Laporta: El sueño de Lamikiz

Tenemos partido el domingo, pero aparte de sospechar que el renano se alegra por la lesión de Ocio, no se me ocurre mucho más que comentar.

Por otra parte, merecéis un poco de compasión y que dejemos un poco de descanso al asunto de la Asamblea.

Así que a falta de mejor ocurrencia voy a hablaros de dos vidas que apuntaban a ser paralelas y que al final han sido divergentes.

No pretendo aquí juzgar a Laporta. Que le juzgue su gente. El equilibrio entre sus derechos individuales a opinar lo que le plazca y a manifestarlo en público, y los límites a los debería obligarle el hecho de ostentar la representación de una entidad como el Barça es un tema apasionante, pero sobre el que creo que deben opinar los culés, no nosotros, ya que como escribió Cervantes “Más sabe el loco en su casa que el cuerdo en la ajena”

Pero viendo al President blaugrana en la procesión de las antorchas catalanista no puedo evitar que me recuerde a lo que quiso ser Lamikiz.

Me consta que Lamikiz veía su paso por el fútbol como un escalón para dar el salto a la política.

Y esa es exactamente la impresión que da Laporta: que se está preparando para ello.

Ignoro que es lo que se rumorea en Barcelona: si Laporta se va a volver a presentar, si caso de hacerlo saldría elegido pese a sus escándalos ... Pero ya sea ahora o más tarde, creo que le veremos entrando en política.

No solo eso: las personalidades de ambos se me antojan parecidas: jóvenes, ambiciosos, con un ego aparentemente desorbitado, sensación de que todo les va a salir bien ...

Esa imagen está basada en la propia experiencia sufrida con Lamikiz, y en lo que veo de Laporta, que ya me causó una pobre impresión al poco de ser elegido, cuando Canal Plus emitió un reportaje que era algo así como “24 horas con Laporta” y tuve la sensación de estar viendo una comedia de adolescentes USA en la que Laporta y sus amigos jugaban a ser directivos, en papeles que podrían haber interpretado Bill Murray y John Belushy. Casi lo que a menos escala hacía Lamikiz cuando soñaba en que íbamos a ser como el Manchester o el Bayern, y que Mendilibar sería un nuevo Alex Ferguson.

Pero luego empiezan las divergencias: Laporta ha llevado al Barça a un triplete histórico y Lamikiz casi nos lleva a segunda y además por poco nos arruina (caso Zubiaurre), y aunque el sabio de Santpedor ha llegado a codearse con Sir Alex, y hasta ganarle una final, el de Záldivar de momento se ha de conformar con emular a García Traid o a Cantatore.

¿Y luego, qué? ¿Llegará Laporta a la Generalitat?

No se si es improbable, pero al menos no es tan imposible como que Lamikiz reemplazara a Patxi López en Ajuria Enea.

El tiempo lo dirá, pero si los éxitos del Barça pueden generar un efecto rebote “curioso” para Catalunya, los fracasos de Lamikiz tal vez hayan sido buenos para Euskadi: hemos perdido un mal presidente pero al menos nos hemos ahorrado un pésimo lendakari.

Por eso, cada vez que miró a Laporta no puedo por menos de pensar que estoy viendo el sueño frustrado de Lamikiz, lo que el de Busturia quería ser de mayor ...