008

A Macua le faltan dedos para señalar.


Lo mencioné con trazo liviano, como de pasada, en el post abierto por Cincinato titulado "¿Os acordáis de la teoría endógena....?", tras las sesudas aportaciones de nuestro Almirante apuntando a la barra energética en mal estado.

Me refiero a las declaraciones que nuestro ínclito presidente hizo , referidas al tema Padilla y Gurpe, en la entrevista a la que le sometió Velasco el Lunes.

Francamente, hubiera preferido que se diera carpetazo a este tema y dejáramos de fustigarnos con él, pero es que hoy salen esas declaraciones publicadas en el MD y creo que eso nos obliga a opinar sobre ellas, sobre su oportunidad y sobre su contenido. Conversación tabernaria, caña va y caña viene. Al fin y al cabo nosotros nos lo podemos permitir, tal vez el que no se lo podía permitir fuera Macua.

El extracto de sus declaraciones es:

"el Athletic haría una lectura demasiado simplista si nos quedáramos con que no pasó lo que pasó o que todo fue una especie de conspiración".

"Eso significa que pasó un acontecimiento absolutamente lamentable que no debía haber pasado nunca en el Athletic. Ahí están las sentencias judiciales que analizan las circunstancias de aquel acontecimiento que se produjo en el Athletic aquel verano."

"Hay que extremar el celo. El compromiso del Athletic con determinadas cuestiones que son esenciales debe estar por encima de las personas claramente."

Como sé que en este local habitan los mejores exégetas del pensamiento presidencial, a ellos me dirijo desde mi tierna ingenuidad.....¿Creéis que Macua se refiere con estas declaraciones a la maldita barrita energética?...y ahora presentando mi faz más perversa añado...¿o está pensando en otra cosa?.....en todo caso y habiendose ya deshecho de Padilla....¿le podríamos aplicar al señor Presidente el popular "¿por qué no te callas?"...?

Dice el presidente que con estas declaraciones no está señalando a nadie.....mientras parece agarrar del cuello a Padilla con las dos manos....

jueves, 22 de mayo de 2008

¿Os acordais de la teoría endógena de Padilla?...

Como recordaréis uno de los argumentos que ha seguido esgrimiendo Padilla, hace bien poco en declaraciones a Eitb en euskera a raiz del retorno de Gurpegui a los campos, ha sido que Carlos generaba endógenamente 19-NA porque tenía de base una anormalidad metabólica que no voy a entrar en detalles.

Su mayor y casi único sustento científico eran las pruebas de estimulación mediante dos hormonas - ACTH y HCG- que se le habían practicado al jugador en el Laboratorio de Fisiología de la Universidad de Extremadura por los hermanos Maynar.

Pues bien, resulta que uno de los hermanos, Marco Maynar, - el de la foto-, es el médico del LA-MSS, el equipo de ciclismo portugués al que el lunes le fueron incautadas múltiples sustancias dopantes (hormona del crecimiento, EPO, estimulantes...) y en el que hay cinco ciclistas españoles: Zaballa, Vicioso, Garrido, Tondo y Romero.

Pero Maynar no es nuevo en los mundos oscuros del dopaje. Según As, ya en el año 2004se vio envuelto en la Operación Gamma II, en la cual fue detenido junto a 126 personas por formar parte de una red que vendía drogas sintéticas, esteroides y anabolizantes por toda España.

Por otro lado, y también a raíz del caso del equipo portugués, aparece una nueva tesis sobre la reciente muerte del ciclista del equipo Bruno Neves, tras una caída en la Clásica de Amarante. El presidente del Instituto de Medicina Legal portugués, Duarte Nuno Viera, cree que la muerte del ciclista se debió a una "parada cardiorrespiratoria" y no a la caída.

Si estais interesados en mejorar vuestra paupérrima condición física, podeis apuntaros al Master en ejercicio físico y salud que imparte este hombre http://www.masterefs.es/. Igual con un par de botes de pastillas y unas cuantas cremas os poneis cachas como Cristiano Ronaldo.

La verdad es que el ciclismo luso lleva una década bajo sospecha. Hoy mismo lo han comentado en Eurosport sus dos comentaristas, afirmando que allí se corre a "otra velocidad" y que no acaban de tomarse en serio este tema del dopaje. Y eso lo dicen dos comentaristas españoles, uno ex-ciclista, país que a su vez está visto como uno de los menos beligerantes con los equipos que tienen antecedentes de dopaje...

¿A que no sabeis donde está trabajando actualmente nuestro amigo Padilla?...

Pena, Carlos!... No te merecías caer en estas manos...

martes, 20 de mayo de 2008

La fragua de Vulcano... hora de hacer inventario... (by jotake)

Nuestro Dalai Jota se ha manifestado en la web ciclotímica y, con ese estilo tan peculiar suyo, ha hecho balance de la temporada... Dado que en este lupanar hay seguidores fervorosos de nuestro aitite sektario he creido conveniente reproducirlo en el Ambigú. el post original se titula La fragua de Vulcano... hora de hacer inventario, pero como vereis Vulcano no aparece luego por ninguna parte...


Jota dicit:

Por cierto, el mío particular. Nada vinculante, ni generalizao. Repito, el mío..únicamente mío.

Del arranque, nada que adivinar y mucho que confirmar. Frío, feo y desesperante. Pelo en la "bujía", una vez más. Reincidiendo en épocas pasadas, y mentado "bitxas"que, no por conocidas, parecían alejarse en el tiempo. Más bién al revés.

Sobrevolaban el "arco", como buitres ávidos de carne "fresca" queriendo llevarse, por fín al "catre", más de cien años de historia y esos restos de ilusiones que enmarcaban su figura.

Pensar en otra travesía de las mismas características, ponía los pelos de punta, y desinflaba pulmones sin cesar.

Por fín, mediada la temporada, el "pájaro" levanta el "morro", cierra las puertas de "emergencia, y en un "satiamén", aterrizamos como uno de lo ekipos menos "tocao", y mejor fuera de nuestro "aeropuerto". Resultao??? volar a 8, 9 y/ó 10. metros altura, con un "motor de prueba", buscando respuestos.

Haberlos, háilos. Ese debe ser nuestro bagaje final. Buen acero como corresponde a nuestra historia.

A renglon seguido, un calentón, un buen "txapuzón" a tiempo y los "mazazos" que correspondan para ir curtiendo esa "escalibur" que siegue "cabezas de serie", y ponga nuestro escudo en lo más alto. Donde debe estar......

Al final???? Desidia, incapacidad, falta de ganas... En definitiva, una mierda!!!!! Peor!!!! una "remake" de inicio de temporadas, para olvidar... Peor para ellos. La "siesta", era un hecho...

Se pone el sol, y las sombras invaden la CATEDRAL. Fín de otra historia, una más de éste Club, el NUESTRO que llama a reflexionar e invita a la esperanza...

Nos leemos.....

Agur

He dicho...
y
.

lunes, 19 de mayo de 2008

En el nombre del padre.

En honor de todos los Potitos, VK, Taekut, Panderetas y una larga lista más....que en el mundo han sido....aquellos que pese a la distancia, la ausencia de triunfos y, a veces, el abandono institucional, han sabido hacer crecer pequeños corazones zurigorris....con toda mi admiración.

El decidió, de entrada, dejarlo en libertad. Tenía la idea de que los amores no se imponen, ni siquiera se eligen. Pensaba que en todo caso eran los amores los que optan, los que se "reimponen" a uno. Por eso, con cierta presciencia fatalista pensó que si tenia que ser, sería, y que si no, era inútil agobiarle con demasiados discursos y exigencias.

No le fue fácil, sin embargo. Sobre todo cuando en sus narices otros rivales se lanzaron a tratar de convencerlo. Le costo sobreponerse, y aceptar sonriendo a sus tíos y primos y cuñados tentando al niño, ofreciéndole camisetas y balones y gorritas, a cambio de promesas de fidelidad a sus equipos. Tampoco dijo nada cuando sorprendió a más de uno de esos buitres futboleros enseñándole al chico, instruyéndolo subrepticiamente en las rivalidades históricas, ensalzando las hipotéticas virtudes de los unos y vilipendiando las supuestas taras infames de los otros.

El los dejó. Un poco por esa resignación que era tan suya. Difícil educarlo en su sentimiento en tierra tan lejana. Que fácil hubiera sido de haber tenido cerca aquel templo donde jugaba su equipo, qué distinto de haberlo podido llevar al campo cada Domingo. Y otro poco, porque a veces, en sus días tristes, sospechaba que tal vez fuese mejor así, que la cadena de afectos inexplicables se cortase con él, sin involucrar a su hijo. Que, tal vez, el chico terminase siendo más feliz como hincha de ese grande que resulta campeón año si, año no, y que juega todos los Miércoles del año. Sería más feliz comprando "Marca" con su ídolo en la portada. Si al fin y al cabo él venia sufriendo hacía.....¿cuánto ya?....más de veinte años desde aquel último título. Y después la desilusión, la más absoluta desilusión.

Por eso, seguramente, aceptó con entereza que Jon, desde los nueve, mas o menos, y a la vuelta de aquellas vacaciones con la familia de su mujer empezase a decir que era del Madrid, como el tío Gonzalo. Aunque en el fondo más recóndito de su ser, él sintiese sinceros deseos de pasar al tío Gonzalo, lenta y dulcemente, por la picadora de carne y la maquina de hacer chorizos de su carnicería.Y es que, a solas consigo mismo, sabia que le hubiese encantado que Jon saliese uno de los suyos. Que ahora que ya tenía doce, ahora que era todo un hombrecito, habría sido bonito subir un fin de semana juntos a ver un partido en San Mamés. Kilómetros de carretera, hablando de aquel gol de Uriarte, dejando juntos pasar la vida.

Pero no iba a cambiar de idea. No señor. Que si tenia que ser que fuese, y si no, no. De todas formas, y por si acaso, cultivó su propia planta de leyendas, para mantener viva su persistente esperanza. Y aunque le daba un poco de vergüenza comparar al equipo del 77 con el Madrid de Zidane o al de Clemente con el Barca de Ronaldinho, seguía adelante, pasando cientos de veces aquel vídeo del último título que conservaba como un tesoro, envalentonado con su propia pirotecnia, enternecido con la admiración dibujada, a veces, en los ojos de Jon.

Esa noche de Domingo, la inolvidable, la definitiva, empezó como todas, con la cena y la tele puesta a las nueve. El padre decidió prevenirlo de entrada:
-"Mira, hijo, que hoy jugais en La Catedral". Jon lo miro con curiosidad.
-"¿Y que problema hay?...es el mejor campo del mundo ¿no?"
El padre, feliz en la sencillez del chico, terminó sonriendo:
-"Tienes razón, Jon, ¿Qué problema hay?...y por supuesto que es el mejor campo del mundo"

A los veinte minutos penalty claramente injusto a favor del Madrid. El chico miró al padre, como dudando. El lo tranquilizo a pesar de si mismo:
- "Grítalo tranquilo, Jon. Eso sí: si después hay un gol nuestro, no te mosquees si lo grito yo".
- "No, papá, si no me mosqueo"....le aclaro, muy serio. Después grito "gol".....pero no mucho. Fue un grito breve, un poco tímido.
-"No seas tonto, Jon, grítalo todo lo que quieras".
-"Así esta bien, papá...."....fue toda su respuesta.

Al rato vino el dos a cero. Ahí el chico lo miró primero, y después dio un par de aplausos, y eso fue todo.
-"Pero hombre..... ¿qué clase de hincha eres tú? ¿así te ha enseñado tu tío Gonzalo a celebrar los goles?..."
-"No, él los grita mucho...pero no tanto como tú!".
-"Pues entonces grita tranquilo, hijo". Y después añadió, con un guiño, "ojo que en el segundo tiempo me va a tocar gritar a mí ,eh!"
Se sentía en paz, dueño de una felicidad sencilla y robusta. Casi ni se acordaba de que iban perdiendo. Empezaba a pensar que tal vez no fuese tan terrible que su hijo fuera del Madrid. El segundo tiempo siguió por el trillado sendero de la tragedia. Un contraataque y cero a tres. El chico ni siquiera hizo un gesto cuando el comentarista vociferó la novedad a voz en cuello.

-"Jon, ¿estas dormido?....."
-"No, papá, no."....zarandeaba las piernas cruzadas en el regazo, como cuando pensaba en cosas complicadas. Luego aventuró:
-"No sé, es que me da un poco de pena." El padre se rió con ganas.
-"Anda, no fastidies, Jon, y disfrútalo. Total un partido más....además, cuidado, txato",bromeó, "mira que a lo mejor todavía os empatamos."...Para colmo, y como dándole la razón, al ratito vino el uno a tres. El padre lanzó un grito contenido, tenso, como el que habían dado los jugadores, saludándose apenas entre ellos, disputándole la pelota al portero, corriendo hacia el medio campo para ganar tiempo. El hijo lo miró sin tristeza. Cuando sus ojos se cruzaron, ambos sonrieron.
-"Te lo dije Jon, ojo con nosotros. Que la casta nos viene de antiguo."

Por lo que se veía en la tele, el partido se estaba poniendo intenso.
- "Bueno, Jon, ahora os tenemos encerrados eh!...."Pero el aviso era inútil. El chico seguía el partido concentrado, serio. Acompañaba las jugadas trascendentes con patadas al aire, como jugando el también su parte del asunto. El padre sonrió. Cómo son los niños. Se involucran de tal modo que se sienten ellos mismos protagonistas del partido. En realidad, no solo los chicos, un par de semanas atrás él mismo había hecho trizas la taza de café en un esfuerzo supremo por despejar a córner un disparo que iba pegado al poste.

Hacia el minuto treinta, más o menos, corner contra el Madrid. El chico seguía enchufadísimo. Hasta balanceaba ligeramente el cuerpo de un lado a otro, como todo buen cabeceador esperando el momento de correr un par de metros, superar al marcador, pegar el salto y conectar el cabezazo. Pero había algo que al padre no le cuadraba, algo en el modo en que estaba parado, algo en la expresión de sus ojos negros. El corazón le dio un vuelco cuando comprendió, el chaval se estaba perfilando como delantero , no de zaguero. El movimiento era para zafarse de un marcador pegajoso, los ojos tenían ese fuego que decía "ven baloncito, ven que te mando a la red". El brazo derecho se alzaba en ese gesto que se le hace al extremo de "ponla aquí, justo aquí por lo que más quieras".

La jugada se suspendió en una nota aguda, una de esas notas que se alargan, que perduran en el aire, mientras el comentarista decide si tiene que gritar o decir que pasó rozando. Pero no hizo falta, porque la afición, la de detrás de portería, lo gritó primero, y el comentarista en todo caso se encaramó después de ese alarido. El padre gritó, también, esta vez con ganas, entusiasmado. Uno a tres es una cosa, pero dos a tres, y quince minutos por delante, amigo, es otra bien distinta.

Tuvo que interrumpirse de golpe en su celebración. Porque a sus pies, al costado de la mesita, de rodillas, de cara al cielo, gritando como si lo estuvieran desollando, con los brazos extendidos y las palmas abiertas, mezclando los chillidos de su voz de niño y los ronquidos incipientes de su madurez futura, estaba el chico, ya sin vuelta, ya sin posibilidad alguna de retorno, ya inoculado para siempre con el veneno dulce del amor perpetuo, ya ajeno para siempre a cualquier otra camiseta, mas allá de cualquier dolor y de todas la glorias, dando al cielo el primer alarido franco de su vida.

El padre se lo quedó mirando, impávido, hasta que el chico se quedó sin voz y volvió a sentarse. Tuvo miedo de pronunciar palabra, como si cualquier cosa que dijese conllevara el riesgo de destruir ese hechizo de epopeya. El chico, igual, no lo miraba. Estaba ciego a cualquier cosa que no fuese ese campo, ese rugido de la afición, esos cánticos, ese reloj fugaz y traicionero, ese relato interminable de centros llovidos al área y despejes agónicos. Sobre todo eso el padre pensó después, porque en ese momento, agobiado por la constatación de su pequeño milagro íntimo, apenas le quedaba tiempo de mirarle, de comérselo con los ojos, de grabárselo para siempre en el recoveco más recóndito de su alma.

En eso estaba cuando, ya en el descuento, el Madrid tiró mal un fuera de juego y el nueve zurigorri que corre con la pelota dominada. El comentarista se subió de nuevo a uno de esos agudos imposibles. El chico se puso de pie, incapaz ya de tolerar la tensión de la jugada. Con el rugido de la hinchada de fondo, padre e hijo contuvieron el aliento, con el alma pendiendo de ese nueve que entraba al área dispuesto a matar, y el defensa que corre casi a su par.

El relato se cortó de pronto, y cuando continuó ya lo hizo en un tono menor, para explicar lo inexplicable, el empujón del defensa convertido en una carga legal que desequilibra y tumba al delantero, el balón que se va a morir fuera, ya inútil, ya sin sentido, ya con el árbitro culpable pitando el final. El padre se volvió a mirarlo. El chico con los ojos muy abiertos de tan incrédulos, con los puños apretados de impotencia. Pensó primero en decir algo, como para tratar de mitigar ese dolor en carne viva. Pero lo disuadió la certeza de que era mejor así, porque así eran siempre las cosas, y había que acostumbrarle a las cosas si así eran siempre. Los labios del chico se torcieron en una mueca, por fin se lanzó en un llanto desbocado. Ya era mayor. Lo suficiente como para querer llorar a solas. Por eso se levanto de pronto y corrió hasta su habitación. El padre escuchó el portazo, y no necesito verlo para saberlo derrumbado sobre su cama, confuso, dolido, ignorante de qué debe hacer uno con el dolor y con la rabia.

El padre lo supo llorando a mares, y se recogió en esas lágrimas. Porque uno puede decir que es de muchos equipos. Uno puede cambiar de idea varias veces. Sobre todo si abundan los tíos y los primos mayores, dispuestos a comprar con balones y camisetas la fidelidad de un corazón novato. Pero una vez que uno llora por su equipo, la cosa esta terminada. Ya no hay vuelta atrás. No hay caso. De la alegría se puede volver, tal vez. Pero no de las lágrimas. Porque cuando uno sufre por su equipo, tiene un agujero inentendible en las entrañas. Y no se lo llena nada. O mejor dicho, solo se le llena con una sola cosa, con ganar el domingo siguiente. De manera que asunto concluido. Alea iacta est. Nosotros aquí, el resto enfrente.

Cuando su mujer entró en la sala de estar, lo encontró llorando a él también, pero unas lagrimas gruesas, densas, de esas que abren surcos pegajosos en su camino, de esas que uno llora cuando esta demasiado feliz como para sencillamente reírse.
-"¿Se puede saber que pasa?", preguntó la mujer confundida. El la miró, sin preocuparse siquiera de ocultar sus lagrimas. "Hace rato que Jon entró en su habitación y dio un portazo, y me dice que no quiere que entre, y se le escucha llorar y llorar. Y ahora vengo y te veo a ti también moqueando ¿Me quieres explicar qué cuernos pasa?". Se conformo con mirarla, mientras seguía sintiendo el fluir del tiempo en ese momento indestructible.

-"Seguro que le ganasteis al Madrid y se lo has restregado por la cara ¿no?". Ella lo miraba con gesto severo...."¿No te da vergüenza?"....
-"No, cariño, no le he hecho nada. Si el Madrid ganó 2-3. Al chico no le he dicho nada, te lo juro...."...respondió con calma, desde la cima de su paz reconquistada.
-"Pero entonces no entiendo nada ¿Me dices que ganó el Madrid, y el nene está llorando como un loco encerrado en su habitación?"...
-"Si, cielo, ganó el Madrid. Pero es que el chico no es del Madrid". Y se sintió reconciliado con la vida, eufórico, agradecido, emocionado; dueño legítimo y absoluto de las palabras que iba a pronunciar. Después se incorporó, porque cosas así se tienen que decir de pie....."Lo que pasa es que Jon es del Athletic, cielo....!!!DEL ATHLETIC!!!".....

viernes, 2 de mayo de 2008

Aquel 4 de Mayo de 1949.

Rosellini, Visconti, De Sica....todos los cineastas que dieron vida a eso que se llama el neorrealismo italiano nos enseñaron el dramatismo de la vida cotidiana en la Italia de la posguerra. A mitad de camino entre el relato y el documental uno puede, a través de esas películas, como si fuera una fotografía en movimiento, echar una mirada a un país en ruinas, traumatizado por la guerra, la pobreza, el hambre y el sentimiento colectivo de fracaso. Sin duda maravillosas historias sin "happy endings" ni "star system".

Pues bien, en medio de esas condiciones el fútbol se convirtió en una de las pocas vías de escape de aquella población castigada y en crisis absoluta. Así nació el mito. Su grito de guerra: "Grande Torino". Sí, aquel equipo turinés, en los años cuarenta, alegró la miserable vida de muchos italianos.

El Torino pugnaba, entonces, por ser el mejor equipo de Europa, y por qué no, del mundo. Y tenía sólidas razones para reclamar ese cetro. Solo hay que repasar aquella plantilla y encontrarse con gente como su legendario capitán, el gran Valentino Mazzola, padre de Sandro quien llegó a ser otro de los grandes de Italia (véase la emotiva foto en la que Valentino le ata las medias a su hijo Sandro). A su lado jugaban los no menos aclamados Menti, Rigamonti, Bacigalupo , Franco Osola o los hermanos Ballarin.

Aquel Torino se había convertido en un equipo casi invencible en la década de los cuarenta, dominador absoluto en Italia , donde había logrado cinco campeonatos consecutivos, y aunque por entonces no había competiciones internacionales que permitieran valorar su capacidad frente a otros rivales lo cierto es que se adjudicaba prácticamente cuantos partidos amistosos internacionales disputaba.

Por eso no extraña que el 11 de Mayo de 1948 el seleccionador italiano convocara nada menos que a diez jugadores de aquel Torino para el partido contra la potente Hungría, a la que derrotaron. Aquella selección italiana era el Torino y los periódicos de Turín no tuvieron empacho en reconocerlo así, saludando aquella victoria con titulares como "El Toro conquista Hungría".

Y así llegó la temporada 48/49. El Torino era lider destacado cuando solo quedaban cuatro jornadas para terminar el campeonato. Habían sido capaces de anotar, aquel año, la nada despreciable cifra de 124 goles en 40 partidos disputados.

La fama de aquel equipo había crecido tanto a nivel mundial, sus jugadores eran tan reconocidos y admirados que las peticiones para jugar amistosos en otros países llovían sin cesar y con suculentos contratos económicos de por medio.

No era el caso de aquel partido jugado el 3 de Mayo de 1949, el que se convirtió, maldita sea, en el último partido de aquel Torino. Tuvo lugar en Lisboa, donde los italianos se desplazaron para jugar un amistoso contra el Benfica. La razón principal de la asistencia del Toro a aquel partido no fue la económica, sino la gran amistad que unía a Mazzola con el capitán del Benfica, el gran José Ferreira. Esa fue la razón por la que el luso pidió que en su partido homenaje, el partido que significaba su adiós al fútbol, estuviera presente el equipo de su "hermano" Mazzola.

Al día siguiente el avión que los trasportaba, mientras comenzaba el aterrizaje, debido a la densa niebla, se estrelló contra los muros del jardín de la Basílica de Superga junto al aeropuerto de Turín. Fallecieron los 31 pasajeros. La que se conoció como "La tragedia de Superga". Un frío salvaje recorrió la espina dorsal de toda Italia y quizás del mundo. El país quedó, otra vez, conmocionado.

De un solo golpe se frustraron las esperanzas de un club que estaba en lo mejor y se arrancaron en un solo instante las ilusiones que un país entristecido tenía puestas en su selección que al año siguiente disputaría el Mundial de 1950. Una vez más la bicicleta había sido robada y no iba a ser posible encontrarla. Si sería impactante aquel accidente que al año siguiente la selección italiana fue a Brasil en barco.

Dicen que un millón de italianos se dieron cita en la plaza de Turín para dar el último adiós a los que hasta aquel fatídico 4 de mayo y , en realidad, para siempre, serían sus héroes. Ver la enorme multitud de gente (ahí le cedo el testigo, Almirante) dando la última despedida a sus héroes, dice muy claro lo que ese equipo significaba. Y el porqué de su leyenda.

Desde ese día la Basílica de Superga, donde se encuentran los restos del avión, una placa con los nombres de los fallecidos y una lápida, se convirtió en un lugar de peregrinación para los torinistas y para los amantes del futbol.

Solo uno de sus jugadores, Sauro Tomá, que tenía el menisco lesionado no formó parte de aquel viaje y salvó así la vida. También se cuenta, como anécdota , que Ladislao Kubala había acudido a aquel partido en Lisboa como estrella invitada. Que debía volver junto al Torino, dado que entonces jugaba en Italia, pero que su hijo pequeño que le acompañó en el viaje junto a su mujer se puso malo y la pareja se quedó en Lisboa para que le atendieran allí. Los tres se libraron así de una muerte segura.

En el momento del accidente, el Torino era líder del Calcio, con tan solo 4 partidos por disputarse para acabarlo. El club tuvo que jugar con el segundo equipo y sus juveniles, y en señal de luto y de respeto, sus contrincantes en esos partidos, Génova, Palermo, Sampdoria y Florentina, también jugaron repletos de juveniles. Fue el último título, título póstumo, que ganaron Mazzola y sus compañeros.

El 4 de Mayo de 1949, el día en el que el corazón de Turín se hizo pedazos. "Grande Toro", siempre en el recuerdo.

Desde entonces, cada 4 de Mayo en Turín se realiza un homenaje a aquel Torino. No hay más palabras, basta con contemplar las imágenes. Su turno, Almirante.

jueves, 1 de mayo de 2008

Canciones de nuestros aitites...

Hoy, 1 de mayo, queremos celebrarlo en el Ambigú con una entrada muy especial...

Se trata de ni mas ni menos que de ponerle "ruido de fondo" a nuestra historia centenaria... porque un equipo sin himno es como un pueblo sin banda...

Aquí os dejo con esta recopilación estupenda de uno de nuestros clientes mas queridos: Elwood blues, el trompalari jarrillero, que gracias a su amor por lo zurigorri y lo musical ha luchado estos años por rescatar del olvido algunas de aquellas viejas canciones y partituras que acompañaron a nuestros abuelos en aquellos años gloriosos...

Elwood dicit:


Corría la temporada 1982-83 cuando la Junta directiva del Athletic consideró que era el momento de disponer de un himno oficial, el primero de su historia. En vez de empezar de cero, se decidió arreglar las viejas canciones que tradicionalmente se cantaban: los primeros compases del Alirón, el pasacalles Altza Gazteak y una letra novedosa, en euskara vizcaíno.

Y así nació el Himno que hoy todos conocemos y que en estos días cumple 25 años. Pero en el camino han quedado otras canciones que han acompañado al Club centenario a lo largo de su historia y han animado en sus celebraciones y que hoy queremos recordar..

La primera canción de la que se tiene constancia era un pasodoble llamado: ”El pasodoble del Athletic”. Escrito por Jacné en el año 1903, era una alegre melodía que acompañaba a los recibimientos coperos y los partidos disputados en Lamiako siendo frecuentemente interpretado por la banda de Garellano... Desgraciadamente no se conserva ni la letra ni la música.

Mas conocida, documentada y cantada por Sara Montiel, es la canción del Aliron. En 1913, la famosa cupletista Teresita Zazá, se presenta en Bilbao para actuar en el salón Vizcaya de la calle San Francisco. Entre su repertorio se encontraba el Alirón, una canción obra de Álvaro de Retana y de Gaspar Aquino y cuya letra original decía así:

En Madrid se ha puesto en moda la canción del Aliron,
Y no hay nadie en los madriles que no sepa esta canción,
Y las niñas ya no entregan a un galan su corazón,
Si no sabe enamorarlas al compas del alirón
Alirón, alirón, alirón pom, pom, pom...

Ante la sorpresa de la artista, el público puesto en pie rectificó el estribillo final, obligándola a cantarla con:

Alirón, alirón, el Athletic campeón....

Tan rotunda fue su aceptación que los autores decidieron aceptarlo y ampliarlo, quedando:

En España entera triunfa la canción del Alirón
Y no hay chico deportista que no sepa esta canción
Y la niñas orgullosas hoy le dan su corazón
A cualquiera de los once del Athletic campeón
Alirón, alirón, el Athletic campeón.

En 1923, y para las bodas de plata del club, Marcelino Amenabar, - Director de la banda de Portu-, escribió el pasodoble Athletic Club. La banda municipal de música de Portugalete, fue pionera en los recibimientos al Athletic y para conmemorar la citada efemérides, su Director compuso esta pieza que se estrenó en Atxuri el 15 de mayo de 1923. Fue muy popular en la época y fue dejada para hacer una copia a la banda de Garellano, que la perdió. En 1940 apareció una partitura de piano y el director de la banda municipal de Gallarta la recompuso y armonizó para banda.La banda de Gallarta desapareció y con ella la partitura, hasta el año pasado, que buscando en los archivos de la banda municipal de Portugalete la encontré y que, actualmente, consta en mi poder hasta la recomposición total y su próxima ejecución en público 85 años después.

Otro de los hitos musicales de la historia del Athletic se produce en 1950, al publicarse el “Himno al Athletic Club de Bilbao”, con letra de Nadal y música de Urrengoetxea. Esta se popularizó rapidamente entre todos lo aficionados. Fue el primer himno escrito ex-profeso como tal y todos lo recordamos con simpatía:

Tiene Bilbao un gran tesoro
que adora y mima con gran pasión…

Se cuenta que esta canción se hizo en una servilleta de un restaurante en Bilbao, improvisadamente, para cantarla en directo horas después en una gala de Radio Bilbao con Boby Deglané. Fue el himno oficioso hasta 1982.

Muchas mas canciones se han popularizado por el acerbo popular y grupos musicales: Los leones de San Mamés (losTxikis), Ecos de San Mamés por el mismo grupo, Atletiklu una versión de Mami Blue que compuso el grupo de Rekalde, Indarra, Todas al futbol de la Otxoa, que apareció en la película la muerte de Mikel…canciones que se han hecho para acompañar a nuestro Club y celebrar sus éxitos...

“El Athletic como era vasco
todos le tenian asco
ahora que es campeón
todos le piden perdón”.








Os añado mas fotos del lagun trompalari relacionadas con las canciones zurigorris: