El Athletic y el ataque aéreo.

Dicen que hasta la Segunda Guerra Mundial nunca se había constatado la relevancia estratégica de disponer de una flota aérea importante. La aviación militar permitió acortar distancias y salvar barreras naturales que, en términos militares, anteriormente constituían un elemento defensivo. Las operaciones aerotransportadas y el fuego caído del cielo absorbió el 40% del gasto total de aquella guerra.

A diferencia de los militares y sus ejércitos (Dios los confunda) en el Athletic desde siempre se ha tenido claro la importancia del ataque aéreo. Nadie duda que el potente juego de cabeza ha sido siempre una de nuestras señas de identidad.

Es larga la nómina zurigorri de delanteros poderosos capaces de lograr que el balón saliera de su cabeza con la misma potencia que salía de su bota o capaces de girar el cuello en movimiento perfecto para que el balón se dirigiera allá donde el portero no llegaría nunca. A eso se añadía esos defensas que en las jugadas a balón parado eran capaces de arrollar a cualquier defensa y por fuerza estampar, de cabeza , el balón en las mallas contrarias. Eran los tiempos de aquella vieja canción repetida a modo de ensalmo cada vez que se producía un corner...."que viene, que viene...schhhh, schhhh"...

Aquel juego aéreo poderoso existía, además de porque había grandes rematadores, porque nuestro juego concitaba dos virtudes adicionales, rapidez y juego por banda, con lo que las defensas a menudo se despistaban en los marcajes lo que permitía al delantero utilizar su instinto para buscar la posición adecuada en el área y si el defensa no le perdía de vista, entonces sí, usaba su potencia para superarlo en el salto.

Además aquel juego por banda rápido producía multitud de faltas laterales y corners a favor con lo que se alimentaba, de nuevo, de oportunidades a los delanteros. A eso y no menos importante ,claro está, había que añadir la "calidad" de los centros, insisto, no frontales ni largados nada más cruzar la línea del centro del campo sino "puestos" después de una certera y rápida combinación en banda.

Desde hace ya tiempo observo cómo se ha desfigurado la idea del juego aéreo en nuestro equipo. Se sigue hablando de que el Athletic basa su fútbol en el juego aéreo y eso es pura falacia. Ni siquiera eso es cierto los días que Llorente o Aduriz "tocan" todo lo que les cae del cielo. Porque ahora ese juego se limita a que el delantero, de espaldas a portería, y la mayoría de veces fuera del área, salte y luche por tocar un balón, sin peligro alguno, y ya veremos si conseguimos que algún delantero avispadillo, de esos que no tenemos, se haga con el rechace. Menudo juego aéreo de mierda, con perdón, ése en el que nuestro delantero tiene que saltar de espaldas a puerta y con dos bigardos subidos a su chepa.

Porque luego, a la hora de la verdad, cuando se trata de lucir el juego aéreo auténtico, de cara a puerta, en jugada con centro desde la banda (inexistente, no hay más que ver los pocos córners y faltas laterales que generamos) o en jugada a balón parado somos de todo menos poderosos. Nuestros delanteros no tienen salto que intimide, ni saben rematar de cabeza con potencia y colocación. En los pocos córners y faltas laterales que producimos nuestros centrales y delanteros ni la huelen.

Nuestro juego no es , pues , un juego aéreo auténtico, jugamos simplemente, y mal, al rechace. Y con ese juego, tan lento y previsible, hoy por hoy, no le ganas ni al Don Benito.

Si alguien por su juventud solo conoce, de nuestra larga extirpe de cabeceadores, a Isma Urzaiz, sírvase pedir a Sir Piston que le cuente, txangurro mediante, un prodigioso remate de Fidel Uriarte...vamos, si es que el Almirante lo recuerda...