Incidente en el Arriaga

Ayer tuvo lugar en el Teatro Arriaga una gala organizada por la prensa deportiva española.

Y hubo un incidente que El Correo narra de la siguiente forma:

Los representantes del Athletic abandonaron anoche la Gala Nacional del Deporte que se celebró en el Teatro Arriaga por un conflicto de protocolo. El club rojiblanco emitió un comunicado en el que argumentaba que la delegación institucional se ausentó del acto antes de que diera inicio «al pretender los organizadores, de formas no muy adecuadas, y a última hora, que nuestro presidente abandonara el lugar que tenía asignado para cedérselo a un mandatario de otro club de Primera División», en referencia a Enrique Cerezo, máximo dirigente del Atlético de Madrid.

Los hechos ocurrieron poco antes de las ocho de la tarde, hora prevista para el comienzo del evento en el que fueron premiados los mejores deportistas españoles. Macua se disponía a tomar asiento junto al portero del Atlético de Madrid David de Gea, cuando un miembro de la organización le advirtió que la butaca estaba reservada para Cerezo. Macua pensó que se trataba de un error ya que el asiento «llevaba inscrito mi nombre», y así se lo hizo ver a su interlocutor. «Lo pueden confirmar todos los miembros del Athletic que me acompañaban», indicó Macua anoche a este periódico. La respuesta fue que, en cualquier caso, ese no iba a ser su emplazamiento. Visiblemente enojado, el abogado bilbaíno lanzó al miembro de la organización: «si me levanto, me voy». Después de varios intentos por aclarar la situación, cumplió la amenaza, llamó a sus acompañantes y todos ellos abandonaron la gala. La representación del club bilbaíno estuvo formada por el propio Macua, Joaquín Caparrós -que iba a ser el encargado de entregar el premio a la selección española de fútbol sala-, Luciano Martín, José Ángel Iribar, Javier Irureta, Koldo Aguirre, Manolo Delgado, Fermín Palomar y Lluis Llopis.

La presidenta de los periodistas deportivos, Mari Carmen Izquierdo, aseguró a EL CORREO que Macua «no estaba en su asiento» y que por eso se le requirió para que fuera al que, según Izquierdo, le correspondía. El presidente y varios asistentes al acto reiteraron anoche a este periódico que en el asiento en el que se iba a sentar el abogado bilbaíno «ponía Fernando García Macua».

El asunto ha sido tratado abundantemente en la web amiga, y para mi sorpresa ha habido unanimidad en alabar la actitud de Macua.

Me parece sorprendente. Adelanto que al no haber estado presente no puedo conocer ni los tonos empleados ni los detalles. Y en este asunto, esos detalles importan.

No obstante, me asombra la unanimidad en respaldar lo que puede ser una pataleta fruto del enorme ego, tantas veces demostrado, de nuestro presidente, que como sabemos no incluye ni la modestia ni la buena educación entre sus virtudes.

Me extraña que nadie se apunte a aventurar que ante lo que parece un error de la organización Macua respondiera, no con el señorío que se le debe suponer a un Presidente del Athletic, sino con la chulería de una prima donna despechada.

Insisto en que para saber si Macua ha estado digno o ridículo -a veces estas dos condiciones están muy cerca una de otra- tendría que haber estado presente. Pero el Presidente acumula suficientes antecedentes de prepotencia y soberbia como para no dar por hecho que ha procedido correctamente.

Todo ello sin olvidar, insisto, que parece que todo nace de un error de la organización. Error que parece claro: puesto que el Atlético iba a recibir un premio y Cerezo y De Gea iban a recogerlo, parece lógico que ambos estuvieran juntos y cerca del escenario, no siendo necesaria la presencia de Macua -simple invitado pese a que el acto tuviera lugar en Bilbao- en un sitio tan destacado.

Error gordo, por lo tanto, por parte de quien puso el cartelito en el asiento, pero ¿acaso no ha podido haber poca cintura y mucho de orgullo pueril por parte de Macua a la hora de reaccionar? ¿O se le dijeron las cosas de tal forma que no tuvo más remedio que plantarse?

No lo sé. Pero la unanimidad de la web amiga solo tiene, para mí, una explicación: que a muchos colegas foreros les molesta que el acto en sí tuviera lugar en Bilbao y que eso les predispone a favor de cualquier postura de este estilo, aunque fuera una salida de pata de banco.

En todo caso, cuando sea Macua el que se equivoque, que no espere mucha comprensión. ¿O acaso él cree que lo hace todo bien?