Ante eso, cabe preguntarse qué futuro tiene la tan manida “filosofía”, expresión que no me gusta pero que usaré por estar generalmente aceptada.
Adoptaré la forma de un diálogo, al estilo de Platón, fingiendo una discusión entre un ejecutivo de éxito de una empresa vasca globalizada, al que llamaremos Antxón Urrutia, y yo. Utilizaré las siglas AU y LQC para ahorrar energías dactilares.
AU: Con tantas trampas que os habéis hecho en el solitario, al final ¿A qué le llamáis filosofía?
LQC: Yo lo defino como la peculiaridad de “Jugar con jugadores vascos o formados en el País Vasco”
AU: Pero hay gente jugando que no cumple con eso. Lo estiráis como una goma a voluntad. El criterio que usáis es tan amplio que ya no vale para nada. Para eso quitarlo y dejar de hacerse trampas. O al menos definirlo en los estatutos.
LQC: Definirlo es imposible. En primer lugar, si lo pones por escrito estarías incumpliendo un montón de leyes nacionales y comunitarias. Sería nulo de pleno derecho y nos pondría en el punto de mira de una polémica que muchos estarían deseando atizar para desprestigiarnos, acusarnos de xenófobos, racistas, etc.
Y además el criterio es necesariamente ambiguo y no puede cubrir a priori todos los casos. En primer lugar decimos “Jugadores vascos”. ¿Cómo no va a ser nuestra filosofía imposible de fijar exactamente previéndolo todo si de entrada es difícil definir “vasco”? De hecho, ¿parte de nuestro problema vasco no es que no nos ponemos de acuerdo en qué significa ser vasco?
Siendo legalistas, podemos adoptar la definición del Estatuto de Gernika, aún vigente, ampliándola (el estatuto solo afecta a tres herrialdes) al conjunto de lo que nuestra mayoría social entiende como Euskal Herria,
Pero esa definición se queda corta. ¿Acaso no puede considerarse vasco un hijo de vascos nacido fuera de EH? Dependerá, en gran parte, de los sentimientos que él mismo tenga respecto a su identidad. ¿Y qué haces? No le puedes medir eso. Ahí siempre tendrás un problema que solo se puede resolver sobre la marcha, con sentido común y buena voluntad.
Y en otros casos se queda larga: si Ballesteros se viene a vivir aquí y se empadrona, adquiere enseguida la condición legal de vasco ¿cumple la filosofía? Creo que no.
AU: Pues quita la definición legal y pon el lugar de nacimiento.
LQC: Entonces, ¿cualquiera que nazca aquí, aunque sea en una escala de un viaje organizado, es más vasco que uno que sea de familia vasca, que quiera al Athletic por tradición familiar, que hable euskera, nacido y formado en Uruguay o México por razones familares?
AU: No, pero son casos extremos. Haces trampa.
LQC: Trampa hacéis vosotros cuando habláis de otros casos extremos que se han dado, y que a veces hemos resuelto mal, para descalificar la filosofía en su conjunto. Pero ambas cosas demuestran un hecho: es imposible hacer una formulación que prevea todas las situaciones y deje todos los casos resueltos. Siempre habrá dudas. El problema es cómo ve la filosofía el encargado de aplicarla. Si como tú o como yo.
AU: Explícame eso de “cómo tú y como yo”
LQC: Tú la ves como una debilidad o al menos una limitación. Yo como una fortaleza. Tengo la sensación de que desgraciadamente tenemos a gente dentro que piensa como tú, que no se atreve a cuestionarla pero que la ve como una pesada herencia. Cuando surge un jugador que les parece interesante cerca del borde, pero por fuera, estiran ese borde para meterlo dentro. Y se creen que han sido muy listos y han hecho un bien al club. Yo sin embargo, creo que hay que velar por esa fortaleza, y que por mucho que pueda dar de sí ese jugador, el daño a largo plazo de mover el borde es mucho mayor que lo que el jugador pueda aportar.
AU: Estas admitiendo que habéis hecho trampas ya. Si ya habéis roto la filosofía, ¿por qué no acabar con ella? El daño ya está hecho.
LQC: No estoy de acuerdo. Las rupturas no han sido flagrantes y la masa social no tiene aún la sensación de haber traicionado la filosofía y haber perdido nuestra identidad. Ésta se mantiene, con algún remiendo, pero se mantiene. Estamos a tiempo de mantener las cosas donde tienen que estar. Además: nadie nos ha obligado a ser así. Solo respondemos ante nosotros. Mientras queramos mantener nuestra identidad, los errores pasados no importan: nadie nos puede poner un sello de “impuros”. Dependemos solo de nosotros mismos y no tenemos que justificarnos ante nadie.
AU: Eso de no tener que justificaros ante nadie, ¿quiere decir que podéis cambiarla cuando os salga de las pelotas? ¿Hacer lo que dice Athletic Eup? ¿Abriros a la diáspora?
LQC: Yo personalmente estoy en contra de ambas cosas. Yo no haría ninguna de ellas indiscriminadamente. Yo aplicaría el criterio de toda la vida y analizaría casos extraños uno por uno, sin hacerse trampas y con buena fe. Pero desde luego el Athletic es de los socios. Podemos decidir lo que queramos. Pero de nuevo hay que matizar. En este caso tres cosas:
1.- Se habla de referéndum. Si propones abrir el abanico de una u otra forma y sale que no, ya la has liado. Lo conviertes en norma, y no solo en práctica, y estaríamos incumpliendo las leyes. Recuerda lo que he dicho de los peligros de poner estas cosas por escrito.
2.- Lo que se haga hay que hacerlo por convicción, no por malos resultados. Me niego a abrir este melón mientras no estemos en una racha deportiva razonablemente tranquila. El debate estaría contaminado. A nadie le gusta negociar si le están amenazando, pues yo tampoco quiero entrar en debate si estamos en riesgo de descenso.
3.- Lo que se haga ha de respetar la tradición. Si se decidiera lo de montar Lezamas en África, yo rompo el carnet. Una cosa es adaptar o reformular la filosofía con coherencia y otra dar un salto en el vacío. Admiro a Groucho, pero eso de “Estos son mis principios: si no le gustan, tengo estos otros” no va conmigo. No voy a identificarme con un club que cambia en lo sustancial su postura sobre este tema. Hay que mantener la personalidad del Athletic.
AU: La personalidad que yo recuerdo es la de 11 jugadores que lo daban todo en el campo, que se comían al contrario y que simbolizaban las virtudes tradicionales de los vascos: fuerza, profesionalidad, sentido de identidad, cultura del esfuerzo ... Ahora tenéis a unos mindundis que os toman el pelo, que ganan más que lo que ganarían en cualquier otro sitio, que a veces juegan en primera solo por la filosofía. La filosofía para mí era compromiso y yo veo otros equipos con extranjeros más comprometidos que vuestros jugadores. Ya no tenéis Zarras ni Uriartes; ni siquiera Liceranzus
LQC: Ese es, efectivamente, el punto más flaco de todo el asunto. Pero maticemos:
En primer lugar, es una exageración. La prensa y los bulos propagan y a veces exageran los comportamientos de algunos, y no se dice nada de otras cosas que “venden” menos. Yo sí creo que hay jugadores profesionales, y que hay jugadores que sienten los colores. Tal vez no todos, pero más de los que creemos cuando nos ponemos a despotricar sobre lo mal que juegan.
Pero aunque fuera cierto, o mejor dicho, siendo cierto en parte, ¿eso es por la filosofía o por los agujeros que le hemos hecho a esa filosofía? Por no hablar de la vida fuera del fútbol. Nuestros jugadores son el reflejo de la sociedad. Si se esfuerzan mucho o poco es el reflejo de los valores que imperan en la sociedad en su conjunto. Esa es la grandez y la miseria de nuestra filosofía. No es que sean nuestros jugadores: es que somos nosotros jugando. Son la parte de nosotros que ha llegado a jugar en primera con los colores del Athletic.
Por otra parte, la forma de hacer las cosas favorece poco el espíritu de lucha y las virtudes de las que hablabas. Eso se puede cambiar. No sigo: que de esto ya escribí en la entrada “¿Qué ha sido de nuestra alma?”
AU: Todo eso son teorías. Lo cierto es que a este paso bajáis. Y no me digas que todos los que bajan tienen extranjeros y que me fije en la Real. Nosotros no somos la Real. Esos que bajan, Real incluida, vuelven a subir e igual se clasifican para Europa o ganan una copa dentro de tres o cuatro años. O juegan al menos una final. El Athletic está claro que a lo máximo que puede llegar es a no bajar. Tenéis que abrir la mente al mundo, quitaros la boina y salir de las cuatro paredes en la que vivís, que el fútbol y la vida han cambiado.
Ese sentimiento es tan fuerte que los resultados deportivos, que nadie puede garantizar si cambiamos, no lo compensaría. Esa copa que pronosticas para algún equipo ascensor, conseguida con extranjeros, es una copa prescindible. Se me ocurre algo para hacer con ella ...
Y lo de abrirnos al mundo, me suena de nuevo a demasiado empresarial. Ya estamos abiertos al mundo. Tanto que proponemos al mundo y representamos un modelo diferente y único de hacer las cosas. Y tenemos éxito: mira las peñas. El tercer equipo en peñas por toda España. Y sin ganar nada. Y sin que los peñistas o sus hijos puedan jugar por no ser vascos. Eso no se explica sin filosofía.
Y el fútbol ha cambiado. Claro que lo sabemos. ¿Nos tiene que gustar el cambio? ¿Nos tiene que gustar que jugadores mercenarios cobre sueldos escandalosos? ¿Qué los clubes se compren y se vendan por millonarios desocupados ansiosos de notoriedad? ¿Qué nos globalicen con cada vez más negocio-espectáculo en PPV a ver equipos con los que no tenemos nada que ver, con jugadores que cambian de camiseta de un año a otro?
AU: Todo eso es demagogia barata. Mira al Liverpool: comprado por un millonario, con mercenarios, más comprometidos que nuestras estrellitas, mercantilizado a tope, y con la afición apoyándole a muerte. Son grandes. ¿No podemos seguir ese modelo?
LQC: Del Liverpool solo sé lo que veo por la TV. No conozco como forjaron su personalidad, ni lo que piensa un aficionado que va a Anfield. Se cómo forjamos nosotros la nuestra y lo que llevamos en el corazón cuando vamos a San Mamés. Y eso está basado en la filosofía.
Porque lo que nos ha hecho grandes y ha mantenido la afición es la filosofía. Mira las peñas que tenemos en toda España. ¿Qué les mantiene vivas? ¿Los títulos? No hemos ganado nada en 23 años. ¿La simpatía que se nos tiene? Sabes que seguir a este equipo, con el clima político que hay, requiere un plus vocacional. La única explicación es la filosofía. La filosofía que nos hace diferentes y que nos garantiza nuestra base de aficionados incluso cuando vienen mal dadas. Y no solo fuera: también aquí. ¿En qué otro equipo la gente responde como aquí en los dos años que hemos pasado? En ninguno. ¿Por qué? Por la fuerza que nos da la filosofía. Lo que hay que hacer es canalizar esa fuerza y utilizarla en el campo para aspirar a algo más.
AU: Tu sueñas. A ver durante cuanto tiempo se mantiene eso. La gente de esas peñas, o los que han llenado San Mamés estos dos años han conocido los triunfos de los 80. O al menos la champions con Luis Fernández. Y los que no, han sido educados por padres que sí los vivieron y mantienen el sentimiento. Pero esta generación que no ve nada de nada, ¿qué sentimiento Athletic va a transmitir a sus hijos? ¿Qué amor a la filosofía? Despierta: vete a ver un partido de chavales de deporte escolar y mira cuantos van con camisetas del Madrid, del Barça, del Arsenal, del Milan ... y cuantos con las del Athletic.
Con la TV, los chavales pueden ver partidos de la champions y compararlos con lo que hace el Athletic. ¿Y en quien se fijan? ¿A quien quieren emular? Nosotros, incluso en épocas de sequía, teníamos a un Iríbar al que admirar. Pero ahora, como no le admiren a Yeste.
LQC: Ahí la has dado. Eso es cierto. Ese es mi miedo. Cada vez tengo más amigos cuyos hijos son de otros equipos y pasan del Athletic. Creo que hasta en Lezama han tenido que prohibir que los chavales vayan con camisetas de otros equipos, por imagen. Nada bueno puede salir de eso.
Efectivamente, Antxón, los hijos de nuestra generación van a ser menos del Athletic que nosotros, van a sentir menos aprecio por la filosofía, y aunque todavía la mantengan, dudo mucho que, de no pasar algo espectacular, en dos generaciones se haya perdido, o solo la defiendan una minoría y algunos radicales que lo hagan solo por razones políticas.
AU: Bueno. Es cierto. Había olvidado que la IA siempre defenderá la filosofía. Igual los talibanes como tú no lo tenéis tan mal.
LQC: Pero eso tampoco es, Antxón. En primer lugar, yo también pensaba que vosotros, los simpatizantes del PNV, no ibais nunca a querer extranjeros. Y cada vez sois más los que sí. Y aquí me tienes a mí, que no soy nacionalista, discutiendo contigo, que como tu empresa se ha globalizado y le va bien, y crees que el Athletic es como una empresa, solo que fabricando goles en vez de bienes de equipo, nos quieres deslocalizar como has hecho con esa planta que habéis montado en China. Y aunque no fuera así: si la filosofía y el Athletic se mantienen como reducto de radicales, me puede valer como mal menor, pero no dejaría de ser un mal: habríamos perdido el carácter de representar a toda Vizcaya, y a algo más que a Vizcaya, por encima de diferencias políticas, religiosas y sociales. Ya no sería el Athletic como yo lo concibo. No de manera tan flagrante como si jugara Messi, pero ya no sería el Athletic.
AU: Tú mismo me acabas dando la razón.
LQC: No. Porque digo que, a pesar de todo, merece la pena correr el riesgo; porque sigo teniendo fe en que nuestra filosofía, bien gestionada, pueda sumar más que restar; que volveremos a competir, al menos eso, con los grandes; y que la tendencia se invertirá: las nuevas generaciones seguirán siendo del Athletic como lo conocemos.
AU: Bonito sueño. ¿Y si no?
LQC: Al menos habremos hecho lo que debíamos y habremos sido fieles a nuestras ideas y a nuestra historia. Y además: siempre nos quedarán las neskas.
Pero de eso hablamos otro día ...