Nuevo partido que podría permitirnos dar un salto cualitativo en la clasificación, y nueva desilusión.
De poco me sirven los optimistas patológicos que se conformen con las dos o tres ocasiones y con los escasos chispazos de buen juego que se vieron.
Es verdad que venimos de donde venimos, pero también lo es que por enésima vez en dos años y pico un rival ha sacado puntos de la otrora temida Catedral sin haber hecho nada.
Con el nuevo médico que hemos contratado y el gasto en medicinas, a estas alturas del tratamiento creo que deberíamos empezar a exigir síntomas de mejoría; y es que si analizamos el juego de ayer a la luz de la entidad mostrada por el rival, cabe dudar de que el nuevo médico se capaz de curarnos y tan solo nos sirva para enseñarnos a vivir con la enfermedad.
Pero voy a permitirme un tributo al optimismo: me gustaron Koikili, Susaeta y Llorente. ¡Ojala tengan continuidad!
domingo, 28 de octubre de 2007
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