Estaba preparando este fin de semana mi participación en el próximo XV Congreso del Movimiento Indusi, y andaba yo peleándome con la introducción del Manifiesto, me sentía atascado tras una primera frase genial "Un fantasma recorre Europa....", así que me dió por despejarme releyendo algunos de los expedientes del pasado que pueblan los anaqueles de la oficina del Secretariado.
Una carpeta llena de polvo, heredada de mis antecesores en el Comité Central, pronto llamó mi atención, tenia el título "Eduard Streltsov " y una foto.... una foto muy parecida a la de mi desaparecido y llorado tío....
Corría el año 1958 (saludos César Vidal!) y pronto iba a celebrarse el Mundial de Fútbol de Suecia cuando se desarrolló la siguiente historia:
La URSS y Polonia tenían que definir entre sí quién iba al mundial de Suecia. Todo el equipo soviético esta en la terminal de trenes "Belorusskaya" listos para partir. Todo el equipo menos dos jugadores. Streltsov e Ivanov no aparecen, la temida dupla de ataque. El tren parte sin ellos. Los delanteros logran, en un coche, alcanzar a la formación en Mozhaisk. El tren se detuvo especialmente para que ellos subieran. Los dos estarían entre los once titulares, pero había una condición: solamente a fuerza de goles y trayendo la clasificación podrían lograr que no se volviera sobre "este enojoso asunto".
Streltsov estaba medio lesionado y le pidió al medico que hiciera lo imposible para que pudiera jugar. Jugó como los ángeles.... metió un gol y dio una asistencia. Después del partido el entrenador Kachalin dijo: "Ni con las dos piernas sanas lo había visto jugar tan bien como hoy con una".
Así era Eduard Streltsov, un magnifico delantero centro que representaba una seria amenaza para todo aquel con quien se enfrentaba. Sobre todo, destacan aquellos que lo vieron jugar, que poseía una velocidad y una habilidad fuera de lo común, dominando todos los aspectos del fútbol ofensivo. Sus 24 goles en 38 partidos con la elástica soviética certifican esta calidad y el gran futuro que tenía por delante, dicen, como competidor con Pelé por la corona de rey del fútbol.
Con un Streltsov de 19 años (izquierda en la foto con Yashin y Netto) y "la araña negra" en la portería como grandes baluartes, la selección soviética había conseguido la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de 1956 y se clasificó para el Mundial de 1958.
Aquel año 1958, Streltsov estaba arrollador: gana el entorchado de máximo goleador y logra que su modesto club, - el Torpedo-, se corone como campeón pasando por encima de los grandes del campeonato soviético como Spartak, CSKA y Dinamo de Moscú. El delantero del Torpedo de Moscú se corona como la joya del fútbol de la URSS a la altura de Yashin y se convierte en la gran esperanza para el Mundial de Suecia. La gente le adora,y Streltsov, con su estilo de vida bohemio y desenfadado, representa un ejemplo para la juventud rusa… un ejemplo de librepensamiento mal visto, evidentemente, por la nomenklatura soviética. !Ay!... ese siempre quisquilloso Comité Central.....
Antes del Mundial se le pide que se una al CSKA, el equipo del ejército rojo, o al Dynamo de Moscú, el ejército del KGB, sin duda para reconducir la personalidad del jugador que destacaba por ser una especie de George Best ruso, asiduo a las fiestas y a los placeres mundanos.
Se niega, fiel a su carácter. Y así sucedió que Eduard Streltsov tuvo que sufrir las consecuencias de no acatar las decisiones impuestas por el politburó y pasar a ser considerado un peligroso rebelde, capaz de intoxicar a la juventud socialista con su imagen de crápula y sus ansias de libertad.
Es una hermosa tarde de Mayo, ideal para pasar en una dacha. Streltsov mira a traves de su copa de vino el revuelo de faldas que hay en la sala, sabe que todos esperan que él abandone su sillón y termine de encender la fiesta. Streltsov ya es la maxima figura del futbol soviético y de él depende el éxito de la nación en el mundial de Suecia que se avecina. Inclina la copa y bebe un sorbo. En momentos así no puede evitar recordar su infancia sin un padre, sin comida, con una madre enferma del corazón y declarada invalida, su primer trabajo como cerrajero, sus comienzos en el equipo de la fabrica Frezer y cómo, después de un partido contra las categorías inferiores del Torpedo, el técnico de estos lo convocara a una prueba con el equipo mayor. El tenía dieciseis años y llegó con una pequeña maleta de madera en sus manos.
Streltsov se siente observado, levanta la cabeza y ve a una preciosa muchacha que le sonríe, insinuantemente, sin dejar de moverse. Streltsov tiene solo veinte años y más de cien millones de personas sobre sus espaldas. "Es hora de convertir esta reunión en una fiesta", piensa y se levanta.
Parece que además de su negativa a unirse a uno de los grandes equipos de la capital, el otro detonante de su vía crucis fue que, en un baile celebrado en el Kremlin y con unos cuantos vodkas de más, el delantero insultó a la hermana de Yekaterina Furtseva, por entonces la única mujer del politburó soviético.
Poco después, en una fiesta celebrada en una dacha de Moscú, según leo en el viejo expediente, Marina Lebedeva de 20 años fue violada. Eduard Streltsov fue detenido junto con otros dos sospechosos y al poco se hizo público que el jugador había confesado el delito. Por entonces casi nadie en la ciudad creyó que la confesión fuera cierta, como demuestra que miles de trabajadores de la inmensa fábrica moscovita de coches Zil iniciaran una marcha de protesta nada más tener noticia de la confesión.
Al parecer, como es norma de la casa, un oficial de la KGB aseguró a Streltsov que si confesaba le dejarían jugar el Mundial de 1958. Fue acusado de violación y enviado a un Gulag durante siete años cuando contaba sólo con 21 primaveras. Hoy casi nadie cree en ese proceso; entonces la que era su esposa tampoco lo creyó: -"Edik no es capaz de pegarle a una mujer".
Streltsov, la oveja negra del fútbol, era sentenciado; la moral y las buenas costumbres triunfaban. Siete años a la sombra fue el veredicto tomado a puertas cerradas por el jurado.
Streltsov con ayuda de una banqueta mira a través de la mínima ventana que tiene su celda. Necesitaba alcanzar la ventana para poder mirar hacia adentro. A veces piensa en su mujer y en la pequeña hija que no conoce,... luego suele irse un rato a revivir la victoria en los Juegos Olímpicos del cincuenta y seis: "la pelota jugada por Streltsov tiene ojos", decían.... La llegada a Moscú, miles de personas esperándolo a él. "Las fiestas, las mujeres fáciles, el alcohol... !mierda!, piensa, cuanta falta me hacen...".
"¿Pelé? ¿Quien es Pelé? Si hubiera ido yo!...", se repetía cada día durante siete largos años. Finalmente, como cada vez, termina revisando aquella noche del 25 al 26 de mayo. Repasa lo que recuerda e intenta rearmar la parte que se le escapa, esa que le contaron en el juicio.
Tras su paso por el Gulag, el jugador volvió a las filas del Torpedo con 28 años. Según los cronistas de la época había perdido toda la condición física y su velocidad, pero seguía manteniendo la calidad de siempre. Durante los años posteriores nunca quiso hablar sobre el tema de su detención por miedo a represalias. "Nos" conocía bien.
Así que Streltsov esta de nuevo dentro del campo. Por ahora le permiten jugar en el torneo de la ciudad para el equipo de una fábrica. La noticia de su regreso al fútbol se corrió rápido y el pequeño estadio está a punto de reventar y el alambrado apenas puede contener a la masa proletaria que se presenta para ver a su ídolo.
Ya hacía tiempo que le habían perdonado todo cuando se puso la camiseta del Torpedo en la segunda vuelta del campeonato del 65. No tenía ya la velocidad de antaño, estaba pesado; pero le seguía sobrando clase. Las gradas enloquecían, como si Streltsov nunca se hubiese ido.
El entrenador de la selección iba armando, en su cabeza, el equipo ideal pensando en Inglaterra 66. Streltsov, "el mas fuerte dentro de la cancha y el mas débil fuera de ella" según lo calificó su compañero Valentin Ivanov, estaba en ese equipo. Pero todo fue en vano, la KGB, camaradas, no olvida tan fácil, y todavía no dejaba a Streltsov cruzar la frontera. Solamente después del Mundial pudo volver a vestir la camiseta de la CCCP.
Por desgracia, no fue ni el primero ni el último caso de futbolistas soviéticos que sufrieron represiones por diferentes motivos, pero sí fue el caso más conocido porque, como aseguran algunos, se hubiera convertido en el mejor jugador del mundo.
Streltsov en números:-A los 17 años debuta en la selección, mete seis goles en sus dos primeros partidos, tres por partido.
-Con 18 años, goleador del campeonato de la URSS (mil novecientos cincuenta y cinco).
-Con 19 años, campeón olímpico y figura del equipo.
-A los 21 es arrestado y sentenciado a siete años. No va al mundial de Suecia.
-Con 28 años, regreso al fútbol de primera línea
-En 1965, campeón de la URSS.
-Mejor jugador de la URSS en 1967 y 1968.
-Gana la copa de la URSS en 1968.
-Con la selección jugo 38 partidos y metió 25 goles. No le dejaron jugar ningún Mundial ni ninguna Copa de Europa.
-Jugo 220 partidos de Liga y marcó 100 goles.
-Muere el veinte de julio de 1990, un día antes de cumplir los 53 años, de un cáncer de pulmón. Gracias Gulag!.
PS: Desde hace unos años, el ajedrecista Anatoly Karpov lidera una campaña para limpiar la memoria de Eduard Streltsov