El último gesto de El Gallo

Hoy me he despertado muy turbada por culpa de un sueño. Un sueño erótico, por supuesto.
Y como en la mayoría de las ocasiones en las que amanezco de esta guisa, mi partenair no era otro que Joseba Etxebarria.
Hace años me volvía loca su fogosidad, su potencia y su habilidad bajo las sábanas. Ahora ya no es lo mismo, pero el condenado ha sabido suplir esas olvidadas virtudes por su savoir faire hurgando en los rincones más íntimos de mi sensualidad.
En fin, no voy a entrar en detalles que no vienen al caso y me iré directamente al motivo principal de mi turbación:
Tras la batalla ha llegado el momento del cigarrito y de las confidencias, ya sabéis los dos abrazados y muy relajaditos; él miraba hacia el techo con gesto concentrado y entonces se ha confesado: “esta vez lo he visto más claro que nunca; fue en el partido frente al Valladolid: la gente aplaudiéndome a rabiar, todo San Mamés mostrándome una vez más su cariño… esto no tiene precio.
Desde que llegué a este club siendo apenas un adolescente no ha cesado de crecer mi admiración y mi respeto por todo lo que significa el Athletic… y noto la necesidad de devolver parte de todo lo que recibo, tengo que hacer algo para demostrarles mi agradecimiento y lo malo es que no sé cómo hacerlo”

Ha sido tras un silencio cuando se lo he susurrado al oído:”¿de verdad quieres tener un gesto que se valore como todo eso que comentas? Yo te voy a decir lo que tienes que hacer, necesitas un golpe de efecto que te haga entrar definitivamente entre las leyendas de este club por la puerta grande; ya casi lo eres pero de esta manera te meterás para siempre a la familia zurigorri en el bolsillo y tú te quedarás más que satisfecho saldando de alguna manera esa deuda que sientes que tienes con el Athletic. Esta es mi propuesta: no especules con tu renovación, no se te ocurra mendigar un contrato en algún otro club para retirarte con unos billetes más en el bolsillo. Llama ahora mismo a García Macua y dile que vas a jugar un año más en el Athletic… gratis!, porque esa es tu manera de mostrar tu cariño, tu agradecimiento y tu identificación con estos colores”.

No hemos hablado nada más; él ha seguido mirando el techo pero he percibido otro brillo en sus ojos. Poco después se ha ido a la ducha…y es entonces cuando yo he despertado de mi sueño.

No se lo contéis a nadie por favor, que me da mucha vergüenza…!