El sábado, día de San Patricio, Irlanda ganó el tercer Gran Slam de su historia tras derrotar a Inglaterra en Twickenham por 15-24. Mi enhorabuena a los seguidores del trébol. Irlanda ha confirmado ser un gran equipo, construido sobre una delantera que parece una apisonadora verde, y curiosamente Inglaterra se ha venido desinflando como un soufflé: en modo rugby total batieron sin paliativos a la siempre difícil Gales, para luego perder tres partidos seguidos.
En los otros dos partidos de la jornada final se dieron resultados muy apretados: Gales venció por los pelos a Francia en Cardiff (15-14) mientras que Escocia superaba por 27-29 a Italia.
Hablando de rugby, la noticia desagradable es la derrota de España en Bélgica que le aparta del acceso directo al mundial de Japón. Ahora tiene que afrontar una complicada repesca: primero debe superar a Portugal para poder jugarse la plaza frente a Samoa. Difícil. Creo que de perder contra Samoa habría una última oportunidad, puede que contra Canadá, pero no estoy 100% seguro de como funciona esto de la repesca.
Pero la derrota de los leones es desagradable no por el resultado en sí, sino por lo que la que la ha rodeado.
Os lo trataré de explicar:
Si España ganaba se clasificaba. Si perdía, se clasificaba Rumanía.
El equipo arbitral, designado para el partido hace muchos meses, cuando no se preveía esta situación, era rumano.
España pide a la federación que cambie a los árbitros para evitar suspicacias.
La federación, presidida por un rumano, mantiene el nombramiento del árbitro rumano.
España pierde contra todo pronóstico, con un saldo en contra de 24-4 en el número de golpes de castigo decretados por el árbitro (además de algunas otras decisiones arbitrales algo estrambóticas, siempre favoreciendo a los belgas)
Al final del partido, varios jugadores españoles se lanzan sobre el árbitro, que es protegido por los jugadores belgas.
Mi valoración es que, de entrada, la tangana final fue vergonzosa. Los jugadores españoles implicados deberían ser castigados duramente. Por mucha frustración que sintieran, esto es rugby y ese comportamiento fue inadmisible.
Por otra parte, aunque solo vi la segunda parte, sí que el arbitraje me pareció un escándalo. Lo corroboran muchos comentarios neutrales que he leído en la red. Parece que es evidente que España ha sido víctima de una cacicada, lo que no justifica en absoluto lo que pasó al acabar el partido.
Pero arbitraje aparte, España no jugó bien. Es cierto que el arbitraje les pudo desquiciar, pero creo que les pudo la ansiedad, y que Linklater estuvo muy fallón con el pie en las oportunidades en las que España pudo tirar a palos. Algo de autocrítica no vendría mal, aunque tengo la sensación de que pasara lo que pasara ayer estaba escrito que Rumanía se clasificaba. Lo siento, pero lo escribo como lo pienso.
También quiero decir que siento un relativo desapego por esta selección. Por supuesto que prefiero que gane y tal, pero me desconcierta que un deporte de valores como el rugby tenga reglas tan laxas para que jugadores extranjeros jueguen en selecciones que no son las de su país de origen.
No solo España lo hace: creo que en todas las selecciones del Seis Naciones hay algún jugador del hemisferio sur. La propia Rumanía tiene en sus filas a varios polinesios. Pero a mí está selección española plagada de extranjeros... Vale: es legal y no por eso dejo de apoyarla, pero me deja un poco frío. Creo que alguien en algún despacho le debería dar una vuelta a esto, aunque comprenda que por otra parte esto ayuda a impulsar el rugby en países con poca tradición.
Por cierto, ya que hablamos de la selección española ¿Por qué España es el "quince del león"? ¿No es el toro el animal totémico de España por antonomasia?
Lo que me lleva a meter un off-topic con calzador: días después de cumplir 28 años de alternativa, Enrique Ponce ha salido a hombros dos días consecutivos en la plaza de Valencia. Lo de este hombre parece que no conoce límites temporales, aunque parece que las dos salidas no han estado exentas de alguna polémica.