Ayer le llamé al KKK para hacerle un comentario sobre la inminente final del cuatro y medio, y después de contestarme fue tajante: "Olvídate del partido del Athletic y ve la final del cuatro y medio".
Desgraciadamente para mí, desatendí tan sabio consejo y opté por la casi siempre errada opción de tratar de cubrir dos asientos con un solo trasero: vi en directo el partido del Athletic mientras grababa la final para verla luego sin saber el resultado...
Visto lo que pasó, tengo que decir que el consejo de Kroma fue bueno. Me perdí vivir en directo la épica remontada de Urrutikoetxea en un partido en el que hubo más de un momento en el que yo no hubiera dado un duro por él frente a lo que me parecía a mí un juego más macizo de Irujo.
Sin embargo, en Vallecas tuve la alegría de ver que el Athletic se ha vuelto tan sólido que verle ganar 0-3 resultó casi insulso. ya hasta aprovechamos jugadas como la que propició el 0-1. Y ni siquiera nos despeinamos con la injusta expulsión de Laporte; claro que pare entonces tres goles pesaban mucho para un Rayo que si tiene alguna virtud ayer se olvidó de enseñarla.
Para ser justos recordemos que el 0-2 llegó de un penalti que... Bueno, eso.
Parece que hemos dado con un bloque que si tiene la cabeza y el físico a punto es capaz de ganar con solvencia a las dos terceras partes de los equipos de la liga, y plantar cara al resto. Lástima que en Granada la cabeza se nos fuera. Pero es reconfortante sentir la confianza que, pese a ciertas irregularidades, inspira el Athletic en estos momentos.
Capítulo aparte merece el filial: reconozco que no le sigo, pero por los comentarios que oigo si al principio del campeonato la queja era que los goles -y con ellos los resultados- no acompañaban al juego, poco a poco ambos se van acompasando... por abajo. ¿Es así o esa lectura es excesivamente negativa?
lunes, 30 de noviembre de 2015
lunes, 23 de noviembre de 2015
Caraja en Granada
Asomó el otro Athletic |
"Las rachas están para romperlas" parece ser que dijo el entrenador nazarí al ser cuestionado antes del partido de ayer por las dos rachas que iban a confluir en Granada: la del Athletic (positiva) y la suya (negativa)Palabras premonitorias. Incluso antes del tempranero autogol de Laporte, ya estábamos dando señales de haber salido al campo con una caraja importante.
Algunos lo achacarán al parón; yo creo más bien que simplemente tocaba: romper este tipo de rachas precisamente en el momento y ante el rival más propicios parece estar en el ADN zurigorri. Partido mil veces visto. Y no hay más.
Iba a terminar esta escueta entrada con un "Y ahora a pensar en el jueves", pero no puedo evitar hacer una reflexión sobre dos jugadores: Susaeta y Laporte.
Vaya por delante que creo que la caraja, como casi siempre, fue coral. Pero aún así la irregularidad de estos dos jugadores, que a veces son excelentes jugadores, clama al cielo. Se le ve más a Laporte: sus fallos cuestan goles y los de Susaeta no. Pero la irregularidad de estos dos me irrita. A veces entre la suerte y el resto del equipo se tapa. Ayer como no funcionó nadie, se hace más evidente. ¿Alguien sabe si la psicóloga de Lezama trabaja solo con los equipos inferiores? Porque estos dos igual necesitan un par de sesiones.
En fin... Y lo gracioso es que pudimos empatar, pero entre el portero, el poco acierto, y la mala suerte no lo conseguimos. Metieron ellos el segundo y... desaparecimos.
Los cambios no solucionaron nada. Me decía el sábado un conocido que no echaba de menos a Muniain. Yo sí le echaba de menos el sábado, así que imaginaos ahora.
Y ahora a pensar en el jueves.
viernes, 13 de noviembre de 2015
¿Se puede servir a dos señores? ¿Lucha de clases en el Athletic?
¿Atados al dinero? |
Este periodo sin partidos favorece las reflexiones... que desgraciadamente para vosotros, si coinciden con un día de poco lío en el curro pueden cristalizar en un ladrillo espantoso.
Hay dos temas que me rondan la cabeza hace tiempo. No sabiendo a cual de ellos dedicarme primero, y teniendo en cuenta que de alguna manera están relacionados, me he decidido a tratarlos en la misma entrada. De ahí el título doble.
Por cierto: la tentación de titular "Nemo potest duobus dominis servire" ha sido fuerte, pero la he resistido.
No obstante, seguiré con el Evangelio de San Mateo, al que pertenece el latinajo (capítulo 6, versículo 24) que dice unas cosas que me vienen al pelo como introducción: "Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas."
¿A qué viene esto? Pues viene a cuento de un viejo debate: el papel del dinero en el Athletic.
A nadie se le escapa que estamos en el fútbol profesional de 2015, un fútbol globalizado, convertido en un gran negocio de entretenimiento de masas, y en el que no hay derecho de retención y sí libre circulación de jugadores. En ese contexto, si Napoleón dijo que el dinero es el nervio de la guerra, ¿qué no habría dicho del fútbol?
El dinero es pues necesario. Imprescindible, diría yo. Pero ¿hasta que punto debe eso influirnos? Una excesiva mercantilización de la gestión del club, ¿puede hacernos caer en el siempre peligroso error de confundir medios con fines?
Como decía, esa cuestión siempre ha estado presente, pero en los últimos tiempos se han dado una serie de circunstancias que creo que han puesto el debate encima de la mesa con gran intensidad.
Por una parte, en el proceso de cambio de campo -que a mí me ha parecido perfectible dentro de su ejemplaridad- se tiene la sensación de haber primado las cuestiones económicas: no se aprovecha el mayor aforo para bajar las entradas, se aprovecha para subir el precio de algunas localidades, se acotan zonas relativamente escasas para "animación", no se prevé una zona para niños, se dedica la mejor parte del campo a construir palcos "VIP" y butacas "Premium", parece ser que la primera fila de éstas no está accesible a los socios sino que se reserva para no se sabe muy bien qué...
Por otro lado, al afrontar ciertos problemas sobrevenidos (la lluvia, la reubicación de algunos socios para activar de verdad la grada de animación sur...) que se podrían solucionar en todo o en parte con una cierta generosidad económica, se descarta desde el principio actuar con dicha generosidad.
Habría que añadir que además en la elección de patrocinadores (sobre todo en la camiseta) se obvian ciertos parámetros "éticos" que un sector de la afición parece demandar.
Todo esto coincide en el tiempo con un periodo de excelente situación económica: no hay deuda, la tesorería rebosa, los superávits se acumulan...
Con todo eso se dan las condiciones perfectas para que algunos se preocupen por lo que juzgan una excesiva mercantilización del club, que se estaría gestionando "como una puta (sic) empresa".
Analizando lo que se dice en ese imperfecto (afortunadamente) observatorio de la realidad zurigorri que es la web amiga, entre los camaradas rojiblancos que muestran esa preocupación, yo distinguiría tres tipos:
1) Los que están desatados en demanda de algo que si no es una petición permanente de "gratis total", se le parece mucho.
No me gustan. Les veo demasiado pedigüeños, demasiado cascarrabias, demasiado poco bilbaínos, demasiado poco realistas e injustos con la Junta Directiva.
Entre bonos europeos, bonos para medios días del club y eliminatorias previas gratis, nunca ha sido tan barato para los socios el ir a San Mamés los días que no están incluidos en el carnet. Se han dado opciones baratas para ver la temporada del B. Athletic en San Mamés. Y nada parece suficiente a este segmento.
Pues nada. Sus pretensiones me parecen irrealistas y les atribuyo, tal vez injustamente, una cierta tendencia a la insaciabilidad, cuando no -tal vez- a una cierta instrumentalización partidista contra la Junta Directiva.
2) Los que no llegan a esos extremos pero se preguntan eso que decía yo antes: si admitiendo la importancia del dinero, la gestión de la JD no pondera en exceso lo económico en perjuicio de lo social.
Bueno: es una duda razonable, ya que no es fácil establecer donde esta el justo medio.
No obstante, analizando las cuentas, la bonanza económica coyuntural esconde una mala cobertura estructural entre gastos e ingresos ordinarios. Es responsabilidad de la JD velar no solo por el corto sino por el largo plazo. Sería fácil para ellos ser generosos: no habría problemas durante su mandato, ganarían en popularidad...
Me parece elogiable no caigan en esa tentación y se estén conteniendo, a riesgo de ser impopulares, en lo que creo que es una búsqueda de la optimización de esa cobertura ingresos/gastos en el largo plazo.
Vamos: que comprendo la inquietud pero, aun admitiendo que hay que estar vigilantes para que no se dé esa confusión entre fines y medios, creo que de momento no hay que encender las alarmas.
3) Los que llegan más lejos y opinan que el modelo de gestión actual contradice "nuestros valores."
Aquí es donde entra la conexión con lo que, tal vez de manera exagerada, he llamado "lucha de clases" en el titular.
Un inciso: hay un chiste muy bueno sobre el Opus Dei -supongo que inventado por jesuitas- que trataré de resumir. Un tipo muere y va al cielo. San Pedro le recibe y le lleva por las distintas estancias en las que está dividido el paraíso. Al pasar delante de cada una va explicando quienes están dentro. Pero al llegar a una en concreto se pone a andar de puntillas, y cuchicheando le pide al recién llegado que ni hable ni haga ruido hasta alejarse de allí. Cuando lo hacen, el tipo pregunta "Pero, ¿Quiénes están ahí?" "Los del Opus", contesta San Pedro. "Es que se creen que están solos y por eso no hay que hacer ruido"
Bueno. Independientemente de lo que piense yo del chiste -daría para otra entrada- creo que viene al pelo. Detecto en el Athletic un grupo que no se si se engaña o le han engañado, hasta el punto de creer que el Athletic es una especie de punta de lanza, no ya del abertzalismo, sino de la crítica antisistema y anticapitalista. Así, los equipos europeos que nos tocan el suerte son objeto de escrutinio para ver si sus aficiones tiene fama de ser de izquierdas (amigos) o de derechas (enemigos)
Por supuesto, solo escuchar "Petronor" o "VIP" y sufren espasmos nerviosos.
Yo, francamente, no lo entiendo; y lo digo sin ninguna acritud: algunos son amiguetes que me caen muy bien.
El asunto no es anecdótico; a veces ha desembocado en algo que a mí me parece a la vez grave, perjudicial y alucinante: gritos en San Mamés, no contra un mal arbitraje o un rival sucio, sino de una parte del campo contra otro grupo o sector de nuestra propia gente.
Igual soy yo el que ha sido engañado o se engaña, pero creo que precisamente lo que hace más fuerte al Athletic es su carácter absolutamente transversal. Que yo sepa en el Athletic siempre han convivido derechas e izquierdas, nacionalistas vascos y españoles, ricos y pobres, Neguri y Sestao. No sé a qué viene tratar de identificar el espíritu athleticzale con un perfil abertzale, de izquierdas y su puntillo antisistema. ¡Pero si fuimos fundados por unos pijos de la burguesía! ¡Si las primeras camisetas rojiblancas las trajo uno de ellos! ¡Si hemos tenido presidentes neguríticos a cascoporro, antes y después de la Guerra Civil! ¿Qué es eso de hablar con esa ligereza de "lo que ha sido siempre el Athletic"? Despertad, chicos, que no estáis solos en vuestro idealizado paraíso zurigorri.
P.S. El propósito último de esta entrada es "calentar" la previa de una comidita que voy a tener pronto con el KKK y un conspicuo representante de una de las corrientes citadas... Lo que no sé todavía es si es de la 2 o de la 3.
martes, 10 de noviembre de 2015
Nemo propheta in patria
Cuando mi avatar empezó a hacerse notar hace años en la web amiga, solía salpicar mis intervenciones en tan augusto foro con algunas citas en latín.
Retomo esa costumbre para titular esta entrada que me ha sido sugerida por una reciente sucesión de acontecimientos.
La cita está sacada de los evangelios, y hace alusión a que donde menos caso se le hizo a Jesucristo fue precisamente en los pueblos que le habían visto crecer. "-¿No es este el hijo del carpintero?".
Desde entonces la cita se ha aplicado a ese hecho tan humano y por lo tanto tan repetido: los que nos ven de cerca, los que nos han visto sorbernos los mocos, suelen ser más difíciles de impresionar por nuestros logros que aquellos para los que dichos logros son la primera carta de presentación.
Es, como digo, algo muy humano y por lo tanto es lógico que algo de esto pase en el entorno zurigorri con respecto a los logros de nuestro Athletic.
Pero todo tiene un límite. A veces me pregunto si no nos pasaremos con nuestras autocríticas. Estas son buenas: las prefiero a la autocomplacencia. Pero ¿puede ser que estemos llegando a una especie de autoflagelación injustificada? Y que conste que me incluyo...
Veamos:
El nuevo San Mamés
Nos mojamos ("empapados" es el adjetivo que más repite El Correo al analizar el asunto con su objetividad habitual), carecemos de un elemento arquitectónico singular que nos caracterice, el estadio es vulgar, parece hecho en serie, no se anima, parece un palco de ópera...
Pues bien: en apenas unos días San Mamés Barria ha ganando dos galardones internacionales: en Singapur le han concedido el premio al mejor edificio deportivo de nueva construcción DEL MUNDO; y hoy dice la prensa que hemos sido el PRIMER CAMPO EUROPEO que consigue la certificación LEED de edificación sostenible. Vamos: que hemos hecho una mierda de campo.
Esto se suma a las opiniones que uno escucha de conocidos de allende Vizcaya que me dicen que San Mamés es el campo que da mejor imagen en la TV; a los jugadores, entrenadores e incluso árbitros que dicen que la atmósfera de San Mamés es especial, que se respira fútbol como en pocos estadios...
¿Realmente sabemos valorar lo que tenemos?
No son jugadores de primera división
Ni recuerdo la de veces que he escuchado este mantra referido a jugadores que son titulares habituales. Es verdad que sobre todo se popularizó durante el bienio negro, pero luego lo hemos seguido oyendo en la época de Caparrós, de Bielsa, de Valverde...
Saco el tema a colación porque dos de los sospechosos habituales han sido San José (peligroso en ambas áreas, hemos dicho muchos conmigo a la cabeza; no sabe sacar el balón; no tiene carácter; mejor que juegue en el centro del campo, así no nos cuesta un gol cuando la caga...) y De Marcos (solo es un corricolari; un insensato sin criterio táctico; no es lateral; no hace un centro decente ...) Cierto es que coincidiendo con algunas bajas de jugadores habituales, pero ahí están ambos, en la lista de Del Bosque, lo que me hace pensar que fuera saben ver más virtudes a los nuestros que las que vemos nosotros mismos.
No hace falta ir a Barcelona
Ayer estabais flipados con las crónicas del Mundo Deportivo del partido del domingo y su visión del arbitraje de Undiano. Pero no hace falta que vayáis tan lejos. ¿Acaso no leísteis El Correo? Agiriano no entendía la reiteración de quejas de los jugadores a Undiano, atribuía al pública una inexplicable fijación contra el navarro, y concluía que era esa autodistracción colectiva (jugadores y público) la que había perjudicado nuestro juego, y no el sibilino (una vez más) arbitraje de Undiano. Por supuesto, ni una mención a la estadística del navarro con el Athletic, demasiado alejada de cualquier promedio razonable como para parecer solo fruto de la casualidad.
Pero hay más. No recuerdo quién de los habituales de El Correo, pero un compañero suyo dedicaba un sesudo artículo al bajo rendimiento del domingo de Beñat, perfectamente marcado por el Espanyol. Ni una alusión a la cera que le dieron de principio a fin ante la pasividad de Undiano. Lo que contrasta con Agiriano, que en su artículo había citado la tarjeta que vió Beñat por realizar una "fea" entrada. Ni palabra sobre las que sufrió él.
Solo Patxi Alonso vio el mismo arbitraje que yo. Que por cierto, ya sabéis que a veces discrepo de vosotros porque no me gusta fijarme mucho en el arbitraje ni usarlo de excusa por nuestros malos partidos.
Conozco lo que opinan nuestros periodistas sobre este asunto, que no es la primera vez que observo. A diferencia de los de fuera, a los nuestros les gusta parecer ecuánimes. Están orgullosos de ese estilo.
Recuerdo que el Tata Martino se sorprendió del periodismo de camiseta que encontró en España durante su etapa en el Barcelona. Me parece respetable que nuestros periodistas no quieran caer en ello, pero el asunto merece un par de reflexiones:
Si estás en un entorno en el que todos los rivales practican ese tipo de periodismo y tú vas de ecuánime, no hay ningún contrapeso a las barbaridades que dicen los demás y con eso terminas por dar por bueno ciertos lugares comunes falsos que de forma goebbelsiana se terminan por convertir en otras tantas verdades: que el Villarato nos favorece, por ejemplo.
Cuando tu principal obsesión es ser ecuánime se corre el riesgo, no de ser imparcial, sino de hacer un periodismo de camiseta a la inversa, silenciando ciertas cosas para no parecer parcial. Que te puedes pasar de rosca, vamos. Creo que algunos periodistas locales se han pasado de esa rosca hace tiempo. Que sea por obsesiones personales contra los responsables zurigorris de turno, por intereses editoriales, por madridismo militante no confesado, o simplemente porque confunden ser ecuánimes con ser masoquistas, es harina de otro costal. Aunque... ¿cabe hablar realmente de masoquismo? Porque la "autocrítica" se la hacen al Athletic, no a ellos...
Pero que eso nos perjudica, fijo.
Retomo esa costumbre para titular esta entrada que me ha sido sugerida por una reciente sucesión de acontecimientos.
La cita está sacada de los evangelios, y hace alusión a que donde menos caso se le hizo a Jesucristo fue precisamente en los pueblos que le habían visto crecer. "-¿No es este el hijo del carpintero?".
Desde entonces la cita se ha aplicado a ese hecho tan humano y por lo tanto tan repetido: los que nos ven de cerca, los que nos han visto sorbernos los mocos, suelen ser más difíciles de impresionar por nuestros logros que aquellos para los que dichos logros son la primera carta de presentación.
Es, como digo, algo muy humano y por lo tanto es lógico que algo de esto pase en el entorno zurigorri con respecto a los logros de nuestro Athletic.
Pero todo tiene un límite. A veces me pregunto si no nos pasaremos con nuestras autocríticas. Estas son buenas: las prefiero a la autocomplacencia. Pero ¿puede ser que estemos llegando a una especie de autoflagelación injustificada? Y que conste que me incluyo...
Veamos:
El nuevo San Mamés
Nos mojamos ("empapados" es el adjetivo que más repite El Correo al analizar el asunto con su objetividad habitual), carecemos de un elemento arquitectónico singular que nos caracterice, el estadio es vulgar, parece hecho en serie, no se anima, parece un palco de ópera...
Pues bien: en apenas unos días San Mamés Barria ha ganando dos galardones internacionales: en Singapur le han concedido el premio al mejor edificio deportivo de nueva construcción DEL MUNDO; y hoy dice la prensa que hemos sido el PRIMER CAMPO EUROPEO que consigue la certificación LEED de edificación sostenible. Vamos: que hemos hecho una mierda de campo.
Esto se suma a las opiniones que uno escucha de conocidos de allende Vizcaya que me dicen que San Mamés es el campo que da mejor imagen en la TV; a los jugadores, entrenadores e incluso árbitros que dicen que la atmósfera de San Mamés es especial, que se respira fútbol como en pocos estadios...
¿Realmente sabemos valorar lo que tenemos?
No son jugadores de primera división
Ni recuerdo la de veces que he escuchado este mantra referido a jugadores que son titulares habituales. Es verdad que sobre todo se popularizó durante el bienio negro, pero luego lo hemos seguido oyendo en la época de Caparrós, de Bielsa, de Valverde...
Saco el tema a colación porque dos de los sospechosos habituales han sido San José (peligroso en ambas áreas, hemos dicho muchos conmigo a la cabeza; no sabe sacar el balón; no tiene carácter; mejor que juegue en el centro del campo, así no nos cuesta un gol cuando la caga...) y De Marcos (solo es un corricolari; un insensato sin criterio táctico; no es lateral; no hace un centro decente ...) Cierto es que coincidiendo con algunas bajas de jugadores habituales, pero ahí están ambos, en la lista de Del Bosque, lo que me hace pensar que fuera saben ver más virtudes a los nuestros que las que vemos nosotros mismos.
No hace falta ir a Barcelona
Ayer estabais flipados con las crónicas del Mundo Deportivo del partido del domingo y su visión del arbitraje de Undiano. Pero no hace falta que vayáis tan lejos. ¿Acaso no leísteis El Correo? Agiriano no entendía la reiteración de quejas de los jugadores a Undiano, atribuía al pública una inexplicable fijación contra el navarro, y concluía que era esa autodistracción colectiva (jugadores y público) la que había perjudicado nuestro juego, y no el sibilino (una vez más) arbitraje de Undiano. Por supuesto, ni una mención a la estadística del navarro con el Athletic, demasiado alejada de cualquier promedio razonable como para parecer solo fruto de la casualidad.
Pero hay más. No recuerdo quién de los habituales de El Correo, pero un compañero suyo dedicaba un sesudo artículo al bajo rendimiento del domingo de Beñat, perfectamente marcado por el Espanyol. Ni una alusión a la cera que le dieron de principio a fin ante la pasividad de Undiano. Lo que contrasta con Agiriano, que en su artículo había citado la tarjeta que vió Beñat por realizar una "fea" entrada. Ni palabra sobre las que sufrió él.
Solo Patxi Alonso vio el mismo arbitraje que yo. Que por cierto, ya sabéis que a veces discrepo de vosotros porque no me gusta fijarme mucho en el arbitraje ni usarlo de excusa por nuestros malos partidos.
Conozco lo que opinan nuestros periodistas sobre este asunto, que no es la primera vez que observo. A diferencia de los de fuera, a los nuestros les gusta parecer ecuánimes. Están orgullosos de ese estilo.
Recuerdo que el Tata Martino se sorprendió del periodismo de camiseta que encontró en España durante su etapa en el Barcelona. Me parece respetable que nuestros periodistas no quieran caer en ello, pero el asunto merece un par de reflexiones:
Si estás en un entorno en el que todos los rivales practican ese tipo de periodismo y tú vas de ecuánime, no hay ningún contrapeso a las barbaridades que dicen los demás y con eso terminas por dar por bueno ciertos lugares comunes falsos que de forma goebbelsiana se terminan por convertir en otras tantas verdades: que el Villarato nos favorece, por ejemplo.
Cuando tu principal obsesión es ser ecuánime se corre el riesgo, no de ser imparcial, sino de hacer un periodismo de camiseta a la inversa, silenciando ciertas cosas para no parecer parcial. Que te puedes pasar de rosca, vamos. Creo que algunos periodistas locales se han pasado de esa rosca hace tiempo. Que sea por obsesiones personales contra los responsables zurigorris de turno, por intereses editoriales, por madridismo militante no confesado, o simplemente porque confunden ser ecuánimes con ser masoquistas, es harina de otro costal. Aunque... ¿cabe hablar realmente de masoquismo? Porque la "autocrítica" se la hacen al Athletic, no a ellos...
Pero que eso nos perjudica, fijo.
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San Mamés Berria
jueves, 5 de noviembre de 2015
Días de mucho, vísperas de nada
Se acumulan las entradas... |
Pero ahora toca afrontar con fuerza el trabajo que se acumula antes del obligado parón FIFA. Aún quedan dos citas importantes, el esplín del lupanar, parafraseando a Baudelaire, tendrá que esperar. En los próximos días el Athletic se juega en dos trámites, como solía decir Bielsa, si llega a la tercera pausa de la temporada como un equipo decididamente en alza y aspirante a las más altas cotas o como un equipo irregular capaz de ascender hasta las más altas cimas y de descender a los más bajos valles, una irregularidad de la que ya ha adolecido en agosto, septiembre y el inicio de octubre. La sensación generalizada, teñida de cierta euforia, incluso, es que el equipo está en fase ascendente, tanto en lo que se refiere al juego como a los resultados. Los dos partidos que deberá afrontar en tres días indicarán si esto es así, pero vayamos por partes.
UEFA Europa League. Jornada 4: Athletic Club - FK Partizan
Hoy, jueves 5 de noviembre, a la pintoresca hora de las 21:05, el campo de San Mamés acogerá el partido entre el Athletic y el Partizan, correspondiente a la cuarta jornada de la Europa League y en el que ambos contendientes se juegan el liderato del Grupo L. Comparecen ambos equipos con seis puntos y para cualquiera de los dos ganar hoy supondría un paso muy importante, aunque no decisivo, para asegurar la clasificación a la siguiente ronda. En el caso del equipo bilbaíno, una victoria esta noche supondría, además, el punto virtual extra que conlleva ganarle al Partizán el average particular. En función del resultado que se dé en el otro partido del grupo, Augsburg – AZ Alkmaar, ambos con tres puntos, la jornada podría ser redonda para el equipo que esta noche en La Catedral consiga el triunfo.
Una alineación reconocible |
En Belgrado, aún con algunos ratos de ausencia, el equipo rojiblanco fue netamente superior al campeón serbio. Durante muchos minutos el equipo local se vio literalmente desbordado por los leones y si hubo minutos en que el Partizan dispuso de algo más de control del balón fue, sencillamente, porque el Athletic bajó, a ratos, su asfixiante presión. Bien sea por los méritos ajenos, bien por los deméritos propios, lo cierto es que el Partizan, que apenas llevaba unos días a las órdenes de un nuevo entrenador, dejó en ese partido una imagen de equipo con poca enjundia. Mal harían los rojiblancos en proyectar esa imagen de hace un par de semanas al partido de esta noche. La historia del futbol dice implacablemente que por cada cambio de entrenador que supone una mejora del equipo que lo experimenta hay innumerables casos de equipos que fracasan. No es probable que en dos semanas el Partizan, con Drulovic al frente, haya pasado de ser la poca cosa, futbolísticamente hablando, que fue en su campo a un equipo altamente competitivo... aunque, todo es posible. El entrenador serbio ha dicho que esta noche irán a por a todas y que van a mostrarse ambiciosos, lo cual puede ser una señal de que se muestran confiados en sus posibilidades tras percibir una mejoría o justamente lo contrario, en el intento de enmascarar su debilidad tras un desparpajo un tanto voluntarista. En cualquier caso, si el equipo de Valverde exhibe un nivel similar al que ha venido mostrando en los cuatro o cinco últimos partidos disputados, especialmente los jugados en San Mamés, es claro favorito para alzarse con la victoria y encarrilar así el pase a la siguiente fase de la competición.
Liga. Jornada 11: Athletic Club – RCD Espanyol
Maldito horario |
Circunstancias externas al margen, el partido ante el Espanyol se presenta en muy buen momento y en medio de un clima muy positivo. Tras un comienzo de la Liga titubeante, presentando enormes dudas en el juego y escasísimos réditos en la consecución de puntos, el rumbo ha variado totalmente de unas semanas a esta parte. Ante el Real Madrid, en San Mamés, el equipo compitió francamente bien ante un rival de cuidado y sólo un par de errores garrafales impidieron rascar algún punto, muy necesario por entonces. Después se visitó Anoeta y al aficionado le quedó la impresión de que, si bien en ningún momento se corrió el peligro de perder, tampoco se hicieron grandes méritos para ganar. Aquel puntito deslavado, no obstante, fue el primero de una serie que ha llevado al equipo a subir como la espuma en la clasificación. Desde el choque ante los merengues no se ha vuelto a perder, sumando en este periodo dos empates y tres victorias. Y más que podrían haber sido de no haber regalado dos puntos en Riazor de la forma en la que se hizo en unos últimos veinte minutos delirantes. La sensación que el equipo ha ido dando en esta serie de partidos es que el siguiente siempre ha sido un poco mejor que el anterior, se han visto más y mejores cosas en cada jugador y, sobre todo, en el equipo. Y si fuera de casa la impresión que está dando el equipo es de mejoría gradual y sostenida, la que está dejando en sus partidos como local es la de solidez y contundencia. Con estos ingredientes, a poco que el equipo sea capaz de reponerse al esfuerzo del jueves, el partido ante los pericos se presenta como una excelente oportunidad para presentar la candidatura a aspirante a puestos europeos en la Liga.
El Espanyol llega a La Catedral como un equipo irregular e imprevisible en lo deportivo y con nuevos propietarios chinos en lo societario. Tras sufrir varias bajas importantes durante el pasado verano, ha conformado una plantilla que probablemente le permitirá moverse por esos puestos centrales de la clasificación sin mayores problemas. En este momento suma un punto menos que el Athletic, en una trayectoria con muchos altibajos: gana tantos partidos como los que pierde, tanto en casa como fuera, y apenas los empata. Parece que no tiene término medio. En lo que sí parece que anda bastante desequilibrado es en su balance goleador: marca muy pocos tantos, sin duda acusando las enormes bajas en el frente de ataque que han supuesto las salidas de Sergio García, Stuani o Lucas Vázquez, y, al mismo tiempo, es el segundo equipo que más goles encaja en la Liga. Esta irregularidad de los pericos en combinación con la fortaleza, especialmente en casa, que los leones están demostrando en las últimas jornadas, no puede dar otro resultado que un partido, a priori, muy decantado a favor de los rojiblancos. Habrá que demostrarlo con hechos, no obstante.
Etiquetas:
Liga (2015-2016),
UEFA Europa League 2015-2016
lunes, 2 de noviembre de 2015
Juicio a Urdaibai (Escrito por KROMA)
El KKK (Kamarada Komodoro Kroma) ha tenido algún problema para colgar directamente esta entrada que tengo el gusto de reproducir:
13 de Septiembre de 2010. Titulo mi entrada
en el Ambigú: Perdidos en el valle.
A lo largo y ancho de la entrada dejo caer un
poso de tristeza sobre el remo en general y el bizkaino en particular. En la entrada y comentarios
posteriores ponemos todos acento en las
acusaciones de Korta sobre la ganadora y deslizamos críticas sobre el “no saber
perder” del entrenador gipuzkoano. Que el de Ortzaika no sabe perder sigue
siendo un hecho en 2015, pero si en aquel momento nos llegan a enumerar la
mitad de los hechos a los que nos hemos
ido enfrentando al discurrir de los años, simplemente habríamos esbozado una
sonrisa displicente.
2 de Noviembre de 2015. Comienza el juicio en
Bilbao contra diez acusados de montar una red de dopaje en el club de Bermeo
"con el único objetivo de ganar competiciones". Entre los acusados se
encuentran el presidente, el entrenador, el médico y la enfermera del club de
remo de Bermeo en 2010. Otras seis personas se sentarán en el banquillo
acusados de organizar una red de dopaje para mejorar el rendimiento deportivo
de los remeros de la trainera de Bermeo. Hoy el fiscal pedirá para cada uno de ellos dos años y seis meses
de cárcel, una pena que supondría su ingreso en prisión.
Junto a Maynar está encausado Alberto Beltrán, a quien un año después de los hechos detuvo la policía en el aeropuerto de Barajas
con sustancias dopantes. La policía rastreó las cuentas de Urdaibai y encontraron unos pagos de unos 3.000 euros a
una mujer de Córdoba y a una farmacia de Cáceres que les llamaron la atención.
Descubrieron también que desde Córdoba habían llegado dos paquetes a la oficina
bancaria de Bermeo, donde casualmente trabajaba Josu Zabalondo, presidente de
Urdaibai.
La remitente, reveló a la Guardia Civil el contenido de los
paquetes: EPO y Aranesp (otro tipo de EPO). También se registraron envíos de
dos farmacias de Andorra.
Durante estos años hemos tenido acceso a
declaraciones escalofriantes. El testigo protegido (Andrei Banica, ex remero)
ha declarado situaciones y actuaciones entre lo angustioso y lo nauseabundo. El
18 de Junio del año en curso, durante una ponencia de la Agencia Española
Antidopaje (la AEPSAD), en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP),
en Santander, el rumano enumeró “las presiones, amenazas e incluso agresiones” que
se le vinieron encima por oponerse a un
plan sistemático de dopaje durante su permanencia en el club Urdaibai.
Banica declaró: “Siempre que revivo aquel
encontronazo, aquella experiencia que tuve con el mundo del dopaje, me pongo
nervioso y me dan náuseas. Sufrí un trauma para toda la vida. Conviví con
presidentes que compraban productos dopantes, con médicos que falsificaban
recetas, con entrenadores que eran encantadores de serpientes que te daban
tratamientos diciendo que eran métodos innovadores e imprescindibles, que
teníamos que estar orgullosos de hacer lo que todo el mundo hacía. Aquel año
teníamos un potencial humano fuera de serie para haber cumplido los objetivos. Pero
vino un nuevo presidente que venía mal de otros deportes y quería demostrar
algo al mundo. Fichó a un entrenador con mucho dinero, que era un mandamás con
nuevos métodos y prácticas. Nos cambió hasta la remada, que no nos vino muy
bien porque comenzamos cuartos, quintos, sextos…”
El rumano continuó diciendo: “No sé si por el
presidente o por el patrocinador, pero se echó mano de prácticas que nunca
había visto. Se despidió al médico y se trajo a otro de quien no se nos decía
ni el nombre, porque decían que el nombre era lo de menos. Luego supimos que
tenía una trayectoria en el dopaje. Entonces nos hablaron en las reuniones de
tratamientos individualizados, empezamos a ver circular cajas, cajas y cajas de
productos. Y nos invitaron a ello. A mí me lo ponen y me empiezo a sentir muy
mal. Me tengo que ir al hospital, pero luego me explican que eso sucede porque
fue la primera vez”.
El relato siguió así: “Le digo al entrenador
que tengo miedo por mi salud, que yo llevo más de veinte años en el remo y no
me hace falta. Entonces me contesta que no me ve comprometido con el trabajo,
que me va a apartar. Empieza a sembrar el miedo, prohíbe a mis compañeros a
hablar conmigo. Fue un calvario. Decido contárselo al presidente y me pide que
recapacite, que acepte los métodos. Le solicito la carta de libertad, pero no
me la da. Me amenaza, me dice que me va a hundir. Paso a ser suplente. Cada vez
que me niego, se me deja en ridículo. Me llaman perdedor, me echan de las
reuniones…Durante una reunión digo que eso parece más un hospital que un club.
Entonces me cogen del pecho, me agarran por el cuello, me retuercen el brazo…
Nunca pensé que en el deporte se pudiera vivir algo así. El entrenador se puso
a dos centímetros de mí y me dijo: ‘¿Ves lo que va a pasar si abres la boca?
Aquí no ha ocurrido nada”.
Para
acabar esta terrible historia declaró: “Recibía llamadas de día y de
noche. Me llamaban por teléfono a las tres de la mañana. Lo cogía mi mujer y la
amenazaban. Le decían que le iba a pasar algo a mi hijo, que tenía un año.
Cuando salía de casa tenía que mirar a derecha y a izquierda. Me ha quedado el
trauma”.
Con todo, y siendo escalofriante lo relatado
hasta ahora, lo que a mí más me ha puesto los pelos como escarpias han sido las
confesiones de Banica al fiscal sobre el cómo se producía el dopaje. Banica declaró como semanas antes
de la clasificatoria de la Concha se presentó Marcos Maynar en Bermeo. Les preguntó
si querían ganar la regata y les trasladó que había descubierto una “encima que
evitaba que los brazos dolieran”. Al más puro estilo “vendemantas” y para dotar
de más peso a su argumentación, se colgó de una barra fija y afirmó que podía
estar así 15 minutos sin sentir dolor. Todos los remeros observaron ojipláticos
y al acabar el entrenamiento con los brazos entumecidos y el cuerpo destrozado
se acabaron de convencer. Se dejaron
inyectar en el abdomen y en los brazos.
Semanas después y el mismo día de la
clasificación para La Concha, los
auxiliares pararon las furgonetas en la cuneta y los remeros fueron pasando uno
por uno a una de las furgonetas, la que tenía los cristales tintados. Allí José Manuel Francisco (entrenador) les
colocaba una vía en el brazo con la jeringuilla preparada. . Los mismos
remeros eran quienes tenían que presionar el émbolo de la
jeringuilla para introducir “un líquido amarillo verdoso”.
El desenlace lo sabéis. Urdaibai
ganó la Concha. Korta declaró que “era un día triste para el remo” y yo entré
en un bucle melancólico del que no he salido hasta hoy. Si todo esto se denuesta
como cierto….me temo que ni al aprazolán me sacará del abismo.
domingo, 1 de noviembre de 2015
En tierra hostil: Real Betis - Athletic Club
El Ambigú Zurigorri se complace en recibir a sus clientes este día de Todos los Santos con la siempre grata compañía de Van Morrison. How long has this been going on es un disco con aires de jazz publicado en 1996 por el León de Belfast con la inestimable colaboración del gran Georgie Fame y en él aparece esta animada versión de All Saints Day.
Y ahora, vamos al turrón... porque quizá se esté notando en exceso que este elegante garito hoy, precisamente, no sobran las ganas de currar, para qué vamos a engañarnos.
Betis y Athletic cierran esta noche, a partir de las 20:30 horas, en el estadio Benito Villamarín, la décima jornada del campeonato de liga. Los béticos llegan a este partido tras perder los dos últimos encuentros disputados en su campo, mientras que los bilbaínos lo hacen sin conocer aún la victoria fuera de casa en el torneo liguero. En el caso de los rojiblancos, no obstante, el regusto que han dejado los últimos partidos disputados ha sido el de un equipo que comienza a encontrar una línea de juego y resultados más acordes con los puestos europeos, a los que aspira, que a los de la zona media-baja de la clasificación en la que ahora se encuentra. Este choque, en consecuencia, es una prueba en toda regla para demostrar si el equipo ya está plenamente integrado en la senda ascendente o, en su defecto, para constatar que, al menos fuera de casa, continúan los problemas de irregularidad. Las declaraciones de entrenador y jugadores durante la semana han seguido esta línea: el objetivo es alcanzar los puestos nobles de la Liga y para ello hay que dar el do de pecho en este tipo de choques. El Betis comparece con doce puntos, uno más que el Athletic. La victoria podría suponer para cualquiera de los dos acercarse notablemente al sexto puesto, incluso alcanzarlo si el resto de resultados de la jornada fueran favorables.
Para el Athletic, además de los obstáculos que sobre el cesped puedan oponer los futbolistas verdiblancos, hay una circunstancia añadida que conviene no olvidar y es que el campo bético es uno de esos escenarios malditos en los que los rojiblancos suelen salir escaldados más de la cuenta. La historia nos dice que en Heliópolis se gana muy de cuando en cuando, que los partidos suelen ser muy sufridos y, en general, se suele vivir un ambiente cargado contra el equipo bilbaino.
Fuente: Web Athletic Club |
Para cierto alivio del aficionado zurigorri, en los últimos enfrentamientos, el balance ha sido algo mejor para el Athletic que el promedio de toda la serie anterior. Si desde los años treinta sólo ha sido capaz de ganar once veces allí, tres de ellas se han producido en los cinco últimos partidos, con un empate y una victoria local cerrando la secuencia. Parafraseando a ese estúpido futbolista culé de cuyo nombre preferimos no acordarnos, demos gracias a los béticos porque todo empezó aquel día de marzo de 2008 en el que un botella lanzada desde la grada alcanzó en la cabeza a Armando, portero rojiblanco, y con ello se despertó a la fiera bilbaína. Esta noche los leones tienen la oportunidad de volver a rugir en tierra hostil.
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