martes, 29 de noviembre de 2016

Desconcierto


Como no lo recordaréis os refrescaré la memoria: yo soy el tipo que opinaba que este año iba a ser mejor que el anterior, que entre las incorporaciones de abajo y la consolidación de los que debutaron la temporada anterior, tendríamos mejor plantilla.

Llegó Gijón y no varié mi discurso: las temporadas de Valverde se caracterizan por un arranque algo lento. La temporada siguió rodando, el juego no enamoraba pero los resultados acompañaban. Tuvimos que sufrir algún partido malo de solemnidad en UEL, pero seguíamos vivos en esa competición, y la cosecha de puntos en la liga se iba dando bien. Es cierto que en parte gracias a dos aciertos concretos de Raúl García, que con sendos zambombazos nos permitía estar algo por encima de nuestros merecimientos, pero no estaba mal como balance de esa habitual fase de juego mediocre con la que solemos iniciar las temporadas.

Entonces llegó la Real. Habitual bestia negra que encima se adelantó en el marcador. Pero nos vinimos arriba y en una excelente segunda parte les desarbolamos, ganamos el partido con autoridad, y salimos encantados de San Mamés. Por juego y resultado. No acompañó el resultado en la visita a Madrid que vino a continuación, pero el juego desplegado en el Bernabéu confirmaba la creencia de que la mala racha había pasado, que habíamos encontrado nuestro juego, y que además habíamos conseguido perder pocos puntos en el proceso, lo que nos brindaba una plataforma privilegiada para hacer una excelente temporada.

Bueno: pues no. Desde entonces estamos dando tumbos. Hemos cubierto objetivos en el grupo de UEL, pero la imagen de equipo a la deriva que estamos dando, justo después de haber tocado el techo de nuestro juego frente a los dos reales (el donostiarra y el madrileño) me tiene absolutamente desconcertado. ¡No se puede repetir lo de Sassuolo! dijimos. Y vino lo de Genk. ¡La victoria frente al Genk en casa fue esperpéntica! Pero aprenderemos de ello, pensamos.  Luego vino lo del jueves pasado. En la liga, al espantoso partido de Cornellá (creo que hay que remontarse a Borisov para encontrar algo semejante) le ha seguido lo de anoche. En medio un más que aceptable partido ante el Villareal, sí. Pero eso no hace sino incrementar mi desconcierto. ¿Qué nos está pasando?

La desnortada forma de sacar tarjetas de Álvarez Izquierdo no nos debe distraer ni servir de excusa. Más grave que la actuación el colegiado de anoche es que jugáramos mejor con diez y sin Aduriz que con once y el donostiarra en el campo. Aduriz es el principal sostén de este equipo, pero eso no debe hacer que nos tapemos los ojos ante las doble personalidad que exhibe a veces; y hablando de Aduriz, supongo que el que el "9" se deje caer a las bandas en alguna ocasión, o retroceda en busca de balones es algo que puede pasar... ocasionalmente. Pero ayer, ¿no estuvo Aduriz especialmente lejos de la zona de peligro? Sus apariciones en determinadas zonas del campo, no sé si desconcertaron a la defensa insular, pero a mí sí, desde luego.  Por no hablar de la curiosa jugada del fuera de juego.

El domingo recibiremos a un motivado Éibar sin nuestros dos atacantes más peligrosos. Antes visitamos a un Racing que, aunque esté en segunda B, si jugamos como anoche ¡es capaz de ganarnos!

viernes, 18 de noviembre de 2016

Vuelta al tajo por partida doble


Después de un nuevo parón, volvemos a la actividad futbolística con un doble compromiso local que nos llevará a San Mamés dos veces en cuatro días: Villareal y Sassuolo.

La situación me recuerda mucho a la que vivimos en vísperas de los enfrentamientos contra Osasuna y Genk. Si entonces me refería a la necesidad de estabilizarnos, ahora creo que lo que corresponde es hablar de alzar el vuelo.

Las dudas que teníamos en cuanto al juego del equipo entonces, se solucionaron... en sentido negativo: como dije en su día, ese doble compromiso se tradujo en un empate con sabor a derrota, y una victoria con sabor también a derrota. Encima luego vino el horror del partido contra el Espanyol, por lo que el parón lo recibimos, al menos yo, como auténtica agua de mayo.

A pesar de esas similitudes, también hay que destacar las diferencias. Entonces el rival liguero parecía asequible, y la victoria europea era una cuestión de supervivencia. Ahora el rival liguero es bastante más temible que Osasuna (jugar al nivel mostrado ante los rojillos nos llevaría probablemente a la derrota) y el partido de UEL lo afrontamos con un talante algo más positivo: si bien es cierto que hay que ganar para no complicarnos extraordinariamente la vida, los empates cosechados en el doble enfrentamiento entre austríacos e italianos nos ha llevado a poder quedar clasificados matemáticamente si ganamos el jueves, dependiendo del otro resultado.

Pero antes, huelga decir, habrá que lidiar el toro del Villareal. Me niego a llamar "decisivo" a ese partido, con toda la liga que queda por delante, pero es evidente que no ganar nos incrustaría ya en la insulsa zona media de la tabla, lo que sería una gran desilusión si recordamos que tras el partido contra la Real estábamos a tiro de piedra, no ya de la Champions, sino del liderazgo. No es que yo me tomara eso muy en serio, pero la caída sufrida desde entonces no deja de ser llamativa. Sería bueno enmendarse.

El domingo a las 20:45 y el jueves a las 21:05 San Mamés nos espera.

MNo me resisto a tratar de dos aspectos, secundarios si se quiere, que han saltado a la actualidad y que nos afectan.

El primero es lo de JOL, la lluvia y la plataforma de marras. Ya lo sabréis: Buzti Ez "exige" bajada de cuotas para los socios que se sigan mojando. Me puedo equivocar, pero me mojo: creo tenerles calados hace tiempo y estos son más una plataforma contra la directiva que a favor de los socios afectados. Así lo sugieren sus formas y sus tiempos. Porque podrán haber esperado al primer partido con lluvia a ver qué pasa con la nueva cubierta, ¿no? Y más después de ver que sus reivindicaciones, lejos de ignorarse, han sido atendidas con un coste de más de diez millones de euro. Pero no: ellos a lo suyo. Y JOL a jalearles, claro.

El otro asunto es el de la nueva marca de ropa que parece que va a vestir al Athletic: New Balance.

Parece ser que New Balance es la única marca de ropa deportiva que sigue fabricando las zapatillas en USA en lugar de en algún país asiático, por lo que algún mandamás de la compañía debió declarar que le parecía bien algún aspecto de las propuestas proteccionistas de Donald Trump. En este mundo un tanto histérico en el que vivimos ya han saltado los anti-Trump que se han puesto a quemar en público zapatillas de esa marca, mientras que algunos grupos de supremacistas blancos por el contrario llaman a llevar zapatillas New Balance como gesto identificativo. De locos.

¿Nos afectará esta histeria? A mí no me hace gracia ni que nos identifiquen con Trump, ni que castiguemos a una firma (y a sus trabajadores) porque haya locos dispuestos a sacar de quicio cualquier cosa.

¿Qué opináis?

Finalmente, aunque ya se ha mencionado en otra entrada, mi reconocimiento a Andoni Iraola, que acaba de anunciar que cuelga las botas.

viernes, 4 de noviembre de 2016

Visita a Cornellá: en busca de la redención

Super, sí: ¿Pero es suficiente?
¿Es exagerado hablar de "Redención"? Creo sinceramente que tenemos una plantilla mejor aún que la de los años anteriores, y que es obligado exigirle un juego mejor que el que están ofreciendo desde el arranque de la liga.

Era en busca de esa mejoría que hace una semana me permití demandar que el juego se estabilizará en un buen nivel, acorde a nuestro potencial real, entre la debacle de Genk y la tan buena como infructuosa actuación del Bernabéu.

Una semana y dos partidos después me siento decepcionado. El resultado aha acompañado en Europa, no así en la liga, pero en ambos partidos sigo sin ver al equipo ofrecer el juego que creo que puede y debe conseguir.

En vista de eso, creo que antes del parón necesitamos un actuación que despeje dudas y una victoria que impida que nos descolguemos de la parte alta de la tabla. Pido juego y resultado. Casi nada. ¿Lo conseguiremos?

Lo veremos el domingo desde Cornellá, frente a un Espanyol instalado en la zona media-baja de la clasificación, que creo que no gana en su casa y que estando cerca del descenso (a dos puntos) se pondría a otros dos de nosotros en caso de ganarnos.. Señal de que después de sumar un punto en dos partidos, nuestra clasificación está cogida con alfileres.

El partido empezará al que ya es "nuestro" horario: 16:15, con arbitraje de Trujillo Suárez.

viernes, 28 de octubre de 2016

Toca estabilizarse: Osasuna y Genk

Con motivo del próximo puente de Todos los Santos, el ambigú va a entrar en servicios mínimos, por lo que agrupo en una sola entrada lo dos próximos compromisos que vamos a afrontar en San Mamés.: Osasuna y Genk.

La semana pasada vimos que la ciclotimia no es un fenómeno que en nuestro equipo esté circunscrito al foro amigo: el nivel de juego de nuestros jugadores también tiene un fuerte rasgo de bipolaridad, como evidenció el fuerte contraste entre los partidos de Genk y Madrid.

Es una verdadera lástima que la mejor versión la mostremos frente al equipo al que aún así es improbable ganar, y no frente al que hubiéramos podido apabullar con ese nivel de juego. Es un asunto recurrente y que me hace pensar sobre sus causas. El KKK opina que nuestros muchachos se vienen arriba en grandes estadios rebosantes de público y de hostilidad, y que por contra se achican en estadios pequeños con escaso público y ambiente amable de excursión campestre. Seguramente será eso, pero yo a veces me pregunto si no habrá otras causas. Pero eso es salirse del tema: mejor lo dejo para otra ocasión si es que me atrevo a escribir lo que me ronda por la cabeza, que es solo una impresión que encima no está avalada por los datos.

Lo cierto es que entre la depauperación de Genk y el buen juego de Madrid hay un termino medio que creo mucho más cercano al mostrado en el Bernabéu que al exhibido en el Luminus Arena que es nuestro nivel real y que considero que debería ser suficiente para solventar con sendas victorias nuestros dos próximos duelos. Victorias que son necesarias para no descolgarnos del grupeto europeo de la liga española, ni decir prácticamente adiós a la Europa League.

Beñat está recuperado. Aduriz y Yeray podrían jugar pero no parece del todo claro. Respecto al zorro, soy de los que creen que a la mínima duda que hay que salir a ganar a Osasuna sin él y reservarle para el Genk, que es el partido con menos margen de error de los dos.

Athletic Club - Osasuna: Domingo 30 a las 16:15
Athletic Club - Genk: Jueves 3 a las 19:00

viernes, 21 de octubre de 2016

Tras el desastre europeo, un clásico


Los fondos de inversión suelen avisar a sus clientes de que rentabilidades pasadas no garantizan rentabilidades futuras. Algo parecido rige en el futbol: un equipo puede pasar de ser una maquinaria suiza de precisión un domingo a convertirse en un amasijo de engranajes chirriantes el jueves siguiente. El fin de semana pasado el universo zurigorri no cabía en sí de gozo por los réditos obtenidos tras la disputa en San Mamés del primer derby de la temporada ante la Real Sociedad: tres valiosos puntos y la satisfacción de ver jugar durante sesenta o setenta minutos al equipo a muy alto nivel. Pero como dijo en Wall Street el célebre Gordon Gecko: un tonto y su dinero no están mucho tiempo juntos. Efectivamente, anoche ante el Genk, séptimo clasificado de la no excesivamente potente liga belga, un Athletic rozando la idiocia balompédica dilapidó el capital justamente ganado unos días antes. La enorme frustración de haber caído en la bancarrota futbolística en pocos días y de manera tan imprevista es comprensible porque, como dice Gecko, haber tenido dinero y perderlo es mucho peor que no haberlo tenido nunca.

No obstante, el deporte, a diferencia de las finanzas, ofrece segundas, terceras y sucesivas oportunidades de redención y más aún en esta versión futbolística moderna de calendarios sobrecargados. El domingo, a las 20:45 horas en el estadio Santiago Bernabeu, el Athletic tiene ante el Real Madrid una oportunidad de resarcirse en lo que será la octogésimo sexta ocasión en la que los bilbaínos rinden visita liguera al equipo madrileño. No será una tarea fácil, nunca lo es ganar este partido clásico a los merengues y menos en su campo, pero el premio que podría alcanzarse es muy suculento. Una victoria del Athletic en Chamartín supondría, vencido el primer cuarto de la competición, afianzarse en la zona alta de la competición, nada más y nada menos que empatado a puntos con su todopoderoso rival madrileño. Además, una victoria sería el mejor bálsamo para restañar las heridas de la hecatombe del pasado jueves en Bélgica.

Entiéndase la expresión restañar las heridas en un sentido figurado. Es una forma de hablar porque si algún efecto negativo, además de la dolorosa derrota, tuvo el partido ante el Genk fue el de ver cómo dos de los actuales pilares del Athletic, Yeray y Aduriz, sufrían sendos esguinces de tobillo. Yeray fue de las pocas notas positivas que dejó el partido de ayer. Mientras el equipo hacía aguas por arriba, por abajo, por el centro y por los costados, él casi no daba abasto achicando. Apenas lleva siete partidos en el primer equipo y ya se ha convertido en el defensa más entonado en una zaga que está cometiendo muchos errores de bulto. Su salida en camilla con ostensibles gestos de dolor presupone que su concurso en el Bernabeu está prácticamete descartado. Se sumaría así a las bajas de De Marcos, por lesión, y Balenziaga, por sanción, y a la incógnita de si Bóveda podrá recuperarse para el domingo. Estas bajas obligarán a Valverde a diseñar una defensa que, a priori, ofrecerá muchas más incertidumbres que certezas: todo parece apuntar a que a Laporte, que aún no ha alcanzado su mejor nivel, le acompañe en el eje de la zaga un Etxeita casi inédito esta temporada y que las bandas estarán ocupadas por Lekue y Saborit. El pésimo partido de Lekue ante el Genk y si Bóveda no consigue restablecerse, quizás dé lugar a alguna alternativa imaginativa por parte de Txingurri. Durante la pretemporada ya probó a Eraso en el lateral diestro y, con todas las cautelas por tratarse de una pachanga veraniega, el navarro no desentonó en dicho puesto. Otras dos incógnitas a resolver serán si Beñat puede regresar tras su lesión muscular y si el tobillo derecho de Aduriz estará en condiciones para jugar en el coliseo blanco. Respecto al centrocampista de Igorre, parece que volverá a dirigir el centro del campo rojiblanco, ya que esta semana se ha reincorporado con normalidad a los entrenamientos. La presencia del delantero donostiarra puede ser más complicada, ya que resulta muy difícil recuperar un esguince, por leve que este sea, en poco más de dos días. Si el regreso de Beñat sería una excelente noticia, la previsible baja de Aduriz es mucho más peliaguda por lo que ello supondría de merma en el poder ofensivo del equipo. Williams o Sabin, ninguno de los dos en su mejor momento, podrían ocupar el puesto de nueve.

Tampoco se libra el rival del inconveniente de algunas bajas importantes. La lesión de Ramos ha destapado un problema en la defensa madridista. Su sustituto, Varane, está rindiendo muy por debajo del nivel que se le supone que tiene y el Real Madrid lo está notando en forma de cierta fragilidad defensiva, especialmente cuando adelanta sus líneas y deja espacio a su retaguardia. Aún así, es un equipo que sigue recibiendo muy pocos goles (ocho en los ocho partidos de liga disputados), por lo que el Athletic deberá hilar muy fino en su juego ofensivo para tener la oportunidad de hacerles daño. En el centro del campo tiene otras dos bajas por lesión. Por una parte, la poco importante ausencia de Casemiro, una baja que el Real Madrid apenas está notando por el buen momento de juego que atraviesa Kross. Por otra, la lesión de Modric sí que es relevante para el equipo de Zidane: es su Beñat, quien le aporta cantidad y calidad de trabajo a la sala de máquinas merengue. Si el equipo bilbaino es capaz, como lo hace en sus mejores momentos, de apretar fuerte en el primer tercio del campo madridista, su zona de creación puede quedar cortocircuitada y su delantera aislada. A pesar de que el Real Madrid ha protagonizado algunas sonadas goleadas en lo que va de temporada, lleva veintiochogoles en la liga, no está dando la impresión de que sus grandes figuras, la llamada BBC, especialmente Cristiano Ronaldo, estén tan finas cara a puerta como en temporadas precedentes en las que a estas alturas ya sumaban cantidades escandalosas de goles.


Desde luego, no es la cita ideal para que el Athletic rasque algo positivo; la dificultad de la empresa se entiende perfectamente a través de un dato demoledor: el Real Madrid ha ganado a los rojiblancos en veintiuno de los veinticuatro últimos partidos en los que se han enfrentado. Sin embargo, quizás sí sea el mejor partido para enjuagar la mala imagen que el equipo zurigorri dejó en la competición continental y recuperar las buenas sensaciones ligueras de la semana pasada. Antes del desastre en la Europa League, flotaba en el ambiente la sensación de que este podía ser el clásico que pusiera fin a una larga cadena de malos resultados. Veremos si es así... con el permiso del colegiado gallego Iglesias Villanueva, que esperemos no tenga nada que aportar al resultado final.

Asamblea General o la paradoja del superavit


El lunes 24 tenemos la Asamblea General Ordinaria. De nuevo, como viene siendo habitual en los últimos años de la era Urrutia, se espera una jornada de guante blanco. Las bonanzas deportiva y económica han traído como consecuencia una paz social que sin duda tendrá reflejo en el clima, sin duda sosegado, que se respirará en el Euskalduna.

Aún así, es una tradición ambigusera colgar un ladrillo con tal motivo. Y aunque Jaburu parece que se ha pasado al estilo twitter, yo quiero mantener las tradiciones...

¿Es bueno tanto superávit?

A falta de penurias que comentar, es precisamente la abundancia de dinero la que me suscita una reflexión basada en lo que podríamos llamar la paradoja del éxito económico en las entidades sin ánimo de lucro.

Si una entidad tiene tal calificación es porque su objetivo principal no es ganar dinero, sino otro. Hay toda una tradición de los teóricos de la gestión que interpretan que cuando una organización de estas características tiene beneficios continuados en el tiempo, es que algo va mal: o los gestores han perdido de vista sus objetivos primigenios, o carecen de proyectos viables para conseguirlos (de ahí el exceso de fondos no invertidos)

Incluso en las sociedades mercantiles hay un debate que a mí me parece parecido sobre si tener un alto "pay-out" (proporción del beneficio que se destina a dividendos), lejos de ser un indicador positivo no es un mal síntoma, una declaración de "quédese el socio con el dinero, que seguro que le saca más partido que el que podemos sacarle la gerencia". De hecho, muchas de las grandes empresas tecnológicas emergentes tienen a gala no pagar dividendos: su retribución al accionista consiste en aumentar el valor de la acción mediante la reinversión del beneficio en proyectos muchos más rentables que lo que los accionistas podrían hacer con sus dividendos.

Veamos nuestra situación: si a los fondos propios del cierre de Junio 2015 (92.197.000 según mis datos) le sumamos el beneficio de 2016 (19.698.000), tenemos que al arranque del ejercicio actual estamos en los 111.895.000 €. Si añadimos el superávit presupuestado (13.077.000) nos vamos a unos fondos propios acumulados de 124.972.000 €.

La primera tentación de cualquier ciudadano al ver esa cifra es considerarla enorme, desproporcionada. Pero estamos hablando de un club de fútbol de una de las ligas profesionales más ricas del mundo, no de un presupuesto familiar. Así que estudiemos la cifra en su contexto.

En primer lugar, vayamos al análisis que podríamos llamar "dinámico".

La actual directiva cogió este equipo en 2011 con unos fondos propios negativos de 4.347.000. En quiebra técnica, vamos. Por lo tanto, el crecimiento, incluyendo el superávit presupuestado para 2016-2017, es de 129.319.000 €

En ese periodo, el club ha reportado los siguientes ingresos extraordinarios:
  • Por la plusvalía aflorada por la permuta de terrenos para construir el nuevo campo: 10.000.000
  • Por traspasos en 2013: 38.102.000
  • Por traspasos en 2014: 31.798.000
  • Cuotas de entrada Barria: 12.118.000
Total "extraordinarios": 92.018.000

O sea: que el crecimiento de fondos propios se ha debido en una gran proporción a ingresos extraordinarios. Realmente, si no sumamos el superávit presupuestado, la conclusión es que en la gestión "corriente" hasta junio de 2016 ha habido un superávit acumulado de 24.224.000 € generado a lo largo de los años de presidencia de Josu Urrutia.

Desde el punto de vista "estático", es "de manual" que para la salud financiera de una empresa es bueno que el inmovilizado esté financiado por fondos propios. Nuestro inmovilizado es de 64.400.000 €, luego habría que hablar de un "excedente" de unos 47.495.000 € para "gastar" en junio de 2016, que se pueden convertir en 60.572.000 € en junio de 2017.

Otra forma de verlo puede ser el dinero ingresado por traspasos: se podría tomar como referencia para lo que podemos gastar en fichajes lo que hemos ingresado por ese capítulo. ¿Nos hemos empobrecido en "X" por traspasos no deseados? Pues gastemos "X" en fichar y así mantendremos un nivel deportivo similar. El principio de "las gallinas que salen por las que entran" aplicado al fútbol. Desde ese punto de vista, tendríamos casi 70 millones para invertir.

Por otra parte hay que tener en cuenta que los excedentes tienen además una doble función: tener "músculo" acumulado para aprovechar una ocasión de verdad cuando está surja, y tener un colchón para cuando vengan malas rachas.

Pero incluso así, aunque hemos reducido a entre 60 y 70 millones la a priori la mareante cifra de 168.364.000 € con la que empezábamos, sí que parece legitimo preguntarnos si las excelentes cifras económicas no esconden o una gestión timorata o un mercado limitado sin oportunidades reales de inversión (tampoco hay que fichar por fichar solo por tener dinero)

Tiene la palabra Forever, que sabemos que tiene este asunto entre sus preocupaciones.

Otras cuestiones potenciales

Hay también otros temas que, pese a la balsa de aceite que aparenta ser el Athletic, pueden dar algo de juego polémico en la Asamblea.

"Detalles" con los socios.

Si tenemos tanto dinero, y se prevé seguir generando superávits... ¿No habría que tener detalles con los socios? ¿Bajada de cuotas? ¿Quitar días del club? ¿Liguillas europeas gratis?

Me parece legítimo preguntárselo, pero mi respuesta es "no". Las tornas pueden cambiar rápido: el maná televisivo ha llegado a todos y es cuestión de tiempo que la bonanza se traspase a las fichas de los jugadores; además, el porcentaje que aportamos los socios es cada vez menor, y puede ser lo que marque la diferencia con respeto a otros equipos. Yo no haría más de lo que ya se está haciendo: congelación de cuotas, bonos UEFA y algún partido teórico de pago que esporádicamente se convierte en gratuito por circunstancias especiales.

Las zonas de animación

Con la reciente ampliación de la zona norte, parece que este tema se ha solucionado. Yo al menos detecto una cierta calma en un asunto que llegó a enquistarse. Pero no hay que descartar que salga a colación, sobre todo si lo conectamos con el siguiente.

El anillo VIP.

Los palcos están a tope, pero las butacas (que son más del 50% del anillo) no arrancan. Se prevé un aumento de venta de estas últimas, pero seguimos hablando de una ocupación inferior al 50%, creo (no tengo aquí los datos) Si a eso se añade que los palcos, vendidos, no siempre llenan y que algunos de sus visitantes prefieren ver los partidos tras los cristales, me temo que seguiremos viendo la zona ocupada a medias (en principal y este) y semivacía (sur y norte) en la mayoría de los partidos. La polémica está servida y tal vez el asunto merezca un giro radical.

A mí la idea de la zona VIP en sí no me parece mala: creo que es un servicio que un campo moderno debe ofrecer. La duda es si no se ha sobredimensionado: esto no es Madrid. Nuestra mentalidad, nuestra cultura empresarial, y sobre todo nuestra masa crítica socioeconómica, no son las mismas que las de una gran capital.

Por otra parte, la penetración social del Athletic es altísima. Quiero decir con esto que la gente con pasta interesada en el Athletic ya era socia en su inmensa mayoría. Esa gente está acostumbrada a su zona del campo, sus amigos o conocidos de alrededor... ¿De verdad va a pagar una pasta gansa para cambiar de sitio? Improbable, a no ser que sirviera para agruparse con otros socios, pero incluso así, acabamos de tener una oportunidad para ese agrupamiento, y para llevarla a cabo haría falta que un número importante de los integrantes de cada grupo potencial compartieran interés y posibles. Difícil, muy difícil...

¿A alguien se le ocurre algo más?