Viene interesante El Correo de hoy. Al menos para los que nos interesamos por la vertiente institucional del Club.
Resulta que ayer se ha celebrado una rueda de prensa para presentar el proyecto de estatutos que se va a someter a la Asamblea General Extraordinaria del próximo lunes, día 11.
Y hemos sabido -como recoge El Correo- varias cosas que dan para tratar el asunto desde varios puntos de vista:
¿A espaldas de la Junta Directiva?
Una de las cosas que se nos dice es que la propuesta no es el proyecto de la Junta Directiva, sino el de la comisión que lo ha redactado. El conocido Juan Manuel Delgado ha manifestado que él va a votar en contra, y su amigo Fermín dice que prefiere no hacer público el sentido de su voto. Supongo, sabiendo que ambos suelen ir de la mano, que también votará en contra. Con todo lo que eso conlleva en forma de compromisarios afines. (Fermín es mucho Fermín)
Estamos ante un proceso de reforma que nació a instancias de de la Junta Directiva ANTES de que fuera necesario por la nueva legislación, pero sin que la Junta tuviera un proyecto y en el que se han dado bandazos en los aspectos más esenciales.
Se ha iniciado una singladura sin saber a dónde se quería ir y sin tener el respaldo de la propia Junta que inició el viaje. Junta disminuida, ya que los dos directivos citados son de los pocos que quedan de la plancha inicial. Ni entre el núcleo duro de supervivientes tiene respaldo la propuesta. ¿No suena raro?
A espaldas de la Asamblea
Además, se reconoce en la prensa que la propuesta va a "decepcionar" a los compromisarios. Compromisarios que no solo son los que deben aprobarla, sino que han de hacerlo con una mayoría reforzada de dos tercios.
De nuevo mi desconcierto es grande. Da la sensación de que la Comisión ha redactado la propuesta a sabiendas de hacerlo en contra de quienes tienen la última palabra. Y lo gracioso es que en dicha comisión había dos representantes elegidos por la Asamblea. No deja de ser asombroso. Ya lo fue que se les eligiera sin que dijeran ni una palabra sobre sus ideas acerca de la tarea para que se les nombraba -una nueva muestra de la originalidad de nuestros compromisarios- pero es que además da la sensación de que tampoco a posteriori ha debido haber una comunicación fluida entre esos dos representantes y la Asamblea que les nombró.
En todo caso, lo que tenemos es una reforma que se hace sin que sus instigadores tengan un proyecto, sin que esté respaldada por la Junta y con la presunción de que la Asamblea que la ha de aprobar va a rechazarla.
¿Qué hay detrás de todo esto?
Sumergido en estas dudas, uno lee el titular de la columna de Jon Agiriano:
Una casta. Y como está claro que estos estatutos están hechos para perpetuar en el poder a la casta directiva descafeinando la Asamblea y dificultando la presentación de candidaturas nuevas, pienso "¿Será una denuncia de la plutocracia que gobierna al Athletic desde hace años?" Pues no. No se refiere a esa casta. Se refiere a la forman los compromisarios, aferrados al "privilegio" que supone formar parte de la Asamblea. Para mear y no echar gota, con perdón.
Ahora resulta que ser compromisario del Athletic es una situación similar a la de ser procurador de las cortes franquistas. Seguramente los dos potes y el pincho de tortilla del txoko, amén del paraguas que regalan en la Asamblea, le parecen a Agiriano el no va más. O no. Igual se refiere al gustazo del "minuto de gloria" que según los turiferarios del poder zurigorri es lo que les mueve a la mayoría a salir al atril. Pero no me salen las cuentas. Los compromisarios tildados de "protagonistas" son media docena. O diez como mucho. Y esos no van a tumbar el proyecto. Si la votación se pierde será por no haberse ganado a cientos de compromisarios que no salen nunca a hablar y que nadie sabe quienes son, que cara tienen o como se llaman.
Así ahora resulta que el problema del Athletic son los compromisarios. Son los compromisarios los que hiceron la cagada de Zubiaurre. Son los compromisarios los que organizaron una chapuza de sorteo de entradas.
A mí este artículo me parece un servil intento de culpabilizar a la Asamblea para ponerla a los pies de los caballos y conseguir que, si no esta vez, en un futuro no lejano esta propuesta de estatutos u otra parecida pueda llevar a una Junta más poderosa y una Asamblea más decorativa.
¿No será eso lo que se ha pretendido desde el principio con esta absurda reforma? ¿Desprestigiar a esta Asamblea con la que tan mal se lleva Macua?
Me dirán desde Renania que la Asamblea se desprestigia sola. Y será verdad. No he ahorrado calificativos a la hora de decir lo que pienso de algunas de las cosas que suceden en el Euskalduna. Pero necesitamos una Asamblea que funcione, y la alternativa a sus errores no debería ser desvirtuarla, sino tratar de mejorarla.
Por que no me gusta la propuesta
Finalmente, mi opinión sobre los estatutos.
La propuesta tiene para mí dos virtudes:
- Parece que mejora el asunto de la recogida de firmas. Al informar al socio, creo que se evitarán las suspicacias que hasta ahora hay al respecto.
- También creo que es una mejora que se limite a un año la duración de una directiva que haya perdido al presidente.
Hay cosas que me dejan más o menos frío.
- Por ejemplo, el nuevo sistema de elección de compromisarios. No me gusta mucho, pero tampoco me gustaba mucho el actual. Creo que un sistema mixto sería mejor, pero entiendo que es difícil concretarlo. El sorteo puro no acaba de entusiasmarme, pero no me parece tan malo como a otros.
- El Defensor del socio. La idea no es mala. Pero la elige la JD por cuatro años. No sé. En la práctica puede convertirse en un directivo más aunque sin plaza formal en la Junta. Veo poco blindada su independencia. Como ya sucedía, y sucede, con el Comité de Disciplina.
Cosas que me intrigan.
- Meter en los estatutos algo tan temporal como lo de los Socios Barria. No lo veo claro. Ni que se meta en los estatutos, ni lo que se dice de ellos. Por ejemplo: que puedan tener igualdad de derechos sin tener localidad solo por el paso del tiempo.
- Lo relacionado con los "Suscriptores de títulos" Todo eso me suena raro (Art. 16)
Cosas que no me gustan
- La Junta Directiva se reserva tal cantidad de atribuciones durante las Asambleas que estas van a acabar siendo una especie de Congreso del Partido Comunista Búlgaro. Un cachondeo padre. No olvidemos que desde que fue elegido este presidente, la degradación de las asambleas ha sido constante. Con las nuevas prerogativas de la mesa, cualquier esperanza de que sirvan para algo desaparecerá.
- El acortar el plazo para presentar firmas para avalar las candidaturas da muchas ventajas a las directivas salientes, que son las que van a manejar los tiempos del proceso electoral. Me parece poco equitativo.
- No se mejoran ninguno de los mecanismos de participación y control de socios y compromisarios.
- Pero sobre todo, lo que no me gusta es que todo el proceso de reforma ha sido un sinsentido, como he tratado de explicar "up supra".
En resumen: me gustaría que fueran rechazados. Aunque si tal sucede, asistiremos a un proceso de caza de brujas contra los compromisarios, fomentado desde Ibaigane y secundado con entusiasmo por El Correo y sus JOLes, Agirianos y demás.
Finalmente os dejo un enlace a
la opinión de AthleticEup, con la que coincido bastante, a excepción de que el nuevo sistema de elección de compromisarios no me parece tan malo como a ellos.