¿Dónde estaba lo de los presupuestos? |
Empezando por el par de cosillas, la primera es que el domingo volví a ser feliz en San Mamés. No durante todo el partido, que durante un buen rato me tuvo sumido en la melancolía, pero sí a partir del golazo del empate de Williams. Creo que aunque no hubiéramos metido el tercero hubiera salido contento de la catedral. A ver si la racha buena, pronosticada por Forever, realmente ha llegado y se queda al menos unas semanas.
La segunda es lo de Koldo Asúa. No me gustó nada la ausencia de un recuerdo institucional pero hay que reconocer que la directiva lo tiene difícil. Establecer un protocolo que funcione en plan robotizado como un algoritmo en vez de juzgar con sentido común y buena fe caso por caso puede levar a absurdos como que un directivo de los 70 que solo hizo número en la junta de turno prevalezca sobre personas clave.
Pero para evitar los automatismos hay que dejar libertad a la directiva para usar su criterio. ¿Estamos preparados para hacerlo? Yo lo dudo mucho, porque con el cima cainita que se ha vuelto endémico en el Athletic, lo del agravio comparativo sería otra piedra que poder tirarnos unos a otros, y la mentalidad actual de no dejar pasar ningún día sin sentirse ofendido por algo, alimentada por la trituradora moral de las redes sociales, no ayuda nada tampoco.
Así que resumo: lamento que no se recordara a Koldo, pero renuncio a abrir otro frente con este asunto.
Después de este preámbulo, paso a hablar del proyecto de estatutos.
Tengo que empezar reconociendo una falta que espero sea leve: me voy a guiar por un resumen publicado por un medio de comunicación. Os aseguro que me he metido en el txoko de los socios para descargarme el anteproyecto pero parece que lo ha redactado Jaburu: 213 páginas. O lo imprimo y además de dar un mordisco al bosque amazónico me paso la mañana leyéndolo, o salvo la biosfera gastando igualmente la mañana leyéndolo en pantalla para a continuación pedir hora al oculista.
Así que espero que el resumen que me han mandado, que creo que es de DEIA, sea bueno y no meter la pata.
Lo primero que me llama la atención es el intento de fijar la filosofía. Los que sois clientes hace tiempo igual recordáis que nunca he sido partidario de tal cosa. Si la definiéramos bien, de forma no interpretable, estaríamos incumpliendo todo el acerbo legal de la UE. Y si no, pues creamos un coladero. La comisión de estatutos ha optado por lo segundo, hablando de apuesta y de formación en categorías inferiores y clubes convenidos. Vamos: que podemos traer a Lezama un chaval de dónde sea con 16 ó 17 años, o hacer que un tipo que debute con 20 ó 21 en un club convenido cumpla con la llamada filosofía. No me gusta nada. En la práctica, sabiendo el entusiasmo con el que algunos responsables de captación hacen trampas al solitario, en unos años nos cargaríamos la filosofía, me temo.
La siguiente cosa es lo de establecer en estatutos que, salvo decisión en contrario de la Asamblea, las cuotas se actualizan automáticamente con el IPC, pero solo si es positivo. No me gusta por varias razones:
- No me parece que algo de naturaleza tan concreta se deba meter en un marco tan general como son unos estatutos. Me parece de un afán reglamentista que no viene a cuento.
- Si la última palabra la tiene la Asamblea (luego veremos, al hablar de presupuestos, que igual no es tan última), que puede aprobar otra cosa distinta, ¿qué se gana con esto? Pues que la subida del IPC sea una referencia. ¿No lo es ya en el subconsciente de todos? Yo creo que sí. Lo veo innecesario.
- Si un año la inflación es negativa y no se bajan las cuotas, ¿qué pasa si al año siguiente es positiva? ¿Se aplica el IPC positivo sobre la última cuota o se calcula el IPC neto de los dos años? ¿Regulamos este caso? ¿Y el de que un año positivo no baste para compensar el negativo y haya que hacerlo en dos años? ¿Lo haríamos sumando índices, como instintivamente harán la mayoría de los socios, o multiplicando, como realmente habría que hacerlo? ¿Vamos a entrar en tanto detalle en unos estatutos? ¿En serio?
Lo de que el socio pueda designar a su sucesor sin limitarse a un familiar directo me parece bien: creará picaresca y se harán transmisiones con ánimo de lucro, pero a primera vista me parece que las ventajas superan a los inconvenientes.
Se crea la posibilidad de decidir algunos temas en el formato de Asamblea Universal (vulgo referéndum) si lo piden un 10% de los socios o un tercio de compromisarios. Me gusta. Respeta la existencia de la Asamblea de Compromisarios, pero al mismo tiempo abre la puerta a la votación global en temas cuya importancia haya calado verdaderamente entre un número significativo de la masa social.
A primera vista no veo nada que no me guste en la ampliación de competencias de la Asamblea (salvo en un tema que va aparte) aunque seguramente esto requiere una reflexión más profunda de la que puedo hacer ahora.
El tema aparte es lo de reducir el umbral de la cantidad de endeudamiento que ha de ser aprobado por la Asamblea. Pasa del 40% al 10% del presupuesto. Me parece mucho reducir y creo que encorseta demasiado la libertad de actuación de las directivas. Creo que pasar a un 25%, o como mucho a un 20% sería más razonable.
Me parece correcta la reducción de avales del 15% al 5%. Opino que es suficiente para garantizar la responsabilidad de las directivas pero sin convertirse en una barrera casi infranqueable.
Entiendo que es correcta la mayor posibilidad de participación por medios digitales. No se me escapa que se presta a abusos, pero probablemente las ventajas superen a los inconvenientes y sobre todo, es lo que marcan los tiempos y no se pueden poner puertas al campo.
Totalmente de acuerdo con quitar el anacronismo de los días del club. Pero que no se nos olvide subir las cuotas en paralelo.
La reducción de las mayorías reforzadas del 67% al 60% no me parece mal.
Me parece muy bien que se aumenten los plazos de antigüedad para ser presidente (10 años) y directivo (5 años)
Moción de censura, comisión de control, uso del euskera, defensor del socio... Lo veo todo normal.
Renovación de compromisarios cada tres años y no cada cuatro. Me parece una tontería, pero no me opongo.
Pero hay una última cosa que creo que no sale en el resumen de DEIA y que sí comentó El Correo que que me parece infumable y razón suficiente para rechazar el proyecto si no se corrige: la posible aprobación de cuentas y presupuestos (por lo tanto también de cuotas, creo entender) diga lo que diga la Asamblea. No apelando a la masa social o Asamblea Universal, no: simplemente por la validación de la comisión de control junto con un segundo informe de auditoría (las cuentas) y de la LFP (el presupuesto)
A ver: esto, de hecho, es eliminar a la Asamblea como órgano de control. Y desde luego deja de ser el órgano soberano. Con esta reforma, las directivas sucesivas podrían pasar olímpicamente de las asambleas, convertidas en una especie de rito sin consecuencias prácticas.
A mí no me vale el segundo informe de auditoría. Las cuentas reflejan algo más que lo que puede validar un auditor. Hay operaciones que son interpretables. Recuerdo por ejemplo la discusión que hubo en su día sobre si lo que pagaron los socios berria era un ingreso o un pago a cuenta. Puede ser que contablemente haya motivos razonables para una cosa o la otra, que la auditoría constate que la elección se ha reflejado coherentemente en la contabilidad, pero que la Directiva haya elegido una opción diferente a la que hubiera elegido la Asamblea. Quiero decir con esto que la propuesta de los nuevos estatutos sería correcta si esta cuestión fuera solo técnica, pero no lo es; por lo menos no siempre.
¿Y qué decir de los presupuestos? Esta entrada ya es muy larga y no me voy a extender, pero tal y como interpreto el texto, la Junta puede, por ejemplo, aplicar la subida de cuotas que le salga de cualquier parte de su anatomía y la Asamblea solo puede patalear aunque se le reconozca, eso sí, el derecho de hacerlo dos veces (está prevista la aprobación después de la segunda asamblea que los rechace)
Me parece inadmisible. Y salvo que me lo expliquen mejor, yo votaría que no a día de hoy. Por esto y también por lo de la filosofía, que me parece dar luz verde a la madre de todos los coladeros.