miércoles, 30 de septiembre de 2015

UEL: Visita al AZ Alkmaar

Llega la segunda jornada de la liguilla UEL con la visita a los holandeses del AZ Alkmaar.

Lo único que sé de este equipo es lo que se ha venido repitiendo en los medios desde que se supo que nos correspondía emparejarnos con ellos: que son un equipo de vocación ofensiva, que por las peculiaridades de la liga holandesa se suele ver desmembrado a menudo, lo que le obliga a reinventarse casi cada año...

Parece que se encuentra en uno de esos procesos de reestructuración. Por eso no sé hasta qué punto lo que se sabe de su campaña del año pasado es aplicable al equipo que nos vamos a encontrar.

En todo caso su derrota ante el Partizan y el nivel de la liga holandesa me sugieren un equipo asequible, que no fácil. En Europa nadie lo es.

Ese carácter asequible, unido a la tranquilizadora (e injusta) victoria sobre el Augsburg en la primera jornada, hacen que parezca el momento idóneo para las tan temidas "rotaciones". Sobre todo por el mal comienzo liguero y la inminente visita del Valencia a San Mamés, que el entorno zurigorri ve ya con ansiedad por los magros cuatro puntos que tenemos después de seis jornadas.

Yo no lo veo tan claro. Una rotación masiva puede llevarnos a la derrota, y el efecto balsámico del descanso se puede ver anulado por el pesimismo zurigorri. Por otra parte, si pensamos que jugar la UEL nos desgasta ¿no es mejor asegurar la clasificación cuanto antes para tomarse con más tranquilidad los últimos partidos?

Mi apuesta sería la de dejar descansar a quien lo necesite, pero evitando las revoluciones en la alineación. Ya veremos qué decide Valverde, que es el que sabe cómo está el equipo y qué es lo que necesita.

De momento, la convocatoria es:

Iraizoz, Bóveda, Elustondo, Laporte, Eraso, Beñat, Iturraspe, De Marcos, Sola, Herrerín ,Williams, Rico, Gurpegi, Aduriz, Viguera, Raúl García, Aketxe, Lekue.

Como destaca Contini en la entrada anterior, no viajan Ibai, Susaeta, Etxeita, Balenziaga y San José.

Con esos mimbres el Colonnello Contini sugiere una alineación del tipo: Herrerín, Bóveda, Laporte, Elustondo, Lekue, Iturraspe, Rico, Eraso, Aketxe, Williams y Kike Sola.

Me atrevo a sugerir un equipo menos alterado: Williams por Susaeta, Gurpegui por Etxeita, Lekue por Balenziaga, e Iturraspe por San José; además del clásico relevo en la portería.

Eso supondría dejar descansar a cuatro titulares de campo de los últimos dos partidos, pero manteniendo un esquema perfectamente reconocible. Francamente, me gusta más.

Quiero dedicar una reflexión a una escuela de pensamiento zurigorri, representada en la web amiga por el inmarcesible forero JuanJesús, que considera que jugar en Europa es una especie de plaga bíblica que se abate sobre nosotros cada cierto tiempo para hacernos coquetear con el descenso hasta que este nos alcance.

No puedo estar menos de acuerdo.

Jugar regularmente en Europa permite una regularidad en los ingresos que, unida a la necesidad objetiva de reforzar al equipo, nos permite confeccionar mejores plantillas; lo que a su vez es la mejor vacuna contra el descenso.

Estar fuera de Europa nos lleva al déficit estructural, a tener que vender jugadores cada varios años, no poder retener a otros, y dejar de fichar refuerzos interesantes que se puedan poner a tiro.

Más importante me parece otro argumento. Los objetivos tienden a no alcanzarse. Es fácil quedarse por debajo. Hay dos o tres equipos que pueden proponerse ganar la liga, pero solo la gana uno y los demás se conforman con la Champions; algunos que aspiran a la Champions se conformarán con al UEL, mientras que aspirantes a UEL se quedarán en la zona tranquila; los que se proponen moverse en esa zona fácilmente coquetearán con el descenso a nada que se descuiden; y el descenso se nutrirá de los que se marcaban como objetivo no descender.

Considerar que estamos condenados a tener una plantilla corta que nos impide jugar en Europa porque de lo contrario la quemaríamos y bajaríamos a segunda, es condenarnos a una mediocridad que sí que nos terminaría llevando al pozo. Estoy convencido de ello. Por no hablar de que conformarnos con menos que estar en Europa sería una traición a nuestra historia. Debemos ser ambiciosos o no ser. Aunque eso nos haga correr riesgos. Riesgos que además creo que son más psicológicos que reales. ¡Cuánto daño nos ha hecho el bienio negro!

viernes, 25 de septiembre de 2015

El Porsche y el Volkswagen


Corría la primavera de 2002 cuando Jupp Heynckes sorprendía al universo zurigorri con una frase descarnada: El Athletic en la Liga española es como si compitiera un Volkswagen en la Fórmula 1. La frase trajo cola entre los aficionados, a quienes no les gustó ni un pelo que el técnico alemán hablara de esa forma de su equipo. Jupp Heynckes se ganó cierta fama de soberbio y se le reprochó esa forma de echar agua al vino. El Athletic había sido un grande, lo era y en el futuro lo seguiría siendo y si en ese momento costaba un poquito más alcanzar triunfos sonados, como antaño se conseguían de forma casi regular, sería más bien porque entrenadores como el renano no acababan de dar con la tecla y no porque la época de las vacas gordas para el Athletic hacía mucho que había pasado. Ha pasado más de una década de aquello y acontecimientos posteriores, que llegaron a poner en peligro al Athletic en zonas de peligro real, rebajaron las expectativas de la parroquia rojiblanca, de manera que las palabras de Heynckes, con el tiempo, fueron cobrando la clarividencia que realmente tenían en su momento. Cuando el dinero comenzó a entrar a espuertas en los clubes de futbol, cuando cualquier equipo , grande mediano o pequeño, podía contratar a jugadores internacionales de las más variadas nacionalidades y en el que el nivel competitivo por abajo subió de tal manera que todo se igualó, en ese momento, el Athletic era en la Liga ese utilitario que definió el entrenador alemán. La fuerza de la realidad chocó con los añejos sueños de grandeza y, a veces a regañadientes, la afición ha comprendido que, si bien la trayectoria histórica y la relevancia social sigue siendo enorme, deportivamente el equipo bilbaino no deja de ser un modesto Volkswagen tratando de competir contra potentísimos bólidos. Una vez admitido esto, no todo está perdido, ni mucho menos. Tras el baño de humildad la tarea ha consistido, fundamentalmente, en reconstruirse y adaptarse a la nueva realidad,  en aprovechar las capacidades, que las tiene, en mejorar poco a poco y aprovechar, cuando se presentan, las oportunidades de ganar pequeñas batallas.

El pasado día 22, un periodista de la edición giputxi del Mundo Deportivo comenzaba un artículo con la siguiente frase: David Moyes tiene un Porsche entre manos, el vehículo más caro que nunca ha tenido la Real Sociedad, pero no ha sabido arrancarlo de momento. Si alguien pensó que todas las hipérboles del mundo estaban duopolizadas por bilbainos y gaditanos, más desde un enfoque fanfarrón los primeros y más desde la exageración los segundos, aquí tenemos la prueba de que en la capital gipuzkoana hay quien también presenta candidatura para ser txinbero, cañailla o, quién sabe, quizás protagonista de un chiste de Lepe. Si la analogía de Jupp Heynckes sirvió para que el aficionado abandonara las ensoñaciones y pisara tierra firme, la fantasmada del periodista errealzale, aludiendo a la marca alemana que ha llegado a ganar hasta en diecisiete ocasiones las 24 Horas de Le Mans, parece que contribuirá a que su clientela acerque sus alas de cera un poco más al Sol de lo que ya están.

El próximo domingo a las 20:30 horas en el estadio de Anoeta veremos quién tiene mejores prestaciones en una de las grandes carreras del año: el Volkswagen zurigorri o el Porsche txuriurdin. Los rojiblancos comparecen tras un inicio liguero flojo en resultados e irregular en sensaciones futbolísticas. El último partido, en San Mamés frente al Real Madrid, ha dejado buen sabor de boca a pesar de la derrota porque demostró ser un buen equipo que, no obstante, sufrió una severa penalización debido a algunos errores individuales. La impresión más o menos generalizada es que el equipo irá despegando y que el choque ante los merengues es un buen argumento para creer en ello. En tierras donostiarras todo parece más confuso. La pasada  jornada se presentaron en Granada con cierta urgencia por ganar, con muchas dudas sobre el juego, con marejada en torno a la relación entre el entrenador y el vestuario y con mar de fondo respecto a la relación del club y alguno de sus jugadores más importantes. Salieron de Los Cármenes con tres puntos más, pero, desde fuera, parece que no han aclarado mucho el resto de sus problemas. Ahora bien, todo el mundo sabe que los enfrentamientos contra el Athletic son los partidos del año para la Real Sociedad y que su manera de afrontar tales encuentros poco o nada se parece a como lo hacen ante otros rivales. O el equipo bilbaino, que viene de realizar un fortísimo derroche físico y mental hace apenas unos días, es capaz de oponer, como mínimo, tanto empeño como sin duda va a hacer el equipo donostiarra o lo acabará pasando bastante mal. Si es capaz de igualar el esperado arreón local desde el inicio del partido, desde aquí afirmamos que el Volkswagen dispone de una mecánica mucho más fiable que la del Porsche, por muy agradable que sea su carrocería o disponga de bonitos accesorios y de brillantes embellecedores.

jueves, 24 de septiembre de 2015

Demasiados regalos

La (lógica) desesperación de Iraizoz
Decíais algunos de los que visteis el partido de Villareal que el mismo no se prestaba a ningún análisis futbolístico, por la excesiva influencia que el arbitraje tuvo en el devenir del encuentro.

Me acordé ayer cuando veía a San Mamés encresparse con Mateu Lahoz: los dos regalos que le hicimos ¡al Real Madrid! no se prestan a ningún análisis del arbitraje. Pero el victimismo arbitral parece que nos viene de serie, como los elevalunas eléctricos.

Dejo a otros el análisis del partido y sus consecuencias.

Me limito a constatar que regalamos el partido; y que ahora que está tan de moda sentirse decepcionado con el público de San Mamés porque "se anima poco". "se comen pipas", "la gente se va antes", o "no se llena para ver al B. Athletic", a mí me molestan más otras cosas que no todas esas: al fin y al cabo, creo que han pasado toda la vida o casi.

A mí lo que no me hace gracia, además del victimismo arbitral de serie, es que se le abuchee desde el principio a uno de los mejores jugadores del mundo, contra el que no recuerdo que tengamos ningún agravio especial; o que se increpe a un ayer correctísimo Benítez por cualquier gesto que haga desde el banquillo. Algunos dirigiéndose a él como "Ancelotti".

Pero bueno. Nada de eso tiene demasiada trascendencia.

Ahora a ganar en Anoeta y a mentalizarnos para mantener la necesaria calma aunque no lo hagamos.

lunes, 21 de septiembre de 2015

Mundial de Rugby 2015 (I)



Llevado del optimismo he añadido el guarismo "I" al título de la entrada. Espero tener tiempo para poder ir abriendo otras entradas sobre este tema de aquí a finales de octubre, cuando finaliza el Mundial de Rugby que se ha iniciado este fin de semana.

A pesar de que se trata de un deporte minoritario, también confío en conseguir una masa crítica, supongo que pequeña pero con suerte suficiente, para que las entradas no queden desangeladas por falta de comentarios.

Naturalmente no he visto todos los partidos del fin de semana, pero entre lo que he visto y lo que he leído creo que puedo aventurarme a comentar un par de cosas.

En el "Grupo de la muerte" la anfitriona Inglaterra abrió el mundial contra Fiji. Los de la rosa consiguieron una victoria holgada pero no aplastante, y su juego despertó ciertas dudas. También me generó dudas sobre cómo evoluciona el rugby el bochornoso espectáculo que dieron los hinchas ingleses, ahogando la Haka de Fiji con el "Swing low, sweet chariot".

Se viene diciendo que Gales ha tenido muy mala suerte de caer en este grupo con Australia e Inglaterra.

Efectivamente, mientras que en cada uno de los demás grupos hay dos equipos que a priori destacan sobre los demás, en este grupo hay tres.

Sin embargo yo defiendo que la que ha tenido mala suerte es Inglaterra. No veo que a priori sea Gales el más débil; antes bien creo que la igualdad entre los tres gallitos del grupo va a ser grande y que puede pasar cualquier cosa en sus enfrentamientos, especialmente en el Inglaterra-Gales.

En ese escenario, jugar como anfitriones me parece una carga adicional antes que una ventaja. Por eso, si bien la mala suerte la han tenido los tres equipos implicados, en el caso de los ingleses veo una especie de agravante.

Habrá que seguir este grupo con especial interés. Los australianos, en su calidad de flamantes ganadores del torneo del sur de este año (el recién bautizado Rugby Championship) parten como favoritos, pero insisto: los tres enfrentamientos entre los gallitos del grupo van a ser partidos muy disputados. Espero que los que se queden fuera sean los de los chariots: ya les tenía algo enfilados, pero el mal detalle frente los fijianos me ha acabado de hartar.

En el resto de grupos, por supuesto lo más destacado ha sido la victoria de Japón sobre Sudáfrica. Creo que en el deporte en general se abusa de la expresión "histórico", pero probablemente este hecho sí lo sea. El que los nipones cuenten entre sus filas con varios jugadores nacionalizados procedentes de países más rugbísticos no le quita trascendencia a lo sucedido.

El ensayo decisivo

No vi el partido porque opté por el rugby en directo y me trasladé a Fadura para asistir al derby Getxo-Ordizia con el que se iniciaba la División de Honor. Sí he visto un resumen de 15 minutos y me ha parecido impresionante la seriedad de la delantera nipona y la calidad de su juego a la mano. Emocionante el final del partido, con ensayo -precioso- en el descuento. Menuda forma de presentarse en el mundial han tenido los del Sol Naciente, con mención especial a su ambición: lo tuvieron relativamente fácil para tratar de amarrar un empate y en su lugar fueron con todo a por la victoria. Épico. Me emocioné viéndolo aun sabiendo el resultado. En directo debió ser la leche.

Por lo demás, Nueva Zelanda e Irlanda han dejado con firmeza su tarjeta de presentación en sus primeros partidos. Es cierto que los All Blacks pasaron apuros frente a los pumas, pero lo cierto es que terminaron ganando con autoridad a un rival de un gran nivel. En cuanto a los irlandeses, presiento que van a hacer un gran mundial. Ojito con ellos.

Ignoro que sensaciones han dejado franceses y galeses en sus victorias contra Italia y Uruguay, por lo que si alguien se anima a comentarlo será bien recibido.

Voviendo a Fadura, preocupante la paliza que encajó el Getxo: 14-50. En la primera parte se mantuvieron un poco en el partido por el acierto de Linklater con el pie. Pero en la segunda parte la debacle fue absoluta. No recuerdo en mis años de socio haber visto al Getxo sufrir semejante baño en su casa.

Me causó además una mala impresión el nuevo entrenador. Igual es un profesional buenísimo aunque su carácter sea así, pero me decepcionó su frialdad. Ni se le movió una ceja pese a la humillación que estaba presenciando. En su día, como entrenador, me parecía un histérico, pero casi eché de menos a Javitxín: llega a estar él en el banquillo de Fadura y sale a darles de leches a los quince, desde el primero al último.

Espero que el flamante entrenador neozelandés del Getxo saque al equipo adelante y me demuestre que su impasibilidad de ayer es una simple anécdota, pero insisto en que me pareció que el equipo necesitaba otra actitud, incluso desde el banquillo.

viernes, 18 de septiembre de 2015

¿Domingo de resaca?


De las muchas metáforas, tópicos y lugares comunes que suelen utilizar los cronistas deportivos, uno de los más acertados es el de la resaca. Ese estado entre la vida y la muerte, o más bien esa muerte en vida, o ese momento en el que nuestro propio cuerpo parece ajeno, prestado o alquilado, y que se padece después de una noche de excesos asociados a una abundante ingesta de alcohol etílico, tiene una correspondencia casi perfecta en lo que le ocurre a muchos equipos de futbol después de vivir algún acontecimiento igualmente excesivo: un tremendo derroche físico para alcanzar un sonado triunfo o, incluso, para acabar en un penoso fracaso, una clasificación agónica, una celebración desatada, etc. Todos sabemos de qué se habla cuando alguien hace alusión a una resaca copera o una resaca europea.

La pasada temporada, el Athletic sufrió unos cuantos fines de semana resacosos. La Champions League es una competición que exige mucho en diversos aspectos. Los rivales pueden tener mayor o menor nivel futbolístico, pero casi siempre son equipos físicamente fuertes y correosos y suelen exigir mucho desgaste a sus contrincantes. Por otra parte están los viajes, que en el caso del equipo rojiblanco durante el curso pasado fueron, a veces, largos y pesados. Finalmente, hay un componente de desgaste mental que también consume muchos recursos y que se manifiesta en la mentalidad de los jugadores, en su forma de afrontar los retos y las dificultades. En resumen, que tras un martes o un miércoles de Champions, noches europeas de derroche y excesos, lo normal era comparecer a la siguiente cita liguera con el cuerpo y la mente hechos unos zorros. O sea, con una buena resaca. El equipo bilbaino no llevó nada bien esa mala vida durante los meses que estuvo vivo en las competiciones continentales y peregrinó con más pena que gloria por la Liga hasta que cayó eliminado en Europa.

Hay muchas teorías en torno a cómo combatir una resaca. Un médico seguramente diría que hay que tomar vitamina tal o cual, beber agua en abundancia, o hacer esto o lo otro para ayudar al páncreas o al maldito órgano que sea que está generando tal mortificación. Un veterano boina verde de las resacas probablemente dirá que la mejor forma de acabar con ellas es pegarse un lingotazo de alcohol, que es, en realidad, lo que el cuerpo está solicitando con tan lastimosos síntomas: más de lo mismo. Si hablamos de futbol, también hay diversas formas de afrontar una situación así.


El Villarreal, próximo rival del Athletic, disputó ayer el  partido correspondiente a la primera jornada de la fase de grupos de la Europa League. Respecto al último partido liguero, el equipo castellonense presentó diez cambios y todo parece apuntar a que este domingo el once que ponga en liza Marcelino García vuelva a ser similar al que ha venido utilizando en la competición doméstica frente al que sacó ayer en la europea. La prensa especializada hablaba estos días de que la confección de la plantilla del Submarino Amarillo había estado encaminada a conseguir un equipo A y un equipo B capaces de competir con garantías en los diversos torneos que dispute. Efectivamente, el Villarreal cuenta con una plantilla con mucho fondo de armario, como suele decirse ahora, y eso, de alguna forma, les inmuniza frente a los efectos indeseados originados por competir en varos frentes. Se permiten viajar a Viena sin jugadores como Soldado o Pina o tener en su segunda unidad a otros como Denis Suárez o Adrián. La cuestión es si esto es posible llevarlo a la práctica, si una plantilla puede desdoblarse en dos equipos de prestaciones equivalentes. Por ahora, en la Liga las cosas les están yendo bien al equipo de Marcelino: ocupan el cuarto puesto con siete puntos, permaneciendo invictos tras haber ganado dos partidos y haber empatado otro. Sin embargo, han tropezado en su primera cita europea. Desde luego, el domingo a las 18:15 horas en El Madrigal es prácticamente seguro que el equipo local no tendrá el menor síntoma de resaca, pues lo más probable es que alineará contra el Athletic un equipo diferente casi en su totalidad.

El caso del equipo rojiblanco será bastante diferente y no hay que tener grandes dotes adivinatorias para suponer que sí notará la resaca europea. La incógnita está en saber cuánto afectará al rendimiento de los jugadores: mucho, algo o poco. Ni la plantilla está confeccionada para disponer de un equipo A y otro equipo B, ni la plaga de lesiones que sufre desde el comienzo de la pretemporada permitiría que se diera esta circunstancia. Da la sensación, en estos inicios del curso, de que la plantilla es algo más completa que en ediciones anteriores, que hay algo más de margen a la hora de alternar jugadores en diferentes puestos, siendo esas combinaciones, en líneas generales, si no plenamente equiparables en cuanto a rendimiento, sí bastante similares. En este sentido, parece que se puede afrontar con más garantías y optmisto de lo que podría afrontarse antes los posibles efectos adversos producidos por el desgaste en partidos como el de ayer ante el Augsburg. Aún así, es obvio que habamos de un equipo en el que hay una serie de jugadores prácticamente insustituibles, con un perfil o unas competencias muy exclusivas, lo cual impide jugar mucho con las alineaciones sin que se resienta el equipo. El peculiar juego rojiblanco, que para plantar cara con éxito a sus rivales necesita desarrollarse siempre a un alto rango de revoluciones, hace que en un calendario tan apretado como el presente, la gestión de las alineaciones pueda caer en situaciones tales como que Beñat o Aduriz necesitarían de vez en cuando algún respiro, aunque eso es más complicado hacerlo que decirlo, dado el peso fundamental que estos jugadores tienen en el rendimiento del equipo. Hasta el momento, tanto el centrocampista como el delantero lo están jugando prácticamente todo y aún queda mucha tela que cortar hasta el próximo parón liguero, razones por las que hay quien opina que quizás este domingo sea el momento idóneo de dar descanso a alguno de ellos, especialmente a Beñat.

El domingo saldremos de dudas.

miércoles, 16 de septiembre de 2015

Comienza la liguilla UEL: Athletic Club - F.C. Augsburg


Aunque supongo que la previas forman parte oficialmente de la UEL, en el fondo creo que los aficionados entendemos que realmente estar en la UEL significa llegar a la fase de liguilla.

Desde ese punto de vista, se podría decir que las dos eliminatorias jugadas además en el poco futbolístico agosto han sido un aperitivo y que ahora empieza la comida. Los entrantes, a la espera de llegar al segundo plato de las eliminatorias, van a ser el histórico Partizan de Belgrado, ahora en horas bajas (le ha eliminado de la Champions el Bate Borisov); el AZ Alkmar, equipo muy ofensivo en periodo de reconstrucción; y nuestro rival de mañana: los bávaros del FC Augsburg, un club que pese a sus más de cien años de historia es un recién llegado a la Bundesliga.

En su momento, cuando yo apenas tenía tiempo para leeros, ya comentasteis algo de los rivales. A mí me parece a priori un grupo muy igualado. Sospecho que ninguno es un flete, pero que tampoco ninguno es claramente superior a los demás.

De haber un candidato a favorito, probablemente deberíamos ser nosotros. Pero no quiero caer en esa típica soberbia zurigorri, a menudo fruto de la ignorancia, que cree adivinar una cuadrilla de tuercebotas detrás del nombre de cualquier equipo europeo que no nos suene mucho. Tengo muy reciente el arranque de la liguilla champions contra el Shaktar y el Bate. Así que complejos de superioridad, los justos, lo que en nuestro caso quiere decir ninguno: cuando nos sentimos superiores antes de empezar a jugar nos puede ganar hasta un 2ª B.

Dicen que a los gitanos les gustan los malos comienzos. Pues yo debo ser 100% payo, porque opino lo contrario, sobre todo en una liguilla tan corta. Con pocos partidos para remontar y en un grupo que como he dicho presumo igualado, creo que es importante empezar ganando, y más jugando en casa. ¿Caeré en el pesimismo si no lo hacemos? Tampoco es eso, pero vamos a empezar bien, por favor.

Tratará de evitarlo un equipo alemán que pese a sus limitaciones y un mal arranque liguero viene de perder contra un transatlántico de lujo -el Bayern- de penalti inexistente en el descuento. Muy malos no deben ser; y por lo que apunta Iván Orio en El Correo, parece que dan más importancia a la UEL, que supone su debut europeo, que a su competición doméstica.

Me preocupa -moderadamente- lo que he leído de que su delantero estrella es un argentino tipo tanque con fama de duro. Raúl Bobadilla, se llama. Esos delanteros marrulleros, o casi violentos como viene a insinuar lo que he leído, no se nos suelen dar bien.

El Correo destaca también a un centrocampista que lleva la manija del equipo: el alemán Daniel Baier.

Como última referencia de lo que dice la prensa, añado que al parecer su forma de juego se basa en la defensa, con gran disciplina táctica, y una buena ejecución del contraataque.

En cuanto a mi pronóstico, sin excesos de confianza que valgan, tengo fe en el equipo y espero que ganemos. Insisto -y espero seguir pudiendo decirlo mucho tiempo- que tengo muy buenas vibraciones con la plantilla de este año.

Mañana lo comprobaremos, a las 21:05 en San Mamés.

Se espera a un millar de aficionados alemanes, que por la mañana tienen programada una visita turística por Bilbao, ofrecida por el propio Augsburg. Tienen fama de ser una afición pacífica, lo que no ha impedido que el partido se declare de alto riesgo. Al parecer influye el número de visitantes, y que por lo visto un choque entre un equipo español y uno alemán se considera de alto riesgo de oficio. Me gustaría saber por qué.

Arbitra el ruso Vladislav Bezborodov. Aparte de que el Camarada General Mariosilov declaró ayer que está perfectamente controlado, tengo curiosidad por verle. Es un antiguo jugador profesional que llegó a militar -brevemente- en el Zenit. Tiene además carrera universitaria, aunque esto último probablemente sea irrelevante. Siempre he oído decir que un ex-jugador puede ser mejor árbitro porque interpreta mejor los lances del juego. Vamos a verlo.