martes, 20 de noviembre de 2007

La falacia del "minuto de gloria"

La frase se repite año tras año: "Luego salen los compromisarios a tener su minuto de gloria". Lo dicen en las teles, en los foros, y hasta los amigos con los que me encuentro y con los que me paro a hablar del Athletic.

Soy crítico con algunos compromisarios. Hay algunos que salen a hablar aunque lo que tienen que decir haya ya sido comentado por otros. Y encima, estos suelen ser de los que salen al atril en todas las asambleas, por lo que es legítimo preguntarse si no salen de casa decididos a hablar pase lo que pase y cueste lo que cueste.

Esa descalificación genérica hacia los que intervienen activamente en las asambleas me paree inadecuada:

Es injusta. Toda generalización lo es, y siempre hay intervenciones interesantes. No las dificultemos creando un clima contrario al que sale a dar la cara.

Es equivocada. Para la mayoría de las personas, salir a la palestra en ese gran escenario que es el Euskalduna, con varios cientos de personas, con radios y TV presentes, no es un minuto de gloria: es un minuto de tortura china.

Peligrosa. El problema del club no es precisamente que los socios intervengamos demasiado. Más bien al contrario. Desacreditar el hecho de que los compromisarios hablen no es sino hacer el caldo gordo a los que quieren devaluar el papel de la Asamblea, y hacer que el que esta trate alguna vez de ejercer su papel de control pueda ser mal visto (¡qué coñazo! ¡otro que sale a dar la vara! ¡con lo tarde que es! yo me quiero ir a casa a cenar, etc) Al propagar el tópico del "minuto de gloria" ¿no hacemos de tontos útiles a favor de la presidencia, presidencia que, claro, tiene todo el año para hablar y solo un día para escuchar, aunque sea a la fuerza? Aunque son listos. Ya se han inventado lo de votar antes de escuchar, para que salir a hablar sea todavía más duro al compromisario que vea una sala vacía o con gente entrando y saliendo, escuchando como quien oye llover.
Antidemocrática. El Athletic somos los socios. Todos. Si lo que se escucha y se ve no nos gusta, que puede no gustarnos, no por ello debemos renegar de ello: es nuestra foto. No querer a los socios, o a los compromisarios porque no son como cada uno quisiera o como cada uno se cree que se debe ser (ese es unionista, ese es nacionalista; ese es tonto, ese es demasiado listo; ese es un ricachón, ese es un muerto de hambre; ese es el típico de Bilbao, ese es de pueblo ...) Ese planteamiento, ¿acaso no es no querernos a nosotros mismos? ¿Se puede querer al Athletic y no aceptarnos a la masa social tal y como somos? No sé. Igual no debería decir esto precisamente yo, que a veces soy muy crítico con todo y con todos, pero dejo esa reflexión ahí, para todos, incluido yo mismo.

Tenemos Asamblea pronto. Espero que se escuche con respeto a todos los compromisarios y que se de marcha atrás a ese vergonzoso cinismo de empezar a votar antes de terminar la deliberación. Y no añadamos una carga extra al duro trago de salir a dar la cara, cada uno con sus luces, su elocuencia y sus ideas, mientras otros estamos cómodos en casita con el pijama, la cervecita fresca y la bolsa de patatas fritas.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Cierto es que generalizar es injusto, pero que algunos salen por ese minuto de gloria televisiva tambien es notoria.

Las asambleas del Athletic , se han convertido en un show mediático y aquí radica el error.
¿se televisa la junta de accionistas del BBVA o de Iberdrola? , entonces ¿por que si la del Athletic.

Para ser serios en principio , tendría que ser a puerta cerrada , así la libertad de los argumentos , se presentarían sin la presion mediática y muchos que no tienen nada que decir , ni saldrían.
Por otro lado , me imagino que a las teles locales . les sale gratis , ¿no debería de cobrar el Athletic por llo , si alfín y al cabo es un espectáculo? quizás así podríamos pagar el alquiler del Euskalduna.

El formato es lo siguiente. Interminables asambleas que acaban en madrugada.
Quizás lo mejor sería hacer dos asambleas. La primera , con la junta directiva exponiendo sus ideas y presupuesto , y una segunda a la semana , con la cosa estudiada , para rebatir las ideas y votar.
Elwood

Pistongorri dijo...

A fuer de ser sinceros, estimado Cónsul, - y aunque tienen todo el derecho del mundo a salir al atril-, la verdad es que la mayoría de las intervenciones de los compromisarios amodorran al mas friki zurigorri. Generalmente no aportan nada y suelen ser reiterativas a mas no poder.

Disiento pues contigo en lo de esperar a que acaben de intervenir todos los compromisarios para poder votar, ya que creo que hay que conjugar con equilibrio dos derechos que se concitan: el del socio que quiere exponer su opinión ante los demás y el del compromisario que lo tiene meridianamente claro y que no desea estar hasta cerca de la una de la madrugada para poder votar en un día laborable, víspera de otro también laborable.

Lo que me llega a través de amigos compromisarios, muy interesados por el Club, es que las Asambleas acaban siendo una petardez a cuenta de este asunto.

Si un compromisario tiene dudas en un asunto hará bien en esperar a que finalicen las intervenciones.

Lo que ya tengo mas dudas es si es legal votar todos los puntos del Orden de día a la vez y no tratarlos, y votarlos, concadenadamente, tal y como así creo que reflejan los Estatutos.

Sobre lo de retransmitir TV la Asamblea estoy de acuerdo con Elwood que podría ser una fuente de ingresos atípica y así hacer frente a los gastos del Euskalduna por lo menos.

Potitto dijo...

Me parece bastante acertado el comentario de Elwood, sobre todo en su primera parte.

Ese minuto de gloria del que habla Cincinato vien fomentado, en cierta forma, por la mediatización del acto, algo que sería fácimente suprimible si se hicieran a puerta cerrada ..... sin esa notoriedad que da la tv se quitaría esa parte "rosa" de la asamblea.

Soluciones?, no mediatizar tanto la asamblea y aumentar la representación de cada compromisario, por supuesto que acreditado feacientemente, no como hasta ahora o ... cambiar el sistema.

Anónimo dijo...

Piston: me causa un gran pesar que hasta alguien como tú se trague el argumento de lo pragmático para aceptar un funcionamiento digno de una república bananera.

Nuestros argumentos sobre este asunto del votar antes de hablar son como dos trenes que se cruzan por vías diferentes sin llegara chocar.

Solo diré dos cosas más:
1.- El irse pronto a casa, o el poder votar directamente si estás seguro a priori de lo que quieres, no son derechos de los compromisarios, como tú sugieres. Pero el hablar y ser escuchado si son derechos; del mismo modo que escuchar las intervenciones es un deber. ¿Agotador? Puede. No haberse molestado en recoger las firmas.
2.- Yo no hablo de lo práctico. Sino de lo ético y justo. Prescindir de esto es nombre del pragmatismo siempre empieza pareciendo razonable a algunos, pero siempre acaba mal para todos.

Un saludo.

Pistongorri dijo...

No nos vamos a convencer, Cónsul...

Para mí si es un derecho "razonable" poder votar a una hora "razonable"...

Imagínate que, cuando tú y yo seamos compromisarios, y salgamos al atril en la próxima Asamblea y se prolonguen - por tu culpa, claro está- las intervenciones hasta las 4 de la madrugada y quedasen ya sólo tres, compromisarios en la Sala...

Jaburu1, tú y yo, junto con Mónica Durango en la Presidencia para dar fé de la votación,...

¿Sería válido el resultado de aceptar la propuesta, por unanimidad, de cedernos gratuitamente a la Sekta, y de forma blindada, un txoko-palko en el nuevo San Mamés, con mini-bar incorporado, por los servicios prestados a la noble causa zurigorri?...

Pues eso...

Anónimo dijo...

Aunque te empeñes en equiparar deseos y derechos, no son lo mismo.

Insisto en que el derecho de hablar y que te escuchen es inviolable.

Pero es que además, con este invento bananero la Asamblea duró más de 5 horas. O sea: más o menos lo mismo.

No es el proceso de voto lo que lleva tanto tiempo: es el conteo. El tiempo que se ganó con empezar a votar antes fue muy poco.

Me dirás que el que se quiso ir después de votar sí ganó tiempo. Pero a mí reducir la asistencia al hecho de votar no me gusta. Creo que hay que exigir más compromiso a los que se han molestado en ser compromisarios.

De ahí a admitir el voto por delegación, no hay más que un paso. Y eso sería el fin. Lo he visto en otras sociedades.

Y es que os gusten o no formas y fondo son inseparables: las formas expresan lo que se piensa del fondo, y terminan afectándolo.

Este sistema de voto es un paso adelante en la degradación de las asambleas y con ello de la representación del socio.

Me temo que el tiempo me dará la razón.

Saludos cordiales.