Comienza la cuenta atrás: diez, nueve, ocho… Llega la txanpa final de la Liga, el tramo de la temporada en el que se decide todo. Las veintiocho jornadas disputadas han servido para establecer los objetivos reales de cada equipo, ahora cada uno de ellos deberá demostrar tiene la capacidad para alcanzarlos. El Athletic (7º con 44 puntos) llega al momento clave del curso con cuatro puntos de desventaja respecto a los puestos que clasifican para la próxima edición de la Europa League, un handicap perfectamente salvable si el equipo consigue alcanzar el buen nivel competitivo con el que acabó las últimas tres ligas.
El sábado, en El Sadar y con el arbitraje del andaluz Munuera Montero, el Athletic tratará de sortear el primer escollo de los que deberá superar de aquí al final para intentar lograr su objetivo europeo. A bote pronto, podría decirse que es el rival más flojo de cuantos le quedan y, a priori, serían los tres puntos más asequibles de obtener en los próximos dos meses. Un Osasuna hundido en el fondo de la clasificación con 11 raquíticos puntos no parece que debería asustar a nadie y menos a un equipo, el rojiblanco, con la aspiración de alcanzar plazas uefas. Los números osasunistas son pavorosos: sólo ha ganado un partido en toda la liga -ninguno en su propio campo- y sólo ha conseguido rascar ocho empates. Sin embargo, mal harían los leones en confiar su suerte a la superioridad estadística y clasificatoria: por flojo que sea el rival, la realidad es tozuda y la experiencia dice que ganar un partido sin apearse del autobús no es posible. Más bien todo lo contrario, la tropa zurigorri deberá viajar muy concienciada de que el choque será intenso, posiblemente bronco y con toda seguridad muy disputado. La experiencia del partido de la primera vuelta -donde los rojillos lograron uno de los pocos puntos que han cosechado- debería estar grabado a fuego en la conciecia de los jugadores del Athletic porque si algo cabe esperar mañana de un Osasuna en situación angustiosa es, como mínimo, idéntico grado de pelea. Pocas tablas a las que agarrarse les quedan ya a los navarros y esta, un derby, un partido de la máxima rivalidad -al menos allí- es claramente una de ellas.
En la primera vuelta, Osasuna complicó las cosas al Athletic en San Mamés |
La semana rojiblanca, a pesar de que el partido se jugará mañana a partir de las 16:15 horas, comienza un poco antes, a las 13:00 horas. Antes de que bilbainos y pamploneses den inicio a la que se prevé una dura batalla en el cesped, en El Madrigal se enfrentarán Villarreal (5º con 48 puntos) y Eibar (8º con 41 puntos). Dando por supuesta la importancia per se de ganar a Osasuna, no se puede obviar que lo que suceda en Villarreal podría aumentar el valor de una eventual victoria de los leones. Si bien es cierto que significaría seguir mirando a los armeros por el retrovisor con algo de desasosiego, un triunfo del Eibar ante el Submarino Amarillo sería muy alentador para la misión zurigorri. Sin menospreciar la dificultad del siguiente reto, el próximo martes en San Mamés ante el Espanyol, lo cierto es que el viernes de la semana que viene -por obra y gracia de esas mentes preclaras que confeccionan el calendario liguero- el viaje a Villarreal se afrontaría con una ilusión y unas expectativas enormes para todo el universo zurigorri. Pero no adelantemos acontecimientos, antes de pensar en ponernos a correr, demos el primer paso para empezar a andar.
Berenguer salió conmocionado del Insular tras un fuerte golpe en la cabeza |
Petar Vasiljevic, tercer entrenador que se sienta en el banquillo osasunista en lo que va de curso, recupera a Fausto Tienza y, tras el traumatismo craneal sufrido en Las Palmas, a Alex Berenguer. El extremo de Barañain -del que tanto se habla en el entorno zurigorri desde hace más de un año-
tiene opciones de jugar en el once de inicio. En cambio, pierde a Jaime
Romero y a Roberto Torres, uno de los futbolistas más importantes del
equipo. Desde la capital navarra se informa de que el entrenador serbio está valorando reforzar defensivamente el equipo para recibir al Athletic, para lo cual esta semana ha estado entrenando un sistema con tres centrales, dos carrileros, tres centrocamistas y dos delanteros.
Algunos datos pueden dar una idea de por qué Vassiljevic tiene in mente un esquema así. Osasuna es el equipo más goleado de la liga. En las veintiocho jornadas disputadas, ha recibido la escalofriante cifra de 67 goles, así que no es extraño que su entrenador piense en la necesidad de abrigarse atrás. Una de esas estadísticas muy siginficativas de la realidad osasunista en esta liga es que del total de tiros que recibe, un 41,97% va entre los tres palos (la media de la liga es de 36,92% y, por ejemplo, el dato del Athletic es del 32,45%). Es decir, se trata de un equipo que concede a los rivales más oportunidades de gol de la cuenta. La hipotética elección de un esquema reforzado atrás y en la linea de medios para dejar arriba a dos delanteros que está ensayando Vasiljenic puede tener también su lógica ofensiva, a la luz de un aspecto altamente esclarecedor: es el equipo de la liga que más pases en largo realiza hacia los últimos treinta metros. Si hay alguien que prescinda de la combinación en el centro del campo y apueste claramente por el juego directo, ese es Osasuna. Si las hipótesis de partida se confirman, el Athletic se enfrentará a un once muy arropado atrás que, en cuanto recupere el balón, intentará buscar el espacio a la espalda de la defensa rojiblanca mediante pases largos. Un detalle estadístico más: el navarro es el equipo de la liga que más goles encaja en los diez primeros minutos. Si hay un momento propicio para meter mano al que se prevé sea un sistema defensivo muy cerrado, es nada más comenzar el encuentro.
Yeray entrenó ayer con un apósito sobre su nariz rota |
A diferencia de su rival, que tiene media docena larga de bajas, alguna de ellas bastante importante, el Athletic sólo tiene una, la de Yeray. Recien salida del horno la convocatoria rojiblanca, el temor de que el central no podría llegar a tiempo para este partido se ha consumado. Han pasado muy pocos días desde que Yeray recibió un codazo en el partido Italia - España de la categoría sub21 y parece que su maltrecha nariz no está en las condiciones mínimas como para disputar un partido. La baja, sin duda sensible por el rol que el de Barakaldo ha alcanzado esta temporada en el equipo, es, sin embargo, el único contratiempo al que Ernesto Valverde ha tenido que hacer frente esta semana para preparar el partido. El resto de la plantilla está perfectas condiciones para jugar y a la disposición de las decisiones técnicas que tome el míster, principalmente la obligada sustitución de Yeray por Bóveda o Etxeita y quizás algún retoque en la posición de extremo izquierdo, bien con Lekue más pegado a la banda, bien con Muniain con mayor tendencia a moverse hacia el medio. En cualquiera de los casos, el once que salte al cesped del Sadar será en principio lo suficientemente competitivo como para sacar adelante el partido. Si todos los puntos son necesarios, estos tres son, además, imprescindibles. Partiendo de un respeto máximo a un rival que en partidos así, y especialmente ante el Athletic, se reactiva, pinchar en Pamplona no debería ser una opción.