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jueves, 17 de mayo de 2018

Sobre rugby y la despedida de la temporada en San Mamés

Nos despedimos de esta triste temporada el próximo domingo a las 16:15 frente al Espanyol. A continuación se celebrará el partido de ida de la primera eliminatoria del play-off de ascenso entre el Bilbao Athletic y el Villareal B.

Volveré a San Mamés después de mi experiencia rugbística. Tres finales, tres, he podido ver en dos días. Las de San Mamés las vi una presencialmente y otra por TV, y la de Fadura, de la que apenas se ha hablado, también en vivo.

Al final, el peor partido fue el de la final más importante, siendo la Challenge Cup y la Continental Shield mucho más entretenidas.

Ha sido bonito este fin de semana: disfruté de los partidos y de las dos "fan-zone", pero con ciertas matizaciones:
  1. Las fan-zone están bien para ver el ambiente y darse una vuelta, pero si quieres tomar algo vete a la hostelería bilbaína de toda la vida. Al menos yo pienso así.
  2. Se habla del precio de la caña en la fan-zone del Arenal, pero a mi me pareció mucho peor lo de San Mamés: 6 euros por una caña de 0,0 no muy grande. Un abuso en toda regla.
  3. En lo de los hoteles pienso como al alcalde (mi proceso de jeltzalización, que tanto preocupa a KROMA, continúa): la ley de la oferta y la demanda está bien, pero sin pasarse. No por generosidad (soy fan de Adam Smith), sino por una mirada a largo plazo que preserve la imagen de la ciudad y apoye al conjunto del tejido económico y social.
Y os dejo ya, que como habréis deducido por mi prolongada ausencia, ando hasta las cejas con otras ocupaciones.

P.S. Sobre Israel: no me gusta el abuso del término "fascista", pero por contestar algo a lo que ha dicho Eneko en la entrada anterior, ese mantra que defienden algunos tertulianos de que Israel es "la única democracia" de la zona sería para mearse de risa si no fuera por los muertos y el sufrimiento. Vamos: que quitando la cuestión semántica, estoy bastante de acuerdo con el bravo eibarrés (me refiero a Eneko, no a JOL, aclaro apresurado antes de que a KROMA le dé un pampurrio)

viernes, 20 de abril de 2018

Quid est veritas?

Eso le preguntó Pilatos a Jesús, según el evangelio de San Juan, y eso me pregunto yo después de ver los tres últimos partidos del Athletic: ¿Qué es la verdad? Aunque sería más exacto decir: ¿Cuál es la verdad? ¿La de Villareal y Madrid? ¿O la de San Mamés ante el Deportivo?

Lo que se presentaba como un final de liga anodino mira por donde cobra un cierto aliciente: ver si el Athletic, al igual el gallego del aforismo, está subiendo o bajando las escaleras, como el gato de esta imagen viral. A primera vista es difícil saberlo, desde luego.

Sospecho que en algún lugar hay un entrenador mirando esta cuestión con más interés que nosotros... Porque supongo que el entrenador del Athletic en la temporada 2018-2019 ya sabe que lo será. ¿Será Berizzo, como adelantan varios medios? ¿Será otro?

Claro que igual estamos todos equivocados. Igual la pregunta es qué pasaría si la mejoría se confirma en las próximas jornadas. ¿Se le daría un año más a Cuco? No lo creo, por la confluencia de dos razones: creo que San Mamés ya ha emitido un veredicto inapelable, y en año electoral no veo a la directiva desoyendo ese veredicto.

lunes, 26 de febrero de 2018

Próximos partidos: Valencia y Sevilla

Nuestros próximos rivales
Como preveo que voy a andar diez o quince días abducido por otras obligaciones, me permito abrir una entrada para tratar los próximos compromisos ligueros en San Mamés (Miércoles 28 a las 19:30) y en Sevilla (Sábado a las 16:15) frente al Valencia y el Sevilla respectivamente. El cuarto y el sexto clasificados de la liga.

Me temo que tendré abandonado el garito también para el partido de ida de UEL en Marsella y para el del Leganés en San Mamés. Aprovecho por tanto para pedir a algún alma caritativa que abra alguna entrada la semana que viene si hace falta descongestionar el local.

No hace falta decir mucho. Yo de hecho en esta entrada estoy por no decir nada. Los objetivos para estos dos primeros partidos en mi caso se reducen a que si los perdemos los de abajo no recorten demasiado la distancia. ¿Y expectativas en cuanto a mejora del juego? A estas alturas de la temporada ya no espero nada. Yo lo único que quiero es que acabe todo pronto. Estoy tan desilusionado que dejar que la temporada acabe sin descender y sin que haya más muertos son ya objetivos que se me antojan suficientes, viniendo de donde venimos en lo futbolístico y con lo que nos espera en lo extradeportivo con la visita de los marselleses.

Y eso que un equipo que parece que no anda mejor que nosotros -la Real- le debió plantar cara al Valencia en Mestalla. No parece por tanto que haya que dar el partido por perdido pese a la buena clasificación liguera de los chés, que parecen estar hoy por hoy varios peldaños por encima de nosotros. Al fin y al cabo, uno de los pocos partidos que hemos ganado en casa fue contra el Sevilla. Veremos.

jueves, 8 de febrero de 2018

¿Otra vez de finales?

¿Tu quoque, De Marcos?

¿Ves una final en recibir en San Mamés al semicolista, en la jornada 23, y estando a 10 puntos del descenso?

Me parece una situación curiosa para sacar a relucir el tópico de las finales.

Se nos acusa a los seguidores de catastrofistas, pero si las declaraciones de De Marcos no están manipuladas o sacadas de contexto, son un indicio de que en el vestuario reina también un cierto estado de confusión.

Y ya que sacamos a relucir a la antigua Roma, la directiva ha decidido que el partido contra el Spartak y los que puedan venir a continuación si seguimos adelante en UEL sean gratis para los socios.

Decisión creo que sin precedentes. Me da apuro dar la sensación de que sumo al carro del que tiran con entrega incondicional los Agiriano and Co desde las páginas de El Correo; no quiero que parezca que me uno al movimiento de criticar por todo a la directiva. Pero no puedo evitar sorprenderme de esta decisión, que llega en el momento de más cabreo de los seguidores con el juego del equipo. ¿Coincidencia o "panen et circenses" para contentar a la plebe?

O no: igual es simplemente que temen una mala entrada. Si de muestra sirve un botón, tengo uno de mis dos carnets libres para el partido del viernes, y me está resultando imposible encontrar a alguien que quiera aprovecharlo. Que si el tiempo... que si es un colista... Pero yo creo que la razón principal es el mal juego del Athletic y la nula ilusión que despierta en esta fase de la temporada. Como dice el General en un comentario de la entrada anterior, con este Athletic se siente prácticamente lo mismo en casa que en el campo. Pero en casa hay calefacción y el puritanismo de Darpón y la LFP no tienen jurisdicción... de momento.

viernes, 5 de enero de 2018

Vuelve la liga. ¡Menos mal!


Hastiado como estoy de lo que para mí es un excesivo protagonismo del fútbol en los medios de comunicación, normalmente llevo bastante bien los periodos de descanso. Es más: me vienen de maravilla para desintoxicarme.

No así esta vez. Estoy deseando que la pelotita vuelva a rodar para que hablemos de fútbol y no de estas serpientes de verano invernales (si se me permite el oxímoron) que la ausencia de competiciones y la apertura del mercado de invierno propician.

La decepcionante temporada que está realizando el Athletic consiguió deslizarse fuera del territorio de lo trágico gracias a los puntos cosechados en las últimas jornadas anteriores al parón. Sobre todo las dos recientes victorias fuera de casa nos han permitido respirar con un cierto alivio. Alivio relativo, ya que aunque el juego ha mejorado algo (no era fácil empeorarlo) esos triunfos se han cimentado sobre todo en algo de suerte y los errores de los rivales.

No hay lugar pues para la relajación y la visita del Alavés pasado mañana domingo a las 18:30 nos servirá de prueba para saber si realmente tiramos para arriba, no creo que tanto como para firmar una buena temporada, pero si al menos para tratar de vivirla sin angustia; o por el contrario volveremos a mirar con pavor a los puestos de descenso. No es un partido decisivo, no; pero sí creo que debe servir para empezar a despejar dudas y alejar fantasmas. Que así sea.

Sobre el tema que acapara portadas, sobrecarga grupos de WhatsApp y monopoliza conversaciones en peluquerías, ascensores y barras de bar, el que esto escribe tomó la decisión, no recuerdo si la segunda o la tercera vez que Laporte se fue del Athletic, de no volver a escribir de estos temas basándose en rumores o filtraciones, sino solo sobre hechos consumados.

Quiero mantener esa determinación, pero no creo vulnerarla si comento un aspecto del asunto: no entiendo lo que dicen algunos en el sentido de que si Arrizabalaga se pirara, sería el fin de la "filosofía", de Lezama, del Athletic... El apocalipsis zurigorri, en una palabra. Por muy vizcaíno y de la cantera que sea, Arrizabalaga decidirá por él, y en virtud de sus circunstancias y las de la negociación. No entiendo que por eso tenga que haber un antes y un después en la renovación de posibles futuros talentos zurigorris. Cada uno es como es, como lo serán las circunstancias de cada caso.

Lo único que habría que hacer, si el asunto se confirmara (cosa que yo no doy por hecha hasta que la vea firmada y rubricada) es un análisis de posibles errores en la negociación para no volver a repetirlos. Y ya está.

Prefiero que el de Ondárroa se quede, pero estoy durmiendo a pierna suelta con este tema. Más si cabe sabiendo que tenemos a Herrerín, Simón, Remiro... Es más: me atrevo a preguntar ¿Dónde hay que firmar para que todos los puestos del equipo estén tan bien cubiertos como lo estaría este, incluso si Arrizabalaga se pirase?

Lo único que me tiene algo preocupado es ver si nosotros aprovechamos o no el mercado de invierno. Creo que saldremos adelante con lo que tenemos, pero me haría mucha ilusión que fuéramos capaces de hacer algún movimiento audaz e inesperado. Considero que, aparte de lo que eso pudiera reforzar el equipo, sería psicológicamente muy bueno y lamentaría que una vez más la apertura del mercado pasara de largo. Aunque tampoco haría un drama de ello.

jueves, 23 de noviembre de 2017

De la UEFA a La Coruña


En menos de 72 horas el Athletic va hacer frente a dos partidos de importancia. Decisivo, lo que se dice decisivo, parece que es solo el de esta tarde en San Mamés frente al Hertha de Berlín. La visita del domingo al Depor es importante porque en vísperas de recibir al Real Madrid, una no victoria nos abocaría muy probablemente a cerrar la jornada 14 con 12 ó 13 escuálidos puntos, un promedio que me temo que no garantiza la permanencia; pero con 24 jornadas por delante quedaría mucha tela que cortar.

El partido de esta noche, al ser entre los dos últimos del grupo, puede terminar fácilmente con uno de los dos matemáticamente fuera. Los dos equipos lo saben y los dos tienen que ir a por el partido. Creo que eso nos favorece: estos equipos mediocres cuando más problemas nos crean en San Mamés es cuando se cierran. Un planteamiento abierto es más propicio para que abramos la lata, siempre y cuando en el posible intercambio de golpes demostremos nuestra superioridad. Soy por tanto optimista.

Claro que no hay que descartar que el contrario sepa todo esto y pese a necesitar la victoria se nos cierre, a la espera de tener suerte o acierto y meter alguna de las oportunidades que las vicisitudes del partido le puedan brindar. Al fin y al cabo, los ucranianos ya nos ganaron en San Mamés de esa manera.

Partido decisivo, en fin, y en el que lamento decir que mi tendencia a tener paciencia con Ziganda podría sufrir un duro golpe.

El partido de hoy comienza a las 19:00 horas con arbitraje del italiano Tagliavento.

El del domingo a las 12:00 será arbitrado por González González.

lunes, 6 de noviembre de 2017

¿Hora de aplicar las sanguijuelas?

Ellos parecían volar...

La escena ha sido popularizada por el cine y la literatura. En una época en la que la medicina estaba en mantillas, las sangrías eran prácticamente el único remedio que conocían los médicos. Daba igual que se tratara de una neumonía, de una hepatitis o de un cáncer: cuando el enfermo estaba tan mal como para llamar a un galeno, este enseguida pedía las sanguijuelas o sacaba el escalpelo. Hasta para tratar una anemia.

Y curiosamente, de vez en cuando el paciente se curaba.

En el ínterin entre el partido del jueves y la debacle de ayer me dio por pensar si los aficionados de barra de bar (o de Ambigú) no somos un poco como los médicos de entonces; nos faltan conocimientos y ante una enfermedad que parece grave pedimos el único remedio que conocemos: cambiar de entrenador. En plata: que me dio por pensar que seguramente los males del Athletic no son tan sencillos como para solucionarlos simplemente cambiando al míster.

Pero claro: llega un partido como el de ayer, en el que por seguir con el símil médico ves que el paciente se te está yendo y piensas "igual no es la solución, pero ¿voy a dejar que el paciente se me muera sin probar el único remedio que tengo a mi alcance?"

Vamos: que os envidio. Me refiero a que algunos (Erebai, Contini, Legolas, Alelore...) tenéis clarísimo que hay que reemplazar a Cuco, mientras que casi otros tantos (Tao, el Maestro, Taoteking...) parecen inclinados a pensar que el hombre en el banquillo no es el problema, y que cambiándolo no solucionaríamos nada.

Yo soy un mar de dudas...  Pero me cuesta seguir a la cabecera del enfermo sin hacer nada, esperando solo a que las defensas del cuerpo reaccionen y venzan la enfermedad.

viernes, 27 de octubre de 2017

Tiremos de orgullo: nos visita el Barcelona


Después de los últimos partidos, el ambiente zurigorri anda deprimido, con entrenador y jugadores bajo sospecha.

Después del empate con sabor a derrota en Suecia, de perder en Leganés y de hacer el ridículo en Formentera, la visita del Barcelona mañana sábado (20:45 con arbitraje de Martínez Munuera) nos llega inmersos en el pesimismo: no he hablado con ningún seguidor rojiblanco que no espere una derrota el sábado, con la única esperanza de que el cariño que nos tenga Valverde ayude a que no  adquiera la condición de escandalosa.

Pues me gustaría rescatar de la hemeroteca del Ambigú algo que nos levante un poco los decaídos ánimos. En diciembre de 2010, visitamos el Camp Nou en la ida de una eliminatoria de copa inmersos en una crisis de juego y nadie daba un duro por el equipo.

También entonces reinaba el pesimismo, pero desde este blog nos animamos a levantar el ánimo con este razonamiento:

"El que llevemos una racha de juego horrible o que nos falte nuestro delantero de referencia no me preocupa demasiado. Somos especialistas en jugar fatal contra los malos y cuando menos se espera hacer un buen partido contra los grandes...

...¡Qué somos el Athletic, coño! Vamos a competir y a ponérselo difícil. Nos lo debemos a nuestra nuestra historia. Y tanto complejito ya me cansa."

El Athletic de Caparrós -el utrerano ocupaba entonces el banquillo del Athletic- hizo un extraordinario partido defensivo y arrancó un meritorio 0-0, para volver a empatar en la vuelta, 1-1 en San Mamés. Solo el valor doble del gol fuera clasificó a unos culés que pese a su superioridad no pudieron ganarnos ninguno de esos partidos.

Ya que tanto se está diciendo sobre una vuelta al fútbol del bueno de Jokin (me parece injusto que eso sea una acusación: Caparrós hizo un trabajo meritorio en el Athletic con más luces que sombras) no me parece mal sacar este ejemplo a colación: el resultado de mañana no está escrito. Vamos a jugar el partido. Como decíamos entonces... ¡Qué somos el Athletic, coño!

P.S. Se rumorea que Rico podría estar buscando una salida en el caso de que Ziganda siga sin contar con él. Yo lo que no entendería es que con lo mal que carbura el centro del campo descartáramos alegremente a Mikel. Es un jugador que puede aportar bastante, tal y como estamos.




lunes, 25 de septiembre de 2017

Hastío


Si llevo una pila de tiempo sin escribir una entrada es, básicamente, porque ciertas complicaciones en mi vida personal y profesional (deseadas las primeras, no así las segundas) me han quitado el tiempo que normalmente hubiera dedicado al Ambigú.

Pero creo además que también me influye, aunque me cueste admitirlo, que estoy empezando a sentir un cierto hastío por el fútbol.

Como muestra un botón: el domingo preferí ver la corrida de toros de Victorino en Logroño al partido del Athletic en Málaga. La semana anterior, que también coincidió el partido de Las Palmas con otra corrida, fui fiel a los colores zurigorris y el resultado fe una desagradable mezcla de cabreo y aburrimiento. Así que no quise tropezar dos veces tan seguidas con la misma piedra y parece que acerté. La corrida fue buena y el partido... ¡Pufff! Tenía activada la app de la liga para estar al tanto de goles y expulsiones, y al ver que nos poníamos 1-3 y ellos con uno menos pensé que teníamos los tres puntos en el zurrón. Cuando recibí los sucesivos avisos con los goles del Málaga, ese Málaga en inferioridad que aún no había sumado ningún punto, no podía dar crédito.

Creo que no hace falta haber visto el partido para compartir la indignación que sentís y que habéis manifestado en la entrada anterior. Lo que no sé si compartir es la condena a Ziganda. Partidos de estos tenemos todos los años y no estoy seguro que sea un mal del entrenador. Sigo pensando que a un entrenador nuevo hay que darle un poco más de tiempo para juzgarle, así que aunque está claro que la alarma ya está activada, de momento sigo a la espera.

Pero no quería incidir en esto. Ya me explicaré mejor en sucesivos comentarios, si tengo ocasión.

Lo que quiero deciros es que la frecuencia de los partidos, los vicios de la competición, los horarios, el carácter invasivo que el fútbol ejerce en casi todos los ámbitos de la sociedad, la sensación de que el ciclo objetivos/desilusiones del Athletic es como un día de la marmota a lo bestia, las trampas al solitario, los problemas y mercadeos a la hora de retener cualquier jugador medio ilusionante... Me estoy sintiendo cada vez más despegado del fútbol, y eso no solo respecto al fútbol en general (que viene de antiguo) sino incluso empiezo a notar síntomas de que me empieza a pasar también con el Athletic. Cosa que me desagrada, pero que no puedo evitar.

Hablando de hastío, hoy me ha dado la puntilla lo que he leído en El Correo: la UEFA se ha sacado de la chistera una nueva competición de selecciones llamada "La Liga de las Naciones" que se suma a los mundiales y a las eurocopas. No sé vosotros, pero yo ya no puedo más con este montaje mercantil.



sábado, 19 de agosto de 2017

Decíamos ayer...


Una liga más y van... Estamos empezando a perder la cuenta, nos hacemos mayores. Viejos, nos hacemos viejos, para qué andarnos con eufemismos. Esto no es una mala noticia en sí misma. Cumplir años, o ver pasar ligas, es mejor que su alternativa. Mientras podamos contarlo la cosa funciona. El problema es que este formato de temporadas futbolísticas non-stop que la postmodernidad nos ha ido imponiendo nos lo dificulta cada vez más. Y no es por falta de voluntad, sino porque el exceso de partidos, sin pausa, sin descanso, uno detrás de otro como una caravana de hormigas, hace que en la exigua memoria de la que disponemos -recuerden que nos estamos haciendo viejos y la matería gris tiende a menguar- se amontonen los datos, las imágenes, las emociones, las alegrías y las penas. Una avalancha de información que pone en peligro la supervivencia de nuestros humildes cerebelos. Es por esto que cuando hablamos de futbol hagamos uso de pequeñas tretas de autoprotección, como puede ser llamar el año pasado a la temporada precedente, aunque esta terminara hace un suspiro. Si fray Luis de León regresó a las aulas salmantinas con un ingenioso "decíamos ayer", qué podría decir el aficionado que el domingo vuelva a San Mamés. La gracia e intención del profesor agustino está en que volvía tras cinco años en chirona, pero es que hace poco más de tres meses que el forofo futbolero andaba atribulado con los últimos partidos de competición del curso anterior. Lo de ayer, desde luego, supone un lapso temporal demasiado largo en este caso.

Este fin de semana comienza la edición octogésimo séptima, o sea, la número ochenta y siete, de la primera división de la liga. Y el Athletic competirá en ella, igual que lo ha hecho en las ochenta y seis anteriores. Se dice rápido... y se piensa poco en lo que esto significa. Desde que se fundó la liga, en el año 1928, mucho ha cambiado el futbol y todo lo demás y muy pocas cosas se conservan desde entonces. Una de esas excepciones es el club bilbaino, que en las buenas, en las malas y en las regulares siempre ha estado ahí. Que casi un siglo después de aquella primera edición once aldeanos -a los que en algunos casos hay que añadir la consideración de tuercebotas- transformados en leones de piel zurigorri sigan estando allí, como el dinosaurio de Monterroso, debería ser motivo de orgullo. Si además ganamos partidos, dirá alguno, sería la órdiga. La primera oportunidad para ello será este domingo ante el recién ascendido Getafe. El hecho de que los leones hayan tenido que concentrar el trabajo de la preparación veraniega en un plazo menor debido a la premura de las eliminatorias europeas ante Dinamo de Bucarest y Panathinaikos puede parecer a priori una ventaja para el equipo rojiblanco, a quien se supone que acudirá más rodado y con el colmillo competitivo más afilado que su rival azulón. Sin embargo, en su contra puede jugar que no habrán pasado ni tres días desde que finalizó el complicado pleito disputado ante los correosos atenienses. Ante la posibilidad de que el Getafe haga valer una hipotética mayor frescura física, es más que probable que Ziganda introduzca varios cambios respecto al partido europeo del pasado jueves, con el riesgo que implica revolucionar demasiado un once que ha dado muestras significativas de que aún está en fase de hilvanado de las ideas del nuevo equipo técnico. La solución a estas incógnitas a partir de las 18:15 de mañana, con el arbitraje del andaluz Melero López.