¿Señores, panolis o prudentes?

Parece que de abrir hoy una entrada ésta debería versar sobre el partido de esta tarde, pero aunque ya hablaréis de lo que os dé la gana, permitidme que yo saque otro tema.

Tal y como me temía, parece que el Comité no va a actuar de oficio contra ese especimen apellidado Navarro.

La doctrina en estos casos suele ser que si nadie se persona, no hay caso.

Y por supuesto, el Athletic no se ha personado.

Es una vieja costumbre: nuestros presidentes mantienen invariablemente la costumbre de repetir como un mantra aquello de que "somos un club señor" o eso otro de que "lo que pasa en el campo, queda en el campo".

Yo, que creo haber conocido a un par o dos de esos ejemplares que la costumbre llama "señores" y que opino que en todo caso lo eran mucho más que Macua, Lamikiz o Arrate, por poner tres ejemplos recientes, alucino con ese concepto de "señor".

Un "señor", sea lo que sea (el término suena algo obsoleto) no es un ser seráfico que se queda impávido cuando le roban la cartera o que no protesta cuando intentan chulearle. No.

Por eso me llama la atención que el Presidente actual sea capaz de mandar la mierda en la radio a un periodista cuando le hace una pregunta incómoda, o que trate de manera despótica y chulesca a ciertos compromisarios, mientras permanece pasivo ante hechos como el del domingo pasado en la Catedral.

"Las cosas del campo se han de quedar en el campo", se dice también. Pero ese tipo de normas, cuando prevalecen sobre el derecho legítimo de defensa frente a los organismos competentes, a mí me recuerdan más a uno de esos "códigos del honor" de dudosa ética que sustituyen a las leyes en las organizaciones mafiosas.

Además me parece tremebundo decir eso cuando los puntos ganados de forma antideportiva no se han quedado en el campo, no, sino que han salido para Valencia en el bolsillo del abrigo de nuestro gran defensor, el señor Emery.

Por todo ello, estimo que el dejar que el asunto se quede en agua de borrajas es un error, algo propio de panolis y no de señores. Y que servidor empieza a estar harto de este transnochado concepto del señorío que ni nos hace justicia en lo pasado, ni nos protege de la repitición de los hechos. Es algo que nos genera indefensión.

A no ser que tenga razón el bueno de Unai (cuya locuacidad contrasta con nuestro silencio: él sí sabe defender lo suyo) y que nosotros también tengamos que protegernos del precedente de acudir a los comités en casos como éste.

¿Qué opináis vosotros?

Y ya puestos, ¿qué os parece Unai Emery? Yo comprendo que ha de defender lo suyo, pero no me gusta su estilo. No me gustaba antes, no me gustó durante el partido, y tampoco me está gustando ahora.

Pero aún así, no falta quien quería -y sigue queriendo- que entrene algún día al Athetic. Otro tema para la polémica.